Ha pasado ya un año desde el estreno, aquel 29 de enero de 2019, de Kingdom Hearts III, el último capítulo de la saga de Xehanort y el final de una era para muchísimos jugadores. Desde entonces, Kingdom Hearts III ha cambiado mucho, además de generar una gran cantidad de opiniones confrontadas entre sí. Yo mismo tuve el privilegio de analizar, para esta página, el título de Square Enix, y aun con todos sus defectos y tras meditarlo largo y tendido sigo manteniendo la opinión que dí sobre el juego en ese texto.
Kingdom Hearts III tenía el papel (papelón más bien) de cerrar todas las tramas abiertas por Tetsuya Nomura durante casi 17 años. El juego supo dar una conclusión épica y emocionante a sus tramas, pero dejó multitud de interrogantes y sinsentidos por el camino, logrando el escepticismo de una gran parte del fandom. Fue entonces cuando Kingdom Hearts III Re:Mind fue anunciado. El DLC venía para dar respuesta a muchas de esas preguntas, además de para añadir un buen puñado de contenido adicional. Pero, ¿ha conseguido Re:Mind estar a la altura de las expectativas? Descubridlo con nosotros en este análisis. Que vuestro corazón os sirva de guía.
Face my fears
Lo primero, y más importante, es definir que es Re:Mind. El DLC contiene dos episodios claramente diferenciados, uno enfocado a la historia y otro enfocado al combate. Ambos forman un conjunto de contenido similar a los extras que podíamos encontrar en los “Final Mix” tradicionales de la saga, solo que no están integrados “dentro” del juego.
Pero antes de entrar en materia quiero avisaros de una cosa: es imposible hablar del contenido de Re:Mind sin hacer alusión a los acontecimientos finales del juego base, así que, por favor, si no has terminado Kingdom Hearts III no sigas leyendo. Las líneas que continúan este texto contienen spoilers del final de la aventura principal, así que te recomendamos encarecidamente que si es tu intención jugarlo cierres inmediatamente este análisis y vuelvas después de hacerlo.
Re:Mind
Quien avisa no es traidor, esta es la línea de no retorno, a partir de ahora hablaremos del final de Kingdom Hearts III, así que: CUIDADO, SPOILERS DE KINGDOM HEARTS III.
Bien, ahora que todos estamos avisados vamos al contenido del DLC. Re:Mind contiene dos episodios claramente diferenciados: el propio Re:Mind, que es una experiencia narrativa y jugable pero más enfocado a la historia, y el episodio Limit Cut, que contendrá una serie de desafíos de combate que detallaremos más adelante.
Lo primero que hace regular el DLC es su introducción, pues arranca tan a fuego lento que prácticamente es un cubito de hielo. Tendremos que visualizar cerca de media hora de vídeos antes de poder tocar el mando de una manera mínimamente jugable. Estas escenas son interesantes, y nos permiten ver caras hasta ahora ocultas de algunos personajes, pero tanta exposición al comienzo de un videojuego puede antojarse duro.
Si recordáis, al final de Kingdom Hearts III Sora decidía ir en busca de Kairi tras derrotar a Xehanort, consiguiendo salvarla pero a costa de su propia desaparición. Re:Mind nos pone en la piel de un Sora que ya ha emprendido este viaje, y que tendrá que viajar al pasado y saltar de corazón en corazón hasta llegar a Kairi. Esto presenta el primer gran lastre para el DLC: la sensación de deja vu. Repetiremos al milímetro los últimos combates del juego, con algún añadido en forma de cinemática que intentará explicar algunos de los agujeros de guión presentes en el final original. Esto da a Re:Mind la sensación de juego sobre raíles, pues tenemos una secuencia prácticamente perfecta que se sucede de la siguiente manera: cinemática-combate-cinemática-combate-cinemática-combate…
Limitaciones incomprensibles
Nomura ha querido cortar esta sensación dándole al fan algo muy requerido durante mucho tiempo, pero ejecutado de una manera pobre y torpe: el control sobre otros personajes de la saga. Sin embargo, estos personajes solo serán controlables dentro de algunos segmentos de determinados combates, y no podremos siquiera configurar sus habilidades o equipamiento a nuestro gusto. No creo que hubiera sido tan difícil hacer esto de una manera más satisfactoria, o, ya que nos ponemos, no creo que hubiera sido tan difícil llegar a controlar a todos los custodios a elección. Esto habría añadido muchísima rejugabilidad al DLC dando sin duda una sensación totalmente distinta al el jugador.
