Sea como fuere, las compañías de videojuegos no han dejado pasar la oportunidad de subirle a la ola nostálgica, y en estos últimos años, hemos vivido una segunda juventud, un regreso en muchos casos triunfal de esas series de videojuegos cuyas mascotas marcaron la vida de un gran puñado de jugadores. La vuelta al ruedo videojuegil de Crash Bandicoot, Spyro o Sin Daniel Fortesque, son buenos ejemplos de esto. Si bien es cierto que posiblemente estos sean los más reconocibles, no han sido los únicos, ya que Ty the Tasmanian Tiger o Kao The Kangaroo, también han gozado de esta segunda oportunidad que de vez en cuando dan los videojuegos. Hoy, más de 20 años después del lanzamiento del Kao The Kangaroo original por parte de Titus Interactive, vengo para hablaros de este simpático personaje con el que ya compartí experiencia en ordenador sin ser yo consciente hace un montón de años, de esas veces que vas a la tienda y coges un juego por la portada… Sin más dilación, ¿comenzamos?
Kao se va a vivir aventuras
Kao The Kangaroo es un juego sencillo y sin ambiciones en lo narrativo, como era habitual (y lo sigue siendo) dentro del género de plataformas. El joven canguro lleva una vida sencilla en una tranquila isla junto a su madre, pero un día, lo que parece el espíritu de su hermana le guía hasta los viejos guantes de boxeo de su padre y, tras una breve sección de instrucción patrocinada por su maestro, Kao se ve con la fuerza y confianza suficiente para abandonar la isla y salir en busca de su padre y su hermana, el primero, desaparecido desde hace tiempo cuando salió en busca de aventuras, la segunda, desaparecida tras salir a buscar a su padre. Y con esta sencilla misión en mente, Kao viajará por el mundo visitando diferentes lugares, resolviendo rompecabezas y derrotando a los jefes de turno, en pos de información sobre sus familiares perdidos.
Un plataformas clásico de esos que gustan
A nivel jugable, Kao The Kangaroo se siente como un híbrido entre Crash y Spyro, algo que, lejos de desmerecer, es una fantástica noticia. En el juego iremos visitando islas que, además de ser explorables y permitir así conseguir monedas y otros coleccionables, sirven de “hub” dentro de esa zona, ya que dichas islas son las que conectan las diferentes fases que tendremos que completar para proseguir nuestra aventura. Para entrar en todas estas fases hay que hacer acopia de unas runas que se encuentran dispersas tanto por la isla principal de turno, como en las propias fases, ya que son básicamente las llaves necesarias para dicho fin, por lo que son con diferencia el “coleccionable” más importante, aunque no el único. El siguiente elemento más importante posiblemente sean las monedas, ya que permiten comprar piezas de corazón para aumentar la salud de Kao, así como vidas extra. ¡Ah! y no olvidemos los trajes, que si bien no dejan de ser un mero elemento estético, siempre son bienvenidos.
En estas pantallas de unos 25-30 minutos de duración media, habrá que sobrevivir a secciones de plataformeo, algún que otro sencillo rompecabezas y unos cuantos combates de por medio, con la intención de llegar hasta el final y completarla. Kao puede moverse, saltar, golpear, rodar… y poco más, aunque el juego intenta insuflarle algo de vidilla añadiendo alguna que otra novedad, como secciones en las que colgarse y saltar con las orejas, momentos de escalada, lanzamientos de bumerán, etc. Aunque la más interesante con diferencia, es la de dotar a los guantes con distintos elementos como el fuego o el hielo, permitiendo así llevar a cabo nuevas acciones como eliminar una telaraña o un bloque de hielo con fuego. Otro elemento interesante es la opción de llevar un cristal contigo, lo que hace aparecer y desaparecer (o más bien visibles e invisibles) ciertas plataformas.
Si algo hay que reconocerle a este título, es que pese a no ser demasiado largo, intenta por todos los medios añadir variedad para no hacerse excesivamente monótono, aunque lo de la duración va con matices, puesto que si es más que normal completarlo en 6-7 horas, esta es la duración habitual de cualquier juego del género (cabe recordar que las trilogías de Crash y Spyro no son un “único juego” al uso). El juego no ofrece muchas opciones que inviten a rejugarlo, más allá de volver a las fases en las que se ha quedado colgado algún coleccionable, siempre y cuando seamos ese tipo de jugador que vive por y para completar todo al 100%, pero de lo contrario…
Por otro lado, una vez que completamos los escenarios de turno de cada isla, toca pasar a la pelea contra el jefazo de turno, aunque ya os adelanto que son combates terriblemente sencillos que constan de varias fases. No obstante, el juego se acuerda de forma positiva de añadir algunas de las novedades jugables que hemos aprendido durante nuestra visita a la isla, similar a lo que hace The Legend of Zelda en las mazmorras al conseguir un nuevo objeto. Aparte de la aventura principal, no hay contenido secundario, pero Kao The Kangaroo tiene algunas secciones ocultas en sus distintos escenarios, ya sabéis, las fases de bonus habituales en este tipo de videojuegos.
En comparación con otros juegos similares como Crash o Spyro, Kao The Kangaroo es mucho más accesible, por lo que si buscáis un desafío aquí no lo vais a encontrar, pese a ello, hay gente que verá en esto una virtud, ya que si quieres iniciarte o iniciar a alguien en este tipo de juegos, aquí hay uno que funciona magníficamente como experiencia introductoria. Ojo, esto no quiere decir que los jugadores más avezados no vayan a poder disfrutar del título, nada más lejos de la realidad, pero sí que notarán que tanto el plataformeo como el combate son muy asequibles, por lo que perder vidas no va a ser una cosa común, echando de menos un extra, un toque algo más exigente de vez en cuando, aunque sea en escenarios puntuales.
Te ves realmente bien, amigo
Gráficamente, solamente me queda aplaudir el trabajo de Tate Multimedia con Unreal Engine 4, y es que, Kao The Kangaroo está fácilmente al nivel de Toys for Bob con Crash Bandicoot N. Sane Trilogy y Spyro Reignited Trilogy, que ya es decir. Los escenarios son realmente hermosos, llenos de vida y colorido, con un acabado suave y muy cartoon; por otro lado, los personajes también gozan de un diseño muy bello. Además, el juego se vale de una gran variedad de escenarios para mostrar todo su esplendor, desde zonas volcánicas con lava, a grandes selvas, playas o gélidas zonas montañosas. Si bien es cierto, el juego no está exento de algún que otro glitch visual (por ejemplo, romper un jarrón y que siga estando ahí tras destrozarlo, aunque ya no se le pueda golpear porque, técnicamente, ya no está ahí), que pese a no afectar a la experiencia, están ahí y opacan ligeramente el resultado final.
En cuanto al apartado sonoro, Kao The Kangaroo dispone de una banda sonora alegre y movida, similar a la que está presente en Crash Bandicoot. El caso, es que en ocasiones dejaba de reproducirse la música en algunos escenarios, escuchándose únicamente los efectos sonoros del juego, desconozco si quizás, tenga un límite de tiempo de algún tipo (ya que soy de rebuscar mucho) o si fuese algún fallo puntual. En cuanto a la actuación de voz y los efectos de sonido, son correctos.
Conclusión
Kao The Kangaroo es un plataformas clásico y visualmente muy bonito, que se torna como una opción ideal para aquellos que quieran iniciarse en el género, ya que su dificultad está por debajo de la media si se compara con otros títulos de similares características.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.