[Análisis] WarioWare: Move It!

Diría que esto que voy a escribir no es nuevo, pues creo recordar que en alguna ocasión he manifestado que los videojuegos de Wario que más me han hecho disfrutar son los de plataformas, no obstante, con medio elenco de mascotas de la Gran N dando saltos por aquí y por allá con sus propias franquicias (Mario, Yoshi, Kirby o Donkey Kong), no es de extrañar que la vertiente enfocada a los minijuegos que comenzó con WarioWare, Inc.: Minigame Mania y se popularizó en gran medida con WarioWare: Touched! y WarioWare: Smooth Moves, gracias, claro está, a las posibilidades que ofrecía la pantalla táctil de Nintendo DS y la innovación que aportaba Wii con su sensor de movimiento y los Wiimote, llevarán a nuevas cotas de popularidad a esta franquicia.

Así pues, con la nueva revolución liderada por Nintendo con Switch, era de esperar que la saga pudiese volver a vivir una época dorada, una que comenzó relativamente tarde si uno tiene en cuenta que el lanzamiento de la híbrida fue hace unos siete años, de la mano de WarioWare: Get It Together!, que se lanzó al mercado hace solamente dos años. Ahora, el grotesco antihéroe está de vuelta en el mundo de los minijuegos junto a sus compañeros una vez más, en esta ocasión, con WarioWare: Move It!, un título que ha decidido hacer del movimiento con los Joy-Con su propia bandera, una idea que si bien ya se había explotado en los inicios de la máquina con 1-2 Switch, había quedado en gran medida abandonada, al menos a nivel de disponer de un videojuego íntegramente creado con esa idea en mente. Huelga decir que esta apuesta tiene un sabor muy familiar, uno que retrotrae a los jugadores a la época de Wii con WarioWare: Smooth Moves, esos años en los que Nintendo se empeñó en que había que levantarse para jugar porque ya invertíamos suficientes horas en el sofá. Por supuesta, si no tenéis miedo a hacer el ridículo en compañía, WarioWare: Move It! es un interesante añadido a Nintendo Switch. ¿Queréis saber más? ¡Pues vamos a ello!

 

 

Un viaje de lo más movidito

No es que la historia de los WarioWare tenga demasiada relevancia, pues a fin de cuentas no es una franquicia que viva de eso, ofreciendo únicamente excusas para reunir a Wario con sus amigos y llevar a cabo un puñado de videojuegos por el camino. En esta ocasión, Wario decide parar en un puesto callejero para comprar cincuenta hamburguesas al ajillo, justamente, en un momento en el que dicho puesto está realizando un sorteo entre sus compradores (que diría que son Wario y poco más). Así pues, el compañero del bigote saca el boleto ganador, unas vacaciones de ensueño en un paraíso tropical. ¿El problema? Tiene que llevar a veinte amigos consigo, algo que si bien parece molestarle, es obligatorio si quiere disfrutar de su premio. ¡Maletas listas y todos a bordo, que nos vamos de excursión! En la isla, los amigos de Wario y el propio Wario acabarán separados y, previo una breve historia en vídeo que sirve de excusa, comenzará lo que todos esperábamos: ¡los minijuegos!

 

Volviendo a la época de Wii

El gran atractivo de WarioWare: Move It! es, como ya anticipaba al principio de este análisis, su sistema de control por movimiento, que utiliza todas las majestuosidades de los Joy-Cons de Nintendo Switch. Cada minijuego tiene una pose asociada, desde la modelo hasta el gerifalte, pasando por fingir que sujetas una katana hasta hacer una indecorosa pose llamada quiquiriquí en la que te pones un Joy-Con en la boca y otro en el culo. No os preocupéis, la primera vez que os encontréis con una pose, el juego os presentará un diagrama y una explicación antes de brindarte una divertida anécdota tangencial. Después de eso, el juego muestra una imagen rápida de la pose necesaria antes de iniciar el minijuego. Lo más divertido de este asunto es que cada pose es muy original y distinta a la anterior, por lo que las sorpresas con afán de evitar el tedio están más que garantizadas. Por supuesto, al tener que jugar con los Joy-Con desconectados de la consola, los usuarios de Switch Lite no podrán disfrutar de esta experiencia, algo que nunca está de más señalar, pues seguramente sirva para ahorrar alguna visita a tienda y posterior intento de devolución.

