Si observamos desde un punto de vista pesimista, la industria de los videojuegos está actualmente en una situación controvertida, debido a los métodos que se están usando, tales como juegos a largo plazo, microtransacciones, DLCs, lanzamientos de juegos incompletos, bugs, parches de día uno de gran tamaño, etc. Shadow of Loot Box hace de todo esto una broma, en un videojuego satírico donde con solo ver su título, podemos ver que las loot boxes tienen bastante protagonismo.

Tras su lanzamiento en PC a principios de año, el equipo de Stately Island nos trae su nuevo proyecto a Nintendo Switch, Xbox One y PlayStation 4, esta última la versión que hemos podido probar, Shadow of Loot Box, un first person shooter que, según sus desarrolladores, podría llegar a ser “el futuro del mundo de los videojuegos” si se siguen continuando estas prácticas “malignas” mencionadas anteriormente.

 

Shadow of Loot Box

La historia del videojuego no es desdeñable, sino que es totalmente inexistente, aunque centra su narrativa en gags visuales y chistes más allá de una historia como tal. El juego comenzará dejando a nuestro (inútil) protagonista en una mazmorra, donde deberemos subir de nivel para avanzar. En este primer nivel no podremos saltar, correr, interactuar ni disparar, será necesario que ganemos experiencia para desbloquear dichas aptitudes en un pequeño y simple árbol de habilidades. Al principio, rellenaremos nuestra barra de nivel gracias a unas esferas que están esparcidas a lo largo del escenario. Una vez que hayamos subido de nivel, desbloquearemos el salto y repetiremos el proceso de recolección de experiencia por sitios previamente inaccesibles. Así, hasta poseer las habilidades principales y continuar a la siguiente fase. Y aunque es verdad que es un planteamiento algo extraño, está pensado de una forma original y divertida.

Por desgracia, esta mecánica desaparece pasados los tres primeros niveles, dando lugar al principal aspecto del título, los disparos. Aquí, ya tendremos todas nuestras habilidades desbloqueadas y solo quedarán subidas de stats por desbloquear. Una vez en el tercer nivel, encontraremos nuestra primera loot box que deberemos abrir para conseguir la primera arma del juego y munición. La mecánica de disparo es mala, imprecisa y sin ningún tipo de feedback, pero Shadow of Loot Box tampoco pretende tener un gran gunplay, solo necesita una excusa para acabar con loot boxes enfurecidas.

Hay tres tipos de enemigos, todos ellos cajas de botín, una que nos perseguirá y atacará con un mordisco, otra que explotará, y una última que disparará pequeños proyectiles. Ninguno de ellos es un reto, se hacen repetitivos y además reaparecen con el tiempo. Y si hablamos de enemigos, debemos hablar de cómo acabar con ellos.

Pues acorde con la temática del título, encontraremos aleatoriamente las cuatro armas del juego (pistola, fusil de asalto, escopeta y lanzacohetes) en cajas sorpresa a lo largo de la aventura. En primer lugar, las armas no son fácilmente identificables, la pistola y la escopeta son absurdamente parecidas, el fusil solo se diferencia de estas dos por llevar una mira (que no podremos usar) y el lanzacohetes sí que tiene algo más de personalidad. Pero en combate, el no reconocer tu propio arsenal puede provocar más de un problema (aunque tampoco mucho ya que es muy difícil morir en el juego).

Como hemos mencionado anteriormente, la mecánica shooter no es nada buena y/o satisfactoria. De hecho, optaremos por esquivar a parte de los enemigos corriendo antes que acabar con ellos siempre que tengamos oportunidad.

A medida que avanzaba en Shadow of Loot Box, iba captando el mensaje que quieren transmitir los desarrolladores, pero he de advertir, que más de uno dejará los mandos antes del quinto nivel si no se toma el juego como lo que es, una broma.

El juego reitera una y otra vez en aspectos que se critican de la industria del videojuego actual. Y sé que es difícil de entender si no lo estás viendo, por lo que a continuación podréis ver unas imágenes de uno de los primeros niveles del juego, donde no hay ningún tipo de textura, criticando así los juegos que se lanzan al mercado sin terminar.

Los chicos de Stately Island no contentos con poner un nivel “sin terminar”, continúan con esta mordaz crítica que bien puede costarles la gran mayoría de los usuarios que vean a Shadow of Loot Box como un jocoso juego de disparos. En mi caso, al ver el nivel sin texturas entré en un estado de vergüenza ajena y enfado, mientras que creía estar perdiendo el tiempo con un juego totalmente roto. Pero fue justo en el siguiente nivel cuando capté el humor de estos desarrolladores gracias a una nota que había dejado uno de ellos avisando sobre un error.

A partir de aquí, incluso puede decirse que disfruté del ácido humor de Shadow of Loot Box. En los siguientes niveles, se parodian algunos tópicos de los videojuegos como lo son que te acompañe un NPC, bugs varios o los juegos free to play. Además, algunos géneros también son representados ridículamente en el juego, como un nivel con apenas luz donde con una linterna deberemos escondernos de fantasmas dentro de armarios, uno que nos hace ser recaderos de campesinos en misiones secundarias totalmente idénticas, e incluso uno en el que se incluirá un sistema de crafteo y supervivencia.

Apartado gráfico y sonoro

Shadow of Loot Box es estéticamente feo. Gráficamente parece un mod de Minecraft poco trabajado. Como punto a su favor, está completamente traducido al castellano en sus textos. Y sonoramente el título tampoco destaca, ni siquiera es correcto, es más bien insulso. Aunque todo esto puede formar parte del plan Stately Island para hacer de este un juego cutre que se ríe de los grandes títulos triple A.

Conclusión

En líneas generales, Shadow of Loot Box no es un buen juego. Pero sí que es una curiosa experiencia donde la crítica y la sátira a la actual industria del videojuego se anteponen a cualquier otro ámbito. ¿Lo recomendaría? Solo a aquellos valientes que, esperando una gran rebaja de precio, quieran reírse un rato (aproximadamente una hora y media) de la extravagancia con la que el título se ríe del sector de los videojuegos a día de hoy.