Un ejemplo claro de esto es la serie The Surge, una suerte de “soulslike” futurista que mejoraba mucho la movilidad y la variedad de ataques con respecto a Lords of the Fallen. Si bien los dos juegos que componen esta serie no son obras maestras y están muy por debajo a nivel técnico de lo presentado por los grandes equipos de la industria, es innegable que se tratan de juegos divertidos y hechos con auténtico mimo, en donde el objetivo de entretener y ofrecer un desafío interesante se cumple con creces. Por supuesto, el estudio no se iba a quedar ahí, e intentando ir más allá para hacerse un hueco entre los grandes titanes de la industria presentaron hace un par de años el que se ha convertido en su proyecto más ambicioso y atractivo, Atlas Fallen. Inspirado en las grandes obras de la literatura fantástica (con su ambientación es fácil establecer conexiones con series como El Señor de los Anillos, Dune o Nacidos de la Bruma) y en los juegos de acción y hack ‘n slash de la talla de Devil May Cry o God of War, Atlas Fallen busca convertirse en un emblema dentro del estudio y en uno de los títulos más destacados tanto de verano como de la segunda mitad del año. Sin embargo, ¿estará a la altura de tales expectativas? ¡Veámoslo en el análisis completo, que podéis leer a continuación!
Bajo la atenta mirada de un dios corrupto
El destino de todas las civilizaciones siempre es el mismo: caer, quedarse atrapadas entre las arenas del tiempo mientras el destino sigue su curso, y esto es algo especialmente visible en el mundo de Atlas. Donde hace eones se alzaban grandes imperios ahora solo quedan cenizas y ruina, un mundo en decadencia que está siendo constantemente vigilado por la deidad del Sol. El gobierno tiránico de esta entidad tiene un fin tan sencillo como cruel, pues busca esclavizar a los humanos para que le consigan su tan ansiada Esencia. En esta situación aparece nuestro protagonista, un esclavo (cuyo género y aspecto podemos elegir) que encuentra por azar un misterioso guantelete dotado de habilidades mágicas y custodiado por una misteriosa figura espectral. Juntos, el ente del guante y nuestro protagonista tendrán que explorar el desértico mundo de Atlas mientras consiguen recuperar el poder del guantelete para acabar con la tiranía. Como podréis imaginar, la historia presenta un universo completamente original que goza de una construcción bastante decente, que aunque peca de usar demasiados clichés no deja de atrapar en ningún momento. Por poner un ejemplo, el lore detrás de los caballeros que enfrentaron a la deidad es muy interesante, y las historias que se presentan en relación a la caída de las ciudades me han parecido bastante bien articuladas.
¿Hace esto que la historia del juego sea increíble? Pues lo cierto es que no, y creo que la historia podría haber sido mucho mejor, especialmente en relación a la construcción de sus personajes y al ritmo de la historia. A fin de cuentas, no dejamos de encontrar personajes planos que solo sirven para aportar algo de información y que no afectan en nada al desarrollo del protagonista o de la historia (algunos de estos ni siquiera tienen nombre), y la historia no deja de extender pequeños arcos que resultan innecesarios y reiterativos. En resumen, siento que el juego aporta ideas muy buenas, como es el caso de su construcción de mundo o el desarrollo de los dos protagonistas principales, pero al mismo tiempo se queda a las puertas de dar algo mucho más grande: un mayor trabajo en los personajes o en el ritmo le habrían sentado de fábula al juego. Cabe destacar que el juego llega a nuestro territorio traducido al español, y aunque el trabajo de traducción es más que decente, su disposición dentro del juego me ha parecido increíblemente defectuosa. ¿Por qué digo esto? Pues porque en más de una ocasión me he encontrado con frases que se solapan o que directamente no tienen nada que ver con lo que está diciendo el personaje en ese momento, lo que ha dado lugar a que me haya comido spoilers por leer frases en el momento que no tocaba. Esto ha sido raro, y quiero pensar que se debe a que he jugado una versión previa al lanzamiento, por lo que espero que de cara a la versión final esté solucionado.
