Tiempo atrás llegaba al mercado Ni no Kuni II: El Renacer de un Reino, la segunda entrega de la opera prima creada por Level-5 y Studio Ghibli (con la salvedad de que estos últimos ya no están implicados por ciertos reajustes en la empresa) que ha enamorado tanto a la prensa como a los usuarios, cosechando críticas muy positivas en todos sus aspectos, destacando entre otros su hermoso y característico estilo audiovisual, y una jugabilidad altamente renovada en la que nuestros héroes pasan a tomar el papel principal en las batallas, entre otras muchas bondades. De todas formas, tuve el placer de analizar el título en esta misma web, por lo que si estáis interesados en profundizar un poco más en mi opinión sobre el título, podéis hacerlo pinchando aquí.
Mi idea, era realizar un artículo pocos días después de salir el análisis, puesto que profeso un sentimiento de devoción a esta franquicia JRPG, y por ello, sentía la necesidad de hablar un poco más en profundidad sobre este último juego. El problema en cuanto a la realización de un texto de este tipo, viene en que no todos somos igual de prolíferos a la hora de pensar sobre qué podríamos hablar en concreto, y personalmente, creo que es mucho más sencillo cuando el tema viene a tu cabeza directamente, cuando tienes claro de antemano lo que vas a tratar, puesto que es mucho más fácil que las ideas fluyan y los dedos bailen sobre el teclado, pero en este caso en concreto, no está siendo así. No me malinterpretéis, no es que no me apasione aquello de lo que voy a hablar, el quid de la cuestión radica en que Ni no Kuni II: El Renacer de un Reino, es un juego muy complejo y con demasiados temas posibles a tratar, aún así, no quisiera quedarme en lo típico: ¿cómo ha cambiado el sistema de combate? ¿Referencias al primer juego? ¿Una guía para ir mejorando Estivania? No, mi interés va más enfocado a la figura de Evan, como ya me hizo pensar en su día la odisea de Oliver. ¿No os parece llamativo que en ambos juegos la figura central y protagonista indiscutible en torno a la cual gira la historia sea un niño? A mi desde luego sí.
Lo que quisiera plasmar aquí con mayor o menor acierto, es mi sentir ante el hecho de que ambos protagonistas sean niños (aunque Evan parezca estar un poco más crecido que Oliver, no deja de ser un mozalbete) y ciertos parecidos que veo en ambos. Todo esto aderezado con información extraída mediante diversas entrevistas realizadas al comandante jefe de ese barco que es Level-5, Akihiro Hino.
(A partir de aquí hay algún que otro spoiler sobre Ni no Kuni: La ira de la Bruja Blanca y Ni no Kuni II: El Renacer de un Reino, por lo que continuar o no leyendo depende únicamente de ti)
Comienzos llenos de lágrimas y dolor por la pérdida
Buceando un poco por la web, he encontrado diferentes artículos sobre los dos títulos de Ni no Kuni, con preguntas realizadas a Akihiro Hino sobre diversas temáticas del juego, y he optado por traducir y reproducir algunos fragmentos que he considerado interesantes para este artículo. La primera de ellas, es una entrevista realizada por el medio Gameinformer, en base al primer juego, Ni no Kuni: La ira de la Bruja Blanca, en la cual se le cuestiona en cierto momento sobre el personaje de Oliver.
Gameinformer: ¿Podría hablarnos sobre el protagonista de Ni no Kuni, Oliver, y qué destacaría de él?
Hino: Oliver es un chico joven con un corazón puro y fuerte, que puede cambiar el sentir de las personas. El muchacho se embarca en un viaje en un mundo paralelo cuando escucha que quizás podría traer mágicamente a la vida a su madre recientemente fallecida. En su viaje hará frente a varias pruebas personales: sobrellevar la tristeza de perder a su madre, la ansiedad de tener que viajar por una tierra nueva y desconocida para él, el tener que luchar contra formidables enemigos. Pero Oliver aprende y crece al creer en sus recién descubiertos compañeros de viaje, mientras que ayuda a muchas otras personas con sus propios problemas. Se verá obligado a madurar pasando de ser un hijo dependiente, a un adulto que puede vivir sin su madre. Esperamos que los jóvenes y jóvenes de corazón se sientan alentados por su historia.
Creo que todo lo dicho sobre Oliver, podría extrapolarse perfectamente al pequeño Rey Evan. ¿Cómo podríamos decir que no tiene un corazón puro y fuerte un joven cuya principal motivación es construir un reino donde todos sean felices? ¿Acaso no pasa Evan de ser un chiquillo asustadizo a ser un rey hecho y derecho capaz de sacrificarse por los demás? Por otra parte, uno debe lidiar con la pérdida de su madre, pero recordemos que aunque no sea el pilar central de la historia como si lo fue en el primero, Evan ha perdido a su padre hace poco tiempo, y se ha visto obligado al exilio, convirtiéndose en un apátrida (al menos hasta que funda Estivania), además de ver como la vida de Nella se apaga delante de sus ojos. Evan también emprende un viaje por una tierra que aunque si es la suya (no cambia de mundo como Oliver o Roland), es una tierra totalmente ignota para él, puesto que ha vivido en la comodidad de su burbuja palaciega, sin saber si quiera la opinión de la gente que habitaba en la que fue su propia tierra, Ding Dong Dell.
