[Análisis] Ys Memoire: The Oath in Felghana

[Análisis] Ys Memoire: The Oath in Felghana

Ys Memoire: The Oath in Felghana box
Fecha de Lanzamiento
07/01/2025
Distribuidora
Marvelous Europe
Plataformas
PlayStation 5, PlayStation 4 y Nintendo Switch
Versión Analizada
Nintendo Switch

La serie Ys, creada por Nihon Falcom, es una de las franquicias más longevas y queridas del mundo de los action-RPG, reconocida por su combate frenético, sus bandas sonoras icónicas y su protagonista, el intrépido aventurero Adol Christin. Desde su debut en 1987, la saga ha navegado entre la innovación y la nostalgia, reinventándose una y otra vez sin perder su esencia. Ys Memoire: The Oath in Felghana encapsula a la perfección esta dualidad: es un título que mira al pasado para construir un puente hacia el presente, ofreciendo una experiencia que honra sus raíces mientras se adapta a las expectativas modernas.

Originalmente, Ys III: Wanderers from Ys (1989) rompió con la fórmula de sus predecesores al adoptar un estilo de scroll lateral, un giro arriesgado que dividió a los fans. Sin embargo, fue el remake de 2005, Ys: The Oath in Felghana, el que rescató el potencial de aquella tercera entrega, transformándola en un action-RPG tridimensional con un sistema de combate revolucionario y un diseño de niveles más ambicioso. Esta versión, a su vez, fue adaptada en 2010 para PSP —bajo el nombre Ys: The Oath in Felghana—, y ahora resurge con Ys Memoire: The Oath in Felghana, una remasterización que no solo retoca lo superficial, sino que añade capas de contenido para satisfacer tanto a puristas como a neófitos.

 

El dúo Adol y Dogi, una vez más unidos por el destino

Adol y Dogi, el dúo icónico de la serie, llegan a Redmont, el pueblo natal de Dogi en Felghana, con la aparente simpleza de un viaje nostálgico. Dogi, siempre el gigante bonachón, revive memorias de su infancia mientras presenta a Adol a Elena Stoddart, una joven valiente que hereda el papel de co-protagonista. Elena no solo encarna el espíritu resiliente de Felghana, sino que también introduce un matiz romántico al enamorarse de Adol, un guiño recurrente en la saga hacia la incapacidad del héroe para echar raíces. Sin embargo, esta aparente calma se quiebra rápidamente: los monstruos que infestan la región, el autoritarismo del Conde McGuire y el resurgir de una maldición olvidada convierten el viaje en una lucha por la supervivencia.

El conflicto se profundiza cuando Adol descubre que McGuire no es solo un tirano sediento de poder, sino un peón de fuerzas mucho más antiguas. Las ruinas esparcidas por Felghana guardan secretos de los Eresianos, una civilización ancestral cuyos errores —y tecnología desbocada— amenazan con repetirse. Aquí, el juego teje con maestría la mitología propia de Ys, vinculando el presente de Adol con ciclos de ambición y caos que han definido la serie desde sus inicios. A medida que el héroe explora templos hundidos, fortalezas malditas y cumbres gélidas, cada descubrimiento no solo avanza la trama, sino que enriquece el lore del mundo, equilibrando exposición y acción sin caer en lo superfluo.

Pero lo que realmente eleva la narrativa es su humanidad frente a lo épico. A diferencia de otros títulos donde Adol es un mero espectador de eventos cósmicos, aquí su motivación nace de proteger a personas concretas: Dogi, cuya conexión con Felghana lo vuelve vulnerable; Elena, cuyo idealismo choca con la crudeza de la guerra; y hasta los aldeanos, cuyas voces (ahora ampliadas con más diálogos y actuaciones en la versión Memoire) reflejan miedo, esperanza y gratitud. Incluso los villanos secundarios, como caballeros corruptos o investigadores obsesionados, aportan matices morales que evitan el maniqueísmo. La historia no teme explorar temas como el costo del progreso, el peso de la herencia o la fragilidad de la paz, siempre manteniendo un ritmo ágil que evita estancarse en melodrama.

El clímax, como es tradición en Ys, es una explosión de consecuencias cósmicas y batallas decisivas, pero el verdadero triunfo narrativo está en cómo todo se reduce a un acto de redención: Felghana, tierra marcada por el dolor, encuentra en Adol no a un salvador, sino a un catalizador para reconciliar su pasado con su futuro.

 

Un desafío a la altura

La jugabilidad de Ys Memoire: The Oath in Felghana no dejará indiferente a los amantes de la acción ágil y los retos bien medidos. A diferencia de muchos RPGs de su época (hablamos de un juego lanzado originalmente en 2005), este título prioriza la destreza y los reflejos sobre la acumulación de niveles o estadísticas. El combate, completamente en tiempo real, fluye con gran velocidad: Adol blande su espada con movimientos rápidos y precisos, mientras esquiva o bloquea ataques con una combinación clásica de mecánicas de rodar y parar que exige sincronización casi milimétrica. Cada encuentro, desde enemigos básicos hasta jefes colosales, se siente como una coreografía letal en la que un error puede costar caro. La introducción de habilidades especiales, como proyectiles mágicos o ataques en área, añade capas estratégicas sin romper el ritmo frenético que define la experiencia.

