Cuando uno es joven, no suele valorar las cosas de la misma forma que en la edad adulta. Imagina, por ejemplo, la primera vez que probaste una comida o bebida concreta cuando eras un adolescente o incluso un infante. Es posible que, al igual que un servidor, escupieses asqueado el primer sorbo de café que diste en tu vida. Yo, joven defensor del Cola Cao con galletas, no veía nada que me hiciese apreciar ese amargo sabor, ni mucho menos que me invitase a cambiar mi dulce desayuno habitual por ese nuevo producto que mis padres tomaban de forma asidua por las mañanas. Volviendo al presente, el café se ha convertido en un indispensable para mi y tomo un par de tazas todos los días. ¿Quién se lo hubiera dicho a mi yo de 10 años?
Esto es extrapolable a otras tantas materias de la vida. Es posible que repudiaseis con toda vuestra alma alguna asignatura del instituto y ahora, con unos cuantos años más a vuestras espaldas y la experiencia que eso suele conferir, valoréis e incluso hayáis convertido en vuestro hobby (o puede que salida laboral) alguno de estos conocimientos que, en su día, solamente conseguían imbuiros sopor en la silla del aula. Una de las asignaturas más aborrecibles por lo general (con el permiso de las matemáticas) es la filosofía. Con 16-18 años, uno suele llevar a cabo un mayor esfuerzo mental en pensar los planes para el fin de semana con sus amigos; que, en intentar comprender el planteamiento de Platón sobre el mundo sensible y el mundo inteligible, o en valorar el sentido de la figura del Demiurgo en Descartes. ¿A quién podría culpar de ello? Yo mismo he sido esa clase de chaval y no he sabido apreciar la filosofía hasta por lo menos los 20 años.
¿A qué se debe este estéril paseo por la memoria que estoy realizando? Bueno, hoy os quiero hablar de Crystar, el último título desarrollado por Gemdrops y distribuido por Spike Chunsoft, que se dejará caer por las PlayStation 4 occidentales en apenas unos días. Aunque en esencia al hablar del plano jugable estamos ante un Action-RPG de toda la vida, en la base, está fuertemente influencia por el pensamiento filosófico occidental, centrándose en gran medida en las ideas de Platón.
Vendiendo un alma para salvar otra
Crystar nos pone en el papel de Rei una joven que despierta rodeada de mariposas en el Purgatorio junto a su hermana menor, Mirai. Asustada y confundida, sin tener demasiado claro qué es ese lugar onírico o qué hace allí; ambas son asaltadas por una bestia y Mirai cae al vacío, a los pisos inferiores del Purgatorio. Rei aviva entonces un poder latente y se pone en marcha para buscar a su hermana, con la mala suerte de que combatiendo mientras hace uso de este para protegerla, termina por matarla…
Devastada anímicamente por lo sucedido, Rei se desploma y llora amargamente. En este momento de flaqueza es cuando aparecen Memphis y Pheles (demonios que gestionan el Purgatorio) y le ofrecen firmar un contrato. Si desea recuperar el alma de Mirai, deberá convertirse en la ejecutora particular de estas dos dentro del Purgatorio. Esta es una zona de paso para las almas de los fallecidos, a esperas de un juicio sobre su devenir en futuras vidas. Si desea salvar a su hermana, no hay más opciones. Si la voluntad del almas es fuerte, puede regresar a la vida, pero el costo es alto, otras almas… Si Rei quiere volver a Mirai, tiene un ingrato trabajo por delante.
Culpabilidad, religión y filosofía
Desde el principio, sientes que Crystar trata temas complicados y lo hace con seriedad y respeto. Al hablar con las mariposas (almas) repartidas por el Purgatorio, te das cuenta de que esos pobres desdichados no saben que están muertos, no tienen claro lo que pasa y eres testigo de diversas formas de afrontar la muerte e historias de todo tipo, algunas de ellas incluso implican a niños pequeños. A esto, hay que sumarle los recuerdos de otras compañeras ejecutoras que se incorporarán a nuestro plantel con el tiempo (ya que nadie acaba en el Purgatorio de casualidad, ni mucho menos vende su alma a diablos sin un motivo de peso) y los propios Revenants, almas rebeldes que han perdido el rumbo y se dedican a cazar a otras almas inocentes para intentar salir del Purgatorio.
