Esto, claro, no necesariamente es tan “blanco o negro”, y cada público es un mundo, y concretamente en el género que me pertoca ahora mismo se tiende al conformismo inicial y a poner buena cara respecto a las distintas propuestas que van apareciendo en mercado. Hoy os presento Noreya: The Gold Project, el metroidvania propuesto por Dreamirl y PixelHeart que llega a PC a través de Steam, Nintendo Switch, PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One y Xbox Series, y que, pese a no haber obtenido una gran repercusión, las primeras respuestas del público (al menos en Steam) han sido positivas.
Tú eliges tu camino
En Noreya: The Lost Project nos presentarán una narrativa tan simple como funcional. Entraremos en el mundo de Noreya donde, hace años, la tiranía del Dios de la Avaricia, terminó con la Diosa de la Luz sellada y la ciudad de Lemia llena de monstruos rendidos ante el Dios de la Avaricia. De esta forma, nos pondremos en manos de Kali, quien perdió todo por culpa de la guerra y los Dioses implicados; con ella, deberemos determinar qué camino tomar, decidiendo ir de la mano del Dios de la Avaricia y el Dios de la Corrupción o ser leal a la Diosa de la Luz y el Dios de la Sombra.
No obstante, la historia del juego no es demasiado relevante ya que, al igual que en la mayoría de metroidvania de mapa no lineal se prioriza la construcción de un lore por encima de una trama sólida y comprensible tan solo jugando al juego, cosa que, por desgracia, no logran ni una ni la otra. No quiero decir que la narrativa sea mala, pero la construcción de un lore no es lo suficientemente consistente y la base de la trama es sencilla, funcional, pero no aporta nada realmente emocionante ni que incentive a ir más allá en cuanto a la exploración de aquello que envuelve nuestra partida.
Sin embargo, esta decisión que tomemos respecto a qué línea de historia seguir sí afectará directamente a nuestra partida, y es que el mapa ofrecerá variaciones según a qué Dios mostramos lealtad, apareciendo y desapareciendo senderos; de la misma forma, contaremos con un árbol de habilidades que tendrá unas u otras habilidades desbloqueables según nuestra lealtad, aunque también dispondrá de una rama neutral en la que se haya una de las habilidades más necesarias del juego: el viaje rápido. Todo jugador de metroidvania sabe que el backtracking es parte principal de la partida, y aquí no será menos, por eso la posibilidad de desplazarnos de un punto del mapa a otro de forma instantánea se torna obligatorio para cualquier desarrolladora que pretenda crear un juego del género. Aquí, aunque se tarda poco en tener acceso a ello, el no darte cuenta de su presencia en el árbol de habilidades puede resultar en un desbloqueo de lo más tardío, haciéndote perder una cantidad absurda de tiempo recorriendo el mapa a pie.
Dejando esto de lado, los puntos de habilidad se obtendrán “venerando a los Dioses”, también conocido como darles el oro que obtengamos al derrotar enemigos. En este árbol encontraremos un sistema algo soulslike, pues no solo el precio del punto de habilidad irá incrementando sino que también podremos decidir de manera relativamente libre si subirnos velocidad de ataque, vida, daño, etcétera, no manteniendo un escalado lineal sino a nuestro propio gusto, dentro claro de las propias limitaciones presentadas. Por otro lado, habilidades como el doble salto en pared, el dash o aquellas consideradas más “avanzadas” tanto de movilidad como de combate se obtendrán al derrotar a los distintos jefes distribuidos por el mapa.
Un gran mundo por explorar
Si algo han hecho especialmente bien en Noreya es el crear un mapa completo a la altura de los buenos metroidvania 2D (lejos, eso sí, de obras magnas como podría ser Hollow Knight), pues esconde suficientes misterios y puzles como para verte absorbido por ellos y emplear la mayoría de tu tiempo en buscar caminos secretos y potenciadores de ataque y vida escondidos, dejando de lado el avanzar hacia nuestro cometido. A su vez, lo más importante para mí en este género es el plataformeo y, aunque tiene algunas hitboxes mejorables, la realidad es que está de lo más logrado y ofrece un resultado notable, además de un línea de escalado bien gestionada motivando, de nuevo, a un backtracking tan productivo como atractivo.
La única pega en cuanto a la distribución y diseño del mapa es que uno de los biomas es más largo de lo que debería, ya no solo en comparación al resto (pues los demás ocupan el espacio necesario: no se hacen ni cortos, ni largos), sino por sí solo se hace bastante repetitivo en cuanto al plataformeo propuesto al igual que en la diversidad de escenarios, creando monotoneidad visual. Sin embargo, a nivel general la sensación es muy positiva y, aunque no sorprende ni innova en nada realmente relevante, cumple con creces con todo lo demandado para un buen metroidvania.
Apartado audiovisual
A nivel visual nos encontramos con un pixelart sencillo que, por desgracia, es uno de los puntos más flojos del juego: cumple con su función pero no desprende personalidad ni denota un fuerte estilo propio, siendo lo suficientemente atractivo como para no molestar pero no existirá esa sensación de pararte a admirar un escenario, fondo o enamorarte del setting y diseño de algún jefe, siendo la gran mayoría de lo más sencillos. Y es que el diseño de enemigos, en su mayoría, deja que desear, van de acuerdo al lore pues son monstruos negros con distintas formas pero esto a su vez hace plantear si no es esto una excusa para no complicarse más de lo que son realmente capaces de lograr; de todas formas, para el caso, sirve, el problema es que como juego tiene potencial para ganar un puntito extra de reconocimiento si tuviese un apartado visual con mayor personalidad, pero tristemente no es el caso.
A nivel sonoro un poco más de lo mismo aunque quizá aquí se observa un mayor esfuerzo por destacar, ofreciéndonos melodías suficientemente diferentes según los distintos biomas además de la lealtad que decidamos, logrando una inmersión decente gracias a una buena ambientación en cuanto a adecuación y ritmo de las piezas musicales de cada escenario, aunque hecho en falta, al igual que en el apartado visual, algo de épica y espectacularidad a la hora de enfrentarnos a los jefes de zona, no creando una sensación de combate diferente a la que crea un enemigo core de cualquier punto del mapa cuya única diferencia es que aquí nos muestran mecánicas propias.
Conclusiones
En conclusión, Noreya: The Gold Project es un juego suficientemente interesante para cualquier amante de los metroidvania, aunque su mayor punto a reprochar es la falta de personalidad a nivel audiovisual, no ofreciendo nada memorable. De todas formas, la propuesta a nivel jugable cumple de buena manera con aquello que se le requiere a cualquier metroidvania que se precie, por lo que me veo en potestad de recomendarlo a cualquier fan del género que no tenga alguno de los grandes exponentes en su backlog, pues es un juego bastante disfrutable aunque varios escalones por debajo de aquellos que todos podríamos recitar, es decir, estaría en un tier medio de metroidvanias existentes.
Por tanto, si eres aficionado al género o disfrutas de él, Noreya es un juego interesante para meter en tu lista de deseados a la espera de alguna oferta para añadirlo a tu backlog.