[Análisis] Blazblue: Central Fiction Special Edition

La saga Blazblue, tras casi una década haciéndonos disfrutar de sus ágiles y preciosistas combates en nuestras casas, aterrizó de nuevo en Nintendo Switch hace un par de semanas, en la primera aparición de la vertiente canónica (más allá del experimento Cross Tag Battle) en la consola híbrida de la companía nacida en Kyoto. Esta versión, llamada Blazblue: Central Fiction Special Edition, incluye el contenido propio de Blazblue: Central Fiction, lanzado en consolas Playstation a finales de 2016 y un poco más tarde en compatibles, y los personajes que se fueron añadiendo vía DLC, lo que nos da acceso a un sinfín de contenido, tanto en solitario como en multijugador, en un intento de arrebatar su privilegiada posición a Super Smash Bros. o al otro coloso de la desarrolladora, Dragon Ball FighterZ. ¿Girará la Rueda del Destino en la dirección correcta? ¡EL JUICIO HA LLEGADO!

The Wheel of Fate keeps turning…

Arc System Works siempre ha intentado, con mayor o menor acierto, romper con la creencia habitual de que los juegos de peleas apenas tienen historia o no la necesitan, siendo la saga Blazblue un claro ejemplo de cómo darle sentido a las motivaciones de los luchadores y a los distintos combates, y es algo que, por supuesto, no falta en esta entrega.

Así, de la misma manera que en la versión anterior de Central Fiction publicada en consolas Playstation y compatibles, tendremos a nuestra disposición un modo historia que se sitúa tras los hechos acontecidos en Chrono Phantasma, que sin ánimo de hacer spoiler, profundiza en las tramas de los hermanos Ragna, Jin y Saya y de su relación con el Azure Grimoire (Blazblue).

Si hemos seguido la historia desde la llegada de Calamity Trigger en otros sistemas, pronto nos sentiremos como pez en el agua entre los términos, lore y personajes protagonistas, pero de no ser así, y aunque bien es cierto que para seguir al 100% la trama es bastante recomendable haber completado los modos similares de anteriores Blazblue, el juego nos pone bastante bien en contexto si lo deseamos (aún dejando ciertos detalles más profundos de lado), con un resumen de lo acontecido hasta ahora que ya lo quisiera para sí el mismísimo Kingdom Hearts III.

El modo historia se desarrolla como ya es norma en la serie, estructurándose en capítulos y episodios y con una jugabilidad al estilo de las visual novel, intercalando un puñado de combates entre las secuencias y diálogos. Esta pausada forma de contar la historia, muy a la japonesa, podría caer en el error de no mantener el ritmo o el interés, pero por suerte no es así, ya que los mantiene con soltura, merced sobretodo al carisma de personajes como Kagura, Jubei o el propio Jin. La pega de esta modalidad puede encontrarse si el universo Blazblue no te interesa lo más mínimo o no te atrae el género VN y sólo piensas en zurrar badanas, ya que no encontrarás aliciente alguno a paladear este modo, al tener que estar leyendo el 90% del tiempo.

Para jolgorio de estos últimos, y por fortuna para todos, podremos seleccionar entre las rutas del modo arcade, donde hasta en un máximo de 3, accederemos a pequeñas historias complementarias del personaje con el que queramos repartir estopa, mientras progresamos en los sucesivos combates contra la IA como en las recreativas, en un rápido y eficaz acercamiento a las motivaciones que mencionábamos antes.

Complementando esta oferta de modos en solitario tendremos el Modo Abismo, donde el juego se fusiona con un RPG en el que avanzar obteniendo experiencia con la que adquirir habilidades y potenciar a nuestro personaje, mientras la dificultad de las batallas va en aumento, así como modos clásicos como Score o Time Attack, lo que garantiza un altísimo valor de compra al ponernos delante horas y horas de diversión, más teniendo en cuenta el detalle de que se ha publicado con un precio reducido dentro de lo habitual en los lanzamientos de la consola.

Ya en la vertiente multijugador podremos jugar partidas vs en modo local, como no podía ser de otra manera, y participar en los modos online, donde tendremos partidas de ránking y partidas de jugador en las que, como en las versiones anteriores del título, podremos personalizar nuestro lobby comprando objetos con los puntos que vamos consiguiendo con nuestras actuaciones.

Las partidas online funcionan bien incluso si la conexión del oponente no es 100% correcta (color verde), pero sí se nota que cuesta encontrar la primera partida. Por fortuna, podremos recorrer los modos para un jugador mientras se está buscando algún rival, y una vez encuentra a nuestro primer oponente, encontrará más con mayor facilidad.

