Sin embargo, aunque poco, es un género al que le he dedicado sus respectivas horas para saber si es lo mío o no, pues así actúo con todos, por ello sé qué me gusta y qué no. Y hay un género al que no le tengo especial cariño, aunque comparte un gran número de aspectos con algunos de mis géneros favoritos; sí, hablo del género musou. De nuevo, tampoco tengo un gran número de juegos demasiado elevado a mis espaldas (sí, mayor que en los cozy), pero en este caso fue un rechazo desde el principio.
No obstante, las fantásticas impresiones que he leído por aquí y por allá me han hecho confiar en que Dynasty Warriors: Origins podía ser una nueva oportunidad de cogerle el gustillo al género, así que… os traigo mi análisis de la nueva propuesta musou de Omega Force y Koei Tecmo.
El Romance de los Tres Reinos
Si algo caracteriza a los musou es el hecho de tener una cantidad de lore sorprendentemente amplia para la cantidad de texto que contienen (suele ser entre poco y nada), pero en Dynasty Warriors: Origins se proponen darle un enfoque de lo más distinto al aspecto narrativo de este título.
Para ello, hacen uso de uno de mis mayores archienemigos en el mundo de los videojuegos: un protagonista mudo y con amnesia proclamado el protector de la paz, utilizándose este para ofrecer un punto de vista completamente neutral del conflicto y permitiéndonos explorar cada uno de los bandos presentes y simpatizar (o no) con sus convicciones e ideales, y sí, aquí están todas las personalidades importantes que esperas ver: Liu Bei, Sun Jian, Cao Cao y Dong Zhou.
No obstante, el hecho de tener un protagonista implica, inevitablemente, que también exista una historia para él que, teniendo en cuenta que somos los protectores de la paz con un origen desconocido y todas esas cosas, tiene más relevancia de la que debería y la propia naturaleza “inverosímil” de su concepto rompe en parte la fidelidad histórica que Dynasty Warriors: Origins trata de respetar.
Así pues, a gusto personal, el encarnar a un protagonista totalmente ajeno al conflicto me parece un error que, pese a que la intención es buena, erran tanto en la contextualización de este como en su propia función. No sé, yo no me lo he creído… y los momentos en los que te dan a elegir tu línea de texto pero las tres opciones que te dan significan exactamente lo mismo: no ayuda (aclaro que estos casos no predominan, pero sí son más frecuentes de lo que debería). A mí, entonces, me ha sido complicado sentir inmersión en Dynasty Warriors: Origins.
Revienta el botón de ataque
Lo dejo claro desde el principio: un musou no dejará nunca de ser un musou, con todo lo bueno y todo lo malo que ello conlleva y es que la mecánica principal de Dynasty Warriors: Origins va a seguir siendo la de siempre: apretar el botón de ataque una y otra y otra y otra vez.
Los niveles estarán separados en escaramuzas en espacios reducidos que actúan como misiones opcionales de grindeo y en mapas grandes para los cuales, en pos de mejorar el apartado narrativo del título, se nos ofrecerá una cinemática inicial en la cual los comandantes a los que acompañemos nos presentarán el plan de acción a la par que los objetivos a derrotar y su localización.
Dentro de cada nivel deberemos asegurarnos de que varios personajes principales no sean derrotados, pues esto haría que perdamos (ya que es particularmente difícil perder porque te derroten en combate), aunque curiosamente estos prácticamente nunca coinciden con nosotros en el grupo de avanzada por lo que, si se encuentran en un apuro, nos veremos obligados a desplazarnos a otro punto del mapa solo para defenderlos y ya después volver para seguir conquistando todo el mapa.
A la hora de combatir, pues, nos encontramos lo previsto: un botón de ataque que está más cerca de su defunción que el botón de chute para los fiferos, ya que aunque ofrecen varias (que no demasiadas) habilidades de ataques especiales absolutamente todos los niveles son fácilmente completables con un arma a buen nivel y ataques básicos y fuertes.
