![[Análisis] Nightmare Boy [Análisis] Nightmare Boy](https://gaminguardian.com/wp-content/uploads/2017/01/Nightmare-boy.jpg)
Los sueños y las pesadillas son recurso muy habituales en el cine, la televisión y, como no, cada vez más comunes en los videojuegos. Y es en las pesadillas donde encaja Nightmare Boy, el nuevo juego del pequeño estudio español The Vanir Project. Su nueva aventura es un juego de acción y plataformas 2D, al más puro estilo metrodiviano, que ya está disponible en Xbox One, PS4 y Pc, siendo está última la versión a la que hemos tenido acceso.
Un mundo de Pesadillas.
En Nightmare Boy encarnamos a Billy, un joven humano que es arrastrado a en Donorok, región de Noctum, en el mundo de las pesadillas. Balder, un mago maligno con forma de almohada, al que le gusta llevar a niños a este mundo, transforma a nuestro protagonista en una versión del príncipe Rolok e intenta borrarle la memoria. Tras esto, comienza el viaje de Billy, ahora con la apariencia de Rolok, por el mundo de Donorok, donde deberá hacer frente a diversas criaturas malignas para poder, al final, despertarse y volver junto a su familia. Pero, para suerte de nuestro personaje, no estará solo. Le ayudaran las criaturas pacíficas del mundo siempre y cuando no los matemos en nuestro camino. Así que deja las tendencias sociopatas en casa y pon mucho ojo, su ayuda es muy valiosa. Además, Memonia, el hermano de Rolok, te echará una mano de vez en cuando, dándote nuevas habilidades o aumentando tu salud.

Según avancemos en la aventura, iremos consiguiendo mejoras y nuevas habilidades.
Nightmare Boy al mas puro estilo de los 90.
Prepárate para vivir una auténtica pesadilla. Vas a morir muchas veces. No es un Dark Souls, pero te vas a desesperar. Nightmare Boy parece pensado para hacernos vivir una autentica pesadilla. Sobre todo por que los guardados no son gratis. Cada vez que guardes, tendrás que pagar un precio, que aumentará a medida que guardemos. Es decir, cuanto más guardes, más caro te saldrá. Y quizás cuando lo necesites antes de un jefe final, no tengas. Así que piénsate dos veces cuantos guardados necesitas… Por cierto, el encargado de guardar tus progresos es la mismísima Muerte…. Irónico, ¿no?
Y hablando de jefes finales, estos son uno de los puntos fuertes de Nightmare Boy. Te van a exigir mucha concentración para aprender el patrón de ataque, cuándo son vulnerables y cuándo conviene evadir los rayos y proyectiles. Y vete sobre aviso, vas a repetir mucho los combates. Solo podemos darte dos consejos: ten paciencia y juega a la defensiva. Ya sabes eso de un buen ataque es una gran defensa… Y aquí es esencial, ya que bastan muy pocos golpes para quedar fuera, así que llevas las de perder con bastante facilidad.

Con un par de golpes, los enemigos finales acabarán contigo.
Pero no todo es recolectar gemas para guardar y vencer enemigos finales. Si hay otro elemento que caracteriza a Nightmare Boy son los puzzles y el plataformeo. Es un juego que apuesta por el estilo metroidvania, aunque no es excesivamente laberíntico, y la acción. Hay plataformas y tramos orientados a la habilidad con los saltos. Saltos que podremos mejorar, como poder rebotar en las paredes o el doble salto, habilidades que iremos adquiriendo según avancemos en la aventura. Aunque esto no serán nuestros únicos obstáculos, ya que el plataformeo se intercala con muchas zonas donde nuestro principal obstáculo serán los enemigos. Para derrotarlos tendremos una serie de habilidades y ataques que nos harán la vida un poquito más fácil. Tendremos el ataque básico, un ataque a distancia que consume energía o la posibilidad de invocar a un poderoso aliado.
Un último apunte sobre la jugabilidad es el mapeado de los botones. El juego trae por defecto una configuración para el teclado, que no se puede cambiar. La combinación de botones D+F+G, para atacar y esquivar, y el tabulador, para saltar, es difícil. Sin embargo, el propio juego da la opción de jugar con mando, ya predeterminada, y es otro mundo. Es un control mucho más intuitivo.
La pesadilla más larga.
Nightmare Boy es una aventura que en unas 10 horas se puede completar. Además, su curva de dificultad y aprendizaje es bastante buena, pero eso no va a evitar que tengas que repetir varias veces un nivel o un jefe. Los niveles son extensos, de gran tamaño y con muchos secretos por doquier. Hay zonas inaccesibles a las que tendrás que volver tiempo después, cuando hayas conseguido la habilidad necesaria para acceder a ella. Esto hará que te desplacemos hacia adelante y hacia atrás con frecuencia. Pero, descubrir todo el mapeado, conseguir acceder a todas las zonas, recolectar todos los objetos tellevará unas cuantas horas más. Y a eso hay que añadirle los posibles diferentes finales, según tu nivel de implicación y de los objetos que encuentres.
Gráficos y sonido.
Gráficamente, aunque pretende darse un aire algo retro, está más cerca del estilo cómic o dibujo animado que del pixel-art de 8 y 16 bits. De hecho la animación es uno de los puntos más trabajados, y se nota una dedicación por encima de la media de otras producciones independientes. Detalles como el humo al correr del personaje o el modelado de algunos de los monstruos que encontramos son excelentes, y nos recuerdan constantemente que estamos en una pesadilla donde todo es posible.

Todo en Nightmare Boy tiene un gran acabado visual
En cuanto al sonido, nos vamos a encontrar con que cada escenario tiene su propia música y sus propios efectos de sonido. Con esto, The Vanir Project consigue hacer la experiencia mucho más inmersiva. Para lograr esto, contaron con la colaboración de Víc Hernand. Sin embargo, hay algún pequeño fallo a la hora de sincronizar algunos sonidos de acción, como el del salto, que desentonan con el resto de banda sonora.
Conclusión.
Nightmare Boy es un juego desafiante, con un gran apartado visual y una música que, a pesar de algún fallo, harán las delicias de los jugadores. Su estilo metrodiviano mezcla mecánicas clásicas pero con matices que la dificultan y lo convierten en un auténtico desafío. Su duración, aunque correcta para ser un indie, se queda escasa y sabe a poco, aunque las opciones de rejugarlo y los muchos misterios por encontrar se agradecen. Quizás el gran pero es el mapeado del teclado, algo tosco y complicado, a diferencia del que trae el mando, que es más intuitivo y por lo que recomendamos jugar con él.
En definitiva, una gran experiencia para los amantes de las plataformas 2D y del producto nacional.
JGBassols
Arqueólogo por vocación. Egiptólogo por adopción. Pero sobre todo, periquito y gamer. Amante de las buenas historias.