Ya lo he comentado en otras ocasiones, pero si por algo se ha caracterizado Final Fantasy es por su capacidad para innovar y presentar nuevos sistemas de progresión y combate. A pesar de lo que muchos jugadores pueden pensar, nunca ha habido un sistema de combate fijo en la franquicia ni una dirección clara, puesto que cada entrega ha sido pensada con el único propósito de innovar y divertir. Esta filosofía es la que ha permitido la llegada de juegos tan maravillosos y distintos entre sí como Final Fantasy X (centrado en la exploración lineal y en el combate por turnos pausado) o Final Fantasy XIV (centrado en los combates masivos y en el multijugador online), dando forma a un conjunto de juegos tan irregular como icónico. Durante los últimos años, los juegos anteriores a Final Fantasy VII (conocidos como la vertiente clásica de la saga) habían sufrido del ostracismo, quedando relegados a malas versiones para PC que no hacían justicia a las versiones originales. La nueva filosofía de Square Enix ha llevado a que, por fin, se hayan decidido a lanzar versiones remasterizadas de todos estos clásicos. Y, tras su paso por dispositivos móviles y PC, estas versiones por fin han llegado a PS4 y Switch. ¿Queréis saber qué tal han salido? ¡Pues dentro análisis!
¡Una nueva oleada de juegos clásicos!
Lo primero es lo primero: ¿Qué es lo que trae Final Fantasy Pixel Remaster? Pues bien, como os comentaba en la introducción esta nueva recopilación trae consigo las versiones remasterizadas de las seis primeras entregas canónicas de la serie, lo que de base es un buen número… Aunque se echa en falta la inclusión, por lo menos, de Mystic Quest, el que es posiblemente el título más olvidado de la franquicia. Muchos ya lo sabréis, pero en caso de que no estéis muy relacionados con la franquicia es necesario mencionar que cada juego cuenta una historia independiente, por lo que se puede disfrutar de cualquier título en el orden que más interese. Cada juego es una muestra distinta de los intereses de la compañía, teniendo algunos más centrados en narrar una historia (como es el caso de Final Fantasy IV o Final Fantasy VI) y otros más interesados en innovar de cara a lo jugable (como ocurre con Final Fantasy III o Final Fantasy V),lo que nos deja clara una cosa: no hay dos juegos iguales, y cualquier jugador podrá encontrar en esta colección un juego que se adapte a la perfección a sus intereses.
Dicho esto, es importante señalar que nos encontramos ante títulos de finales de los 80 y principios de los 90, lo que se nota especialmente en el diseño de niveles y en la narrativa. Los tres primeros juegos de la franquicia cuentan con un diseño de niveles sencillito basado en la presentación de mazmorras laberínticas que, sin embargo, se ve arruinado por la inclusión de un mapa que nos señala la localización de todos los cofres y todas las salidas. Sus historias no van más allá de explorar el mundo, encontrar varios cristales y liberar a los reinos del mal, si bien la segunda entrega (que a todas luces es la más floja de la colección) destaca más gracias a su sistema de contraseñas y a su ambientación, sorprendentemente novedosa al hacernos formar parte de una rebelión contra el Emperador. Con Final Fantasy IV y VI la cosa mejora mucho, ofreciendo una narrativa increíblemente moderna en el que no pararemos de conocer personajes y lugares maravillosos, de esos que se quedan en nuestra memoria. En cuanto a Final Fantasy V, este es un punto medio entre todos estos juegos. Su narrativa parte de las ideas de los primeros juegos, pero demuestra tener una escritura mucho más sólida y memorable. Cabe destacar que todos estos juegos llegan a nuestro territorio traducidos al español, gozando de un trabajo de localización fenomenal. En este sentido, Square pocas veces decepciona.
