[Análisis] The Chant

Prime Matter ha sorprendido a propios y extraños a lo largo de los últimos meses con la buena cantidad de juegos que han lanzado al mercado. La marca europea ha conseguido dar voz a un gran número de estudios algo menores, quienes han gozado de una mayor financiación y un apoyo mucho más amplio del que jamás habrían podido ver, lo que en cierto modo es admirable. Y sí, es cierto que el rendimiento de sus juegos es, cuanto menos, controversial, destacando que muchos de estos han sufrido de duros golpes por parte de la crítica. Pero… ¿No son todos los inicios complejos? Se puede llegar a entender que la marca Prime Matter no haya terminado de arrancar aún debido a la falta de grandes juegos que estén a la altura de la competencia, y es cuestión de tiempo que encuentre a su gallina de los huevos de oro. Por suerte, el futuro de la marca parece algo más prometedor, y hay un buen número de juegos en desarrollo bajo su nombre que tienen una pinta muy buena. Por citar algunos ejemplos, encontramos el lejano PayDay 3, secuela del clásico juego de atracos multijugador que tantas alegrías nos dio a principios de la década pasada, o Gungrave G.O.R.E, un interesante título de acción desenfadada que nos pondrá en la piel de un antihéroe pistolero y antiguo miembro de la mafia. Y, por supuesto, entre los proyectos más interesantes de la marca también figura el título del que hoy tengo el placer de hablar: The Chant.

Hasta el momento, Prime Matter se había centrado en desarrollar juegos relacionados con el género RPG, ya sea en forma de RPG de estrategia (como Wasteland 3) o en forma de RPG de acción (como el reciente The Last Oricru). Sin embargo, pocos han sido los juegos de la marca que se han alejado del género, y es verdad que en este sentido la marca necesitaba un soplo de aire fresco. Así, en colaboración con el estudio canadiense Brass Token, han conseguido dar con el desarrollo de un título distinto, mucho más centrado en el terror y con una fuerte inspiración cinematográfica. A medio camino entre un survival horror y un juego de acción en tercera persona se encuentra The Chant, que nos traslada a una recóndita isla habitada por un extraño culto donde el horror poco tardará en desatarse. La premisa es buena, pero… ¿Estará a la altura de las expectativas el título? Teniendo en cuenta que se trata del primer proyecto del estudio… ¿Habrán conseguido dar con un buen juego con el que demostrar su potencial? Pues, sin más rodeos, veamos qué tal ha salido el título en el análisis completo, que podéis leer a continuación.

 

Buscando un poco de paz

La historia de The Chant nos traslada a dos épocas distintas: a mediados de los ochentas, que es donde ocurre el prólogo, y al presente, donde se desarrolla la mayor parte del juego. Así, durante el prólogo conoceremos que, en la isla de Glory, habitaba una terrorífica secta que buscaba invocar a una criatura de una dimensión alternativa. Nosotros controlamos a una chica embarazada, que decide rechazar esta idea huyendo… Aunque no por mucho tiempo. La historia no acaba bien para la joven embarazada, y tras esta pequeña introducción saltamos al presente, donde conocemos a la protagonista de la historia, Jess. Agotada ante los problemas del día a día, la joven Jess decide aceptar la invitación de una vieja amiga para pasar un fin de semana en el Retiro Espiritual de la Ciencia Prísmica. A pesar de las dudas (pues, las cosas como son, el retiro no podía tener más nombre de secta), ella decide aceptar y se pone rumbo al lugar donde se realiza este retiro: la isla de Glory. Como podéis imaginar, poco a poco las cosas comienzan a ir mal, y la pobre Jess deberá interrumpir su descanso para luchar por su vida contra las criaturas sobrenaturales que asedian el lugar. Todo ello, claro está, mientras descubre la verdad acerca del retiro y de aquellos que habitaban tiempo atrás la isla. Como podéis observar, nos encontramos ante una historia que parte de una premisa interesante, y que consigue destacar para bien con su ambientación, que recuerda a películas de la talla de El Hombre de Mimbre (la original, que es la buena), y con su toque de fantasía oscura. Se trata de un acercamiento original al terror cósmico, uno que los fans del terror disfrutarán especialmente.

Si bien sus toques de terror funcionan realmente bien, creo que lo que no termina de encajar es su toque dramático, especialmente en lo referente a los problemas de la protagonista. No he terminado de empatizar con ella, y no me han terminado de funcionar sus personajes secundarios, que rozan en todo momento lo cliché. Así pues, considero que cuando más funciona la historia es cuando abandona el drama para centrarse en el terror cósmico puro y duro. Esa vertiente es, sin duda, de lo mejor del título, y hace que la historia se pueda disfrutar a pesar de sus claros problemas. No esperéis una historia absolutamente profunda y que os vuele la cabeza. Pensad más en ella como en la historia de una peli de serie B: no busca innovar ni sorprender, si no juguetear con las ideas que ya se habían establecido en el género. La historia, por tanto, es divertida y, aunque quizá peque de ser algo pretenciosa, funciona muy bien dentro del contexto del juego. Por otro lado, el título llega a nuestro país con una muy buena traducción al español, mejor que la de los últimos títulos de Prime Matter, lo que es algo digno de elogio.

