[Análisis] Gotham Knights

La serie Batman Arkham marcó un antes y un después en lo que a videojuegos de superhéroes se refiere, consiguiendo dar forma a un título enorme y revolucionario que tomaba nota de los avances de la industria al mismo tiempo que respetaba el legado del personaje. Con esta serie se reivindicaba el enorme potencial que ofrece Batman y el mundo de Gotham en el ámbito del videojuego, mucho mayor que el que pueden ofrecer cualquiera de sus compañeros de la Liga de la Justicia: Batman es un humano, y sus limitaciones son aprovechadas para poder hacer el juego más desafiante y complejo. De hecho… ¿Sabéis por qué no hay juegos de Superman o de Flash? Pues porque el plasmar sus habilidades, casi divinas y sin debilidades reseñables, es un desafío enorme que, si se hace mal, puede dar pie a un juego aburrido en el que morir es un desafío más que un peligro real. El caballero oscuro de Gotham es un personaje complejo, que puede ofrecer de todo: acción, momentos detectivescos, sigilo, uso de la más increíble tecnología… Y la serie de Rocksteady consiguió plasmar esto como nunca antes se había realizado. Junto a Marvel’s Spider-Man y Marvel’s Guardians of the Galaxy, se podría decir que la serie Batman Arkham es la mejor adaptación a videojuego jamás realizada de un superhéroe.

Y como es lógico, Warner Bros. Games no iba a perder la oportunidad de seguir aprovechando el universo de Gotham en nuevos videojuegos. Ya llevamos bastante tiempo sin visitar una recreación virtual de Gotham, desde 2015, y se echa en falta regresar para frenar los planes de los carismáticos villanos que ahí se ocultan. Sin embargo, el estudio padre de la serie Arkham, Rocksteady, se encuentra actualmente inmerso en el desarrollo de otro título de DC, Suicide Squad: Kill the Justice League, por lo que el viaje a esta oscura ciudad debe ser llevado por otro estudio. Y qué mejor alternativa que Warner Bros. Montreal, quienes estuvieron detrás del maravilloso Batman Arkham Origins, que nada tiene que envidiar al resto de juego de la franquicia. Con el estudio canadiense al mando se tomó una curiosa decisión: distanciarse del universo Arkham, y ofrecer así un juego distinto en todos los aspectos. Y qué mejor manera de distanciarse que dejando a un lado a Batman para dar el rol protagónico a sus principales herederos, es decir, a Nightwing, Batgirl, Capucha Roja y Robin. Con esta sencilla pero efectiva idea surge Gotham Knights, el título que hoy tengo el placer de analizar y que llegó a PS5, Xbox Series X/S y PC el pasado 21 de octubre. Dicho esto, ¿Queréis saber qué tal ha acabado saliendo el juego, y si consigue triunfar sin estar a la sombra de sus predecesores? Pues no demos más rodeos, y veamos el análisis completo que podéis leer a continuación.

 

Regreso a Gotham City

La historia de Gotham Knights comienza de forma abrupta con un curioso giro: Batman ha muerto. En un combate final con Ra’s Al-Ghul, ambos acabaron siendo abatidos junto a la batcueva, que quedó completamente destruidos. Un mensaje pregrabado avisa a los herederos de Batman, y estos llegan tarde al lugar del conflicto. Abatidos, Nightwing, Batgirl, Capucha Roja y Robin deberán recomponerse y unir fuerzas para defender Gotham de la corrupción y la violencia mientras siguen las pistas de la última investigación que estaba realizando Batman antes de morir. Sin embargo, esta no será una tarea sencilla, pues la investigación pronto les llevará a descubrir la amarga verdad que se oculta bajo los cimientos de la tétrica ciudad. Y nada es lo que parece… Adaptando la saga de El tribunal de los Búhos, escrita por Scott Snyder y dibujada por Greg Capullo, el título destaca principalmente por el tratamiento de sus personajes principales y por el desarrollo de la batfamilia. Así, entre misión y misión podremos visitar el Campanario, fortaleza de este y otros tantos equipos en los cómics donde tendremos la opción de conocer más a fondo a nuestros protagonistas y sus motivaciones. Esto no solo se muestra a través de escenas relacionadas con la trama, si no con escenas algo más desenfadadas que consiguen triunfar al mostrarnos el lado más humano de nuestros héroes. Si bien los cuatro protagonistas están bien planteados, sí que es cierto que unos tienen más protagonismo y desarrollo que otros: Nightwing y Capucha Roja son los que más juego dan y los que consiguen generar un mayor interés, y aunque Batgirl no se queda muy atrás, lo cierto es que Robin es el que sale peor parado. No es un mal personaje, pero no genera mucho interés y no consigue enganchar. Y es una pena, pues Tim Drake es un personaje genial en los cómics que, fuera del medio, siempre ha sido muy desaprovechado. 