Evidentemente, el uso de controles de movimiento hace que el juego sea diferente y especial en relación con, por ejemplo, WarioWare: Get It Together. Dicho esto, los controles de movimiento no son completamente precisos todo el tiempo y habrá ocasiones en las que tus movimientos no se registrarán. Parte del problema parece deberse a la velocidad, ya que moverse a una velocidad normal podría considerarse demasiado rápido para que los Joy-Cons lo registren. Otro problema relacionado es que los Joy-Con necesitan en ocasiones de algunos movimientos exagerados para registrarse. El minijuego final de vuelo que aparece en la fase de Ashley y Red, es básicamente la mayor prueba de todo esto, un minijuego en el que hay que batir las alas para moverse y en el que es absurdamente fácil caer o chocarse sin tener demasiado claro cómo evitarlo, pues los movimientos son bastante caóticos. El hecho de que la necesidad de velocidad adecuada y exageración dependa de cada minijuego significa que hay algunos que, si bien presentan grandes conceptos, lo hacen acompañado de ejecuciones complicadas y a veces, poco intuitivas.

Por otro lado, y volviendo al tema de las poses, el modo Historia también añade un toque extra al proceso en forma de Poses Divinas, una pose que, si consigues imitar correctamente, rellenará tus vidas y te ofrecerá una segunda oportunidad de volver al ruedo, librándote así del Game Over definitivo. El juego es muy indulgente a la hora de reconocer esas poses y puedes aprovechar la segunda oportunidad tantas veces como quieras.

En cuanto a los modos de juego, el modo Historia se puede jugar en solitario o en modo cooperativo, y a su vez, este sirve para desbloquear otros modos, como el Museo y Cine. El primero, agrupa todos los minijuegos desbloqueados hasta el momento divididos según el personaje al que van asociados, permitiendo rejugarlos en diferentes velocidades. Asimismo, están todas las poses por si deseamos entrenar en profundidad alguna de ellas, y por último, las poses divinas, que se desbloquearán y añadirán conforme vayamos haciéndolas (lo que posiblemente lleve a los más compleccionistas a querer perder intencionadamente durante la aventura para hacer aparecer dichas poses y poder así sumarlas a la colección). En cuanto al modo cine, es un compendio de todas las cinemáticas mostradas durante el modo historia, por si deseamos volver a verlas.

Desde luego, el juego va bien surtido de modos: juegos musculímpicos, a lo loco, hiperdifícil, muerte súbita, sincronización perfecta, cambio de turno, duelo al sol o juego del espejo. Algunos están pensados para jugar en cooperativo, mientras que otros como el de juegos musculímpicos, son en solitario. Ciertamente el punto fuerte de WarioWare: Move It! es su modo multijugador, que permite competir con hasta cuatro personas simultáneamente. El modo fiesta es el que sirve a este fin y, al igual que el resto de las ofertas multijugador, hay una variedad muy interesante.

 

Conclusión

Pese a los evidentes problemas relacionados con los controles por movimiento (que pueden conllevar la repetición de un minijuego un número indeterminado de veces o a completar otros sin tan siquiera tener muy claro qué has hecho exactamente), WarioWare: Move It! es una divertida propuesta para jugar durante las fiestas con familiares o amigos, una experiencia muy común en la época de Wii, pero mucho más rara en los tiempos de Nintendo Switch. Por supuesto, si lo compras para jugar en solitario la oferta es mucho más limitada, incluso en comparación con otros juegos de la misma franquicia. No obstante, convendréis conmigo es que es uno de esos títulos que merece la pena tener para complementar a Mario Kart, Mario Party o Super Smash Bros, más ahora que las fiestas navideñas están a la vuelta de la esquina y hacer el canelo con cuatro copas de más jugando a colocarte un Joy-Con en la boca y otro en el culo, tiene que ser doblemente divertido.