En ambos juegos tenemos un comienzo amargo, y más si tenemos en cuenta la corta edad de los personajes protagonistas. Son golpes muy duros para cualquier persona, pero especialmente para unos niños, de repente esa zona de confort, esa burbuja que les aísla del mal, esa protección se rompe en pedazos debido a un fuerte huracán llamado realidad. Sí, la gente puede morir, y por supuesto, un grupo descontento de personas que lleva años aguantando el menosprecio de aquellos que dominan, puede levantarse para provocar una rebelión que les lleve al trono del reino, son dos verdades incuestionables. Mientras que el primer juego se centra más en el plano emocional, usando como punto relevante de la aventura el traer de vuelta a la madre de Oliver; esto se difumina un poco más en la segunda parte, más enfrascada en hablarnos de política, y esto podría llevarnos a olvidar que Evan Pettiwhisker Timoteo ha perdido también mucho por el camino, tal y como comentaba, pero pensando en retrospectiva nos damos cuenta de que esto no es así. De hecho, es este dolor, este sentimiento de pérdida, lo que obligará a ambos a madurar de forma prematura, a sufrir un cambio, una evolución en su viaje, que les llevará a convertirse en “niños adultos”.
Es de facto este sentimiento de pérdida, de dolor, el detonante que lleva a nuestros jóvenes muchachos a tener que abandonar esa niñez para embarcarse en una travesía a lo desconocido, tal y como comenta Akihiro Hino en la entrevista, refiriéndose a la motivación de Oliver por salvar a su madre.
Gameinformer: Las películas de Studio Ghibli tocan muchos temas emocionales y lecciones vitales. ¿Continúa esa tendencia la historia de Ni no Kuni: La ira de la Bruja Blanca? ¿Qué cree que calará más profundamente en la gente?
Hino: En Ni no Kuni queríamos crear una tema que resonase especialmente en los niños. Primero pensamos como expresar esa diversión que viven los niños en sus sueños y aventuras, y después consideramos cuál será la mayor influencia en la vida de un niño. Pronto caímos en la cuenta de que ese pilar central no podría ser otro que su madre. La pérdida de una madre sería la peor de las tragedias para un niño. Es por esto que tiene sentido para nosotros que el deseo de un niño por ayudar a su madre, sirva como motivación para continuar un largo viaje.
Evolución siempre en compañía
En otra entrevista, esta vez concedida al medio Rolling Stone, el CEO de Level-5 hablaba sobre diversas franquicias de la marca, siendo también preguntando en algunos puntos por el futuro Ni no Kuni II: El Renacer de un Reino, y los objetivos que se había marcado para este juego entre otros datos de interés. Podéis ver la pregunta y respuesta traducida a nuestro idioma a continuación.
Rolling Stone: ¿Cuáles fueron tus objetivos con Ni no Kuni II: El Renacer de un Reino, y como influyó el desarrollo del primer juego en este?
Hino: Volviendo la vista atrás al primer Ni no Kuni, siento que la historia estuvo bastante centrada en los niños, puesto que trataba de un niño buscando a su madre. Para Ni no Kuni II quería algo diferente, algo que apele a todo el mundo, quiero que toda la familia sea capaz de relacionarse con él. Para alcanzar este objetivo, esta historia tratará sobre la madurez de un niño que se ve en la obligación de asumir el rol de un rey, pero no solamente tratará sobre su crecimiento y como alcanza la edad adulta, también se trata de él entrando en esa posición de poder. Además, con las interacciones con una variedad de personajes en diferentes grupos de edad (niños, adultos, lo que sea), permite que todos en la familia se puedan relacionar con la historia.
Hino buscaba un cambio de enfoque para esta segunda entrega, algo que pudiese calar en la psique de todos indiferentemente de su edad. Aunque en esta ocasión también se habla sobre un viaje de madurez, al igual que en el caso de Oliver. Los jóvenes deben reponerse de su pérdida, aprender a lidiar con su dolor y seguir adelante para enfrentarse a retos que seguramente les superarán, pero a los cuales tendrán que hacerles frente. Pero ellos no son héroes solitarios, y esa evolución emocional, ese cambio, llegará de la mano de sus compañeros, de aquellos que conozcan durante su periplo y se ofrezcan a acompañarles.
