Como ya dije en mi análisis de la primera entrega de The Legend of Heroes: Trails of the Cold Steel, soy un amante de los juegos de rol. La gran mayoría de sagas del género que he podido disfrutar me han enamorado, como pueden ser Fire Emblem, The Legend of Zelda, Tales of, Kingdom Hearts o Final Fantasy. Estas dos últimas son, con diferencia, mis favoritas, y dentro de ellas me quedaría con Kingdom Hearts II y uno de mis juegos favoritos, Final Fantasy X.
La décima entrega de Final Fantasy salió originalmente para PlayStation 2 en el año 2001, aunque a Europa no llegó hasta 2002. Más adelante se hizo una remasterización (junto a su secuela, Final Fantasy X-2) para PlayStation 3, PlayStation Vita, PlayStation 4 y PC, estas dos últimas más tarde, y este mismo año ha llegado tanto a Xbox One como a Nintendo Switch, siendo esta última la versión en la cual hemos jugado.
Listen to my story; this may be our last chance
Todos o prácticamente los que estéis leyendo esto, seguro que habéis jugado al título en algún momento de vuestras vidas, ya sea en su salida inicial o en alguno de las remasterizaciones, pero como supongo que habrá gente que le pille de cero, no pasaré por alto el hablar acerca de la trama y del sistema de combate. Quienes seáis del primer caso, podéis avanzar un poco si queréis, hasta dónde comento los cambios respecto a la versión de Switch.
Y bien, como decía, la historia de Final Fantasy X nos pone en la piel de Tidus, nuestro protagonista principal, que es un chico de Zanarkand que juega a blitzbol, siendo la estrella de su equipo: los Zanarkand Abes. Durante un partido, de repente aparece Sinh, destrozándolo todo y provocando que todo el mundo salga corriendo para tratar de ponerse a salvo. Al huir, Tidus se encuentra con Auron (amigo de Jecht, su padre), quien le guía durante un camino y le da una espada para defenderse en el poco tiempo que le queda en Zanarkand, pues a causa de una brecha creada por Sinh, Tidus se verá transportado a unas ruinas.
Explorando las ruinas acaba siendo encontrado por Rikku, una joven Albhed (una tribu humana con lenguaje propio). Esta, quien sabe hablar el idioma estándar, le explica a Tidus que Zanarkand fue destruido hace mil años por Sinh. Poco es el tiempo que pasan juntos, pues Tidus acaba naufragando y despertando cerca de la costa de Besaid, donde podríamos decir que da comienzo oficialmente nuestra aventura.
En la playa conocemos a Wakka, un jugador de blitzbol de los Besaid Aurochs que le explica un poco por encima cómo funciona el mundo aquí, específicamente el tema de Sinh, que es la encarnación de los pecados de los humanos, y lo referente a los invocadores. Y aquí entra nuestra chica protagonista: Yuna, una invocadora que se corona delante nuestro, hija del alto invocador y legendario Braska. Esta está protegida por tres guardianes: el propio Wakka, Kimahri y Lulu, a los cuales nos sumaremos nosotros. Junto a ellos y a la incorporación más adelante de Rikku y Auron, nos encontramos con personajes carismáticos a más no poder, que lograrán que nos identifiquemos con un trocito de cada uno pero que nos terminemos encontrando en alguno en particular, quien más nos represente en cuanto a sus ideales, valores y motivos para luchar y seguir adelante en todo momento.
Y bien, con esto en mente, embarcaremos en un viaje recorriendo las tierras de Spira para librar del mal todos los pueblos y, tras volvernos mucho más poderosos, lograr acabar de una vez por todas con Sinh, para traer la calma eterna al mundo.
A lo largo de nuestra aventura deberemos enfrentarnos a multitud de batallas, algo obvio, y como es costumbre en muchos JRPG, el sistema de combate es por turnos. En juegos anteriores como Final Fantasy VII o Final Fantasy IX veíamos como estos turnos se determinaban por el tiempo, por lo que había que estar atento a todo en todo momento y actuar con celeridad en la mayoría de casos. Aquí no funciona así, pues los turnos están establecidos (aunque se pueden alterar con habilidades) y tendremos todo el tiempo del mundo para planear nuestra estrategia teniendo en cuenta cada uno de los detalles: estados afectados, salud y puntos de magia, turnos en los que atacará el enemigo y en los que atacas tú… todo es importante.
