Trek to Yomi fue el primero en ser lanzado, y no hay duda de que se trataba del título de la compañía que más atención había generado. Sin embargo, el hype pudo con el juego; no se trataba de un mal título persé, pero funcionaba mucho mejor su estilo artístico que su diseño de niveles o su sistema de combate. El estudio había intentado probar con algo nuevo, y aunque no terminaba de cuajar, se agradecía el esfuerzo. El siguiente título en aterrizar fue Shadow Warrior 3, que abandonaba lo visto en la entrega anterior para abordar un sistema de combate frenético basado en el uso de todo un arsenal al más puro estilo DOOM Eternal. Si bien no estaba a la altura de este título (las comparaciones, a fin de cuentas, son odiosas), lo cierto es que se alzó como uno de los juegos más interesantes del estudio. Aún les faltaba algo para estar a la altura de otros proyectos del género, pero mostraban ir por buen camino. Y así llegamos al título que hoy tengo el placer de analizar, Evil West. A pesar de que no ha causado tanto revuelo como el primer título, y no está enlazado a una saga tan conocida como Shadow Warrior, lo cierto es que este juego tiene un potencial tan grande que, si juega bien sus cartas, podría alzarse no solo como el título más interesante del estudio de este año, si no de toda su carrera. A fin de cuentas… ¿En qué puede fallar un juego de acción donde luchamos contra vampiros en el salvaje oeste? Sin más dilación, vayamos al análisis completo para conocer qué tal está Evil West.
No estamos solos ante el peligro
La historia de Evil West, como bien indica su nombre, nos traslada a una versión retorcida y despiadada del ya de por sí peligroso salvaje oeste. Aquí no solo campan a sus anchas los bandidos, si no que por la noche criaturas vampíricas acechan los caminos y planean en las sombras. Los únicos capaces de poner fin a sus despiadados planes son los agentes del Instituto Rentier, una asociación secreta que ha conseguido mantener a raya las amenazas sobrenaturales presentes en Estados Unidos a lo largo de los años. Actuando entre las sombras, esta institución ha llegado a contar con el apoyo hasta del presidente de la nación, pero ahora se encuentra en números rojos. La amenaza crece más y más, y solo los agentes más capacitados podrán poner fin a los malvados planes de las criaturas de la noche. Entre estos encontramos a Jesse Rentier, experimentado cazador de vampiros y heredero del director del Instituto Rentier, y a Edgar Gravenor, un veterano cazador conocido por ser la mano derecha de Jesse. Ambos deberán recorrer algunos de los lugares más recónditos de los Estados Unidos para poner fin a una conspiración que podría traer consigo la caída de la humanidad tal y como la conocemos. A pesar de los tintes épicos de la historia, cuando esta funciona mejor es cuando deja a un lado la seriedad, permitiendo mostrar situaciones alocadas y que, en el contexto del juego, funcionan a las mil maravillas. La historia pierde mucha importancia frente a la parte jugable, algo que es marca de la casa de Flying Wild Hog. Pero… ¿Es esto algo malo?
Realmente no, la historia no deja de presentarse como un vehículo para poder llevarnos de un lugar a otro mientras aniquilamos vampiros de toda clase. Por supuesto, esta podía estar mucho más trabajada y podría haber presentado unos antagonistas algo más carismáticos (y eso que el título presenta ideas muy interesantes en relación a los vampiros), pero al menos el título triunfa al plantear una ambientación interesante y un universo que podría dar mucho juego de cara a futuras entregas. Simplemente, considero que la historia de este juego es similar a la de la cinta Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros: una locura que, aunque bajo un ojo crítico no tenga mucho sentido y no sea trascendental, entretiene gracias a la locura que plantea. Y ojo, que los que salen más beneficiados en este apartado son los protagonistas, una suerte de “Hombre sin Nombre” (el protagonista de la trilogía del dólar) que, al más puro estilo Jonah Hex vagan por el desierto luchando contra unas fuerzas inabarcables y terroríficas. Y todo ello sin perder ni un ápice de carisma. Por otro lado, el juego nos llega traducido al español, algo formidable ya que el trabajo realizado es más que decente. ¡Un punto extra para Evil West!
