Por otro lado, soy un fan consumado de la serie Yakuza de Ryu ga Gotoku desde que tuve la oportunidad de jugar y analizar Yakuza Kiwami 2 (sí, lo sé, no comencé en el orden más correcto, pero eh, el juego disponía de un buen resumen de los acontecimientos hasta el momento). A partir de esa mágica experiencia, todo fue rodado, pasando a continuación por Yakuza Kiwami y Yakuza 0, para seguir con The Yakuza Remastered Collection (que incluía el tercer, cuarto y quinto juego), finalizando con Yakuza 6: The Song of Life. Evidentemente, luego llegó el cambio protagonizado por Ichiban Kasuga y el paso al RPG, pero todo eso es más reciente. Hoy estoy aquí para, casi como un deja vú, hablar de Yakuza, en esta ocasión de Yakuza Kiwami, el remake del original lanzado en PlayStation 2 que, ahora, llega a la plataforma de Nintendo, siendo esta la primera aparición de la serie en una máquina de la compañía. ¿Queréis saber cómo ha salido este port? Vamos a ello.
La Yakuza llega finalmente a las oficinas de Nintendo
Yakuza Kiwami es el remake del juego original de la franquicia Yakuza (rebautizada en estos momentos como Like a Dragon), que vuelve a contar el origen de la serie, o al menos el origen antes de que saliera la precuela Yakuza 0. Juegas como Kazuma Kiryu, un miembro prometedor de la yakuza local en Kamurocho, al menos hasta que su hermano juramentado Akira Nishikiyama hace algo terrible que seguramente arruinará su vida. Kiryu, demostrando desde el principio tener un corazón de oro, decide asumir la culpa por el asesinato de un patriarca yakuza para proteger a su mejor amigo, Akira Nishikiyama, y a su amor de la infancia, Yumi. Así pues, nuestro protagonista pasa diez años en prisión, consiguiendo salir relativamente rápido debido a su buen comportamiento.
Al regresar a la ciudad que abandonó, descubre que todo en sus relaciones ha cambiado. Aquellos que creía que lo estarían esperando con los brazos abiertos han cambiado mucho en la última década. Nishikiyama se ha convertido en un antagonista ávido de poder y líder de su propia familia en el clan Tojo. Por otro lado, Yumi lleva desaparecida bastante tiempo. Y por si fuera poco, Kiryu se convierte en el tutor de una joven llamada Haruka, que por X o por Y, parece tener la clave de los diez mil millones desaparecidos que mantienen a la yakuza sumida en el caos. Por tanto, sin apenas tiempo para asumir lo que está sucediendo en este nuevo y convulso mundo, Kiryu termina involucrado en un misterio vinculado a su propio pasado que amenaza con trastocar por completo la estructura de poder de la yakuza.
La historia de Yakuza Kiwami sigue siendo uno de sus puntos fuertes. El juego equilibra a la perfección los momentos emotivos y dramáticos con el humor absurdo por el que es conocida la franquicia. La inquebrantable brújula moral de Kiryu en un mundo lleno de avaricia y corrupción lo convierte en un protagonista convincente, y sus relaciones con personajes como Haruka y Nishikiyama añaden capas a su personalidad estoica.
Las luces y el bullicio ahogan al Kamurocho portátil
Mi interés con este análisis es hablar principalmente del port de Switch, pues es lo que realmente interesa, por lo que no dedicaré líneas a hablar de la jugabilidad de un título lanzado ya hace algo más de ocho años. Como aficionado a la saga y con un espectro tan amplio de plataformas para jugarla, especialmente desde que SEGA decidió contribuir a su democratización lanzándola también en las plataformas de Xbox (creo que prácticamente todos o casi todos los títulos están disponibles en Xbox Game Pass o lo han estado), tenía curiosidad y esperanzas de ver cómo se traduciría Yakuza Kiwami en la plataforma híbrida de Nintendo. Iré directo al grano: Yakuza Kiwami en la Nintendo Switch es una de las peores formas de experimentar el juego. Dicho esto, sin embargo, si nunca has jugado un título de Yakuza y solo puedes hacerlo mediante una Nintendo Switch, entonces, no lo dudes, Yakuza Kiwami como juego merece la pena, independientemente de la plataforma elegida para jugarlo.
Hablando del desempeño técnico, Yakuza Kiwami en Switch se ejecuta a 30 fps, o al menos lo intenta la mayor parte del tiempo. Si bien esto ya es decepcionante per se, pues el Yakuza Kiwami original funcionaba a una velocidad de 60 cuadros por segundo suaves en PlayStation 4, hay que ser realistas en este sentido, por lo que no puedo decir que esto sea inesperado. Esto podría llegar a ser pasable, especialmente en los últimos videojuegos de la serie protagonizados por Ichiban, que con el cambio al formato RPG en detrimento del brawler, permiten que un juego a 30 fps sea más que disfrutable, especialmente si eso conlleva una mejora gráfica en consolas. De hecho, la versión de PlayStation 3 de Yakuza Kiwami también funcionaba a 30 fps, por lo que, bueno… aceptamos pulpo como animal de compañía.