Dicho esto, la parte final de Re:Mind se torna un poco más fresca, dando al jugador el control de Sora en un basto escenario que ya pudimos ver a finales del juego pero que no fue jugable en su totalidad. Por desgracia y a pesar de la escala de este nuevo mapeado, las áreas están totalmente vacías, pobladas únicamente con un par de cofres sin importancia o algunos combates contra enemigos random.
Sin embargo, no todo es repetido y decepcionante en Re:Mind, pues los combates finales harán gala de una magnitud, una épica y una ternura (especialmente en un momento concreto) nunca vistos en el título. Aunque, dicho sea de paso, toda esta acción vuelva a suceder sobre raíles (es poco más que un Quick Time Event elevado a la enésima potencia en cuanto a cotas de espectacularidad).
Limit Cut
Una vez terminado Re:Mind ganaremos acceso a Limit Cut, algo que también sonará a los fans de la saga… Y es que Limit Cut es, con todo el descaro del mundo, una repetición de lo que ya vimos en la Data Org de Kingdom Hearts II Final Mix. Tras una breve escena en la que veremos por fin a algunos de los personajes de Final Fantasy, nos esperan 13 combates, a cada cual más espectacular y desafiante, que llevan al límite las capacidades jugables que hemos podido exprimir en Kingdom Hearts III. Si alguien pensó que la dificultad del juego base se quedaba corta (aun después de la adición gratuita del desafiante modo Maestro) Limit Cut es la respuesta a ese pensamiento. Hemos podido jugar estos combates en dificultad normal y experto y si bien en normal ya representan un desafío, en experto y maestro es toda una locura. Estamos hablando, posiblemente, de los mejores combates de toda la saga (con perdón de Sephiroth o algunos miembros de la Data Org original… de ti no hablamos Consciencia Latente, tu eras injusto).
Nos encontramos ante el despliegue de efectos, combos y ataques a la velocidad del rayo más bestia de toda la saga. Pero eso no es todo, pues tras vencer a todos los jefes presentes en estos combates se nos abrirá la puerta a un combate muy especial, un combate que además desbloqueará dos nuevos finales secretos para el juego. No diremos nada más, pues la revelación de este combate y estos finales es algo que nos ha volado la cabeza. Solo decir una cosa: Nomura amigo mío, definitivamente te acabas de marcar un tanto apoteósico que no se siquiera si juega a tu favor o en tu contra y que me hace dudar incluso de si Square Enix está al tanto de tus intenciones con la saga Kingdom Hearts.
Otros añadidos
Sin duda ya habréis visto algo de lo que voy a comentar aquí por las redes sociales, pues el DLC ha sido carne de cañón para todos los creadores de memes gracias a un curioso e interesante añadido: el modo foto. Re:Mind incorpora un extensísimo y preciosista modo foto, con el cual podremos recrear casi cualquier escena o momento que pueda venirnos a la cabeza, por muy loco o disparatado que sea. Ya hay auténticas maravillas corriendo por la red que han sido recreadas mediante este nuevo modo, y si disfrutáis sacando capturas en vuestros juegos favoritos sin duda hará las delicias de vuestras galerías.
También se ha añadido al juego el llamado Menú Extra, un menú de personalización de la dificultad en la que podremos impornernos o quitarnos casi cualquier restricción o parámetro que se nos ocurra. Todo un acierto para los amantes del sufrimiento.
La banda sonora, como no podía ser de otra forma, sigue los pasos de lo que ya vimos en Final Fantasy XV o Kingdom Hearts III, con una intratable y excepcional composición de la mano de Yoko Shimomura (que además, y gracias a la clave suministrada por Koch Media, hemos podido disfrutar en las grabaciones de la gira World of Tres). Por último, cabe mencionar que se ha realizado un trabajo de pulido que es fácilmente apreciable en los gráficos de las escenas finales. Se han mejorado algunas texturas, y se han cambiado de manera visible algunos modelos para que parezcan más naturales y estéticos.
Conclusión
Re:Mind es una experiencia que se queda corta, sobre todo si hablamos de relación calidad-precio. Otras experiencias como Blood and Wine, Torna – The Golden Country, Iceborne o Hearts of Stone ofrecían infinidad de contenido más (de inmensa calidad general y algunos incluso en formato físico) por un precio igual o similar. Si te ha gustado el sistema de combate del juego sin duda disfrutarás como un enano de Limit Cut y el Jefe Secreto es un espectáculo visual, jugable y narrativo sin precedentes en la saga. El episodio Re:Mind, sin embargo no consigue transportarme más allá de la sensación de repetición. Si sois de los que pasáis horas y horas explorando las capacidades de un sistema de combate exigente y divertido Re:Mind (el DLC completo) os gustará sin duda, sin embargo, si venís atraídos por las respuestas o por la vertiente argumental de este contenido tengo una mala noticia, puede que no merezca la pena.