Larga vida al Rally
El primero de los aspectos que llama la atención de WRC9 es la cantidad de modos, tanto en solitario como en multijugador, de los que hace gala. Así, donde destaca por encima de cualquier otro un modo carrera que sin llegar a la profundidad de lo visto en la modalidad similar implantada en F1 2020, nos permitirá convertirnos en una leyenda de los tramos comenzando desde las competiciones más modestas, recorreremos la licencia oficial con todo el lujo que ello permite. Y si los vehículos oficiales os parecen pocos, también se han añadido coches clásicos como el Lancia Delta o el Citroën Xsara, así como otros de bonificación con los que descubrir sensaciones diferentes a las proporcionadas por los WRC.
En el mencionado modo carrera, no sólo tendremos que apurar nuestra habilidad al volante para granjearnos experiencia y acceder a mejores escuderías y categorías, sino que también tendremos que planificar nuestra agenda, contratar empleados que perfeccionen las características de nuestro coche o controlar el gasto y los objetivos, lo que garantiza un montón de horas al volante, y más si tenemos en cuenta que pese a no inventar nada, está resuelto con la suficiente solvencia como para que no lo abandonemos.
Como habíamos indicado, no sólo del modo Carrera vive esta nueva entrega, ya que contiene muchas otras formas de recorrer la grava y el barro de los circuitos que conforman el mundial, que como no podía ser menos, se han visto incrementados con la llegada de los Rallies de Kenia, Japón y Nueva Zelanda, que se estrenan en WRC 9. Tendremos la oportunidad de disputar el campeonato, si así lo deseamos, de forma más ágil, sin la necesidad de llevar a cabo todas las gestiones del modo carrera, un modo rápido donde escoger coche y circuito, modo desafío, modo libre… Sin duda es un juego que sólamente en solitario es capaz de tenernos atrapados durante un montón de horas.
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Si además de esta amplia oferta de modos para un jugador, se les añade multijugador online (lástima no haberlo podido probar en profundidad al no encontrar demasiadas salas) o a pantalla partida, y otras características como desafíos online, clubes o eventos para eSports (que llegarán a partir de enero), no queda más que aplaudir y asegurar que la vida útil del juego resulta notable.
Simulación al volante, físicas de copiloto
No cabe duda de que WRC 9 es una clara apuesta del estudio KT Racing por tratar de simular el manejo y el comportamiento de los coches vistos en la alta competición en los chips de compatibles y consolas, y pese a pecar de ser ligeramente continuista en la fórmula, hemos de señalar de que estamos ante una propuesta jugable más que correcta. Las sensaciones al volante son satisfactorias, así como el comportamiento de los vehículos sobre cada una de las superficies y la diferenciación entre ellos. Además, el amplio abanico de configuraciones posibles a nivel de ayudas o dificultad general abre las puertas del juego a aquellos jugadores que no estén lo suficientemente experimentados con este tipo de título como para “sufrir” el realismo más salvaje y exigente.
El principal escollo con el que nos hemos encontrado en nuestra búsqueda del color esmeralda de cada tramo es en las físicas de los impactos cuando “no somos lo suficientemente correctos en la toma de curvas” (esto es, cuando somos tan burros como para salirnos del circuito, pero dicho bonito). A ver, es cierto que es muy difícil ganar una etapa si no trazas bien, sobretodo en los niveles de dificultad más elevados, pero que el resultado de golpear un quitamiedos con el lateral del vehículo a 60 km/h sean 4 vueltas de campana, pues como que no es muy verosímil. Aún con esta pega, como ya habíamos dicho, el juego es divertido a los mandos, sin ningún atisbo de lo contrario, pese a que estas situaciones con las físicas sean un poco surrealistas.
A falta de pulir la cera
El caso de WRC 9 es curioso y es que, de un primer vistazo, no se ve nada que llame la atención negativamente en su aspecto visual. Sin embargo, una vez todo se pone en marcha, y pese a ser capaz de mostrar una sensación de velocidad notable y estar prácticamente exento de cualquier bajada en el rendimiento, su aspecto se aleja de los referentes del género de la velocidad, sobre todo en cuanto a texturas se refiere. Ojo, el juego cuenta con algunos efectos que se muestran con eficacia como el agua sobre el asfalto o una iluminación donde la noche es noche, y por supuesto los vehículos están recreados con exactitud, sin embargo, en los circuitos, elementos como los espectadores, los árboles (esa nieve en ellos, por favor) o las piedras se ven bastante descuidados. Además, en no pocas ocasiones el juego sufre popping, lo que termina de afear un aspecto visual que si no es deficiente, como apuntábamos, no es el más cuidado de la generación.
Los menús y el HUD, también con claroscuros: si bien la información en pantalla muestra correctamente todo sobre lo que debemos estar informados estando en pista, la navegación por las diferentes opciones del juego es un tanto farragosa, y además se ha incluído un puntero al más puro estilo mouse que no pega muy bien con el movimiento por los menús, quedándose a veces flotando en tierra de nadie.
Si hay algún apartado donde se ha tratado de dar el do de pecho con respecto a pasadas ediciones del juego ese ha sido en el aspecto sonoro, donde se ha dotado de mayor personalidad al sonido de los motores, y donde se ha trabajado para incorporar unos registros de voz (narración, copiloto…) que redondean un espectro de sonido de mucha calidad. Como no podía ser de otra forma a estas alturas, WRC 9 cuenta con doblaje al perfecto castellano, así como textos en el mismo idioma.
Conclusiones
WRC 9 vuelve un año más para colocarnos al volante de los vehículos oficiales del mundial de Rallies de la FIA, con un juego que pese al continuismo en la fórmula jugable y al comportamiento en ocasiones surrealista de las físicas tras los impactos es capaz de ofrecer una cantidad ingente de horas de diversión a los mandos. Su falta de briillantez en el apartado visual no dejan siniestra una experiencia que se escucha de maravilla y capaz de abrir las puertas de este mundillo a propios y extraños, con un sinfín de opciones de configuración. Por último, cabe destacar el valor añadido de contar, al menos en Xbox, con la característica Smart Delivery, lo que nos garantiza disfrutar del máximo rendimiento del juego con la llegada de la consola de nueva generación de Microsoft.