Que a día de hoy existe un enorme interés por revivir el estilo de diseño de los juegos clásicos es un hecho, y más aún si hablamos de desarrolladores independientes, quienes en muchos casos buscan entregar productos fuertemente inspirados por los títulos que disfrutaron en su infancia. Esto no se limita a ningún género en particular: los JRPG clásicos siguen vivos con propuestas de la talla de Chained Echoes o Sea of Stars, mientras que el género de las plataformas en 2D sigue en boca de todos gracias a propuestas tales como Celeste o Pizza Tower. Quizá el género que más beneficiado se ha visto de este “revival retro” es el de los juegos de acción y desplazamiento en 2D, teniendo como buenos ejemplos el reciente Tiny Thor, el glorioso Cuphead o el ya de por sí legendario Shovel Knight. El juego del que hoy vengo a hablaros también entra dentro de esta categoría y, como podéis imaginar, tiene mucho trabajo por delante para destacar entre tanto gran juego. Desarrollado por Programancer y Retroware, Prison City se presenta en sociedad como un juego de acción dividido en varios niveles en los que tendremos que armarnos de valor para derrotar a los tecnoterroristas que amenazan con destruir la ciudad. ¿Tendrá lo necesario para convencer al público? ¡Veámoslo en el análisis completo, que podéis leer a continuación!
Un buen día para morir
La historia de Prison City nos pone en la piel de Hal Bruzer, un antiguo policía de la ciudad de Detroit. La otrora gran ciudad de los Estados Unidos quedó reducida a cenizas durante la primera mitad de la década de los 90s, por lo que se convirtió rápidamente en una mega prisión de máxima seguridad. Sin embargo, esta ha sido asediada por un grupo de tecnoterroristas que amenazan con destruirlo todo. Solo Hal podrá adentrarse en las ruinas de la ciudad para poner fin a los líderes enemigos. Lo primero que llama la atención es la enorme cantidad de referencias y guiños a películas que tiene, dando como resultado una historia “pastiche” construida como una especie de monstruo de Frankenstein con restos de obras tales como Robocop, 1997: Escape de Nueva York o La Jungla de Cristal. ¿Es esto algo malo? Pues lo cierto es que no, ya que el estudio ha jugado bien sus cartas para dotar al título de una identidad visible que lo aleja de otras propuestas similares. Su punto más fuerte es la ambientación, que está realmente cuidada para ofrecer una experiencia retro a la altura de las expectativas. Eso sí, no esperéis una historia especialmente compleja: como si de un Mega Man clásico se tratase, durante los niveles hay pocos diálogos, y la mayor parte del tiempo la pasaremos repartiendo leña entre los enemigos. Aquí hemos venido por la acción, y el juego no lo esconde en ningún momento. ¿Funciona la historia? Si ¿Podría haber dado más de sí? También, pero no lo necesita realmente.
Curiosamente, el juego llega a nuestro territorio traducido al español, tanto latinoamericano como castellano. El trabajo realizado en este campo es sorprendentemente bueno, lo que se refleja en una buena localización de términos y frases hechas, así como de ciertos chascarrillos y chistes. Esto se refleja incluso en la cartelería presente a través de los niveles, demostrando el mimo que se le ha puesto al juego. En cuanto al tratamiento visual, nos encontramos ante una obra clarísimamente vinculada a los juegos de acción lanzados en la NES, debido principalmente al uso de un cuidado estilo gráfico en 8 bits. Y digo cuidado porque, aunque parezca sencillo, el trabajo que hay detrás es abrumador: los fondos de cada escenario están muy bien cuidados y nos prescinden de detalles, mientras que los diseños de los personajes (especialmente los retratos) y de los enemigos están muy bien logrados. Lo único que no me convence del todo son los efectos de los ataques y las animaciones, estas últimas por ser tan toscas como los de algunos juegos de la época.
Rescate en Detroit
Al hablar de los juegos de acción en 2D y de carácter retro, casi todos pensamos en juegos duros que no tienen ni un ápice de piedad con el jugador. Pues bien, Prison City es así… Aunque da algo de coba, ofreciendo varios niveles de dificultad que pueden hacer las cosas algo más sencillas. Pero no penséis que es fácil pasarse el juego bajando la dificultad: el título de Programancer es un desafío arduo que os llevará a sudar la gota gorda para ser completado, ya sea por sus saltos calculados al milímetro, sus enemigos resistentes a varios golpes o sus jefazos capaces de destrozaros en un par de movimientos. Me ha dolido completar este juego, y eso que suelo completar sin mucho problema juegos del mismo estilo. Por este motivo considero que no es un juego apto para todo el mundo, ya que los jugadores menos experimentados podrán verse superados ante la dificultad. Bueno, no solo por la dificultad: el control del personaje es muy irregular y tosco, sintiendo en más de una ocasión que le cuesta moverse o saltar. Es un poco tanque, algo que no tiene mucho sentido en un juego tan exigente en cuanto a la agilidad se refiere. Tampoco ayuda que la mecánica de agarrarse a ciertas superficies (que sobre el papel es realmente buena) sea tan poco intuitiva, lo que lleva a morir en muchas ocasiones solo porque no sabemos a donde podemos agarrarnos. Además, el apuntado podría ser algo mejor, especialmente cuando se trata de atacar en diagonal.
Vale, quizá Prison City no es el mejor juego de acción en 2D, o por lo menos no el más dinámico. Esto es una pena, puesto que si hubiera tenido una mejor movilidad se podría haber aprovechado mejor su genial diseño de niveles. Cada una de las zonas que recorremos están muy bien pensadas, ofreciendo retos realmente variados y divertidos que aprovechan al máximo sus principales mecánicas y se complementan a la perfección con los geniales combates contra los jefes. También hay que destacar que nos encontramos ante un apartado técnico pulido, que no presenta errores de rendimiento o glitches. Por último, el apartado musical es realmente formidable. Cada uno de los temas presentados casan a la perfección tanto con la estética del juego como con la ambientación de cada nivel, y estos son memorables, rompedores y creativos. Raddland Studios, creadores de la banda sonora, han conseguido realizar un trabajo excelente.
Conclusión: Entre las ruinas de la ciudad surge un héroe imperfecto
Prison City es un título tan fiel a los juegos de acción y plataformas retro que consigue replicar a la perfección tanto sus virtudes como sus defectos: la historia, aunque decente, importa poco, mientras que la jugabilidad, que es el foco sobre el que gira todo, no termina de cuajar debido a su ineficaz movilidad. Sin embargo, no podemos obviar que es un juego realizado con un enorme cariño, cosa que se refleja en su banda sonora, su apartado visual o su diseño de niveles, que son realmente creativos. En definitiva, creo que es un juego solo apto para fans de lo retro y de los grandes desafíos.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.