Y eso es lo que debieron de pensar en Darkscreen Games, una pequeña desarrolladora indie francesa encargada de realizar el título que hoy analizo, ya que cogieron la base de títulos tales como Super Smash Bros. para crear su propio crossover indie, Bounty Battle. Por supuesto, el proyecto no puede ser analizado como un título triple A debido a que se trata del primer juego del estudio y a que este cuenta con muy pocos integrantes. Sea como sea, hablemos claro. ¿Se trata de un buen título de lucha? ¿Están bien representadas las series que participan en el proyecto? ¿Y es el Penitente de Blasphemous el mejor personaje del juego? Las dos primeras se responderán a lo largo del análisis, pero ya os adelanto que sí, el Penitente es genial.
El lado B de los indie
La premisa de Bounty Battle es realmente interesante, el unir a tantísimos personajes de diversos títulos indie es una propuesta muy divertida y que el título cumple con creces. Encontramos en el juego a más de 25 personajes, entre los que destacamos, por ejemplo, a los protagonistas de Owlboy, Darkest Dungeon, Guacamelee!, Nuclear Throne o Blasphemous, entre otros. Además, hay 5 personajes creados para este juego, que no desentonan en ningún momento. El plantel de personajes jugables es extenso e impresionante, lo que por desgracia choca y mucho con la escasez de modos de juego y escenarios. Modos de juego hay poquísimos, teniendo para un jugador los clásicos modos entrenamiento y tutorial, además de los modos desafío, en los que hay que derrotar a un buen número de enemigos por fases, y el modo torneo, en el que cumplir una serie de… desafíos… Me da a mi que ha tenido que haber un error en la traducción del título, porque el modo torneo y el modo desafío parecen tener los nombres cambiados. Y sí, el juego está traducido al español, a pesar de que la traducción es un tanto pobre.
El caso es que el título carece de modos de juego, y la mayoría de estos son muy repetitivos, ya que todos consisten en lo mismo: derrota a tu enemigo o enemigos y avanza a la siguiente fase. Como no te guste la base jugable, estás apañado (ya tocaremos la base jugable en el siguiente apartado). Si a esto le sumas que el juego, en modo un jugador, es realmente sencillo, hace que te acabes cansando pronto. Lo más interesante lo encontramos en el modo multijugador, donde poder jugar con un amigo y donde el gran número de personajes demuestra el potencial de diversión del juego. A pesar de que hay pocos escenarios, el modo multijugador y la enorme cantidad de personajes jugables se alzan como los puntos más positivos e interesantes de todo el título.
¿Qué es más importante, la fuerza bruta o el botín?
Entrando de lleno en el apartado jugable del título, he de decir que lo encuentro algo decepcionante. Y es que, no pedía que tuviera la complejidad de un Guilty Gear o de un King of Fighters, por supuesto, y más teniendo en cuenta los antecedentes del estudio, pero es que el gameplay es bastante sencillo y muy explotable. No hay mucha penalización por “spamear” ciertos ataques, y los combates se pueden acabar en nada si simplemente repites los dos mismos ataques todo el rato, reforzando lo que comentaba en el punto anterior, que todo se sienta muy repetitivo a pesar de la cantidad de personajes jugables. Y es que, un juego de lucha sin estrategia poco puede funcionar. Pero expliquemos un poco en qué consisten los combates, que he saltado directamente con uno de los problemas más grandes del juego. Los combates, que pueden darse con hasta cuatro personajes, los gana aquel que consiga mantenerse el último con vida, como en la grandísima mayoría de obras del género. Contamos con dos botones de ataque, uno débil y otro fuerte, que se pueden combinar con los comandos de movimiento para hacer otros ataques (aunque hay poquita variedad en cada personaje) y si se pulsan los dos botones a la vez, se realizan ataques más poderosos. También se puede atacar con R2, con el que hacemos un especial. Salvo los ataques débiles, el resto de ataques consumen energía o botín, y sí que hay algo de estrategia en este sentido (ya que hay que controlar nuestros recursos), pero como los ataques débiles quitan bastante y no hay penalización, la estrategia al final se queda en nada.
Este no es mi único problema con los combates. Los movimientos son raros, llegando a no sentir cuándo se golpea o se es golpeado (el “gamefeel”, que es algo que influye mucho en la percepción de los juegos de lucha, me falta aquí) y en ciertas ocasiones, en mitad de los combates el título parece no poder dar más de si, dando pie a ralentizaciones que frenan el ritmo de los combates. Pero no todo es malo, pues aunque se aleja de los juegos de lucha más técnicos, se acerca mucho a otros más arcade, del estilo de Brawlhalla. Y en esta línea, no está mal del todo, pues a pesar de no ser para nada mi tipo de juego dentro del género, sí que puede resultar divertido para el público casual. Lo dicho, creo que sin el plantel de personajes que tiene, unido al reclamo de tener tantas series de videojuegos indies juntas, el juego perdería muchísimo.
Entre la animación 2D y el 3D
Acerca del apartado gráfico, se notan aquí más que en ningún otro apartado las costuras del título, a pesar de que es un apartado plagado de luces y sombras. Pero hablemos primero de lo bueno, ya que el diseño artístico tiene un nivel muy alto, representando realmente bien y de forma fidedigna a todos los personajes tal y como aparecían en sus juegos originales. Esto se demuestra, sobretodo, en la genial intro animada que da la bienvenida al título, muy bien animada y con una buena canción. Esto es lo positivo, y en cuanto a lo negativo… Los escenarios tienen una calidad gráfica regulera, con algunos que se ven simplemente bien y otros que se ven muy, muy mal. El mezclar 2D y 3D no llega a cuajar, y en más de una ocasión hay texturas o elementos gráficos que desentonan muchísimo. Los escenarios están muy vacíos, y si a eso le añades lo pobres que son los menús, creo que es algo que se podía haber trabajado más.
En cuanto al sonido, este apartado me ha convencido mucho más. Las canciones utilizadas en los distintos escenarios son pegadizas, y destaco especialmente la del menú, que es la que más me ha gustado. Aunque sí que es cierto que he echado en falta que los personajes hablaran algo más, pero vaya, más allá de eso creo que pocos puntos negativos se pueden sacar de aquí.
Conclusión: A veces, la unión no hace la fuerza
Bounty Battle se trata de un título que, sobre el papel, plantea una idea realmente interesante pero que, debido a sus fallos y a su falta de profundidad, hace que no funcione del todo como un fighting game, resultando un curioso experimento que atraerá más por la unión de las series que aparecen en el mismo que por su jugabilidad o elementos únicos. Sin embargo, no es que sea un mal juego, ya que tiene elementos de calidad (sobretodo a nivel sonoro y visual) y considero que es una obra víctima de sus propias circunstancias, pues creo que con un equipo más grande y con más experiencia en el género de la lucha se podría haber desarrollado un título muy interesante.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.