El verdadero problema es que la tasa de frames dista mucho de ser estable en Switch. Hay caídas constantes de velocidad de fotogramas durante las secciones de combate, especialmente durante esos intensos desafíos en los que tienes que luchar contra media docena de desgraciados a la vez. Como resultado, el combate, aunque sigue siendo muy divertido, no se siente tan receptivo y fluido como debería. Por otro lado, las áreas de alta densidad con NPCs y efectos de fondo causan un notable tartamudeo, lo que hace que explorar las calles empapadas de neón de Kamurocho sea una experiencia mixta. Ante esta tesitura, es complicado no compararlo con su contraparte de PlayStation 4, especialmente porque este último se puede adquirir en formato físico y, al momento de escribir esto, goza de un descuento en la PS Store que lo rebaja a la mitad de su precio.
Más pronto que tarde te percatas de que el simple hecho de moverse no es agradable, y es en lo que pasas la mayor parte del juego. Cuando no está en movimiento, Yakuza Kiwami parece estar bien teniendo en cuenta la plataforma, pero en cuanto empiezas a moverte, sabes que hay un problema. Al menos, el combate se siente mejor que explorar la ciudad. Las áreas más pequeñas a las que estás restringido, combinadas con un número determinado de personajes con los que lidiar, parecen darle al juego la potencia de procesamiento para funcionar al menos vagamente. Si moverse por la ciudad se sintiera tan bien como combatir, esta seguiría siendo una de las peores versiones de este juego, pero sería una que al menos podría recomendar a aquellos que no tienen ningún otro lugar para jugarlo. Dicho esto, cuando los encuentros de combate comienzan a hacerse más grandes más adelante en el juego, los problemas de rendimiento también comienzan a aparecer en el combate, aunque nunca tan gravemente como cuando se corre por la ciudad.
De la gran pantalla a la pequeña pantalla
Luego está el problema de la naturaleza portátil de la Switch. Y es que, Yakuza Kiwami (como casi cualquier otro título de la serie, pues es parte de su naturaleza) es un juego demasiado cinematográfico, cuyas escenas pueden durar varios minutos cada vez, lo que no es lo más adecuado para una portátil destinada a un juego constante, con una duración de la batería finita. Mientras observas las cinemáticas, el brillo de la pantalla disminuye durante las mismas, ya que la consola da por sentada la inactividad; a fin de cuentas, la Switch no puede reconocer el hecho de que se está reproduciendo una escena cinemática, por lo que simplemente asume que ni siquiera estás mirando la pantalla. Mientras tanto, la batería se agota rápidamente, ya que, posiblemente, renderizar la totalidad de Kamurocho a la vez le cuesta demasiado a la CPU del sistema.
¿Entonces la solución pasaría por jugar en el modo acoplado? Sí y no. Es decir, la gracia de este port es poder jugar en una videoconsola portátil a Yakuza, algo que, desde los tiempos de PSP, era impensable (matizando que, evidentemente, ahora sea posible gracias a Steam Deck, Rog Ally y demás PCs consolizados, que no dejan de ser evidentemente ordenadores). A fin de cuentas, si lo que quieres es jugar en tu televisión, siempre tendrás la opción de jugar a las versiones de Xbox One o PlayStation 4 a una tasa de frames más elevada y estable.
Por último, es importante señalar que el port de Yakuza Kiwami para Switch no tiene un doblaje en inglés. Sin embargo, esto no es una sorpresa, ya que el lanzamiento original tampoco contaba con un doblaje. Evidentemente, y como hispanohablante, me parece mucho peor no haber aprovechado este lanzamiento para traducir el título al español, siguiendo esa magnífica estela que SEGA lleva un tiempo cultivando con varias de sus series, entre ellas, por supuesto, Yakuza/Like a Dragon. No obstante, y de nuevo, no supone una sorpresa, puesto que no deja de ser un lanzamiento marginal que solamente llega a una máquina concreta y además, tarde, si uno tiene en cuenta los años que han pasado desde su lanzamiento original.
Conclusión
Vaya por delante que, si bien Yakuza Kiwami es un videojuego enormemente recomendable por su narrativa, su originalidad, sus minijuegos y muchas más bondades, su port en Nintendo Switch es la forma menos recomendable de disfrutar del mismo. Dicho esto, nada de esto quiere decir que el port para Switch sea malo, ya que, ese a sus problemas de rendimiento, no tiene un aspecto horrible y es completamente jugable. El port ofrece una buena experiencia que se puede llevar a cualquier parte, pero la inestabilidad en la velocidad de fotogramas y el tema de las cinemáticas y la batería, te conducen a una única conclusión realista. Yakuza Kiwami es un título que se disfruta más en una pantalla grande, con una calidad de imagen acorde una y velocidad de fotogramas fluida.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.