Como dicen en mi tierra, “ya hay que ser basto en la vida” para ponerle a tu juego un nombre tan largo, pero lo cierto es que cumple con su objetivo: con leerlo ya sabes qué es lo que te vas a encontrar, tanto a nivel narrativo como a nivel jugable. Mon-Yu se presenta en sociedad como un dungeon crawler de la vieja escuela, al más puro estilo de los clásicos Wizardry o de los más modernos Etrian Odyssey pero con el toque único de Experience Inc., estudio encargado del desarrollo y conocido por ser los artífices de la serie Demon Gaze y de Undernauts: Labyrinth of Yomi, otro dungeon crawler de la vieja escuela. Si en este último título el estudio japonés se adentraba en el ámbito de la ciencia ficción distópica, ahora se sumerge en el ámbito de la fantasía juvenil con una enorme influencia de la industria del anime shonen. ¿Queréis saber qué tal está Mon-Yu y si merece o no la pena? ¡Pues dentro análisis!
Es hora de reunir a una nueva generación de héroes
La historia de Mon-Yu (no voy a volver a escribir su nombre completo, aviso) gira en torno a la mítica tierra de las Hadas, un lugar de ensueño en donde la magia campa a sus anchas. Aquí se alza desde tiempos inmemoriales la grandiosa Torre del Rey Dragón, en donde se ocultaban tesoros de un valor incalculable… Hasta que los terribles Siete Reyes Malvados decidieron adentrarse en la Torre para robar todo su contenido, dividirlo en siete partes iguales y convertir el lugar en un entorno lúgubre donde el mal pueda habitar. Ante esta situación, deberemos conformar un selecto equipo de héroes capaces de aventurarse en el territorio hostil para derrotar a los Reyes Malvados y así devolver la armonía al lugar. El camino no será nada sencillo, por supuesto, ya que nuestro grupo no dejará de encontrar peligrosos enemigos y trampas escondidas que intentarán poner fin a su aventura. Al tratarse de un dungeon crawler de la vieja escuela, Mon-Yu apuesta por su jugabilidad al máximo, dejando a la narrativa en un segundo plano. Esto quiere decir que, si bien hay una historia, esta tiene una importancia nula: los personajes que controlamos no tienen ningún tipo de personalidad, y lo mismo ocurre con los antagonistas, salvo un par de casos concretos. Los lugares que exploramos no tienen puntos de interés reconocibles (más allá de los eventos o las susodichas trampas) y solo destacan realmente los habitantes de la zona central desde la que partimos a la aventura. ¿Esto quiere decir que el universo de Mon-Yu es desechable? Bueno, desechable como tal no, pero sí que es cierto que no destaca por encima del resto en nada. Si habéis jugado a otros títulos de fantasía no creo que encontréis nada que os sorprenda, a pesar de que su universo en simpático y atractivo.
Tristemente, el título sigue la clásica tradición de Aksys a la hora de no traer una localización al español, por lo que todo aquel que quiera aventurarse a través de la Torre del Rey Dragón deberá hacerlo en inglés. Esto puede resultar problemático para quien no tenga un buen manejo del idioma debido a que la mayoría de eventos que encontramos durante las secciones de exploración son presentados a través de descripciones y diálogos. No comprenderlos puede llevar a perderse una gran parte de la experiencia, por lo que se echa muy en falta una traducción en condiciones al español. Pasando a un aspecto mucho más positivo del juego, he de decir que el tratamiento sonoro me ha convencido de sobremanera. No es fácil hacer una banda sonora que enganche en esta clase de juegos, en donde la mayor parte del tiempo la pasamos escuchando las mismas melodías. Tanto las canciones de batalla como las de exploración me han resultado bastante adictivas y memorables, siendo ideales para el tono y la ambientación de las que hace gala el juego.
Recuperando los tesoros robados… Le pese a quien le pese
Donde más me ha atrapado el juego no es en su banda sonora, si no en su apartado jugable. Si bien los juegos más clásicos dentro del género no suelen brillar precisamente por su variedad (puesto que se enfocan única y exclusivamente en perder al jugador por varios laberintos mientras hace frente a duros enemigos), aquí la buena gente de Experience Inc. ha conseguido crear un loop jugable divertido y atrapante, que invita constantemente a seguir descubriendo nuevos caminos y misterios. Esto se debe, principalmente, a su genial e intuitivo diseño de niveles en el que, desde el primer minuto, se plantean desafíos (puzles o secretos, por citar algunos ejemplos) que resultan justos y acertados. Su dificultad es alta, algo en lo que el género siempre ha destacado, y su título no engaña a nadie: es fácil morir una y otra vez contra sus duros enemigos, siendo la mayoría de sus jefes enormes desafíos que difícilmente podremos preparar si no nos hemos preparado a consciencia. Sin embargo, no hay que echarse abajo por perder; su exploración insta a descubrir nuevas zonas y secretos, así como a derrotar a nuevos grupos de enemigos para poder conseguir más niveles. Es un juego duro pero justo, en donde tendremos que tomarnos nuestro tiempo para avanzar de forma adecuada. El sistema de combate que presenta es sencillo de entender, si bien destaca por las enormes posibilidades que ofrece en referencia a la construcción del equipo. Así, podremos customizar a nuestro gusto a la party para que se adecue a lo que más nos interese, y es agradable que se presente tanta variedad de clases, habilidades y equipo.
En cuanto al tratamiento visual, nos encontramos un título que apuesta por entornos minimalistas y tridimensionales divididos en cuadrículas, lo que hace que, por lo general, sus escenarios no destaquen precisamente por su profundidad o por su nivel de detalle, si no por su repetitividad y su simplicidad. Esto no significa que los escenarios no presenten diseños agradables y vistosos, pero bien es cierto que se echa en falta una mayor variedad. Ahora, no ocurre lo mismo con los diseños de los personajes, que son realmente variados y creativos, ofreciendo un popurrí de personajes muy agradable e interesante. Entre los héroes hay diseños para todos los gustos, desde los guerreros más intimidantes hasta los más adorables, y entre los enemigos encontramos también un poco de todo. El diseño de interfaces también me ha resultado sorprendente y atractivo, siendo muy cómodo desplazarse a través de los menús del juego sin que nada desentone. Por último, he de decir que la versión de Nintendo Switch no presenta problemas de rendimiento o bugs, demostrando un sorprendente pulido que agradezco a más no poder.
Conclusión: Un simpático dungeon crawler que funciona sin aportar nada nuevo
Mon-Yu es un dungeon crawler funcional y agradable, que si bien no innova en nada tampoco fracasa en ninguno de sus apartados principales. Aquí encontraréis todo lo que se suele ver en el género: laberintos enormes repletos de secretos, enemigos poderosos que os pondrán las cosas difíciles, sesiones de subida de nivel inabarcables… Todo salpicado por un diseño artístico simpático y una banda sonora memorable. No es una revolución dentro del género, pero tampoco necesita serlo. Por ende, si os gustan los dungeon crawler os encantará.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.