En el caso de Evan, que es el que más nos compete ahora mismo, y aunque son varios los que acompañan al pequeño monarca en sus andanzas, cabe destacar el papel de Roland como primer personaje que se une a este, y como mentor, como personaje adulto y como presidente que era en su mundo, de hecho, es el que propone el Tratado de Donovan, aún sabiendo bien por cómo ha quedado su mundo, que la paz mundial es poco menos que una utopía, pero aún así, decide depositar su confianza en el sueño de Evan y se desvela por ayudarle a conseguir su objetivo.
Estas relaciones de beneficio mutuo, de compañerismo, son las que llevan al crecimiento personal de nuestro amigo Evan, no obstante, no es el único que madura y adquiere conocimientos, puesto que en este viaje todos aprenden de todos. Inclusive, hay un momento casi al final donde Roland (recordemos que es un presidente estadounidense entrado ya en canas) afirma que ha aprendido mucho de Evan. Esto, amigos míos, es lo hermoso de este periplo, del camino recorrido desde el principio al final, es un continuo aprendizaje los unos de los otros.
Asimismo, cuando se le pregunta a Hino sobre las diferencias entre el juego original y esta segunda parte, hace hincapié en el factor aprendizaje, ese desarrollo personal del que ya hemos hablado antes, necesario para que aquel niño que no tiene esos conocimientos que se le demandan los adquiera con el tiempo.
Polygon: ¿Cuál es la mayor diferencia entre este juego y el original?
Hino: En el primer juego, vimos cómo el niño dejaba a su madre y crecía. En el segundo hay una transición similar, una mayoría de edad. Nuestro protagonista comienza como un adulto joven que no tiene habilidades de liderazgo o experiencia en un puesto de liderazgo. Él debe aprender. Hay muchas pruebas y cuestionamientos que pondrán a prueba sus cualidades de liderazgo.
Se fue un niño y regresa un adulto
Una vez que llegamos al final de la aventura, queda patente que aquel niño llorón y asustadizo que salió de su reino, o de su casa en el otro mundo en el caso de Oliver, ha sufrido un desarrollo personal que le ha llevado a ser alguien capaz de asumir responsabilidades, una persona con una madurez suficiente como para afrontar los retos que se pongan por delante.
Los finales me resultan un poco agridulces, en cuanto a que Oliver no recupera a su madre, por lo que podríamos pensar que su aventura ha sido totalmente en vano, pero no es así, ya que ha sacado una valiosa lección, y es que aunque sabe que una vez que regrese a su casa su madre no estará en ella, debe seguir adelante, puesto que tiene toda su vida por delante. Lo que ha obtenido es superación, valía para afrontar el hecho de que su madre no está ni va a volver, está muerta, y lo único que puede hacer es vivir con ello.
En cuanto a Evan, bueno… ha fundado Estivania y ha conseguir traer la paz al mundo mediante el Tratado de Donovan, o al menos, es lo que parece, puesto que realmente lo único que ha hecho es poner los cimientos para que cuando su hijo le suceda, complete su obra, su anhelada búsqueda de la paz y la felicidad con todo el mundo. Igualmente, su consejero y amigo, Roland, vuelve a su mundo, aunque parece que al menos tendrá una segunda oportunidad para intentar evitar la guerra.
Personalmente, me gusta que los finales sean así (más acentuado en el primer título), puesto que odio cuando un final es demasiado acaramelado, cuando de repente todo es luz y color, fiestas, alegría y el protagonista obtiene todo lo que buscaba. Sí, la historia comienza de forma trágica para ambos, la vida les ha dado una buena bofetada detrás de otra, pero no por eso, el poder de la amistad y la magia va a devolverle a Oliver a su madre, no todos los JRPG pueden pecar de darte un precioso final apelando al corazón y al buenismo, hay cosas que no tienen solución en esta vida.
He disfrutado mucho de ambas entregas y las tengo en muy alta estima. Aún así, es el viaje de lo que me he enamorado, del proceso de aprendizaje, del ver como un personaje se desarrolla y pasa de ser alguien asustado y dependiente de otros, a convertirse en un rey confiable que antepone la seguridad de su reino a su vida misma. Yo, al igual que Roland, también quise creer en Evan y su disparatado sueño de una vida en paz con todo el mundo, donde la gente pueda sonreír, recuerdo que hasta me resultó simpaticón, era algo impensable y que únicamente cabría en la cabeza de un niño, uno bondadoso y sincero que no alberga maldad alguna… sí, un niño, una palabra muy recurrente en las líneas que componen este texto, la niñez, esa que nos permite pensar en cosas imposibles en la cabeza de un adulto, que nos deja ver las cosas de forma más optimista y simplificada, eso que perdemos nosotros al madurar. Es posible que sea por esto que he disfrutado acompañando a Evan, solamente me queda decir: ¡Larga vida al rey Evan!
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.