[Análisis] Rough Justice ’84

No os voy a engañar: con el lanzamiento del primer tráiler de GTA VI me he quedado con ganas de adentrarme en la Estados Unidos colorida y oscura que presentó en su día el gran Vice City. Esa recreación de la tierra de las oportunidades claramente inspirada en Miami hacía uso de una estética inconfundible que, como todos los juegos de la compañía norteamericana, tomaba una clarísima inspiración del cine y la televisión. Si hablamos de la mezcla de policías, ladrones y colores pastel, es imposible no pensar en la legendaria Miami Vice (cuyo remake cinematográfico realizado por Michael Mann es más que recomendable) o en Scarface: El Precio del Poder, la mítica obra maestra del ya de por sí mítico Brian de Palma. Crímenes, mafias, playas y buena música… ¿Quién puede resistirse a una ambientación así? 

Por supuesto, al videojuego de Rockstar aún le quedan un par de años (como mínimo) para ser lanzado, por lo que esa necesidad que me ha generado el tráiler difícilmente puede ser saciada… ¿No? Pues resulta que no, pues recientemente descubrí la existencia de un curioso videojuego independiente de gestión y estrategia que tenía todos los ingredientes para saciar mis necesidades: una ambientación retro, una historia de bajos fondos, un uso de los colores único con un toque vaporwave, música cargada de sintetizadores… Rough Justice ’84 es, sin dudas, un producto pensado para todos aquellos amantes de la que, objetivamente, fue la mejor década del siglo pasado en cuanto a proyectos culturales se refiere. Desarrollado por el estudio alemán Gamma Minus y distribuido por Daedalic Entertainment (quienes os sonarán por la genial serie Deponia y por el terrible El Señor de los Anillos: Gollum), Rough Justice ’84 se plantea como un original título de corte policíaco que os hará adentraros en los casos más retorcidos del país de la libertad, los cowboys y la comida basura. ¿Queréis saber qué tal está el juego? ¡Pues dentro análisis!

 

Corrupción en Seneca City

La historia de Rough Justice ’84 nos pone en la piel de Jim Baylor, un veterano detective del cuerpo de policía que es acusado por una serie de crímenes que no cometió. Tras cumplir su injusta condena en prisión, el atormentado detective decidirá unir fuerzas con un viejo conocido para formar una agencia privada con la que poder luchar contra los diversos criminales que campan a sus anchas por la ciudad. El bueno de Baylor no estará solo, por supuesto, y en su labor como director de esta nueva agencia tendrá que contratar toda clase de empleados quienes se encargarán de completar los casos que van surgiendo por la oscura urbe de Seneca City. Así, el juego nos traslada a una ciudad ficticia de los Estados Unidos que recuerda desde el primer minuto a lugares como Nueva York o Detroit. Si bien el territorio a explorar no es para nada amplio, sí que está bien definido en cuanto a barrios, calles y zonas se refiere, siendo fácil para el jugador discernir el lugar en el que se encuentran sus agentes y los peligros que puede encontrar. A nivel narrativo, y como os podréis imaginar tras leer su sinopsis, la historia no termina de cuajar puesto que busca más centrarse en los casos breves y concisos que en narrar una historia extensa y compleja.

Como protagonista, Jim Baylor no es más que una suerte de avatar que no tiene una personalidad definida, dependiendo esta de nuestras propias decisiones a la hora de dialogar con otros personajes. Lo mismo ocurre con el resto de agentes que vamos contratando, quienes no tienen voz ni voto en los acontecimientos que se van desarrollando en pantalla. Esto hace que, si bien a nivel de historia el juego flojea mucho, es a nivel de juego de mesa y rol tradicional donde el juego brilla con más fuerza. Podremos elegir diversas opciones de diálogo que alterarán levemente el devenir del título, y aunque las ramificaciones de la historia son levísimas, sí que resultan muy llamativas puesto que ofrecen una buena libertad a la hora de “rolear”. Sus diálogos son de lo mejor del juego, pues estos son coherentes y nos acercan más aún a la original ambientación del juego. Eso sí, es importante señalar que el juego llega a nuestro territorio sin una traducción al español, por lo que aquellos que no tienen un buen manejo del inglés tendrán graves problemas para adentrarse en el título. A fin de cuentas, nos encontramos ante una aventura que depende en todo momento de los diálogos y las descripciones, por lo que si no se comprende lo que pone en pantalla difícilmente se puede disfrutar.

 

Traición al Amanecer

Ya os lo adelantaba en el apartado anterior, pero no está mal recalcarlo: Rough Justice ’84 es, ante todo, un juego de gestión con un fuerte componente de aventura conversacional. Es decir, mientras que como director de una agencia tendremos que estar atentos a nuestra economía y a la gestión de nuestro personal (enviándolos a los encargos, asegurándonos de que se mantienen en servicio…), a la hora de adentrarnos en los casos tendremos que estudiar con calma las características de cada empleado y sus puntos fuertes, pues en base a estos podremos o no cumplir las misiones de diversas maneras. Esto es algo similar a lo que ocurre en Dungeons & Dragons, en donde cada personaje domina determinadas cualidades (Fuerza, Destreza, Constitución, Carisma…). Lo que encontramos en este juego es una versión simplificada de este sistema que, gracias a su estructura de encargos individuales, introduce un eficiente componente de estrategia que nos llevará a elegir con cabeza a los miembros del cuerpo más adecuados para cada caso. ¿Quieres resolver una investigación haciendo uso de la fuerza bruta? Elige a tu empleado con mayor habilidad de fuerza. ¿Quieres que alguien use su carisma para resolver un enfrentamiento? Busca a quien tiene en el cuerpo el mayor componente social. Si bien todo se resuelve mediante diálogos y descripciones (haciendo que se eche en falta una mayor variedad y profundidad jugable), lo cierto es que la estructura que plantea el juego es tan sencilla como atrapante, siendo como una suerte de juego de mesa individual e interactivo que engancha por su exitosa mezcla de ideas.

En lo visual no nos encontramos ningún portento gráfico, pero tampoco es que desde Gamma Minus buscaran precisamente algo del estilo. Rough Justice ’84 es, en cierto modo, un título minimalista que se apoya en el uso de neones y colores pastel para hacer de su estética su principal atractivo. Esto, unido a su genial variedad de diseños de personajes, demuestra que uno de los puntos fuertes del título es su dirección artística. A nivel técnico tampoco hay mucho que decir: el título mantiene un rendimiento realmente estable, y a lo largo de mis partidas no he encontrado ningún bug o error destacable. Eso sí, aunque la banda sonora debería ser uno de los elementos más destacables del juego, a mi personalmente me ha dejado algo frío. Sus temas no son nada del otro mundo y se olvidan más rápido de lo que uno podría esperar. 

 

Conclusión: Push it to the limit

Rough Justice ’84 ha saciado con creces mi necesidad por sumergirme en la Estados Unidos de colores pastel, luces de neón y criminales a través de una aventura conversacional que mezcla de forma eficiente ideas de gestión, estrategia y rol. Quizá no es un juego recomendable para cualquier clase de jugador por su falta de una historia convencional, su ausencia de traducción al español o su inexistente variedad jugable, pero es indudable que hay pocos juegos como este en el mercado y que es tan divertido como adictivo.