Derrotando al mal, pero siempre esperando nuestro turno
Por supuesto, al tratarse de remasterizaciones no se ha retocado ningún elemento jugable, manteniendo la jugabilidad clásica de todos estos títulos… Para bien y para mal. ¿Por qué digo esto? Porque, sinceramente, hay cosas que podrían haberse retocado para hacer de estas las experiencias definitivas de la franquicia. Por ejemplo, los picos de dificultad presentes en los últimos compases de Final Fantasy III y Final Fantasy V podrían haberse mejorado notablemente para hacer la experiencia más liviana, y si hablamos de Final Fantasy II… Bueno, es que este juego podría haber mejorado mucho con un par de retoques en su sistema de combate y progresión, ya que es bastante complejo de entender y dominar. Pero todos estos problemas (salvo los de la segunda entrega) son cosas algo más secundarias, y no nos libran de disfrutar de lo que son, sin ningún tipo de duda, algunos de los mejores JRPGs jamás lanzados. Las primeras partidas al primer Final Fantasy o a Final Fantasy V sorprenden por lo increíblemente bien que se conservan estos títulos, presentando un sinfín de mecánicas e ideas que son a día de hoy pilares dentro del género sin sentirse flojos y lentos.
¿Gustarán a los nuevos jugadores? Quizá no todas las entregas enganchen igual, pero lo cierto es que cada título presenta un conjunto de novedades que hacen que sea más cómoda la experiencia. Por ejemplo, se han implementado ciertos comandos que nos permitirán disfrutar del juego sin encuentros aleatorios, lo que puede ser ideal para regresar a un lugar si estamos heridos y no hemos guardado. También se ha incluido la posibilidad de acceder al bestiario y a la selección de temas musicales desde el propio menú, algo que disfrutarán especialmente los fans de la franquicia. A pesar de que la inclusión de estas novedades se agradece, es innegable que había espacio para la incorporación de muchos más elementos. Quizá la ausencia que más duele es la del contenido extra de otras ediciones, tales como mazmorras extras o nuevas localizaciones, que aquí se han eliminado sin motivo aparente. Esto hace que nos encontremos ante las versiones más cuidadas de las primeras versiones de cada juego, por raro que suene.
La experiencia “pixel perfect” definitiva
A nivel visual nos encontramos con una mejora considerable de los clásicos títulos de NES y SNES, siendo trasladados todos a los 16 bits en HD. La definición del pixel art de los seis títulos es espectacular y se ha respetado el color de los juegos originales, lo que hace que estemos ante títulos especialmente vistosos y repletos de detalle. Los efectos especiales, y sobre todo los de iluminación, están especialmente cuidados, y aunque no alcanzan el nivel del HD-2D, es innegable el cuidado con el que se han tratado. ¡Ah, y mención especial para la escena de la ópera de Final Fantasy VI! No os diré por qué, pero menuda sorpresa más agradable. En lo técnico, todos estos títulos presentan un buen trabajo, puesto que no hay problemas de rendimiento. La fuente de las letras se ha mejorado con respecto a las ediciones de PC, lo que es un detalle muy a tener en cuenta.
Por último, queda hablar de la música y el sonido. Y, sinceramente, este es el apartado más trabajado y cuidado de toda la recopilación, siendo espectacular el tratamiento de algunas de las canciones. En vez de coger y mantener tal cual los temas originales, el equipo detrás de Final Fantasy Pixel Remaster ha optado por reinterpretar ciertos temas y presentarlos en versiones modernizadas que, la verdad, le sientan al juego de escándalo. Un trabajo formidable que se sustenta en una dirección de sonido efectiva.
Conclusión: Una colección irresistible
Como fanático del JRPG me es imposible no recomendaros Final Fantasy Pixel Remaster, puesto que no solo sirve como una máquina del tiempo con la que conocer el inicio de todo un género, si no que también permite conocer algunos de los mejores juegos jamás realizados en todo el género. Quizá su precio sea algo excesivo, y bien es cierto que hay una notable falta de contenido, pero ya sea en conjunto o por separado, cada uno de estos títulos merece la pena.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.