He consumido mucho anime, muchísimo, más de lo que podría admitir y menos de lo que me gustaría, lo que ha derivado en que siempre me preste de buen grado a analizar aquellos juegos que están inspirados en anime, aún a sabiendas de que van a estar lejos de lo que me gustaría que fueran, creo que en parte es mi deber pues considero que puedo hablar con un mínimo de criterio necesario de cara al fan de la franquicia que me lea.
Hoy hablaremos de SWORD ART ONLINE Fractured Daydream, y si habéis jugado cualquier otro juego de SAO estoy bastante seguro de que ya sabéis qué esperar (véanse mis análisis de SWORD ART ONLINE Fatal Bullet y SWORD ART ONLINE Alicization Lycoris, especialmente este último, sí), y es que no destacan por ser especialmente buenos en nada, ni siquiera en decepcionar, porque dudo que haya gran expectativa por ellos a nivel general.
Pero, ¿quién sabe? Igual por fin estamos frente a ese juego que suponga un éxito para una franquicia animada… bah, no voy a intentar venderos la moto, pero si estáis aquí es porque sois fans de SAO, así que os invito a conocer cómo ha sido mi experiencia en la nueva propuesta de Dimps.
Kirito y compañía en Alfheim de nuevo
Después de terminar con Aincrad, el mundo de Gun Gale Online (cuyo nombre estoy prácticamente seguro que nunca se ha mencionado) y Underworld, solo queda volver a Alfheim, el mundo de hadas que se mantiene constantemente por necesidades de guion protegerlo y no tener a un desarrollador psicópata cuyo sistema es fácil de hackear y destruir, por lo que será aquí donde se desarrolle Fractured Daydream.
Iniciando como de costumbre con la historia del juego, me complace deciros que, a diferencia de los juegos de Fairy Tail, aquí la única razón narrativa por la que necesitas haber visto el anime es para conocer a los personajes y su trasfondo, que no es poco, pues se nos presenta una historia original para el juego creada por Reki Kawahara, creador de Sword Art Online.
La trama planteada nos muestra como Kirito y compañía han perdido sus recuerdos de Underworld y, por alguna razón, Quinella (o Administradora) no está muerta sino que se encuentra con ellos en Alfheim como una jugadora más, siendo ella, con la memoria intacta, la que hace “despertar” a nuestro protagonista con la intención de entender cómo y por qué está pasando todo esto y poder así volver a su “vida” normal.
Así pues, con los recuerdos habidos y por haber, Reki Kawahara nos propone una historia sencilla repleta de fanservice donde todos los personajes interactúan entre sí pese a no haberlo hecho antes nunca o de maneras que no esperaríamos; pero el ser una historia dedicada a ser fanservice implica, a su vez, que tiene poco valor narrativo real, aunque dudo mucho que si tú, querido compañero que ha visto todo SAO, ha llegado hasta aquí con interés, le vaya a dar demasiada importancia a que la historia no vaya más allá de lo que nos tienen acostumbrados.
Esta historia pues se desarrolla a lo largo de tan solo cinco capítulos centrados en dar espadazos aquí y allá acabando con grupos de monstruos hasta llegar a un jefe de tamaño exponencialmente superior al resto, poco más.
Por tanto: no, no nos encontramos ante un “nuevo episodio” de la franquicia, y es que Fractured Daydream está enfocado como un juego bastante distinto, lejos de las 30-40 horas a las que nos tienen acostumbrados y planteándose como un recorrido de compleción de misiones que sirven como excusa para desbloquear a prácticamente todos los personajes para el modo que de verdad pretende ser importante…
Aún no es un MMO, pero…
Aunque todavía estamos lejos de vivir lo que todos los fans deseamos, un MMO, esta vez el juego está especialmente orientado hacia el cooperativo con un sistema online en el que nos lanzaremos a cumplir misiones con aliados de todo el mundo como si del verdadero Alfheim se tratase. Para todas y cada una de las misiones cooperativas tendremos libertad absoluta para escoger el personaje que queremos utilizar, siempre que esté desbloqueado y teniendo en cuenta la recomendación (que no obligación) de rango.
Este rango irá aumentando a medida que los usemos tanto en modo offline como online, por lo que a lo largo del modo historia deberemos centrarnos en obtener las máximas puntuaciones posibles en cada misión con tal de obtener mayor experiencia y mejores recompensas que influirán directamente en nuestra actuación online.