La propia Rei lucha constantemente contra sus propios sentimientos. Desde incluso antes del fatal accidente que le lleva a terminar con la vida de su hermana, debido a su propia ira que le hace incapaz de controlar a su Guardian (que no deja de ser la manifestación de su propia alma, se entiende pues, llena de rabia), hasta momentos de pánico e incluso depresión, algo que se ve en su rostro, su forma de hablar o incluso, en los ratos que pasa en su habitación con la mirada perdida o en la cama con su móvil. Asimismo, cuando Rei golpea a los enemigos (que no dejan de ser almas de otras personas en forma de espectros o Revenants) se le puede escuchar decir: “cuidado”, “lo siento”, “por favor”. Es un sentimiento de culpabilidad constante, se machaca por lo que está haciendo, y es que, no debe ser plato de buen gusto condenar a otros para salvar el alma de un ser querido…
A estos temas series y en ocasiones oscuros, que no teme tratar Crystar, hay que sumarle el trabajo de documentación en cuanto a teología católica y, sobre todo, filosofía griega se refiere. Nada en este juego está puesto al azar, desde la creencia griega de que cuando el alma abandona el cuerpo sale volando en forma de mariposa (de ahí que las almas del Purgatorio estén representadas como tales), hasta el hecho de que el nombre de las demonios Memphis y Pheles, no esté puesto de forma arbitraria, ya que al juntar ambos, obtenemos Mephispheles, algo que rápidamente nos lleva a pensar en Mefistófeles (Mephistopheles), un demonio bastante conocido que se dedicaba a la caza de almas (básicamente el trabajo que nosotros tenemos que hacer para Memphis y Pheles). Por otro lado, todos los Guardianes tienen nombres de filósofos, el de Rei, por ejemplo, no es otro que Heráclito, al que curiosamente se apodó el filósofo llorón (algo que no deja de sorprender si tenemos en cuenta que una de las principales mecánicas del juego está vinculada con el llanto).
La base filosófica principal sobre la que se cimienta Crystar es la de Platón. Se hace mucho hincapié en la “Idea” (la principal teoría del filósofo griego), lo que cazamos realmente para Memphis y Pheles no son almas, son Ideas. La Idea es algo que habita en el alma y otorga autoconsciencia a los seres; el alma está constituida por ideas per se, que se materializan en forma de lágrimas. El cuerpo es entendido en este contexto como una especie de prisión para el alma, que debe expiar la culpa. La vida como idea reside en el alma, no en el cuerpo, por lo que esta es inmortal (de ahí que sea posible rescatar el alma de Mirai). Igualmente, Rei se mueve entre dos mundos, el Purgatorio y el mundo real. Ahora que sabemos que el alma está formada por Ideas, es complicado no asociar el Purgatorio con el Mundo Inteligible formado por universales (Ideas), y el mundo material real (en este caso la habitación de Rei), con el Mundo Sensible (Teoría de los mundos de Platón).
Esto es simplemente una pequeña parte, pero las alusiones a filósofos, escuelas o conceptos de la filosofía occidental son constantes, desde nombres de enemigos (Hobbes) a ataques especiales de nuestras ejecutoras en conjunción con sus Guardianes (Panta Rei). Por supuesto, podéis pasar por alto todo esto, pero si tenéis un mínimo interés en la materia, a buen seguro que disfrutaréis más de todo lo que tiene que ofrecer Crystar.
Llorando para expiar la culpa
En lo tocante a las mecánicas jugables, Crystar es un ARPG con un combate bastante básico basado en combos de ataques débiles y fuertes, que se complementan a su vez con unas habilidades que se pueden asignar a R1 y un botón de acción, pero que, por supuesto, consumen el maná de nuestra ejecutora (aunque se recupera peleando normalmente). Aunque con el tiempo dispondréis de un total de cuatro personajes en el equipo, cada una con su arma propia y forma diferente de lucha, así como un total de nueve habilidades cada una (de las que no podréis equipar más de cuatro); es inevitable que, con el paso del tiempo, no sintáis el tedio de la repetitividad recorriendo el Purgatorio mientras combatís espectros y Revenants.
La mecánica más interesante del título es la relacionada con el llanto, que, a su vez, está íntimamente ligada con la invocación del Guardian. Estos seres pueden asistirnos en combate protegiéndonos con guardias automáticas y contraataques, aunque estas habilidades no dependen de nosotros. Lo que sí depende de nosotros es llorar (haciendo uso del L1, lo que consume maná) para llenar el Tear Gauge (un medidor de lágrimas) y una vez completado, invocar a nuestro Guardian para que luche por nosotros. Además de los ataques básicos potenciados, se puede realizar un ataque especial bastante dañino, pero a cambio, se consume totalmente el Tear Gauge, por lo que es aconsejable apurar al máximo posible antes de usarla.