La no-muerte tenía un precio
A nivel jugable nos encontramos ante una aventura de acción profundamente lineal que alterna zonas de exploración y zonas de combate. Cada uno de los niveles está separado por varias escenas cinemáticas que nos permiten conocer más sobre la historia del juego, y que tristemente cortan un poco el ritmo del título. Si estas llegan incluso a molestar en ciertas ocasiones es, precisamente, porque la base jugable es tremendamente divertida. Aunque el juego va de menos a más, no os quepa duda que el título os acabará atrapando desde el primer minuto gracias a sus geniales mecánicas de combate. Y es que para poder enfrentarnos a los vampiros tendremos que echar mano a un enorme y variado arsenal que es capaz de cubrir todas nuestras necesidades. Podremos golpear con nuestro afilado y espectacular guante, defendernos haciendo uso de la electricidad, atacar a distancia con nuestro revólver y nuestro rifle… Y todo ello combinado para generar combos espectaculares. Siguiendo la estela de las entregas más recientes de God of War, contaremos con una vista en tercera persona que nos condicionará bastante a la hora de tener control visual del escenario. Por ello, estaremos todo el rato moviéndonos, esquivando y realizando parrys; el combate es un no parar, y está constantemente presentando desafíos absolutamente divertidos. El sistema de progresión presentado en el título funciona realmente bien, y nos instará a seguir jugando para desbloquear nuevas mecánicas y habilidades. Su variedad de ataques y combinaciones, mezclado con la interactividad con el escenario, hace de este un sistema rompedor y adictivo como pocos.
A esto hay que sumarle una variedad de enemigos enorme, en la que no solo tienen cabida las criaturas de la noche. Recordemos que aún nos encontramos en el oeste, por lo que tendremos que hacer frente a bandidos y criminales armados hasta los dientes. Cada combate es un desafío, y tendremos que conocer muy bien la movilidad y los ataques de cada enemigo para poder triunfar. Si no, acabaremos rápidamente hechos papilla, pues aunque el juego no es excesivamente difícil, tampoco es un paseo por el campo. El desafío presentado tiene el toque perfecto para no cansar, gozando de una dificultad realmente satisfactoria. Eso sí, el juego no está exento de problemas. Quizá habría preferido un diseño de niveles no tan lineal, pues las rutas secundarias son escasas, por no decir nulas. También habría tratado mejor el control con teclado, que en más de una ocasión llega a fallar y, para realizar ciertas acciones, acaba siendo algo obtuso. Por lo demás, creo que a nivel jugable el título cumple las expectativas con creces, siendo una obra especialmente entretenida y divertida que adapta con orgullo ciertos conceptos cimentados por Sony Santa Monica.
Érase una vez en el maldito oeste
A nivel artístico el juego presenta un apartado gráfico funcional, que sin ser algo top consigue dar un nivel más que válido. Así, las animaciones de los personajes están muy logradas, al igual que los modelos de personajes y de ciertos, pero al mismo tiempo presenta unos dientes de sierra que no se pueden evitar. Los diseños del juego son excelentes, presentando una visión algo retorcida y distinguible de los vampiros, que se muestran en el juego en una variedad de especies enormes. Las armas también destacan por su genial diseño, que roza por momentos el steampunk. Lo que más funciona es el diseño de los escenarios, que es excepcional y nos presenta una perspectiva totalmente distinta del salvaje oeste. Eso sí, no es el juego más pulido del año, y en ciertos aspectos requiere de unos arreglos extra.
Por último, a nivel sonoro el juego destaca más por el doblaje que por la banda sonora. Esto ocurre por dos motivos: por un lado, la banda sonora se diluye en muchos momentos, no teniendo ocasiones claras para brillar. Esta no es mala persé, pero no consigue hacerse notar tanto como debería. Por otro lado, el doblaje del juego es brutal, permitiéndonos descubrir actuaciones brillantes que casan a la perfección con los diversos personajes de la obra.
Conclusión: El mejor juego de Flying Wild Hog en 2022
Evil West es un título distinto, que no engaña a nadie: es una obra desenfadada y sin mayores pretensiones que las de entretener a un público acostumbrado a las obras formales y mucho más serias. Sin ser una superproducción (algo que se nota en su apartado técnico), el título consigue enganchar profundamente gracias a sus geniales mecánicas de combate y a su ambientación. Es, en resumidas cuentas, la versión desenfadada de God of War, un juego para disfrutar más por sus combates que por su historia y que me es imposible no recomendar a cualquier amante de la acción. Además, ¿Qué mola más que poder cazar vampiros con un revólver?
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.