Ejemplos de estos no hay tantos, pero sí que existe una saga multimillonaria que representa a la perfección ese espíritu experimental y atrevido: Super Mario Party. Avance por turnos en tableros, competiciones entre jugadores por puntos… Vaya, no hay nada que no se pueda encontrar en cualquier juego de mesa competitivo. Dicho esto, me gustaría preguntaros… ¿Qué pasaría si adaptamos estas ideas a un juego de rol? Esto es lo que busca plantear el estudio independiente Seed by Seed, quienes en colaboración con Armor Games Studios han dado forma a un juego tan simpático como llamativo, que no es otro más que Baladins. Lanzado en exclusiva para PC, Baladins busca ser una experiencia multijugador con tintes cozy pintoresca y adictiva, capaz de plantar cara a las propuestas más populares y, por qué no decirlo, convencionales. ¿Queréis saber qué tal está el juego, y si merece o no la pena? Pues preparad vuestras estadísticas y vuestros dados, por que vamos comprobarlo en el análisis completo que, como siempre, podéis leerlo a continuación.
De profesión, baladín
Gatherac es un lugar plagado de criaturas mágicas y lugares dotados de una belleza incalculable, donde la magia hace acto de presencia como si de cualquier cosa se tratara. Un día tan bueno como cualquier otro hace acto de presencia el malvado dragón Colobra, quien destruye todo a su alrededor. Parecía que todo se había perdido… Hasta que los habitantes del reino descubren que se han desplazado atrás en el tiempo. Unas seis semanas antes, para ser exactos. ¿Qué es lo que hace falta para impedir que se vuelva a repetir el ataque del malvado tirano? Pues colmarle de caprichos y regalos, por supuesto. Así, un grupo de baladines (artistas y aventureros ambulantes) deberán ayudar al pueblo mientras obtienen las reliquias necesarias para satisfacer las necesidades del dragón, explorando por el camino hasta el rincón más oscuro del reino. Por supuesto, lo que Baladins ofrece no es tanto una experiencia centrada en la narrativa, si no una que busca poner en el multijugador y en la interacción con los personajes todo el foco.
Esto significa que, aunque se nos narre una historia que goza de un planteamiento llamativo y, por qué no decirlo, atrevido, el desarrollo de esta es poco memorable y su final puede llegar a sentirse incluso un poco decepcionante. Lo pobre de su historia principal se ve solventado por sus misiones secundarias, el verdadero corazón del juego y a través de las que iremos conociendo a un elenco de personajes absolutamente fascinante. Gatherac es un hervidero de seres pintorescos e historias creativas, mostrándonos a través de cada misiones interacciones y diálogos muy bien construidas. Eso sí, es una auténtica pena que el juego no llegue traducido al español a nuestro territorio, pues hay mucho diálogo que leer y quienes no estén versados en el inglés no podrán disfrutar al completo de la experiencia.
Consiguiendo todos los objetos que podamos antes del fin
En cuanto al planteamiento jugable, lo que nos encontramos es un RPG de corte clásico con auténtica alma de juego de mesa, teniendo que desplazar a nuestro personaje a lo largo de un enorme tablero dividido en casillas que representan lugares y zonas que podemos visitar. Cada movimiento a una casilla gasta energía, teniendo varias unidades de energía por turno, por lo que será fundamental establecer una buena estrategia antes de empezar para obtener los mejores resultados. ¿Y por qué digo esto? Pues porque según la semana en la que nos encontremos podremos obtener eventos en lugares distintos, siendo estos necesarios para conseguir los tan necesarios objetos. Pero ojo, que no solo necesitaremos llegar a los lugares para obtener los objetos, pues también será necesario tener las estadísticas necesarias y obtener una buena tirada de dados. En relación a esto, cada personaje cuenta con unas estadísticas concretas, lo que demuestra que es crucial saber elegir entre los distintos tipos de personajes disponibles según el tipo de partida que queramos llevar a cabo. Así, el azar juega un papel fundamental en el desarrollo de las partidas, teniendo un enorme componente de prueba y error que nos llevará a reintentar las partidas un sinfín de veces. ¿Se hace pesado? Lo cierto es que no, pues el juego consigue innovar constantemente gracias a su gran variedad de eventos y a las sorpresas que se van presentando. Además, el componente multijugador aporta una mayor capa de diversión y profundidad, si bien se echa en falta algo más de interactividad y variedad jugable.
En cuanto al apartado gráfico, creo que solo hace falta ver las imágenes para comprobar que Baladins se trata de un juego hermoso que combina a las mil maravillas los elementos en 2D y los entornos en 3D, todo ello sin dejar a un lado su estilo cartoon y minimalista. Su presentación es excepcional, mostrando unos diseños de personajes sencillos y visualmente llamativos que recuerdan al de dibujos animados de la talla de Hora de Aventuras o Steven Universe. Estos encajan a las mil maravillas con sus hermosos escenarios, repletos de color aunque carentes de detalle. A su genial rendimiento técnico hay que sumarle una conexión fluida y una carencia notable de bugs y errores. El problema está, como no, en que su banda sonora resulta poco memorable, si bien encaja bien dentro del contexto.
Conclusión: Una experiencia de rol atípica pero memorable
Baladins es un juego de rol multijugador realmente divertido y ameno, que apuesta más por la estrategia y la diversión sin pretensiones. Quizá el hecho de que no exija habilidad alguna pueda echar para atrás a algún jugador, y su falta de variedad jugable juega en su contra, pero no cabe duda de que se trata de una experiencia repleta de grandes misiones y que se alza como un juego único en su especie. Recomendado para pasar un buen rato en compañía de amigos.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.