[Análisis] Eriksholm: The Stolen Dream

[Análisis] Eriksholm: The Stolen Dream

Eriksholm The Stolen Dream box
Fecha de Lanzamiento
15/07/2025
Distribuidora
Nordcurrent Labs
Plataformas
PlayStation 5, Xbox Series y PC
Versión analizada
Steam

En una era donde el sigilo a menudo es solo una opción más dentro de un vasto arsenal de acción, Eriksholm: The Stolen Dream emerge como una valiente declaración de principios. El estudio debutante River End Games, compuesto por un talentoso equipo de apenas 17 personas, nos entrega una aventura isométrica que rinde homenaje a los clásicos del género, pero con un pulido visual y narrativo de última generación. Este no es un juego para los impacientes; es un puzle de relojería suiza, una experiencia metódica y castigadora que exige observación, paciencia y una devoción casi religiosa por pasar desapercibido.

Ambientado en una ciudad industrial de inspiración nórdica que se desmorona bajo el peso de la opresión y una misteriosa enfermedad, Eriksholm es una obra de arte distópica. Su impresionante apartado técnico, impulsado por Unreal Engine 5, y su enfoque en una historia contada a través de susurros y miradas, lo convierten en una de las sorpresas más cautivadoras del año para los amantes del sigilo puro.

 

Un sueño robado en una ciudad de óxido y musgo

La narrativa de Eriksholm se construye sobre los cimientos de la intimidad familiar para luego escalar hacia una distopía política de gran envergadura. Todo comienza en un tono menor y cotidiano: controlamos a Hanna, una joven que despierta tras superar la «Heartpox» (Viruela del Corazón), una plaga debilitante que ha puesto de rodillas a la sociedad. Tras un emotivo reencuentro con su hermano menor, Herman, este se marcha a su nuevo trabajo en las minas prometiendo volver pronto. Sin embargo, Herman nunca regresa. En su lugar, es la policía la que golpea la puerta exigiendo interrogar a Hanna, lo que desencadena una huida desesperada a través de un conducto de ventilación y el inicio de un viaje sin retorno.

El escenario de esta tragedia es el Reino de Rosmark, una versión alternativa de principios del siglo XX bañada en retro-futurismo y decadencia industrial. Es un mundo que bebe estéticamente de Dishonored y temáticamente de clásicos como 1984 o Hijos de los hombres. Mientras Hanna busca a su hermano, el jugador se ve inmerso en una sociedad asfixiada por la vigilancia, la censura y una fuerza policial opresiva. Lo que comienza como una misión de rescate personal se entrelaza inevitablemente con los hilos de una resistencia clandestina, obligando a Hanna a navegar por un conflicto donde la línea entre el sacrificio personal y el bien común es difusa.

El juego acierta al no convertir a Hanna en una «elegida» o una superheroína de acción; es una ciudadana común empujada por la desesperación. La narrativa no se te cuenta a gritos, sino que se respira en los detalles: carteles de propaganda rasgados, susurros de los ciudadanos oprimidos y rumores sobre fenómenos extraños en las minas. Aunque el guion a veces se retrae justo cuando podría profundizar más en sus dilemas filosóficos sobre la revolución y la agencia, culmina en un desenlace emotivo que justifica plenamente el subtítulo de «El sueño robado», dejando un poso de melancolía y realidad que es raro ver en el género.

 

El sigilo como un reloj suizo

La jugabilidad de Eriksholm: The Stolen Dream es su aspecto más definitorio y, a la vez, el más divisivo. Estamos ante un juego de sigilo en su forma más pura: no hay combate, no hay plan B. Si un enemigo te ve, la partida termina y vuelves al último punto de control. Cada nivel es un intrincado «puzzle-box» con una única solución correcta. No hay espacio para la improvisación; tu misión es observar, aprender patrones de patrulla, estudiar el entorno y ejecutar un plan con precisión milimétrica.

Para ello, cuentas con un control total de la cámara isométrica, que te permite explorar el escenario y planificar tus movimientos. El diseño de niveles es exquisito, aprovechando el sonido y la luz como mecánicas clave. Unas aves que puedes asustar para crear una distracción, una máquina de vapor cuyo ruido ahoga tus pasos o una puerta que debes abrir en el momento exacto son ejemplos de cómo el entorno es tu principal herramienta. Aunque con el tiempo obtienes artilugios como un dardo sedante, su uso es limitado y estratégico, no una solución universal. El juego también permite cambiar entre diferentes personajes, cada uno con habilidades únicas, añadiendo una capa de complejidad a los puzles.