Durante nuestro periplo por los escenarios fantasiosos del Purgatorio, además de enemigos normales habrá que afrontar batallas contra otros seres especiales, que están rodeados por un aura oscura y que, una vez derrotados, desprenderán un Tormento, un sentimiento de angustia que se impregna en la mente de nuestra protagonista acumulables hasta un máximo de diez, que llenarán la pantalla con los lamentos de aquellos que han muerto por nuestras manos. La forma de purgar estos perniciosos pensamientos es mediante un proceso de Catarsis, es decir, purificando el alma y la mente, en este caso, mediante el llanto de Rei. Al hacerlo, estos se convierten en Sentimientos, que son armas y armaduras equipables, que a su vez pueden fusionarse para obtener otras de mayor rango. Estos Sentimientos llevan asociados una frase, que se irá descubriendo a medida que actualicemos el arma/armadura a su máximo nivel.
Las peleas contra jefes finales suelen ser interesantes, aunque más que por el combate en sí, por la historia de fondo que suele acompañarle. El ritmo es generalmente lento, y los ataques no son complicados de esquivar, amén de que bajarles la vida no es complicado. Si a esto le sumamos la disposición de varias ejecutoras entre las que alternar durante el combate, pudiendo así cambiar si alguna recibe daño (aunque siempre se pueden utilizar ítems curativos), aprovechando a la par el pequeño boost de ataque temporal que se da al cambiar de personaje, no deberíais tener problema alguno en superar estos desafíos.
Hasta el momento prácticamente todo lo dicho tiene que ver con el Purgatorio (a excepción del llanto para purificar Tormentos y las mejoras de Sentimientos). En su habitación, Rei puede entre otras cosas, leer su diario, cambiarse de ropa, escuchar los temas que componen la banda sonora del juego, acariciar a Thelema (su fantástica perra samoyedo, blanca y suave como el burrito Platero) o ver las Memorias de los Muertos. Esto último es, probablemente y con el permiso de Thelema, lo más interesante que hay entre estas cuatro paredes. Esos Tormentos que nos abaten tras derrotar a los Revenant, terminan por constituir este compendio de memorias que nos informan sobre estos enemigos, su vida anterior como seres humanos, cómo murieron, etc.
Incluso en la oscuridad, hay belleza
Crystar es visualmente un conglomerado de luces y sombras. Los escenarios del Purgatorio son bastante simples y muy similares entre sí, de hecho, más de una vez recorreremos los mismos lugares de una punta a otra y viceversa. No obstante, el uso de los colores y la iluminación, muy acordes con la temática del título, consiguen que logre destacarse en este sentido. Por otro lado, aunque los diseños de los Revenant no han logrado sorprenderme, la cosa cambia al centrarnos en el diseños de las protagonizadas creadas por RIUICHI, que es bastante impresionante. Cada muchacha es diferente y única, con un marcado estilo anime, muy oscuro, casi gótico en algunos casos. Al pasar de las dos dimensiones a las tres, el modelado de personajes sigue siendo muy detallado (mirad los ropajes de Rei o mejor aún, centraos en sus ojos al llorar) con algún pero menor.
El título de Gemdrops y Spike Chunsoft, es simple en algunas cosas y detallista en otras. Es muy curioso ver como cuando Rei escucha música en su habitación, tanto su móvil como sus auriculares son de Sony. Más sorprende aún ver que se enfoque al smartphone y ver que aparece un álbum con el nombre de Crystar, como si el personaje estuviese escuchando una lista de reproducción del propio juego al que pertenece. Conforme pasamos el tiempo en la habitación sin hacer nada, las escenas de lo que Rei hace van cambiando, igual que si decidimos llevar a cabo cualquier las acciones posibles, esto se acompaña de la propia Rei llevándola a cabo.
No podría completar este análisis sin hacer mención al precioso opening de Crystar (levemente censurado, por cierto), creado por Shaft y cuyo tema principal corre a cargo de yanaginagi. Además de estar lleno de sentimiento, mostrando la lucha de Rei por llegar hasta su hermana Mirai, la canción es preciosa y está bellamente ilustrado, además de hacer un maravilloso uso de los colores, dejando un fantástico contraste entre las dos hermanas (Rei, asociada a colores fríos en su mayoría, y Mirai, los cálidos).
Para completar esto, Sakuzyo nos regala una banda sonora excepcional que casa fantásticamente con el título. En total, hay casi dos horas de temas (que, además, pueden escucharse desde la habitación de Rei conforme los vayamos desbloqueando) con nombres como: “Wanna Cry”, “Grief”, “Anger”, “Anxiety” o “Desperate”, que mucho tienen que ver con la temática oscura y melancólica que acompaña a Crystar.
Conclusión
Crystar no va a conquistarte por ser el mejor ARPG del mercado, sino por su narrativa oscura y madura, su tratamiento de temas complicados y la filosofía aquí presente. Esta es la historia de Mirai, Rei y sus compañeras, un viaje sobre las emociones, que te hará avanzar por los repetitivos combates de los diferentes pisos del Purgatorio, en pos de arrojar más luz sobre aquello que desconoces, pero quieres saber.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.