[Análisis] Shadow Bug

[Análisis] Shadow Bug

Hoy analizamos Shadow Bug, un juego indie de aventuras y acción desarrollado y editado por el estudio finlandés Muro Studios. El juego originalmente salió para teléfonos móviles en el 2015 y después el 21 de julio de 2017 para Steam. Ahora el juego da el salto a la consola híbrida de Nintendo, Nintendo Switch, por el modesto precio de 8,99€.

El tutorial y mis problemas con él

Sí, sé que cosas así no acostumbran a ser mencionadas, y menos aún a tener un apartado como tal para sí mismas, pero me he visto en la necesidad de hacerlo. ¿Por qué? Eso es lo que debería preguntar yo, ¿por qué el juego tiene un tutorial imposible de completar? Ya que, al menos que mi consola o yo tengamos algún tipo de problema, que lo dudo, fui totalmente incapaz de terminarlo, ya que de buenas a primeras no me deja usar ningún botón más allá de la Y, y no tiene la utilidad que dice, si lo pulso no “centra el objetivo”, si lo pulso, lo único que pasa es que la libélula que nos acompaña dará vueltecitas sobre sí misma.

Además, tiene fallos de traducción tan grandes como confundir la izquierda con la derecha, puesto que en la primera pantalla del tutorial pone: “Usa el joystick derecho para desplazarte” y muestran el izquierdo. Son cosas que no te hacen empezar con ganas el juego, la verdad. Afortunadamente, hay una especie de truco para dejar atrás el tutorial y así empezar el juego: tocar la pantalla táctil, la que además se convertirá en nuestro control principal durante el juego.

¡Corre, salta, ataca!

Es un juego con una temática sencilla: eres un ninja llamado Shadow Bug y tienes que cargarte a todos los bichos que vayan apareciendo a lo largo de los niveles, con tal de proteger el bosque sagrado en el que vives. ¿Cómo se hace? Sencillo, una vez aparecen en pantalla, los tocas y serás proyectado hacia ellos, atravesando paredes si es necesario, para finalmente cargárnoslos sin ningún inconveniente, ya que no se defienden ni hacen nada. De hecho, serán nuestra base de movimiento, ya que en la gran mayoría de ocasiones no tendremos ni que usar el joystick para desplazarnos, nos servirá únicamente con lo que Shadow Bug se mueva a la hora de ir erradicando enemigos.

¿Cuáles serán nuestras preocupaciones principales cuando estemos jugando? Realmente, ninguna. Solo nos pueden matar en el caso de que nos toque un enemigo (sí, tenemos una única vida y se esfuma con un toque) o si chocamos o caemos sobre los distintos obstáculos que nos presenta cada uno de los niveles. Y con esto, entramos en otra polémica: solo tiene 36 niveles, teniendo en cuenta que en cada nivel como mucho nos pasaremos entre uno y dos minutos al principio, y entre cuatro y cinco más adelante, hace que el juego sea bastante breve. A cambio de su brevedad y como punto a favor, el juego está dividido en seis fases con seis niveles cada una, y al final de estas nos encontraremos con jefes finales de lo más entrañables, que harán que la brevedad y facilidad de los niveles anteriores, se olvide un poco. Eso sí, no os penséis que todo será pan comido, porque la dificultad irá avanzando y cada vez habrá más obstáculos, aunque, para mi gusto, en ningún momento llegan a suponer un reto importante.

Acerca de la rejugabilidad del juego, también flaquea un poco, ya que el único incentivo que se nos ofrece es el hecho de conseguir los tres shurikens de cada nivel, dos de los cuales en el mayor de los casos los conseguiremos nada más completemos el nivel una sola vez, y el tercero, que es el que depende del tiempo que tardemos en llegar al final, cosa que al principio nos costará bastante pero a la que cojamos más práctica no nos costará demasiado.

Apartado audiovisual

En lo referente al apartado gráfico, nos encontramos con un juego simple y minimalista que sabe cuidar su arte, haciendo de este algo bonito y a su vez ameno de ver, que no nos ofrecerá unos escenarios espectaculares para que nos quedemos observándolos, pero tampoco nos traerá unos gráficos ni diseños que provoquen que queramos dejar de lado el juego. En Shadow Bug se han centrado en conseguir que lo sencillo nos agrade y lo han conseguido, ofreciéndonos un dibujo bonito y un movimiento entretenido, junto a unos fondos simples pero eficaces.

Por otra parte tenemos el apartado sonoro, que de nuevo vuelve a ser sencillo y a causar el mismo efecto, algo pasajero que en ningún momento nos llegará a molestar y nos agradará escucharlo mientras estemos jugando, al igual que los sonidos particulares, que son graciosos y agradables, además de estar bien ajustados al estilo del juego.

Conclusión

Shadow Bug desde luego no es un mal juego, pese a su escasa duración y su poca rejugabilidad, en lo que respecta al apartado gráfico, sonoro y la jugabilidad son bastante adecuados, sobretodo si buscas algo orientado a jugar partidas cortas, aunque el jugar tocando la pantalla táctil sea algo incómodo. Por tanto, yo de ti daría una oportunidad a este juego, más con el bajo precio que tiene.