Tras conquistar a la prensa y a los jugadores en PS4 y PC, Hellblade: Senua’s Sacrifice llega a Xbox One. Ninja Theory, desarrolladores de grandes juegos de la pasada generación como Heavenly Sword o Enslaved: Odyssey to the West, consigue volver a sorprendernos a todos con la historia de Senua. Con una ambientación vikinga, nos embarcaremos en una aventura para rescatar el alma de su amado. El título ha sido desarrollado en colaboración con diversos neurocientificos y expertos en psicosis para ofrecer una experiencia de juego diferente. El objetivo es claro, transportarnos a la mente de Senua y ser parte de ella.
Además, Hellblade: Senua’s Sacrifice es el proyecto más personal del estudio y, por ende, más importante. Ya que tras trabajar en colaboración con otros estudios, este es su primer título desarrollado y financiado por ellos mismo. Un Juan Palomo en toda regla. Y el resultado no podía ser mejor.
Historia
En Hellblade: Senua’s Sacrifice podemos encontrarnos dos historias. Una, la base, la que encontraremos el por qué del juego, la que podemos leer como sinopsis: Hellblade es la historia de Senua, una joven celta que se adentra en territorio vikingo para llegar hasta Helheim, la tierra de los dioses nórdicos. Su objetivo es el de enfrentarse a Hela y rescatar el alma y la vida de su amado, Dillion. Pero, como hemos dicho, nos encontramos con otra historia entre líneas.
Una historia de auto-conocimiento, de superación y de enfrentamiento con los miedos de uno mismo. De este modo, viviremos en nuestras propias manos la lucha de Senua contra sus propios problemas mentales, como la psicosis. Un viaje en la que la acompañaremos como una más de las voces que oye. Un viaje que nos llevará entre 8 y 10 horas completar, aunque como siempre dependerá del nivel de dificultad y de nuestra habilidad.
Jugabilidad
Por que ese es uno de los grandes logros de Ninja Theory, conseguir que nos sintamos como una de las voces de la propia Senua. Es más, la desarrolladora consigue meternos tanto en el papel de la joven protagonista, que sentiremos sus propios miedos y tensiones como nuestros. Superar un puente medio roto sin que caigamos, lo sentiremos como un logro propio. O conseguir vencer a una horda de enemigos sin morir, nos tendrá en tensión en todo momento. Y hablando del combate, este se nota fresco, sin demasiadas complicaciones, pero preciso. Tendremos dos botones para atacar, uno para esquivar, otro para para detener los golpes enemigos y un último para activar el Foco o Concentración, nuestra habilidad especial. Además, cuando nos encontremos rodeados por enemigos, las voces que oye Senua nos avisarán de los ataque que vengan por nuestra espalda.
Pero más allá del combate, en Hellblade: Senua’s Sacrifice nos encontramos con una historia lineal, con un recorrido prefijado del que no podremos salirnos. Esto para algunos podría ser un hándicap, pero nada más lejos de la realidad. Los variados escenarios se notan frescos y diferentes entre sí. Además, a pesar de la total ausencia de coleccionables, encontramos en cada uno de los escenarios unos totems nórdicos. Estos, una vez que los activemos, nos contarán fragmentos de la historia y mitología nórdica. Y si, encontrar los 44 tiene premio, una pequeña escena extra justo antes del clímax del final, que nos dará más información sobre Druth, uno de los personajes del juego.
Pero Hellblade: Senua’s Sacrifice no vive solo de combates y de encontrar los totems nórdicos, obviamente. A lo largo de la historia deberemos ir superando diferentes puzles. Para ello, deberemos jugar con la perspectiva para abrir caminos, reconstruir puentes, etc. Además, en determinado momento, del que no diremos nada para no caer en spoiler, tendremos que guiarnos por una ligera brisa a través de un escenario totalmente sumido en la oscuridad. Esto Senua lo sentirá en sus manos, pero ¿y nosotros? Muy sencillo, cuando nuestra protagonista sienta esa ligera brisa que nos indica el camino, el mando vibrará. De este modo, sentiremos el tacto y las sensaciones de Senua en nuestras propias manos, como si nosotros mismos estuviéramos en esa oscuridad. Un recurso genial, con el que incluso podríamos pasarnos la fase sin mirar.
