Buscando el Templo del Sol
Vivimos en un mundo consumido por la nieve y el hielo, pero entre los ancianos de la aldea hay historias de un Templo del Sol que puede salvar a la humanidad de esta helada. Por ello, los jefes de diferentes tribus quieren reunir los pocos activos que les quedan e iniciar un viaje para encontrar el templo mientras rescatan artefactos y compañeros que han fallado en el camino.
El camino es arduo y muchas generaciones de jefes tendrán que arriesgarlo todo para llegar al famoso templo y no perecer en el intento, para ello tendrán que ir actualizando la aldea y salir cada vez mejor preparados a la aventura, un viaje que será recordado en el diario de los jefes.
La verdad es que la historia es prácticamente nula exceptuando unas páginas de diario que encontraremos al iniciar el viaje con las diferentes tribus, en estas páginas nos explicarán como son cada tribu, las características más importantes y una mínima parte de su historia y a que se enfrentan, ya que los jefes pueden cambiar dependiendo de la tribu que llevemos en cada momento en la run.
Pero, a pesar de estos pequeños añadidos que dan algo de salsa al juego, vamos a ignorar la historia el 99% de las veces ya que lo que nos compete es llegar lo más lejos posible con nuestro mazo de cartas y nuestro jefe seleccionado, digo lo más lejos porque llegar al Templo del Sol ha sido, a día de hoy, imposible para mí.
Montando tu viaje
La jugabilidad básica de Wildfrost es empezar un viaje, elegir uno de los tres jefes que nos proponen y salir al camino con el mazo básico de esa tribu en concreto, cada tribu tiene el suyo, es decir, siempre que mueras en una run, empezarás de 0 con otro jefe diferente. Esto hace que nuestra suerte a la hora de conseguir ciertas cartas y compañeros para el viaje solo duren esa run, por lo que por muy buenas que sean ciertas cartas, si mueres lo perderás todo. Esto puede llegar a frustras, sobre todo cuando tienes un buen mazo y mueres por simple mala suerte, ya que hay enemigos y cartas de enemigos que pueden atacar a tu jefe directamente al azar y morir, y si muere tu jefe es game over.
Al principio del juego solo tendremos disponible una tribu, tendremos que ir desbloqueando las diferentes tribus completando ciertas misiones que tiene el juego, pero no solo desbloquearemos tribus, también nuevos compañeros, nuevos artefactos e incluso nuevas funcionalidades que podremos encontrarnos en nuestro camino hacia el templo, como tiendas nuevas, un duplicador de cartas o una ovejota glotona que puede comerse las cartas que ya nos estorben en el mazo. En general, se van añadiendo funcionalidades que hacen que el juego no sea excesivamente repetitivo y nos “obliga” en cierto modo a jugar de x forma si queremos cumplir esas misiones que expanden nuestra aldea.
Las partidas son bastante simples en general, lo difícil es ganar llegado a un punto. Primero tendremos batallas con jefes menores donde encontraremos diferentes métodos de batalla: los habrá que te congelen, otros se pondrán mucha defensa, otros se subirán el ataque o te lo bajarán a ti, etc, cada batalla es distinta, aunque luego, cuando repitamos el viaje, nos podremos volver a encontrar con esos mismos jefes. Luego también tendremos jefes mayores, normalmente más difíciles y todos con doble forma, es decir, cuando lo matemos por primera vez, cambiarán a otra carta, o cartas, diferentes, lo que hace aún más complicadas estas peleas.
Las peleas serán, básicamente, una serie de turnos donde nosotros haremos una acción y los jefes y sus esbirros responderán en consonancia. Cada enemigo y compañero tiene un numerito debajo de la carta que indica cuantos turnos le queda para activarse, y cuando llegue el momento, atacarán con la fuerza que indique la carta y tendrán en el efecto que esté escrito en ella. Esto nos deja prepararnos para lo que nos viene con tiempo, la mayor parte de las veces, porque hay enemigos que atacan todos los turnos. Esto nos permite usar objetos y preparar a nuestros propios compañeros para que se activen lo antes posible. Tendremos una serie de cartas en la mano que podremos usar, al usarlas, se restará un número de nuestra campana de restablecimiento. Esta campana es la que nos deja volver a robar cartas de nuestro mazo cuando ya no sepamos o tengamos que usar. La campana puede tocarse cuando se quiera, pero si se hace antes de un número de turnos, nos contará como un turno, sin embargo, no lo hará si la tocamos cuando ya hayamos usado una serie de cartas.