Pero lo más importante será el ser capaz de gestionar bien el equipo en cada momento. En los combates participarán tres miembros de nuestro grupo, aunque en cualquiera de nuestros turnos podremos cambiar a uno de ellos por otro de los que no estén peleando (y esté disponible). ¿Por qué es tan importante la gestión? Básicamente, porque según a qué enemigos nos enfrentemos nos da lo mismo que los tres personajes en pantalla sean tres “ofensores” de combate cuerpo a cuerpo, pero contra varios otros y sobretodo contra los jefes finales, necesitaremos contar con una maga blanca para sanarnos e invocar eones si fuera necesario (Yuna), una maga negra para atacar con magias como Piro, Electro, etcétera (Lulu) o alguno de los otros personajes que, aunque sus funciones en combate parezcan similares, a la que avanzamos en el tablero de esferas nos damos cuenta de que cada uno tiene una utilidad distinta y un perfil cada vez más definido que puede decidir una pelea.
El tablero de esferas es la manera de conseguir habilidades y mejoras que nos ofrecen en Final Fantasy X (y mi favorita dentro de la saga), dado que para poder desarrollar a todos los personajes, cosa que nos será necesaria para completar el juego (no por necesidad de guión, sino porque no ganaremos a según qué jefes ni de coña sin ello), deberemos hacer que todos vayan participando en los combates. Cada combate ganado, se adquieren Puntos de Habilidad, y según vas acumulándolos se convierten en Unidades de Desplazamiento, que serán las que nos permitirán movernos por el tablero de esferas.
Pese a que podemos movernos “libremente” (respetando las restricciones), cada personaje tendrá más cerca de él las esferas que se le recomiendan, por ejemplo, con Lulu tendremos alrededor las magias negras como Piro+ o Hielo+, con Tidus habilidades como Prisa, y así con todos los demás, para que aunque nos descarriemos y no tengamos en cuenta hacia dónde estamos dirigiéndonos realmente, no nos vaya tan mal. Eso sí, tened en cuenta también que si queréis volver para atrás precisamente por descarriaros, también gastaréis UD aunque sea camino ya recorrido, la única ventaja es que cada UD os ofrecerá cuatro movimientos, pero gastarse se gastan igual, por lo que yo recomiendo ir mirando lo que queréis desbloquear y cómo llegar a ello.
Eso sí, tened en cuenta que al principio del juego se nos ofrecerá elegir entre el tablero básico y el avanzado. Personalmente recomiendo el básico, ya que con este se tarda más en conseguir pasar a través de los bloqueos de nivel pero acabas teniendo mejores parámetros en determinados casos como, por ejemplo, en vida total que se puede subir a 99.999 mientras que en el avanzado ronda los 70.000, al final no son cosas que vayan a afectar al juego puesto que ni de lejos es necesario alcanzar esas cifras, la diferencia es que el avanzado es algo más pequeño y por tanto es ligeramente más rápido conseguirlo todo, por lo que vaya, vuestro éxito no va a depender de la elección que hagáis, pero como no es necesaria una progresión más rápida, yo recomiendo el básico.
Para activar cada mejora, deberemos usar esferas. Estas esferas son de uso común (a diferencia de las UD, que son propias de cada personaje) según se consiguen; las hay de habilidad, de agilidad, de magia y de vigor, y con cada tipo se activan distintos atributos. Estas las van dropeando los distintos enemigos con los que nos enfrentemos a lo largo de nuestra aventura con bastante frecuencia en proporción al uso que les damos, pero si alguna vez estáis faltos de ellas, se pueden conseguir también con habilidades tales como Sembrador H (y sus equivalentes), que al golpear al enemigo le hará soltar esferas del tipo que busquemos.
Ahora bien, ¿cómo se disfruta en Nintendo Switch? Pues de maravilla, como cabría esperar, aunque antes de hablar del aspecto gráfico, quiero destacar la permisión del uso de la pantalla táctil cuando la consola está en modo portátil, que nos permite hacer curas rápidas usando magias u objetos cuando estemos en el mapa general tan solo desplazando el dedo desde el borde izquierdo de la pantalla. Esto puede parecer una chorrada pero logra ahorrar muchísimo tiempo, porque aunque no es demasiado frecuente el hecho de tener que curar a todos los personajes, cuando se da el caso es un tanto tedioso tener que entrar al menú, seleccionar objeto, curar a tal, luego a cual, y así con los siete que son. Además, teniendo en mi posesión también la remasterización para PS4, se me hacen algo más cortos los tiempos de carga, igual solo uno o dos segundos, pero ya se agradecen.
