[Análisis] Paper Mario: The Origami King

[Análisis] Paper Mario: The Origami King

Fecha de Lanzamiento
16/07/2020
Distribuidora
Nintendo
Plataformas
Nintendo Switch
Versión Analizada
Nintendo Switch
La saga de Paper Mario lleva presente desde la época de la Nintendo 64, y siempre nos han alegrado la vista con un diseño único y colorido, además de cambiar la jugabilidad en cada uno de los títulos, pero mantenido siempre algo, el sentido del humor. Paper Mario: The Origami King añade unos personajes nuevos que no son planos, y el sistema de batalla y exploración recibe un cambio drástico frente a anteriores entregas, aunque cabe decir que continúan en la línea del humor absurdo y el aspecto que caracteriza a esta saga.

 

La presencia del origami

Paper Mario: The Origami King nos cuenta la típica historia de secuestrar a Peach, pero en esta ocasión, Bowser no es el culpable de los altercados. Mario y Luigi llegan al castillo de Peach para acudir a la fiesta del origami que se celebra anualmente, pero Peach no es la que era y les tiende una trampa. Descubren que todo el altercado es obra de Olly, el malvado Rey del Origami, quien tiene planeado acabar con los seres planos del Reino Champiñón y aprovecha esta feria de la papiroflexia para doblar a todo el que pille hasta dotarle de tridimensionalidad.

Olly puede hacer que los seres doblados se crean que son la figura representada, un Goomba de origami se comporte como un Goomba normal pero con lealtad a Olly, pero también hay Toads saltamontes, perros, cisne y otras criaturas, que se ven abocados a comportarse como esos animales. Después de todo, el Rey del Origami coge el castillo arrancándolo del suelo y poniéndolo en lo alto de una montaña envuelto en tiras de colores de serpentina impidiendo así el paso.

Es aquí cuando Mario y Olivia (la hermana de Olly) se ponen rumbo para quitar cada unan de las serpentinas, acceder al castillo y detener el malvado plan de Olly de aspirar a un mundo tridimensional, y para ello crearemos alianzas con los enemigos de toda la vida para combatir a un enemigo común.

 

Lo que nos espera en el Reino Champiñón

Algo que siempre ha encajado en la saga es el humor, y en esta ocasión, lo podremos ver plasmado tanto en diálogos como en las localizaciones, y también se juega mucho con el humor visual. Los personajes no dejan de repetir bromas de manera consciente sobre la ironía de ser doblado y perder su condición 2D, habrá muchas relaciones con materiales de oficina, incluyendo algún enemigo que lo sea y acompañe todo esto con juegos de palabras de esos que, si bien normalmente no tendría gracia, en estas situaciones consiguen arrancarte alguna carcajada.

Por el mundo deberemos rescatar a los Toad que están doblados en todo tipo de objetos animados o inanimados, y nuestra tarea es desdoblarlos normalmente a martillazos. Esto es importante porque cada uno de estos personajes da pie a situaciones como tener que despegar a un Toad de la pared, correr detrás de otro que se ha convertido en saltamontes o desenrollar a alguno que está en un agujero. Y por si esto fuera poco, al ser salvados, nos regalan una pequeña frase que casi siempre suele ser un chiste.

En cada sección de las diferentes zonas que exploremos hay un número indicado de Toads, cofres a abrir, bloques ? a golpear (algunos son invisibles a los ojos) y por último, agujeros que habrá que rellanar con confeti. Hay enemigos de papel maché que han causado estragos en el reino, dejando agujeros que únicamente pueden cerrarse tirando confeti, y lo conseguiremos casi en todos lados, pero nuestra bolsa tiene un límite y no podremos tener más de lo indicado. Así que si queremos completarlo todo, lo tendremos detallado en cada momento a través del menú en el que salen los mapas de los mundos, con un porcentaje para saber cuánto llevamos de cada cosa, pero lo que sí deberemos hacer es explorar cada rincón, ya que puede haber sorpresas.

