[Análisis] Beholder 2

Todos somos ciudadanos ejemplares, pero muchas veces nuestras acciones pueden tener consecuencias aunque no nos demos cuenta. El nuevo juego de War Lamp Games, nos presenta en una ambientación tétrica en la que cada acción que realicemos, tendrá sus consecuencias y deberemos ser lo más ejemplar posible para llegar a conseguir que nuestros objetivos se cumplan, sin importar quién se interponga por delante nuestro.

El ministerio del crimen

En Beholder 2 encarnaremos el papel del señor Redgrave, un funcionario del ministerio. Todo ello sucede en 1985, coincidiendo con la Guerra Fría y el país está siendo levantado por un dictador que controla la empresa. Un día, nuestro protagonista asiste a su jornada laboral mientras todo el mundo en la entrada le abuchea. Con la mirada al suelo, va a su despacho del piso 37 y “salta” por la ventana, con lo que pierde la vida.

Al día siguiente, reencarnaremos el papel de Evan Redgrave, el hijo del difunto, al cual le han llamado para empezar a trabajar en el ministerio. Nos presentará la empresa un compañero de trabajo llamado George Hermitz, que conocía a nuestro padre, y nos muestra que nuestro puesto será en un pequeño cubículo haciendo trámites burocráticos.

Entonces entablaremos conversación con los compañeros y descubriremos que el “suicidio” de nuestro padre ha sido un asesinato. Antes de morir nos dejó una carta, que tiene la persona que nos enseña el lugar, pero por casualidades de la vida, es ejecutado públicamente al día siguiente. Así que estamos solos para averiguar quién ha asesinado a nuestro padre y por qué motivo.

Hay que aprovechar los días

Beholder 2 es un juego de gestión del tiempo, del dinero y de los puntos de buen ciudadano. Tendremos que ir a nuestro puesto de trabajo, pasar el detector de metales, y tendremos unas misiones que seguirán ahí hasta que no las completemos. La mayoría de las acciones cuestan tiempo que tendremos que administrarnos para poder hacer el mayor número de misiones posibles. Realizar nuestro trabajo nos cuesta 2 horas, pero por cada papeleo que realicemos correctamente, cobraremos 50 monedas (aparte de las recompensas de las misiones). También si miramos entre los papeles, miramos la tele o estudiamos para aprender habilidades, se consume tiempo.

Cada segundo cuenta para poder hacer todo lo que queramos con el máximo beneficio, ya que estamos de alquiler en un pequeño piso y nos irán llegando facturas de todo e incluso alguna multa por no ser ejemplar. El dinero cuesta muchísimo de conseguir y todas las facturas son extremadamente costosas, así que como en la vida misma, tendremos que trabajar duro para conseguirlo y no perecer en el intento. Luego también tenemos los puntos de actitud por nuestras buenas acciones o por saludar a la estatua del Líder. Con ellos podemos extorsionar a gente para que haga lo que nosotros queramos o adquirir información importante para llevar a cabo nuestro plan.

El juego controlamos a Evan, y todo el ministerio es un pasillo recto dividido en diferentes salas, como el despacho del jefe, la zona donde los usuarios hacen cola para tramitar su papeleo o las puertas de seguridad, entre otros sitios. Más adelante también visitaremos otros pisos, pero eso es otra historia y estaríamos involucrándonos en spoiler. Behold 2 nos deja libremente hablar con quien queramos de la empresa, y también investigar un poco los sitios. Cada vez que hablemos con alguien o nos digan el nombre, se irán apuntando todos los datos y podremos chivarnos de las diferentes cosas a cambio de puntos de buen ciudadano. Además, con todos los datos que recojamos, podemos crear situaciones para encontrar todo lo necesario y saber qué pasó con nuestro padre.

La parte en la que nos toca ponernos serios es cuando trabajamos, ya que seremos el típico empleado de oficina que está delante de su ordenador jugando al solitario mientras finjimos que estamos ocupados. En esta ocasión, gastaremos dos horas del tiempo y vendrán 5 personas contándonos su problema. Aquí decidimos si es una incidencia, denuncia, información o solución, y después se decide de qué departamento es y a qué mesa debe dirigirse. Si acertamos estas 3 cosas, nos darán 50 monedas, sino, pues habremos hecho mal nuestro trabajo, pero el usuario no lo sabe, no es funcionario.

Black and white

Beholder 2 a primera instancia, llama la atención por ese estilo en blanco y negro con un granulado, igual que en las tele de tubo de antaño, pero le queda genial para representar la opresión que viven los empleados del ministerio y el miedo que se vive con cada conversación, ya que no puedes fiarte de nadie. Cualquiera puede traicionarte y acabar como tu padre. En la parte exterior siempre está lloviendo, y en conjunción con su buena banda sonora, crea una ambientación digna de 1985. El juego está completamente en español y las voces de todos los personajes son solo onomatopeyas balbuceando cosas como si te hubieras atragantado con un muslo de pollo.

¿Vamos al ministerio?

Beholder 2 tiene una gran historia que te enganchará desde el primer minuto, y es como un simulador de vida, en el cual encarnamos el papel de un trabajador del ministerio y tendremos que tomar muchas decisiones. Como pasa en otros juegos, en este cada decisión cuenta, así que tendremos que ir con cuidado a la hora de escoger las acciones que realizamos. Es un juego bastante corto, pero a cambio es muy rejugable, ya que tiene bastantes finales distintos, algunos se consiguen en 2 o 3 horas, pero hay otros que necesitas más de 10, todo es cuestión de ir haciendo lo que creas conveniente por este ministerio, pero recordad, no os fiéis de nadie.