![[Análisis] F1 2020 [Análisis] F1 2020](https://gaminguardian.com/wp-content/uploads/2020/07/F1-2020-Portada-Análisis.jpg)

Estás aquí para hacer Historia
En los últimos años, Codemasters ha tratado de darle un enfoque casi cinematográfico a sus modos principales para un jugador. Así, mientras en la entrega correspondiente al año 2018 se ponía el foco en nuestra actitud con la prensa y en la capacidad para generar titulares, en el juego basado en la pasada temporada se giraba hacia nuestro rendimiento en pista y cómo éste nos hacía destacar sobre nuestros rivales, incluso con secuencias de vídeo propias de Hollywood que hacían aún más vívidas las carreras que disputábamos hasta la llegada a la parrilla de la Fórmula 1. En este F1 2020 que nos ocupa, en algo que como comprobaréis según vayáis leyendo es la tónica habitual, se han cogido las partes que mejor funcionaban de estas entregas, añadiendo una nueva que se ha convertido, por derecho propio, en la estrella de esta edición: el modo Mi Equipo.
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Este modo, aunque con una explicación un tanto cogida con pinzas (se normaliza que el piloto número 1 de la escudería sea su dueño, algo que ha pasado contadas veces), nos invita a que cambiemos el rumbo de estos 70 años de carreras y equipos de Fórmula 1, dejando nuestra impronta en la Historia, en un giro de profundidad a la modalidad que sigue los pasos de nuestro piloto y que funciona tan bien que es imposible no rendirse a sus encantos. Como decimos, esta variante del juego toma el esquema muy del corte RPG de aquella, pero ahora no sólo tendremos que desarrollar nuestro coche con su árbol de I+D, sino que también tendremos que hacer buena cuenta de la agenda, cerrar acuerdos de contratación de pilotos y patrocinadores, evolucionar los diferentes departamentos del equipo… y todo ello, por supuesto, con el enfoque puesto en la pista, y en cómo nuestra actuación en la misma y frente a los medios impactan directamente en el desarrollo de nuestra escudería, generando una imagen de marca que nos permitirá acceder a mejores pilotos, un bólido más llamativo y a la creación de un equipo campeón.
Si por casualidad tanta gestión no es de nuestro agrado no hay de qué preocuparse, pues también podremos acceder al Modo Trayectoria original, en el que comenzar directamente en el paddock de la F1 (algo un poco “fantasma”) o hacer primero nuestros pinitos en la F2, labrándonos una reputación antes de subir a la “primera división”. Aquí, como en anteriores entregas, la gestión es de menor calado, aunque no por ello deje de tener una profundidad más que razonable, lo que lo hace un modo más accesible, pero igualmente disfrutable.
El resto de la oferta de modos para un jugador, si lo que queremos es una visión más directa del Gran Circo, nos permite tener acceso a todos y cada uno de los circuitos y pilotos que conformaban la temporada original antes de la explosión infame de la Covid-19 (recordemos que el calendario original se ha visto modificado), así como los coches clásicos y los que formaron la parrilla de la F2 durante la temporada anterior, en un menú de modos en solitario capaz de quitar el hambre de F1 al más pintado, y que complementan perfectamente a sus hermanos mayores, permitiéndonos defender “los colores” de nuestros pilotos y escuderías favoritos, ya sea en Grandes Premios sueltos o en diversos Campeonatos, lo que proporciona una cantidad de horas de juego, únicamente en solitario, que da vértigo. La propia compañía, además, ha confirmado que irá lanzando actualizaciones gratuitas de ajustes en el rendimiento de los coches y de incorporaciones como la F2 de esta temporada, lo que agranda la vida del juego hasta niveles excelsos.
El regreso de la pantalla partida
Si algo ha hecho bien este F1 2020, como comentábamos al principio del análisis, es recoger los frutos de la evolución de la franquicia en esta generación (que se encuentra en el ocaso de su ciclo de vida y que ve cómo la sombra de los dos nuevos colosos de Sony y Microsoft ya está más que próxima). Las propuestas multijugador ya de por sí ofrecían el pasado año un abanico bastante completo con ligas, desafíos o partidas competitivas o más sociales, y en F1 2020 se han vuelto a añadir, resultando de nuevo a nivel de rendimiento experiencias más que satisfactorias.
También se ha mantenido la Superlicencia que nos identifica online para con el resto de pilotos, y que este año se ha visto complementada con una característica que cataloga con mayor detalle nuestro perfil y que además nos permite desbloquear contenido in-game, llamada Podium Pass. Esta nueva tarjeta irá “engordando” según completemos ciertas tareas y objetivos, así como vueltas a los diferentes circuitos y kilómetros recorridos, desbloqueando objetos que nos permitirán profundizar en la customización de nuestro avatar-piloto o escudería. Para los más impacientes, existe un Podium Pass Vip de pago que acelera y mejora las recompensas, algo que no solemos recomendar por emponzoñar la experiencia (aunque en este caso son más elementos estéticos que otra cosa), pero que ahí está.