El círculo de batalla

Paper Mario: The Origami King tiene muchas cosas positivas, pero falla en un aspecto muy esencial, el sistema de batallas. El acto de pelear es una elección entre dos de arma, las botas y martillos. El asunto, es que en esta ocasión hay una fase previa en la que nos tocará ordenar a los enemigos en una arena girando casillas. Si los ponemos en línea recta, es ideal para las botas, y si están en un cuadrado de 2×2 cerca de ti, es el momento del martillo.

Acerca de las armas, empezaremos y acabaremos con la misma bota y martillo, la diferencia frente a otras entregas es que encontraremos o compraremos nuevas botas o martillos, pero tienen un problema, y es que no son infinitos, al usarlo varias veces se romperán y tendremos que comprar más. Antes de cada enfrentamiento se verá a Mario en medio del círculo y cuatro aros. Los enemigos se moverán al empezar, y esto será un puzle en el que tendremos un tiempo para resolverlo moviendo los anillos o las filas para posicionarlos de una manera que podamos golpearles. Con las monedas podremos comprar algo de tiempo para resolverlo, o pagar a los Toad salvados para que lo resuelvan y hagan algo de daño y te den objetos curativos.

Y aquí llega el gran problema de este juego, y es que no hay una progresión en batallas, por más que hagas no conseguirás cosas mejores, ni subirás de nivel, únicamente obtendrás monedas y bastante pocas. Empezarás y acabarás con lo mismo, solo que puedes comprar objetos mejores para quitar un poco más, pero se queda escueto en este tema. Puedes esquivar todas las batallas, que no influirá en lo que hagas en la aventura. Aunque, por otro lado, hay otro tipo de batallas mucho más interesantes que te obligan a pensar cómo derrotar al adversario usando un patrón de ataque. En los bosses, el círculo será algo distinto, aquí la vista será aérea y tendremos un número limitado de movimientos que usaremos para crear un camino para atacar al jefazo. Pero no todos tienen el punto débil a la vista, y es que, deberemos averiguar qué hacer para que se descubra y así acabar con ellos mientras esquivamos las trampas que irán poniendo en el terreno de juego.

 

La celulosa recreada digitalmente

Como siempre pasa en esta saga, Paper Mario: The Origami King tiene un aspecto que entra por los ojos, con lugares muy coloridos y vistosos, y todo lo que implementan en el mundo encaja a la perfección. Ahora también con el origami, se crea una nueva dimensión para que podamos ver, y queda muy bien puesto en este juego, además de que todas y cada una de las figuras de papel y origami se pueden recrear en la vida real. En cuanto a la música, va acorde a los juegos de Mario, algo alegre que hará nuestra travesía más amena, o de tensión dependiendo el momento. Los bosses tienen un trasfondo musical único e irrepetible que hace la puesta en escena mejor y nos motiva a resolver el puzle para derrotarlo.

Papeles y origamis conviviendo juntos

Paper Mario: The Origami King nos vuelve a introducir en el mundo del famoso fontanero en versión de celulosa, pero esta vez Bowser no será el que cause estragos y deberá unirse a los enemigos para acabar con un mal mayor. Todo ello acompañado con un tono desenfadado y humorístico que ya prevalece en esta saga de papel, y en el que la historia nos enganchará de principio a fin, aunque las batallas sean el aspecto más flojo (sin contar los bosses) y no hay una evolución del personaje, empiezas la aventura tal y como la acabarás.

Sinopsis
Únete a Mario y a su nueva compañera, Olivia, en una aventura repleta de humor que te llevará hasta los rincones más recónditos de un mundo hecho de papel en Paper Mario: The Origami King para Nintendo Switch.Enfréntate al Rey del Origami y a su ejército de invasores de papel, alíate con compañeros extraordinarios y domina poderes mágicos en este gran viaje para salvar el mundo.
Pros
Aspecto visual que nos encantará
Bromas en cada rincón
La implementación de objetos de oficina
Contras
Sistema de batalla repetitivo
No hay progresión en el juego
8.5
Recomendado
Jorcelo

Jugador que ha atravesado Green Hill, el árbol Deku, las ruinas de Zanarkand, Anor Londo y lo que queda. Todo a bordo de una nave poligonal, con un perro que habla y un pato que no cura. Cojo una patata y me la como