Un último apunte. Senua, además de la psicosis y otros problemas mentales, está infectada. Esta infección se manifiesta en su brazo derecho, como una mancha negra. Y, si esta llega hasta la cabeza, Senua perecerá para siempre. Y esto querrá decir que tendremos que empezar el juego de nuevo. Así que tendremos que conseguir no morir demasiado ni en los combates ni en otras fases del juego, ya que con cada muerte la enfermedad avanzará. De este modo, Ninja Theory consigue que sintamos cada batalla como propia, como una lucha sin cuartel por no morir. No vale eso de ir de cabeza y a lo loco y mueres, repites. No. Cada muerte cuenta, y mucho. Así que caerse de un puente, fallar en una huida o morir en combate podría tener fines catastróficos.
Eso sí, que esto ocurra es complicado. Principalmente por que el juego está por defecto en dificultad automática. En este nivel, el propio juego regula la dificultad según vayamos muriendo. De modo que no es sencillo que tengamos que empezar de nuevo. Por supuesto el nivel de dificultad se puede ajustar y, si somos valientes, jugar en difícil. Todo un reto.
Gráficos y sonido
Gráficamente Hellblade: Senua’s Sacrifice es una delicia. Es un juego que cuida los detalles más mínimos al máximo. Pero más allá de eso, el diseño de los personajes es impecable. Sobre todo el de Senua. La joven celta tiene una definición increíble, donde se nota el gran trabajo que hay en la captura facial. Además, sus movimientos en combate se ven muy fluidos y naturales. Uno de los grandes placeres que tiene el juego es ese, el poder ver como se desenvuelve Senua en combate, como gira, como golpea. Es una delicia tanta como para el que juega como para aquel que vea a otro jugar.
Por otro lado, el diseño de los enemigos también esta muy bien conseguido. Es cierto que nos enfrentaremos recurrentemente a cinco tipos de enemigos, pero sus diseños están a la altura del título. Mención aparte merece el diseño de los escenarios. Estos nos dejarán boquiabiertos y querremos pararnos a observarlos detenidamente. Y es aquí donde se ven las bondades del Unreal Engine 4. La niebla, el fuego, la luz, las runas, el agua o demás elementos físicos son fantásticos. Además, los colores desaturados y el contraste son perfectos. Por último, indicar que algunos de los escenarios son verdaderamente claustrofobicos y consiguen trasmitir muy bien las sensaciones de pánico y miedo de Senua. Y, salvo un laberinto que quizás este peor construido, todos los escenarios son una maravilla.
En cuanto al sonido, este es impecable. Sin embargo, lo primero que tenemos que decir es que hagas caso al aviso de la desarrolladora y juegues a Hellblade: Senua’s Sacrifice con cascos. Sin duda, la experiencia de juego es inmejorable con unos cascos, ya que las voces que oye Senua las sentirás como si tú mismo las oyeses. Una inmersión completa, ayudada además por una gran banda sonora que consigue mantenernos en tensión todo el rato y en una angustia constante. Y en las fases finales del juego es, simplemente, impecable. Además, cuenta con unos efectos de sonido fantásticos. En definitiva, es muy difícil encontrarle un pero a la BSO.
Conclusión
Hellblade: Senua’s Sacrifice es el proyecto más intimo de Ninja Theory, y se nota. Aunque tiene esencias de sus anteriores títulos, es un juego diferente y fresco. Uno que solo lleva el título de independiente por que ellos mismos lo han desarrollado y editado, pero que poco tiene que envidiar a Triples A con un presupuesto mucho mayor. Un claro ejemplo es su exquisito aparato sonoro y lo bien que consiguen introducir al jugador en la mente de Senua.
Además, su apartado gráfico es increíble y aprovecha a las mil maravillas el Unreal Engine 4. Sin embargo, todos los escenarios quedan en un segundo plano por la increíble definición de Senua. El trabajo de captura facial es inmejorable y le otorga una vida a la protagonista increíble. Mención aparte merece Melina Juergens, la actriz detrás de Senua, ya que consigue representar y transmitir la sensación de perder la cabeza, estar indefensa y a la vez ser alguien que no tiene miedo.
En definitiva, un juego que nadie debería perderse. Es, sin duda, el tapado de la generación. Ese juego que no hace mucho ruido, pero que marca a los jugadores. Y del que se hablará, sin duda, durante años, con añoranza y al que siempre querremos volver. Por que al fin y al cabo, la historia de Senua la sentimos como propia.
JGBassols
Arqueólogo por vocación. Egiptólogo por adopción. Pero sobre todo, periquito y gamer. Amante de las buenas historias.