Cada personaje formará parte de una clase, por la que podemos ir tanteando a ver cuál es la que mejor se nos da y, dentro de esta especializarnos, aunque por suerte podremos ver a quiénes escogen nuestros aliados, permitiéndonos esto compensar el equipo en cuanto a rango, daño en área, daño por segundo, etcétera, por lo que recomiendo dominar a mínimo un personaje de cada clase, porque por mucho que haya alguna clase algo más aburrida (tanque, te miro a ti), la experiencia multijugador siempre es más favorable si todos miran por el bien común de vez en cuando.
El problema principal aquí reside en que el flujo de jugadores no es especialmente alto, no superando los 3,000 de media en Steam y, teniendo en cuenta que deberías coincidir con quienes quieran hacer la misma misión cooperativa que tú, encontrar partida en Fractured Daydream no será especialmente sencillo, al menos no una donde los participantes sean personas reales, y es que en muchas ocasiones nos veremos obligados a completar nuestra party con bots cuya participación deja bastante que desear.
De todas formas, el problema de la IA no viene tanto con que los bots sirvan de poco, sino con que los enemigos ofrecen una dificultad casi inexistente, haciendo esto que tanto las misiones de historia como las cooperativas sean un paseo en el que nos dedicaremos a correr por el mapa, spamear el botón de ataque y alguna habilidad de AOE de vez en cuando y recoger las recompensas.
Los distintos jefes tampoco se libran, y es que los patrones de ataque son repetitivos y clónicos no suponiendo un desafío en ningún momento, haciendo así que se pierda esa satisfacción de lograr un desafío, o la oportunidad de forzar el trabajo en equipo para poder contraatacar los diversos movimientos del enemigo y de la misma forma obligar a, como comentaba antes, compensar las clases presentes en los equipos.
Por tanto, la experiencia jugable en SWORD ART ONLINE Fractured Daydream resulta más divertida por el simple hecho de poder jugar con la mayoría de personajes importantes del anime que por un modo cooperativo que, aunque es un muy buen primer paso y un interesante incentivo, peca de no ofrecer todo lo que el jugador realmente necesita para querer crear comunidad.
Apartado audiovisual
Al igual que con los juegos de Fairy Tail, contamos con los actores de voz originales del anime, lo cual siempre es un regalo para el fan de la franquicia y como analista debo destacar, pues esto permite una mayor integración en el título. Por desgracia, las piezas musicales son quizás el punto más decepcionante del apartado sonoro, y es que estamos tan bien acostumbrados a composiciones épicas y fantásticas en el anime que, pese a considerarla una banda sonora más que correcta, no llega a estar a la altura de lo que el anime nos ha dado.
Visualmente, Fractured Daydream se ve de lo más fluido, y esto es de lo más positivo teniendo en cuenta que el juego se basa en soltar golpes y habilidades a diestro y siniestro creando esto muchísimo movimiento y, sobre todo, muchísimos colores a la vez. Aunque ya nos tienen acostumbrados, hay que decir que los diseños de los personajes son completamente fieles a los originales y las distintas skins complementarias encajan a la perfección con ellos, suponiendo un gran punto visual que se ve lastrado por un mapa de lo más normalito y con pocas variaciones que potenciarán la sensación de que estamos atrapados en las mismas tres misiones constantemente.
Conclusión: nos estamos acercando
Si no me falla la memoria debe haber ya, contando este, seis o siete títulos completos de SAO, siendo la mayoría juegos que por una razón u otra no han logrado calar en el público, pero con Fractured Daydream es cuando más cerca estamos del juego que los fans de la franquicia queremos, aunque seguimos bastante lejos, pero estamos en el buen camino.
El juego se ve de lo más lastrado por la sensación constante de repetición a la que llevas un par de horas jugadas y esto no consigue salvarse en un modo cooperativo que, por desgracia, termina pecando de lo mismo. Se hace un excelente trabajo ofreciendo un roster que habilita a todos los personajes queridos de la saga pero no existe un incentivo real para variar entre ellos en un modo online que no termina de engrasar.
Fractured Daydream es, pues, el mejor intento hasta ahora pero que, en mi opinión, no es suficiente como para de verdad recomendarlo a precio completo y, para cuando esté de oferta probablemente la cantidad de jugadores se vea lo suficientemente reducida como para que el 60% de jugadores en la raid sean bots.
Por tanto, aunque lo considero un juego suficientemente divertido como para tenerlo en cuenta siendo fan de la franquicia, Fractured Daydream no es ese juego al que estás deseando echarle tantas horas como puedas.