 

A golpes contra las criaturas de otra dimensión

Pasando a hablar de qué tal funciona el título a nivel jugable, nos encontramos ante un curioso cóctel de dos géneros que, según el juego, funcionan mejor o peor: la acción y el survival horror. Así, a nivel general nos encontraremos ante una aventura muy centrada en la narrativa: tendremos que hablar con los personajes, leer descripciones y tomar decisiones. Aquí encontramos uno de los puntos más tristemente desaprovechados del juego, pues su sistema de elecciones morales es muy interesante sobre el papel, pero acaba siendo realmente desaprovechado durante el desarrollo de la historia. Podremos elegir ciertas decisiones que afectarán a tres medidores y a uno de los tres finales posibles que podremos alcanzar, dando pie a un cierto componente de rejugabilidad que, sin ser clave, consigue darle algo más de vidilla al juego. Sin embargo, estas decisiones no acaban afectando mucho al desarrollo de la historia, y las variaciones se sienten muy poco inspiradas. Al final, todo gira en torno aumentar el nivel de mente, de cuerpo y de espíritu en una especie de árbol de habilidades que, a decir verdad, deja mucho que desear.

Un relación a esto encontramos un sistema de combate especialmente flojo, que toma influencias directas de Silent Hill y de otras series no tan cercanas al survival horror como los Souls. Esta mezcla, aunque curiosa sobre el papel, no acaba de cuajar en ningún momento, y se siente como una excusa para aportar algo más de chicha al juego. Y, a mi parecer, creo que al título le habría sentado mejor apostar por otras formas de enfrentarse al terror. Vaya, al final el combate se siente algo forzado, y quizá algo más de sigilo o estrategia le habría sentado de escándalo al juego. Lo que me ha convencido más es, por ejemplo, la posibilidad de recuperar puntos de mente mediante la meditación, lo que gasta puntos de espíritu, o el poder recoger ciertas hierbas y plantas para combinarlas. Son sistemas sencillos, pero que dotan de creatividad al juego. Detalles como estos hay varios dentro del título, lo que demuestra que el estudio cuenta tanto con potencial como con buenas ideas. Lo que ocurre es que, quizá, no estaban del todo seguros a la hora de afrontar el apartado jugable del título. Lo importante es que, a fin de cuentas, el título funciona bien como un survival horror con un fuerte componente de exploración. La base del terror está bien presente, a pesar de que se ve algo empañada por su ineficaz acción.

 

El color que cayó del cielo

A nivel visual el juego presenta tanto luces como sombras, lo que nos recuerda que detrás del título se encuentra un estudio aún novato (a pesar de que haya veteranos de la industria entre sus filas). Así, en el juego destaca para bien su diseño artístico, que nos muestra la cara oculta de un entorno aparentemente pacífico al mismo tiempo que plantea unos diseños de criaturas geniales y muy tétricos. También funciona a la perfección el color, muy vivo y variado, permitiendo dotar de un aire lúgubre a toda la ambientación. Y las actuaciones, la verdad, están muy bien logradas. Sin embargo, el juego peca de contar con un apartado gráfico general algo inferior, que no termina de encajar en la actual generación de consolas. Las animaciones y ciertos modelos son algo flojos, y las texturas dejan mucho que desear. Por suerte, a nivel técnico el juego no presenta problema alguno, y destaca de forma positiva su rendimiento.

Por último, toca hablar del apartado sonoro del título. Nos encontramos ante una selección musical interesante, que nos permite sumergirnos de lleno en su terrorífica ambientación. A ratos, me recordaba a la banda sonora de ciertas películas de terror, y eso me ha parecido excelente. El juego trae consigo un doblaje al castellano y, aunque no goza de una buena sincronización con los movimientos labiales de los personajes, lo cierto es que el trabajo es decente.

 

Conclusión: Este es el camino

The Chant no es un juego excepcional, pero tampoco un juego lamentable. Se trata de un título de terror interesante y llamativo, que sobresale por su ambientación y por su historia pero que peca de tener un apartado gráfico y un sistema de combate algo decepcionantes. Creo que es un buen primer juego, y demuestra claramente el potencial del estudio. Por estos motivos, sí que creo que es un juego más que recomendable, especialmente para los amantes del terror y de la serie B. Un juego corto, intenso y con elementos interesantes que se ve lastrado por decisiones un tanto cuestionables. Prime Matter, este es el camino.