Y ya sí, ¿cómo es la experiencia audiovisual? Considero que no tiene absolutamente nada que envidiar al resto de plataformas, pues en Switch se ve muy bien. El juego corre en todo momento a 30 fps constantes, sin caídas momentáneas, las animaciones son fluidas en todo momento, tanto en el mapa general como una vez estando dentro de combate. Dentro de lo que es el diseño y el dibujo, veremos una Spira más que preciosa donde todos los escenarios importantes están tratados con muchísimo cuidado y embellecen nuestra pantalla, con una paleta de colores y juegos de iluminación y perspectiva que nos deleitarán, creando un despiporre visual.
Lástima que no sea así en todos los casos, pues algunos escenarios secundarios (pocos, pero su presencia no se puede negar) están bastante dejados y ni sus texturas ni el dibujo en general son algo que esté a la altura del resto del juego; no llegaría a considerarlos malos porque no es el caso, pero como digo, no están a la altura, al igual que la mayoría de personajes muy secundarios o de relleno directamente cuyas caras son iguales, e igual de horribles, dignas de un juego de la primera PlayStation, aunque por suerte poco necesidad tendremos de interactuar con ellos.
Respecto a las cinemáticas, no puedo hacer otra cosa que no sea aplaudir y disfrutar. Fluidez, magia, emociones… todo se junta en ellas, pero describiéndolas no les haría justicia, así que os dejo una de mis favoritas por aquí.
Y hablando de favoritas… la banda sonora. En conjunto no la clasificaría como la mejor que he escuchado, ni siquiera la mejor de la saga, pero es majestuosa a más no poder. La creación de Nobuo Uematsu, Masashi Hamauzu y Junya Nakano es digna de ser escuchada en teatros acústicos, interpretadas por orquestas, tantas veces como se pueda. Cada una de las piezas está mimada y cuidada para que no difiera ni una sola nota del resto, que todo sea una perfecta armonía y que la melodía de cada una de ellas sea única, sin poderse comparar al resto de las que forman parte de esta entrega.
Y por cada pieza, un momento, una emoción. Si de por sí pueden ponerte los pelos de punta y la piel de gallina escuchándolas tranquilamente en casa mientras estás haciendo tus cosas relajado, el estar jugando y escucharlas mientras peleas contra uno de los jefes finales, como esa que no mencionaré pero que tiene cuatro horribles fases en las que te tirarás muchos intentos para dar con la pieza para derrotarla; o como en la cinemática que he puesto aquí arriba, y así en muchísimos otros casos.
Eso sí, nos darán la opción de elegir entre la banda sonora original o la arreglada, yo personalmente siempre escojo la original, pero habiendo escuchado la arreglada puedo aseguraros que para nada es una mala elección.
Os dejo para que disfrutéis con “Suteki da ne?” y con la que es, bajo mi gusto personal, no solo la mejor pieza musical del juego o de la saga, sino de todos los juegos que recuerdo: “To Zanarkand”.
https://www.youtube.com/watch?v=3gm3p7jq4fs
https://www.youtube.com/watch?v=h-0G_FI61a8
Resumiendo; el port a Switch de Final Fantasy X es maravilloso. Contiene también todo el contenido adicional como la cinemática “Eternal Calm” que actúa de puente entre el final de Final Fantasy X y Final Fantasy X-2, que también está incluido con la compra del juego (aunque requiera de descarga digital de su contenido si nos hacemos con el juego físico) junto a “Last Mission”, aunque no es de la secuela de lo que tocaba hablar hoy.
Quienes ya habéis recorrido anteriormente las tierras de Spira estoy seguro de que no os arrepentiréis de hacerlo de nuevo, y quienes no lo hayáis hecho aún, estáis tardando en ello. Con una trama que enamora (la mejor de la saga para mí) y unos personajes de lo más vivos y carismáticos, acompañada por un sistema de combate ideal y un sistema de mejora que suma de buena manera, añadido a una alta calidad audiovisual, convierte a Final Fantasy X en un juego necesario para todo el mundo.
Just, one more thing… the people and the friends that we have lost, or the dreams that have faded… Never forget them.