Pese a esta encomiable demostración de músculo en cuanto a modos multijugador, existía una pequeña espinita para Codemasters y que muchos jugadores, entre los que me incluyo, echaban de menos: el poder “picarnos” en la misma sala de juego con nuestros amigos o familiares a pantalla partida, y por fortuna, estas carreras a dobles están de vuelta. Y bien es cierto que se pierden detalles como la apabullante sensación de velocidad del modo a pantalla completa en el proceso, pero hay algo en la pantalla partida, ese sabor a “chuches” y tardes de vicio que no se puede explicar, pero que en tiempos de tan poca piel, donde parece que se nos empuja a hacer absolutamente todo en la soledad de nuestros cuartos, se siente como la mejor de las adiciones posibles a la hora de hacer brillar el más pulido de los juegos de la licencia en poder de la desarrolladora inglesa, despidiéndose por todo lo alto de la generación que ha llevado los juegos del mundial de Fórmula 1 a las más elevadas cotas de excelencia.
Una máquina imbatible
Ya era complicado buscar aspectos jugables que mejorar en F1 2019 con respecto a su entrega anterior pero, sin embargo, el equipo de desarrollo dotó de aún más realismo a la IA rival y a la dirección de carrera, en un paso hacia la casi total perfección jugable que a poco que se mantuviera en este F1 2020 que nos ocupa, ya lo haría destacar entre sus competidores directos. De hecho, muchos podrían tildar a este juego de continuísta y aprovechar para arrancar unas décimas a un análisis (y con eso rascar algunas visitas, seamos honestos), pero sería a todas luces injusto. Aún con todo, y pudiendo tocar realmente poco de la fórmula jugable, en el título de esta temporada se ha implementado un sistema de control para aquellos que quieran emoción directa, y se han realizado pequeños ajustes en la IA que, en función del nivel de dificultad que estemos dispuestos a “soportar”, hacen aún más divertida y accesible una propuesta jugable que ya contaba con la Pole Position.
Por supuesto, se sigue manteniendo la clara diferenciación al volante entre los F2, los coches clásicos y los protagonistas de la Fórmula 1, así como el realismo en el paso de rueda por las diferentes superficies: como decimos, es que es muy difícil mejorar algo cuando, como si del R26 que acompaña a estas líneas se tratase, apenas tienes margen para ello.
De la misma manera que en el aspecto jugable, Codemasters alcanzó un nivel de excelencia en lo visual difícilmente superable, por lo que únicamente se esperaba (al menos por mi parte) que la adición de los nuevos circuitos como Hanoi o Países Bajos estuviera a la altura, así como las modificaciones estéticas sobre los monoplazas. Por suerte, tanto iluminación (día/noche y climatología) como aspecto gráfico general, sensación de velocidad o esas nuevas incorporaciones al mundial lucen de maravilla, alcanzando incluso la ansiada tasa de 4K y 60FPS en Xbox One X y compatibles más capaces. La pega es que este nivel de brillantez y realismo, en ocasiones, se penaliza con unos tiempos de carga demasiado elevados, lo que nos hace esperar con los brazos abiertos a PlayStation 5 y Xbox Series X.
Por suerte también se ha mantenido el nivel de pulcritud de menús y HUD, lo que termina de crear una atmósfera visual capaz de hacernos dudar si estamos viendo una retransmisión en TV o jugando a la consola. Como dijimos antes, eso sí, en el modo a pantalla partida hay que hacer ciertas concesiones, como no puede ser de otra forma, pero aunque tanto rendimiento como aspecto no lleguen al nivel de la pantalla completa por razones obvias, el aspecto en general de dicha modalidad de F1 2020 también luce con altura.
El sonido de un clásico
Como ocurriera en entregas anteriores, de nuevo es en el espectro sonoro donde encontramos el punto menos brillante del super monoplaza llamado F1 2020. Aunque los problemas de volumen que señalamos en su día han sido ajustados, una vez más la selección de voces y música vuelven a resultar ciertamente anodinas, y no se han corregido esas líneas de diálogo que a veces desentonan con lo que ha ocurrido en la pista, lo que resulta fastidioso en un producto tan sumamente exquisito. No es un pelo en la sopa tampoco, pero da rabia que un apartado tan importante como el del sonido no alcance las mismas cotas de excelencia que el resto de aspectos del producto.
Con esto claro, hay que señalar positivamente, como en la temporada pasada, las reacciones del público y los diferentes ruidos que ofrecen los monoplazas, capaces de mantenernos en tensión constante en las carreras y de apretar los dientes defendiendo la posición o atacando por ganar un punto más en nuestro camino a la gloria.
Conclusiones
Podríamos darle más vueltas pero casi mejor lo dejamos escrito, que es más lo nuestro: F1 2020 es el mejor juego que se ha hecho con la licencia del mundial de Fórmula 1, un homenaje perfecto al 70 aniversario de las carreras de los bólidos más punteros del mundo y un más que fuerte empujón para animar a Michael Schumacher, heptacampeón del mundo, en su recuperación. Su continuísta línea de excelencia en lo visual y lo jugable se apoya en la mayor oferta de modos y contenido visto en un juego licenciado, cerrando la puerta de una generación en la que no ha dejado de acoplar piezas que sólo lo han hecho mejorar. Quizá su sonido no sea perfecto, pero sin duda es un juego sobresaliente y al que todo jugador que se precie debería dar una más que merecida oportunidad.

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