Dando caza a las criaturas más peligrosas de Atlas
A la hora de ponerse a los mandos del juego, sorprende la agilidad y la fluidez con la que se mueve, salta y ataca nuestro protagonista. Viniendo de los autores del primer Lords of the Fallen, uno podría esperar un juego lento y pausado, pero nada más lejos de la realidad. En Atlas Fallen estaremos constantemente esquivando, corriendo, deslizándonos por las arenas y las dunas y atacando a los enemigos mientras desafiamos todas las leyes de la gravedad. No os voy a engañar; he disfrutado mucho con el control del juego, y no tengo duda alguna de que es la movilidad más atractiva y adictiva que ha hecho el estudio. A esto hay que sumarle un sistema de combate gratificante que recompensa a los jugadores atrevidos a través de la barra de momentum, que crece conforme atacamos y que permite aumentar nuestro daño y alcance a costa de recibir más daño. Vaya, que a más riesgo más recompensa, aportando una capa de profundidad que le sienta de escándalo. La variedad de armas es decente, y aunque se podrían pedir más, se agradece que ninguna se controle igual que otra. A través de un sencillo sistema de personalización de habilidades podremos establecer ataques especiales y mejoras en nuestras estadísticas, algo que no ofrece nada que no hayamos visto en otros juegos pero que no por ello deja de aportar una más que necesaria variedad. Mención especial al modo cooperativo, un añadido que no esperaba para nada y que permite disfrutar en compañía de un amigo de toda clase de misiones. El modo funciona bien, y aunque no inventa la rueda, se agradece mucho su inclusión.
Un aspecto que me ha parecido especialmente llamativo es que, al enfrentarnos a las criaturas más grandes y poderosas, no bastará con atacar a cualquier sitio… Pues tendremos que ir reduciendo su salud atacando a varias partes del cuerpo, como si se tratara de una versión reducida de Monster Hunter. El enfoque en las criaturas y su catalogación en cuanto a tamaño y peligrosidad, así como la exposición de sus puntos débiles, me ha recordado a Horizon: Zero Dawn, por lo que podéis haceros una idea de que no siempre valdrá lanzarse a lo loco contra los enemigos. Si bien en general me ha convencido mucho todo el apartado jugable del título, tengo que señalar varios elementos que me han dejado algo frío: algunas hitboxes son incomprensibles, dando pie a que suframos daño en situaciones injustas, y considero que el hacer del juego un mundo abierto juega más en su contra que a su favor, puesto que nos encontramos ante un sandbox muy limitado y que responde a las ideas más “quemadas” del medio: entornos enormes y sin vida que están repletos de puntitos con los que poder conseguir elementos desbloqueables y mejoras. Vale, el juego no es un mundo abierto tal cual y presenta mapas más pequeños que de costumbre, pero quizá el haber eliminado esto podría haberle venido bien al título.
Una arquitectura ruinosa digna de elogio
Quizá sea en el apartado visual donde más me ha sorprendido Atlas Fallen, y no es para menos: su dirección artística es extremadamente detallada, lo que se refleja en un mundo increíblemente atractivo y atrapante donde destacan sus vistosos escenarios y sus increíbles ruinas. No hay duda de que no es el mundo abierto más interesante de la industria, pero eso no quita que merezca la pena explorarlo solo por lo bien tratados que están los entornos y los edificios. He quedado realmente embelesado por la arquitectura de la que hace gala el juego, una que es de clara herencia francesa y germana, con catedrales de corte gótico y casas abandonadas que consiguen dar la sensación de estar realmente ante un mundo condenado a la extinción. Su diseño de enemigos quizá sea algo más genérico, pero se compensa con un diseño de vestuario bastante llamativo que triunfa especialmente en la presentación de las armaduras de nuestro protagonista. Eso sí, aunque a nivel visual el trabajo es bastante bueno y muy superior a lo presentado por el estudio hasta el momento, no se puede obviar que hay varios errores gráficos que empañan el producto final, tales como el excesivo tiempo de carga de ciertas texturas o el popping.
Y en relación a esto, a nivel técnico nos encontramos ante un juego que no está tan pulido como me gustaría, pero tampoco es un desastre. Más allá de los problemas visuales señalados en el párrafo anterior solo he encontrado un par de bugs menores que son fáciles de eliminar con un parche. No es nada especialmente grave, pero no por ello podemos hacer como que no existiera. Por último, el trabajo sonoro y musical del juego es realmente decente, tanto en su variado doblaje como en sus épicas composiciones. Un trabajo que no trasciende pero que funciona.
Conclusión: la obra más eficaz de Deck 13
Atlas Fallen es un juego de acción y rol sorprendentemente divertido, que consigue enganchar desde el primer minuto gracias a su excelente sistema de control y de combate, así como por su construcción de mundo. Visualmente es hermoso, y aunque no está exento de fallos, merece mucho la pena pararse a conocer su increíble diseño de escenarios y su arquitectura. Eso sí, como mundo abierto es realmente flojo, y considero que la historia podría haber dado mucho más de sí, pero no hay duda alguna de que nos encontramos ante un juego notable que no decepcionará a quien disfrutó de los juegos anteriores del estudio o a quien busca un juego ágil y divertido.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.