Otros personajes, como el bueno de Alfred o los villanos, consiguen funcionar realmente bien, y se muestran muy fieles a sus contrapartes del cómic. Eso sí, no esperéis una galería de villanos enorme como ocurría en otros juegos; Si los Arkham eran una suerte de adaptaciones de Hush o El Largo Halloween, donde se destacaba la enorme galería de villanos del murciélago, aquí encontramos una saga algo más cerrada y directa, donde el interés se centra en los protagonistas y en un par de villanos concretos. Los grandes antagonistas del juego no están nada mal construidos, aunque palidecen ante el terror que generan en su versión original. Son buenos antagonistas para el juego, pero creo que podrían ser mejores. Más allá de esto, el juego está plagado de detalles creados para el disfrute de los lectores de los cómics, y lo cierto es que están muy bien elegidos y presentados. Por ejemplo, podremos leer correos escritos por otros héroes del universo DC, y algunos sorprenden por lo fieles que son a los personajes. Dejando a un lado la narrativa, cabe destacar que, como bien nos ha acostumbrado Warner Bros. Games, el juego llega perfectamente traducido al español. El trabajo de localización es bueno, y hace que olvidemos que hubo una época en la que nos llegaban a España productos en los que Gotham era conocida como Ciudad Gótica, y Bruce Wayne era llamado Bruno Díaz.

 

Abandonando los combos

Siguiendo con el aspecto jugable del título, lo que más llama la atención es su apuesta por un sistema de juego RPG centrado en la acción y en la mejora del equipo. Así, en esta ocasión contaremos con un nivel que irá subiendo conforme derrotemos enemigos, acabemos con delitos y completemos misiones de la investigación principal. El nivel será clave para poder avanzar en el juego, pues como buen RPG de acción occidental dará igual que nos enfrentemos a un villano esmirriado; si su nivel es superior al nuestro, lo más probable es que nos pueda derrotar de dos golpes. Y ahí poco importa que hayamos sido entrenados por Batman. Este sistema ha levantado polémica desde que se hizo público, y no es para menos, pues… Si el anterior sistema funcionaba bien, ¿Por qué cambiarlo? Si lo comparamos con los Batman Arkham, la verdad es que el juego sale perdiendo en todos los aspectos: el sistema de combate elimina los combos y apuesta por la repetición de golpes, haciendo de este un machacabotones, mientras que la movilidad es mucho más tosca, haciendo los esquives más imprecisos. Todo depende, al final, de un sistema algo confuso de creación de equipo y de obtención de mejoras a través de puntos de habilidad que remite a los últimos Assassin’s Creed y a los The Witcher. Y aunque Gotham Knights cuenta con una dificultad algo más cuidada que estos, sí que palidece al presentar un sistema de progresión flojo y poco llamativo.