Lo más importante, a parte de las peleas claro está, es que por el camino, después de pelear, siempre tendremos tres paradas. Nos ofrecerán ir por dos caminos distintos, cada uno con sus paradas, y tendremos que decidir que es lo que más nos compensa viendo que tipo de paradas son. Hay paradas que nos darán a elegir entre tres artefactos o tres compañeros nuevos, hay cuevas que nos darán dinero y diferentes tiendas donde gastarlo, etc. En general tenemos que pensar bien que es lo que más necesitamos en cada momento. Hay que tener en cuenta que nuestra baraja tiene un límite de compañeros que podemos llevar a la batalla, normalmente son tres aunque se puede aumentar gracias a las campanas, que explicaré después. Podemos tener más en el mazo pero solo elegiremos tres para cada batalla. Lo bueno de tener más es que, cuando en una batalla matan a uno de tus compañeros queda herido, y en la siguiente batalla empieza con la mitad de vida y ataque, por lo que es inteligente dejar descansar a esos compañeros para que se recuperen y elegir a otros.
Cuando ganamos a dos jefes mayores, cambiamos de zona en el mapa, acercándonos aún más al Templo del Sol, al cambiar de zona nos ofrecerán una mejora de campana. Estas mejoras son permanentes y nos vienen muy bien a la hora de batallar. Hay campanas que nos dejan robar una carta más cada vez, otras nos dejan llevar a otro compañero extra a la batalla, etc. Hay que pensarlo bien antes de elegir cual es la que más nos conviene en cada ocasión.
En general, esto es el juego, podremos ir desbloqueando cositas con el tiempo y el conseguir misiones e intentar llegar lo más lejos posible sin frustrarnos en el camino, cosa que a mi me ha pasado más de una vez ya que hay jefes con una dificultad sin sentido que pueden hacer 30 de daño cinco veces en su turno, una barbaridad difícil de superar. Pero en general, es muy entretenido y siempre te deja con ganas de volverlo a intentar.
Un diseño divertido
Gaziter es quien se ha encargado del diseño de las cartas y el mundo de Wildfrost y no podría ser un diseño más acertado. El juego tiene un diseño divertido y desenfadado que le va como anillo al dedo y nos hará disfrutar aún más si cabe de su jugabilidad al ir descubriendo cartas nuevas con diseños geniales a cada momento. No tengo claro cuantas cartas diferentes hay en el juego, pero os puedo decir después de más de 80 runs que aún descubro cartas nuevas de vez en cuando, igual que tengo mis favoritas, como Big Berry, que es un señor enorme con cara de baya roja inocente que da hostias como puños.
En general, que las cartas tengan cada una su personalidad, los personajes que se van añadiendo con las misiones, los jefes, todo está creado con mucho mimo y hasta el mínimo detalle y merece mucho la pena fijarse en todas las cartas y elementos del juego.
Además, contamos con una OST creada por Paul Zimmermann, que ya tiene experiencia creando música para otros videojuegos, y que es alegre y divertida, ayudándonos a que la experiencia de juego sea aún más entretenida y sigan dándote ganas de ir escuchando las diferentes melodías que acompañan dependiendo del momento y del lugar.
Conclusión
Wildfrost es un juego de cartas estilo deckbuilding mezclado con roguelike que frustrará y encantará a partes iguales, tiene encanto gracias a su diseño y su música y está lleno de sorpresas y retos diarios que harán que podamos jugar y rejugar cuantas veces queramos hasta que hayamos visto hasta la última de sus cartas y personajes.
Aunque después de más de 80 intentos aún no he conseguido llegar al final del juego, es decir, no he ganado ni una sola vez, aún me quedan ganas de seguir jugando, lo cual ya es decir ya que la tolerancia a la frustración no es lo mío, pero la verdad es que el título entretiene tanto que no te das cuenta de cuantas veces lo has intentado hasta que miras las estadísticas.
Yukop_
He visto más animes de los que puedo recordar. Con un mando entre las manos desde que tengo uso de consciencia. Maestra y futura especialista en Asia Oriental. Tengo demasiados hobbies para el poco tiempo que tengo.