Bouncy Bullets es un shooter en primera persona con un gran componente de plataformas desarrollado por Petite Games que llegó el pasado julio a PlayStation 4, PlayStation Vita, Xbox One y Nintendo Switch gracias a Ratalaika Games. A continuación os hablamos sobre este peculiar título.

Bouncy Bullets, como bien hemos mencionado anteriormente, reduce su jugabilidad entre dos mecánicas jugables tan clásicas como lo son los shooters y las plataformas. Un ejemplo que mezcla ambas bazas sería la saga Uncharted, Doom o un título indie patrio, Inmortal Redneck. Pues bien, si todos estos juegos usan estas características de saltar y disparar, todos ellos las usan de una manera distinta. Los juegos de Nathan Drake tienen cierto “realismo” en su jugabilidad, Demon Slayer cuenta con una violenta jugabilidad marcada por el frenetismo y la visceralidad, y el divertido personaje redneck goza de el componente de la aleatoriedad al ser un roguelike.

 

En cambio, Bouncy Bullets es un título arcade donde ni hay muchos disparos, ni un gran frenetismo y con niveles ya predefinidos. Y esto no es malo per se, ya que ya conocemos una serie de juegos de igual concepto y muy muy similar ejecución, como lo es Lovely Planet. Así que, el trabajo de Petite Games tampoco tiene nada de original ni único que le diferencie de otros proyectos.

Jugablemente, Bouncy Bullets es una sucesión de niveles en los que nuestro objetivo será llegar a un portal (que marca el final) atravesando una serie de plataformas y obstáculos mientras derrotamos a un número determinado de enemigos.

Nuestros adversarios son unos rectángulos de colores que nos disparan, no sabemos por qué, tampoco sus motivaciones, pero eso nos da igual, son malos y hay que eliminarlos. Si nos aciertan una sola vez, se reiniciará el nivel, por lo que deberemos estar atentos. Para acabar con ellos hay que acertarles con un proyectil de su mismo color, es decir, para dañar a un enemigo amarillo le tendremos que disparar un proyectil amarillo. Hay dos tipos de proyectiles y los alternaremos con los dos gatillos del mando en el caso de PS4.

 

En cuanto a las plataformas, la mayor dificultad del título no reside en los obstáculos en sí, sino en el movimiento del personaje, que tiene una inercia y movimiento algo tosco que hará que muramos más de una vez en el salto más fácil. Si nos centramos en el diseño de niveles, los peligros a los que deberemos hacer frente irán desde saltos entre plataformas, pinchos, láseres, camas elásticas y poco más. No hay variedad en estas situaciones, como tampoco las hay en los enemigos. De vez en cuando nos dará la impresión de estar repitiendo un nivel o una zona específica ya completada.

Al terminar las diferentes fases se nos otorgará con una puntuación establecida por estrellas, siendo tres el máximo alcanzable. Para conseguir el 100% del nivel solo habrá que finiquitarlo lo más rápido posible, normalmente menos de 20 segundos, siendo bastante fácil conseguir esta puntuación sin darnos cuenta.

 

Gráficamente, bien podría ser un título de hace dos generaciones. Las texturas son completamente planas y se podría decir que lo hace a propósito para conseguir este look tan colorido y cartoon pero se repiten constantemente los mismos elementos, nada en el diseño tiene personalidad y al fin y al cabo, termina haciéndose una estética cutre y repetitiva que podría ser el (regular) proyecto de final de grado de un alumno de informática.

El sonido es, como todo en el juego, mediocre. La misma melodía taladrará tu cabeza hasta que termines la sesión de juego. En mi caso, silencié el volumen de la televisión y me puse mi propia música para hacer de esta experiencia algo más ameno y un poco menos insufrible y aburrido.

Conclusión

Un título anodino, sin ninguna gracia, repetitivo y sin complejidad alguna. No tiene ningún punto fuerte, todo en su conjunto es mediocre, en el peor de los sentidos. Si quieres un shooter con plataformas, tienes títulos muchísimo mejores que este para pasar el rato.