El diseño de niveles del título es algo… Curioso. Y es que aunque el juego peca de ser excesivamente repetitivo en sus misiones secundarias, lo cierto es que en las misiones principales consigue presentar niveles entretenidos y bien pensados, que destacan para bien. De hecho, su extraña movilidad triunfa más en entornos cerrados que en el mundo abierto. Y esa es otra: su mundo abierto, aunque es grande, no solo está muy vacío si no que no resulta divertido recorrerlo, o al menos no de primeras. Se tarda bastante en desbloquear las habilidades de movilidad, haciendo que la mayor parte del juego dependamos del gancho (que es muy esquemático y lineal) y de la moto, que funciona algo mejor pero que sigue teniendo un control excesivamente tosco. Al final, da la sensación de que el mundo abierto se incluyó porque es la norma, porque no parecería un juego de Batman sin ello. Pero es que el juego no necesitaba de esto, pues realmente donde más brilla es en su historia principal y en las misiones de villano. Como juego lineal, Gotham Knights sorprende para bien, mientras que como sandbox decepciona enormemente. Por suerte, el juego se vuelve muy divertido con la compañía de otro amigo, y el sistema de juego cooperativo funciona a las mil maravillas. En este sentido el juego consigue triunfar, pues el poder combatir el crimen junto a un colega es algo muy disfrutable. Lo que no me ha gustado tanto es que todos los personajes son muy similares en cuanto al control y a los movimientos. Más allá de un par de detalles, hay muy poca diferencia entre controlar a Nightwing o a Batgirl, y esto hace que no cambiemos tanto entre personajes como el juego pretende. El hacerlos más distintos habría hecho que el juego ganara muchos puntos, pero tristemente esto se ha quedado en una oportunidad desaprovechada.

 

Una Gotham anclada en el pasado

A nivel gráfico Gotham Knights es, tristemente, una decepción. Y no, el juego no se ve horrendamente mal; los modelos de los personajes son muy detallados, el uso del color me parece efectivo y le da a esta Gotham un toque especial, y los efectos están bien planteados. Sencillamente, el juego no se siente como uno exclusivo de la nueva generación, tal y como evidencian sus pobres texturas, sus extrañas animaciones o su incomprensible problema con la tasa de frames. Una cosa es que un juego de mundo abierto no consiga alcanzar los 60 fps por la enorme cantidad de elementos presentes en el mapa, y otra que no lo consiga a pesar de estar su mapa absolutamente vacío. Y aquí no encontramos nada de nada: la cantidad de peatones y coches en las calles es mínima, haciendo que el patrullar la ciudad sea algo poco inmersivo. Al menos la cosa mejora en las misiones para un solo jugador: aunque la tasa de frames no mejora, al menos encontramos escenarios mejor aprovechados. No entiendo cómo ha podido acabar saliendo el juego así, pues se siente como que le ha faltado más tiempo de desarrollo. Esto no lo hace injugable, pero parece demostrar que a Gotham Knights le habría ido mejor como un juego lineal.

Por último, el apartado sonoro me ha dejado un mejor sabor de boca. La banda sonora del título funciona realmente bien, evitando usar temas clásicos para dotar a los herederos de Batman de una identidad propia. Las canciones elegidas para el juego también son todo un acierto, y algo similar ocurre con el doblaje, que sin tirar de las voces características de los personajes consigue estar a la altura.

 

Conclusión: Intentando estar a la altura del murciélago

Gotham Knights es un juego que, a pesar de no estar a la altura de los anteriores juegos ambientados en Gotham, no acaba siendo un fracaso. Es un juego distinto, centrado más en el componente multijugador y en el desarrollo de sus personajes. Las comparaciones son odiosas, y si dejamos de mirar a los Arkham encontraremos un juego que, con sus errores, consigue ser entretenido. Quizá no es un juego para todo el mundo, y los fans de los cómics lo disfrutarán especialmente, pero no se puede negar que el juego consigue bordar ciertos aspectos. Personalmente, habría preferido un sistema de combate más profundo y con más combos, pero tampoco era el objetivo del juego. Si os gusta DC y estáis abiertos a la idea de un RPG de acción superheróico, seguro que lo disfrutaréis.