Esta filosofía de diseño rígida es tanto su mayor fortaleza como su debilidad. Cuando encuentras la solución, la satisfacción es inmensa. Sin embargo, su naturaleza de ensayo y error puede resultar repetitiva y frustrante, obligándote a repetir el mismo minuto de juego una y otra vez por un pequeño fallo. Es un diseño que encantará a los puristas del sigilo, pero que puede alienar a quienes busquen más libertad.

 

Una obra de arte distópica en Unreal Engine 5

Técnicamente, Eriksholm: The Stolen Dream es un portento que justifica su exigencia de hardware. Construido sobre Unreal Engine 5, el juego exprime tecnologías como la iluminación global Lumen para crear una atmósfera densa y palpable. La luz no es solo estética, es narrativa: rayos de sol que atraviesan el smog industrial, farolas parpadeantes que proyectan sombras dinámicas y el brillo húmedo de los adoquines tras la lluvia. Las cinemáticas, aunque escasas, utilizan la tecnología Metahuman para ofrecer primeros planos de los personajes con un nivel de detalle facial y expresividad que rivaliza con producciones AAA, aportando un peso emocional enorme a los momentos clave de la historia.

El diseño sonoro es la otra mitad de la inmersión. En un juego donde el silencio es oro, cada sonido cuenta. El audio está implementado con una precisión quirúrgica: el crujido de tus botas cambia según pises madera, metal o piedra, alertando a los enemigos cercanos. El doblaje, realizado por un elenco británico, aporta una naturalidad y una textura que eleva el guion minimalista; las conversaciones casuales de los guardias o los susurros de los ciudadanos no solo ambientan, sino que a menudo esconden pistas vitales sobre rutas seguras o secretos del nivel. Es un juego que pide a gritos ser jugado con auriculares para captar cada matiz de su opresiva belleza.

 

Conclusión

Eriksholm: The Stolen Dream es una de esas joyas imperfectas que dejan huella. Como carta de presentación de River End Games, es un logro técnico y artístico sobresaliente: un mundo distópico que respira, construido con un mimo obsesivo por el detalle y respaldado por una tecnología de vanguardia que embellece incluso la decadencia. Su narrativa, íntima y contenida, demuestra que no hacen falta explosiones ni salvadores del universo para contar una historia que importe; a veces basta con una hermana buscando a su hermano en la oscuridad.

Sin embargo, su belleza esconde espinas. La decisión de diseño de convertir el sigilo en un puzle de solución única es un arma de doble filo: ofrece una satisfacción intelectual inmensa cuando las piezas encajan, pero castiga con repetición y frustración cualquier desviación del plan. No es un juego que te invite a jugar, sino a resolver.

Por ello, Eriksholm no es una recomendación universal. Si buscas libertad de acción, improvisación o un ritmo frenético, te sentirás encorsetado. Pero si eres de los que disfrutan observando patrones desde las sombras, planificando el movimiento perfecto y dejándote absorber por una atmósfera densa y melancólica, este «sueño robado» es una experiencia que merece ser vivida. Es una obra de autor que sabe exactamente lo que quiere ser y no pide disculpas por ello.

Eriksholm: The Stolen Dream
Sinopsis
Acompaña a Hanna en su aventura por Eriksholm para encontrar a su hermano y descubrir el misterio que se oculta tras su desaparición. Recorre impresionantes paisajes a lo largo de una apasionante historia en la que cada segundo cuenta mientras Hanna trata de reunir a su familia.
Pros
Un mundo distópico increíblemente detallado y bello gracias a Unreal Engine 5
Recompensa la paciencia, la observación y la planificación por encima de todo
Cuenta una historia emotiva a través del entorno y las interacciones orgánicas
Contras
La naturaleza de "puzzle-box" con una única solución puede limitar la creatividad
Un solo error te obliga a reiniciar desde el checkpoint, lo que puede resultar frustrante
Su enfoque metódico no será del agrado de todos los jugadores
8
Recomendado

Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.