La Mansión Barrows
Respetando al máximo al original, Clock Tower: Rewind nos vuelve a colocar en la piel de Jennifer, una chica huérfana que es adoptada junto a sus amigas Laura, Anne y Lotte por la familia Barrows, propietarios de la gran hacienda en la que se desarrollará la totalidad de la aventura. Nada más llegar, la protagonista se dará cuenta de que algo no va bien, escuchando aterradores gritos y descubriendo que sus amigas han desaparecido. Sin ánimo de destripar (je) mucho más, nuestro periplo por la Torre del Reloj, sobrenombre que recibe la Mansión Barrows, nos pondrá a prueba en cada una de sus salas y corredores, a través de una propuesta Point&Click donde la ambientación, muy conseguida pese a tratarse de un juego con prácticamente 3 décadas a sus espaldas, consigue hacer que sintamos escalofríos a cada pocos pasos.
Como decíamos, a nivel narrativo apenas encontraremos modificaciones con respecto al Clock Tower original, más allá de algunos cambios a la hora de obtener los diferentes finales (hemos contado hasta 9, al menos), modificando entre partidas los lugares donde podremos encontrar algunos ítem clave o la adición de secuencias de vídeo tipo cómic que ahondan más en la historia que envuelve al juego, resultando agradecidos a la hora de ofrecer una mayor vida útil al título. También se han añadido algunas mejoras en la calidad de vida, como la posibilidad de guardar partida y no tener que comenzar la aventura cada vez que, bueno, no lo contemos (que no serán pocas veces), algo que podremos descartar si nos sentimos puristas, accediendo a la versión original del juego desde el propio menú inicial.
Algunos de los finales, principalmente los “menos buenos”, nos llevará poco tiempo desentrañarlos, aunque si de verdad queremos llegar a un final en el que descubramos los tejemanejes de los antagonistas tendremos que observar concienzudamente cada rincón del juego, así como leer los fragmentos de texto y diálogos que vayamos encontrando.
La historia es sencilla y tampoco inventó la rueda, llegando incluso a ser un tanto predecible, pero como ya mencionamos antes, es la ambientación la que consigue generar más inquietud en el jugador. A esto se le suma que únicamente podremos hacer frente a los peligros que nos acechan, como el Hombre de las Tijeras, escondiéndonos o mediante acciones contextuales con el entorno, manteniéndonos en tensión durante toda la partida y haciendo que intentemos anticiparnos a un camino sin retorno observando cada detalle.
Además de la aventura propiamente dicha y en un guiño a los amantes de lo que suponía comprar juegos en formato físico antaño, el juego incorpora una galería de extras donde visualizar las secuencias que vayamos desbloqueando y material como cajas originales, manuales de instrucciones o entrevistas al director.
Point&Click viejuno
A nivel jugable este Clock Tower: Rewind tampoco ha modificado sus bases, plantándonos ante una aventura en la que interactuar con los escenarios a través de un puntero, como en cualquier aventura gráfica noventera que se precie. Lastimosamente, es en este aspecto donde encontramos la mayor pega del título, ya que los arcaicos controles se han mantenido iguales que en la propuesta original, haciendo que el juego sea más difícil de jugar que lo que realmente es.
El esquema de control resulta sencillo: botones superiores para desplazarnos lateralmente, stick izquierdo para manejar (como buenamente se puede) el puntero, botón acción, botón para parar acción y botón pánico (que usaremos como una suerte de último recurso al más puro estilo QTE); como veis, nada excesivamente complicado. El problema es que en no pocas ocasiones el mando nos dejará completamente vendidos, no ejecutando, por ejemplo, las acciones contextuales que indicamos antes y que nos mantendrán con vida o no dejándonos seleccionar correctamente lo que queremos hacer cuando lo queremos hacer.
¿Esto se carga del todo la experiencia? Evidentemente no, Clock Tower: Rewind tiene los suficientes argumentos como para recomendarse, pero su control ha envejecido fatal, es un hecho, siendo una verdadera lástima que no se haya aprovechado para corregirlo y ofrecer al jugador una propuesta aún más sólida.
Tijeras, gritos y píxeles
No podríamos hablar de la maravillosa ambientación del juego sin hacer mención al notable trabajo que se hizo con el píxel en la primera entrega. Aquí, Clock Tower: Rewind de nuevo vuelve a respetar sus orígenes, manteniendo la personalidad y buen gusto del clásico, con el único añadido de un aumento de resolución. Todo el conjunto, salvo algún tirón puntual en ciertos momentos, se mueve y muestra realmente bien, destacando, como no podía ser de otra manera, las animaciones de Jennifer. A nuestra disposición, eso sí, y aunque a nosotros nos ha gustado más la opción de jugar con el mayor sabor añejo posible, tendremos la posibilidad de modificar el tamaño de la pantalla, así como añadir ciertos bordes con la imaginería del juego.
A nivel de información en pantalla contaremos únicamente con los valores de resistencia de la protagonista, en diferentes tonos de color, así como los momentos en los que tendremos que hacer uso del botón del pánico. Los textos, que tampoco son la mar de abundantes, se leen igual de bien en la versión Dock y en la versión portátil de Nintendo Switch en cuanto a tamaño y contrastes, por lo que en las consolas mayores entendemos que también se podrá seguir todo lo que tiene que contarnos Clock Tower: Rewind con soltura. Están en perfecto castellano, sin ningún error destacable.
En el apartado sonoro de nuevo encontramos un punto más que notable, profundizando en esa sensación de desasosiego de lo que vemos en pantalla y sentimos a los mandos, a través de gritos convincentes, efectos sonoros de mucha calidad para la época y sabiendo aprovechar cuando introducir ruidos o música en relación a la situación de lo que se desarrolla en pantalla.
Conclusiones finales sobre Clock Tower: Rewind
En primer lugar, hay que agradecer a WayForward el traernos casi 30 años después Clock Tower a los sistemas modernos, haciéndonos disfrutar de un clásico de los juegos de terror, en el que Hifumi Kono y su equipo sentaron varios precedentes a la hora de contar una fantasía aterradora a través del entretenimiento digital. Como propuesta, Clock Tower: Rewind ha envejecido estupendamente bien en ambientación (tanto a nivel visual como sonoro) pero no tanto en un sistema de control que hace aguas y que debería haberse aprovechado para mejorarse. Con todo, Clock Tower: Rewind es una propuesta recomendable, sobre todo para aquellos fanáticos del cine de terror y videojuegos noventeros que no pudieron hincarle el diente en su momento y que ahora tienen una oportunidad de lujo para hacerse con él.