Ahora que octubre está aquí y todos sabemos que eso quiere decir que es el mes de Halloween (independientemente de que sea día 1 o día 31, ya sabéis que las fiestas en España tienden a alargarse), es el momento de que el terror domine el entretenimiento, bien en forma de series que nutren el catálogo de nuestra plataforma de streaming favorita (ninguna de ellas me ha pagado, por lo que prefiero usar un término genérico), películas que asaltan las carteleras (si es que con la situación actual sigue haciéndose) y, claro está, de videojuegos, que es el tema que nos compete en GaminGuardian. Sí, hay tres grandes nombres de este mes que resuenan en la mente de cualquier jugador que sea lo suficientemente masoquista para disfrutar pasándolo mal (entre los que me incluyo orgullosamente), a saber: Remothered: Broken Porcelain, Amnesia: Rebirth y The Dark Pictures Anthology: Little Hope. Dicho esto, hay otra serie de propuestas menos conocidas que bien podrían valer nuestro tiempo, hoy, os hablaré de una de ellas, Re:Turn – One Way Trip, el primer título creado por el estudio independiente londinense Red Ego Games.

 

El tren de la muerte

¿De qué va esta vez la cosa? Bueno, todo comienza con cinco compañeros que han finalizado sus estudios y deciden tomarse unas vacaciones juntos para acampar, puesto que la alargada y cruel sombra de la adultez se cierne sobre ellos, por lo que, ¿quién sabe? Quizás esta sea su última oportunidad para hacer algo juntos. No os precipitéis al sacar conclusiones aún, puesto que pese al bosque nocturno y las tiendas de campaña, no estamos ante un clásico slasher de manual de esos que todos hemos visto en el cine. Manejamos a Saki, uno de los cinco componentes del grupo que, tras una pequeña bronca entre dos amigos que termina en que uno de ellos deja el grupo para alejarse en mitad de la noche (una elección muy sabia, por supuesto), se percata al despertar en mitad de la noche de que se ha quedado más sola que la una, por lo que decide investigar para buscar al resto. Caminando, no tarda en toparse con un tren abandonado y en un estado deplorable al que, claro está decide acceder para ver cómo la puerta de entrada queda bloqueada. ¿Conseguirá dar con el paradero de sus camaradas? Y en caso de hacerlo… ¿seguirán con vida? ¿Podrán abandonar ese oscuro lugar? Eso es algo que os tocará descubrir a vosotros mismos.

La acción transcurre entre los diferentes vagones que componen el armazón metálica del vehículo, en los que Saki tendrá que lidiar con una variedad de situaciones paranormales y demás descubrimientos horribles. Linterna en mano, vamos rebuscando diversos objetos que puedan ser de utilidad para la resolución de rompecabezas, que es en cierto modo la mecánica única y principal de la obra, puesto que además de esto y hablar con diferentes personajes, no hay mucho más que destacar en este aspecto. Desde dar con unas tijeras para cortar el mantel de una mesa del vagón comedor para vestir a unas figuritas, hasta hacer uso de un palanca para forzar paredes de madera vieja.

Entre búsquedas y apariciones paranormales, Saki “viaja” en ocasiones a la versión pasada de ese tren, pudiendo así conocer, al menos como espectadora, a varios personajes que trabajaban y tomaban el tren antes de que se desatara la catástrofe que le llevó a su estado actual. Sin entrar en detalles para no hablar de más, esta mezcolanza de realidades pasadas y presentes, permite dilucidar algo más sobre qué es lo que ha pasado y quiénes eran los ocupantes del vehículo, algo primordial para ir atando hilos y, claro está, dar respuesta a determinados datos que uno puede más o menos intuir, pero que difícilmente puede asegurar al 100% hasta que los ve por sí mismo.

Los controles son muy sencillos, pudiendo caminar, apagar o encender la linterna, abrir el menú y, curiosamente cuando llevas completada una buena porción del título, se desbloquea la posibilidad de correr. ¿A qué se debe que la opción de correr no esté ahí desde el inicio? Nadie lo sabe, puesto que habría sido especialmente útil a sabiendas de que hay que recorrer el tren de lado a lado una ingente cantidad de veces en busca de pistas. Igualmente, se antoja un poco absurdo el apagar la linterna, puesto que en el tren presente (la versión oscura y siniestra), ir con esta encendida es casi obligatorio para ver todo lo que te rodea, por lo que apagarla no sirve de nada si consideras que no se gasta baterías ni hay ningún tipo de mecánica que te deje “expuesto” ante amenazas por culpa de la luz. Si acaso, puede uno darse el lujo de apagarla en los segmentos del tren pasado (mucho más iluminado y lleno de tonos brillantes), pero simplemente por gusto propio.

Re:Turn – One Way Trip consta de un total de 10 capítulos que pueden superarse dedicando unas 5-6 horas (que podrían haber sido menos si se permitiese a Saki correr desde el principio), dependiendo de si os entretenéis más o menos resolviendo rompecabezas o buscando lo necesario para ello, puesto que a veces todo es muy intuitivo y en otras queda todo un poco más abierto, aunque generalmente, si interactúas con todos los elementos del tren terminarás resolviendo el problema. En principio y hasta donde yo sé, no hay más de un final, por lo que una vez que completéis esta desventura, no habrá muchos alicientes para volver a subir al tren, excepto que deseéis completar todos los trofeos del juego.

Quizás el plano visual sea lo más atractivo de la obra, al menos, es lo primero que consigue atrapar al que ve una imagen o un tráiler, y así fue en mi caso. El trabajo con el pixel art está muy bien logrado, con un buen nivel de detalle. Los contrastes entre el tren presente, lleno de oscuridad, sangre y criaturas grotescas, contrasta en gran medida con el tren pasado, lleno de ostentación y lujos, tonos dorados, bien iluminado; en definitiva, son dos caras de una misma moneda, la luna y el sol. A esto, hay que sumarle que de vez en cuando el título tiene a bien regalarnos algunas escenas dibujadas a mano. En cuanto al arte de personajes en los momentos conversacionales, ninguno logra sobresalir, son bastante genéricos.

Es de agradecer que el juego tenga subtítulos al español, además, bastante bien en general salvo un par de casos concretos un poco extraños. En este aspecto, sorprende que si bien los diálogos están traducidos, no lo esté el nombre de los diferentes vagones que visitamos o los “títulos” dados a algunos personajes sin nombre concreto, como “bitter elderly woman” o “business executive”. Igualmente, hay veces en los que se hace imposible leer íntegramente algunas opciones a escoger, puesto que se funden con el propio cuadro (son letras negras sobre fondo negro, acompañado de un blanco que resalta pero se difumina al final, fundiendo letras negras con cuadro negro).

 

Conclusión

Re:Turn – One Way Trip plantea una turbia historia que logra enganchar al jugador, amenizando todo esto con un buen puñado de rompecabezas y un llamativo pixel art, aunque como obra de terror, no tiene demasiado que aportar al género, puesto que queda lejos de infundir ningún tipo de temor. En general, es una experiencia disfrutable, y más si uno tiene en cuenta que es la primera creación del estudio inglés.