Jugabilidad a prueba de barrera

Probablemente la saga Blazblue sea la más equilibrada y gratificante de todas las propuestas de Arc System Works en cuanto a jugabilidad se refiere, y aunque quizá esto sea entrar en el terreno de la opinión personal, permitidme esta licencia. Todo el bloque jugable está pulido al máximo exponente, donde la estrategia defensiva, el sistema de combos, las posibilidades a la hora de romper defensas y los ataques especiales forman un conjunto que da gusto ver, oír y paladear, haciéndonos disfrutar incluso durante el período de aprendizaje habitual de estos juegos, donde recibir es tónica más habitual que dar.

Aunque no tuve a bien mencionarlo en los modos de juego, ahora entenderéis que haga alusión a los completísimos tutoriales que incorpora el videojuego. En ellos se nos explican tanto los aspectos más básicos como los más avanzados, así como las técnicas de nuestros personajes favoritos y pautas para realizar poderosos combos con los diferentes retos/desafíos que se nos plantean. Aquí, pese a lo brillante en lo jugable que es este Blazblue, debemos mencionar que los joy-cons no son todo lo precisos que desearíamos, pero bien es cierto que con un poco de paciencia conseguiremos incluso dominar esos pequeños vicios.

Sería incluso contraproducente que os explicara en este análisis conceptos tan importantes como la barrera, el Overdrive o Exceed Accel, pero creedme si os digo que pese a ser un pelín abrumador al principio, al poco de estar en contacto con el juego ya nos sentiremos “con manos”, siendo Blazblue: Central Fiction Special Edition muy agradecido y divertido en el aprendizaje. Pero… ¿y si sólo queremos ver a nuestro rival arder? Pues tendremos acceso a un esquema de control más básico, llamado Stylish, que como ya hemos visto en diferentes juegos de la saga o de otras, como en los Marvel vs. Capcom, nos facilita la ejecución de las técnicas más difíciles, lo que en mi opinión personal resta diversión en favor de la espectacularidad.

Arreglado para salir

Es curioso como Nintendo Switch hace que en ocasiones la “opción” menos potente de los juegos sea la que mejor luzca. A ver, no nos engañemos, Blazblue: Central Fiction Special Edition en su habitual combinación en la saga de escenarios con elementos 3D y sprites de estilo anime en 2D es precioso, pero ocurre una paradoja: al ser sprites diseñados para 720 líneas, lucen mejor en portátil que en sobremesa, donde los fondos dan el pego al ser reescalados, pero no así los sprites, que lucen ligeramente pixelados.

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Las partículas, efectos de los ataques y HUD se muentran nítidos, y todo fluye a una velocidad que no decae en ningún momento, dando como resultado un aspecto visual muy bonito en su conjunto (excepto esos pixeles en la versión sobremesa) y a la altura de lo visto en las versiones más grandes.

Volviendo de nuevo a dar una opinión personal con vuestro permiso, puede gustar más o menos la estética animu, pero el trabajazo de ASW con el aspecto de los personajes en todos sus juegos es digno de elogio, y tener acceso a ellos en cualquier parte, como ya pasara con Dragon Ball FighterZ o con la próxima llegada de Guilty Gear, es toda una bendición, y más si tenemos en cuenta que el estudio puede presumir además de una plantilla variopinta en géneros, formas y colores (también se incluyen todas las paletas vía DLC), lo que en pleno proceso de vacuas polémicas y de cuestionables críticas a las decisiones de diseño de los desarrolladores de juegos, espero que les garantice mantener el carisma en los diseños de los personajes sin miedo a una crítica rancia y sin fundamento.

En cuanto al aspecto sonoro, es sencillamente impecable. Desde las voces de la “comentarista” y los protagonistas, con reconocidos actores de doblaje japoneses, pasando por los efectos de golpes y técnicas, y la impresionante y cuidada banda sonora, encontramos un apartado sonoro difícilmente mejorable, donde todo se escucha bien, a tiempo y con un gusto exquisito en tono y forma, quizá presentándose únicamente el problema de la barrera idiomática, al no tener ningún texto en castellano (todo está subtitulado o escrito en inglés).

Conclusión

Blazblue: Central Fiction Special Edition aumenta con clase y buen gusto la propuesta de fightings de la consola híbrida de Nintendo con una revisión de lo visto anterioremente en consolas PlayStation y compatibles. Con una enorme cantidad de modos para un jugador (probablemente el que más horas nos ofrece en Switch), un aspecto brillante sobretodo en versión portátil, una jugabilidad exigente pero completa y agradecida en el aprendizaje y un apartado sonoro sobresaliente, no podemos dejar de recomendarlo si te gusta el género, dado que se coloca entre una de las mejores propuestas del mismo para la consola de la gran N.

Soy el vacío blanco…
Soy el acero frío…
Soy la espada justa…
Espada en mano, recojeré los pecados de este mundo…
…y los purificaré en el fuego de la destrucción.