La exploración y el diseño de niveles también brillan por su ingenio. Felghana es un mundo compacto, pero repleto de secretos, pasadizos ocultos y plataformas que requieren precisión. Las mazmorras, aunque lineales en estructura, se complementan con puzzles inteligentes que van desde activar interruptores hasta manipular elementos del entorno, evitando que la acción decaiga. El movimiento de Adol, con saltos ajustables y una respuesta impecable de los controles, hace que navegar por acantilados, trampas y salas repletas de enemigos sea tan satisfactorio como el propio combate. Además, el juego incentiva la experimentación: ciertas áreas solo son accesibles al regresar con habilidades obtenidas más tarde, algo que, si bien nunca es del agrado de todos los jugadores, sin duda contribuye a la rejugabilidad.

Pero el verdadero punto fuerte de la experiencia radica en el enfrentamiento contra los jefes. Cada enfrentamiento es una prueba de diseño inteligentemente planteada: patrones de ataque, distintas fases y una exigencia que premia la memorización y la adaptación. No basta con spammear ataques; hay que estudiar movimientos, aprovechar ventanas de oportunidad y gestionar recursos como la magia o las pociones. La dificultad, aunque elevada, nunca  llega a sentirse injusta, y la sensación de triunfo tras derrotar a un jefe es incomparable. Para quienes buscan un desafío extra, el juego incluye múltiples niveles de dificultad, incluyendo una opción infernal que pondrá a prueba hasta a los jugadores más veteranos.

 

Una experiencia de la “vieja escuela”

Los gráficos de Ys Memoire: The Oath in Felghana son un buen ejemplo de cómo el arte 2D envejece con más gracia que la mayoría de los títulos que apuestan por el 3D. Utilizando sprites pixelados de alta calidad sobre fondos prerrenderizados en 3D, el juego logra una estética vibrante y llena de personalidad. Los diseños de los personajes, aunque sencillos, desbordan expresividad: Adol y los enemigos se mueven con animaciones fluidas que transmiten peso y dinamismo, especialmente en los ataques y las secuencias de evasión. Los escenarios, desde las montañas nevadas de Felghana hasta las mazmorras repletas de lava, están repletos de detalles que evocan una atmósfera épica, con efectos de iluminación y partículas que añaden profundidad sin saturar la vista. No obstante, salta a la vista que palidece si se compara con los estándares modernos de títulos que han decidido renovarse con mezclas en 2D y 3D, como Star Ocean: The Second Story R o Dragon Quest III HD-2D Remake, aunque gustará a los aficionados a los 16 bits (los jugadores más “veteranos”)

Esta versión del juego añade varias mejoras generales. El modo Turbo te permite aumentar la velocidad de tu juego hasta 2x, lo que hace que jugar (si es necesario) sea muy fácil. Adol finalmente tiene voz, lo cual es genial. También es bilingüe, lo cual, al traducirse en más opciones, siempre es positivo. El arte de los personajes también se ha rediseñado, que nuevamente se puede configurar en el estilo nuevo o clásico.

Además, algo que aprecio es que Ys Memoire: The Oath in Felghana no es excesivamente largo (la falta de tiempo del mundo moderno). Puedes completarlo fácilmente en unas 15 o 20 horas, más o menos. Por supuesto, ahí no acaba todo, ya que hay un montón de bonificaciones para desbloquear por derrotar a los jefes en New Game+, así como nuevas dificultades desafiantes. Hay hasta una dificultad Infernal, por si quieres ponerte a prueba a niveles exasperantes (aunque imagino que el chute de dopamina asociado a la recompensa de salir victorioso debe merecer la pena). Luego está el modo Avalancha de jefes (Boss Rush), que, de nuevo, es muy divertido pero increíblemente complicado.

 

Conclusión

Ys Memoire: The Oath in Felghana es una remasterización que consigue mejorar un título que ya supo, hasta cierto punto, transcender en su época, combinando lo mejor de la acción clásica con un diseño audaz y pulido. Su jugabilidad frenética, respaldada por un sistema de combate exigente y jefes inolvidables, lo sitúa como un referente del género action-RPG, mientras que su estética 2D, cargada de color y detalle, demuestra que el arte atemporal no depende de polígonos ultrarealistas. Aunque su dificultad podría intimidar a jugadores casuales (no por nada es considerado por muchos el YS más desafiante), cada desafío está meticulosamente diseñado para recompensar la habilidad y la perseverancia, creando una curva de progresión tan adictiva como satisfactoria.

Ys Memoire: The Oath in Felghana
Sinopsis
El pelirrojo Adol Christin, amante de las emociones fuertes, y su inseparable compañero de cabellera azulada, Dogi, hacen una visita sorpresa a Felghana, la patria de este último. Tras ocho años de ausencia, el camarada del espadachín arde en deseos de reencontrarse con sus familiares y amigos, pero pronto se hace evidente que las cosas han cambiado drásticamente. Hordas de monstruos violentos vagan por las afueras del pueblo, un volcán largo tiempo inactivo ha vuelto a la vida repentinamente, y el nuevo señor feudal ha comenzado a extorsionar sin piedad y de manera inexplicable a sus sufridos ciudadanos. Mientras Dogi trata de encontrar a su antiguo maestro de lucha en busca de respuestas, Adol cuida de la gente del pueblo, viéndose inmerso en una trama de venganzas, viejos legados y fuerzas sobrenaturales que escapan a la comprensión.
Pros
La llegada de un magnífico título de la serie YS a nuevas plataformas
Una buena historia que es fácil de seguir para los recién llegados
Añadidos como el Modo Turbo, dificultades ajustables, etc
Contras
Pese a las mejoras visuales, es fácil ver que los años han pasado por él
La curva de aprendizaje puede llevar a que la dificultad eche para atrás a más de uno
8
Recomendado
Kalas

Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.