Por tanto, aunque contemos con el potentísimo ataque musou y habilidades en área que quitan bastante daño, teniendo en cuenta que el 90% del tiempo lo pasaremos eliminando minions que mueren de un par de espadazos seguidos, no existe una motivación real para usar los otros. Sin embargo, Dynasty Warriors: Origins también cuenta con jefes dentro de cada nivel, obviamente, y estos tienen barras de derribo y una barra de vida más larga… pero tampoco necesitamos los ataques especiales.
En resumen: Dynasty Warriors: Origins puede completarse de principio a fin utilizando tan solo dos botones para acabar con tus enemigos: el ataque simple y el ataque fuerte, pero te ofrecen suficientes opciones para que seas tú el que añada complejidad propiamente al combate.
Para ello se pondrán a nuestra disposición un total de nueve armas distintas cuya masterización se basa en usar las armas lo suficiente como para aumentar nuestra destreza de forma natural, favoreciendo así que tengas poder de decisión en todo momento respecto al estilo de arma que más disfrutas sin verte atado por progresiones forzadas para que uses todas las armas.
Apartado audiovisual
A nivel visual debo admitir que me ha sorprendido gratamente Dynasty Warriors: Origins, primero porque los minions tienen mucho más detalle de lo que podría haber esperado y es que incluso siendo poco más que monigotes con poquísimo tiempo en pantalla tienen un cariño especial que le da credibilidad al combate a poco que te fijes a quien estás atravesando con tu arma (amén de la lógica repetición de diseños respecto a la que no tengo nada que objetar).
Aunque a lo que hago especial mención aquí es al uso de la cámara, es algo a lo que tiendo a prestar atención, pero por lo general no hay nada a destacar, y aquí realmente tampoco, quiero decir, no hay planos épicos que valga la pena mencionar de por sí, pero en un juego donde hay una absurda cantidad de enemigos y, en consecuencia, movimiento, se hace un gran uso de la cámara lenta en ataques musou y algunos especiales además de los cambios de enfoque y tiro de cámara cuando te enfrentas a jefes.
A esto se le suma una paleta de colores elegida a la perfección para la ambientación en uno de los periodos chinos de mayor renombre a nivel mundial y una muy buena banda sonora donde predominan las melodías épicas y más modernas de lo que encaja realmente con el juego (aunque no desentona para nada, honestamente). Los efectos de sonido de combate son bastante buenos, pero la sensación de lucha entre ejércitos se ve magnificada gracias a la vibración del mando.
Finalmente, me ha dejado un poco raro que no contemos con doblaje al chino, sé que es una compañía japonesa y que, por tanto, el doblaje será en la propia lengua y en el inglés para llegar a un público más global, pero tratándose de la adaptación / reinvención de historia China, hubiese sido una gran muestra de respeto y agradecimiento el doblarlo a su idioma. Pero bueno, al menos, Dynasty Warriors: Origins viene con textos traducidos al español.
Conclusión
Cortita y al pie: como he dicho antes, un musou siempre será un musou, y eso no cambia en Dynasty Warriors: Origins. Sí es cierto que han dado un mayor peso a la narrativa y eso es de agradecer, especialmente cuando es tan atractiva como esta; no obstante, parte de lo que ganan con esto se va al traste por culpa de la inclusión de un protagonista insulso y cuya existencia rompe propiamente con la historia propuesta en Dynasty Warriors: Origins.
Por otro lado, cuenta con una ambientación visual muy destacable y un apartado musical que logra ofrecer melodías modernas sin que esta desentone respecto al propio contexto del juego… y textos en castellano, que eso siempre es un punto a favor, más aún cuando añades bastante más texto de lo que acostumbra el género.
Eso sí, el juego cumple con su público objetivo, tiene todo lo que le puedes pedir a un musou y lo ejecuta de manera más que correcta: puedes pasarte el juego a puro mamporrazo y desahogar tus frustraciones eliminando tantos minions como sea posible a la par que ejecutar combos y habilidades por puro placer estético o de complejidad.
En conclusión: si no eres afín al género, este no será el título que te haga cambiar de opinión, sin embargo, si eres de los que disfruta de los musou, Dynasty Warriors: Origins te ofrece una fantástica propuesta que se torna obligatoria para ti.