Cuando llegas a la excelencia es difícil seguir ahí arriba. Muchos son los ejemplos de sagas que, llegando a un nivel de calidad sobresaliente, terminan mal por estirar la fórmula hasta saturar a los jugadores ofreciendo lo mismo una y otra vez.
Este no es el caso de Forza Horizon 4, el videojuego desarrollado por Playground Games, que vuelve después de dos años con un título al que es difícil negarle la supremacía que ejerce desde hace tiempo en cuanto a videojuegos de conducción arcade.
Una fórmula que lejos de estancarse se ve potenciada otra vez y que, de poder pensar que estaba tocando techo, los chicos del ya estudio first party de Microsoft vuelven a mejorar otra vez lo sobresaliente.
Un festival que no termina
La saga Forza Horizon, nació como una suerte de spin-off de Forza Motorsport. Se estrenó con una entrega que se lanzó por primera vez con la Xbox 360 dando ya sus últimos coletazos, y presenta un videojuego que deja de lado la simulación apostando por una conducción mucho más arcade y un entorno abierto; más cerca de Need For Speed que de su hermano mayor, Forza Motorsport.
Con esta premisa como base nace Forza Horizon, pero no es hasta la segunda entrega, ya en Xbox One, donde la franquicia da el salto. Con un presupuesto mucho mayor, más tamaño en todos los sentidos, e infinitamente más contenido que su entrega anterior, presenta un videojuego que eleva a Playground Games al Olimpo de los creadores de videojuegos de conducción arcade.
Ahora, con tres entregas ya sus espaldas, vuelve a dar un giro de tuerca más y demuestra que si algo es sobresaliente siempre es posible mejorarlo tocando las piezas adecuadas.
En esta ocasión dejamos atrás las vacaciones idílicas rodeado de coches de ensueño y parajes coloristas de su segunda entrega, y dejamos de ser el jefe de un festival como en el tercer título. En esta ocasión, nos trasladamos al Reino Unido y somos una pieza más de un festival que, como nos dejan claro desde el principio, “no termina”
Esto no es algo baladí y termina por ser una declaración de intenciones, pues uno de sus principales añadidos en esta entrega son las estaciones. Todas ellas con sus elementos característicos, como las hojas abarrotando las calles en otoño, o las carreteras repletas de nieve en invierno.
Esto resulta no ser solo atrezo, puesto que el paso de las estaciones también afecta a la conducción, y en definitiva a la jugabilidad.
El primer año de festival sirve como una suerte de tutorial, uno en el que nos enseñan distintos tipos de vehículos con el objetivo de mostrarnos como cambia la conducción al volante de cada uno, y la influencia de cada una de las estaciones en el gameplay.
Evidentemente no es lo mismo competir en una carretera seca, que una encharcada por las frecuentes lluvias de otoño, o por otra completamente sepultada por la nieve.
Al pasar dicho tutorial, nuestra estación se sincroniza con los servidores; consiguiendo con ello que todos los jugadores compitamos en las mismas condiciones. Cada una de ellas dura una semana real, y al pasar esos siete días se pasa a la siguiente.
Al volante en UK
En cuanto a la jugabilidad, poco se puede comentar que cualquiera con un mínimo de interés en la franquicia ya no sepa. Forza Horizon 4, es un videojuego de conducción arcade, y como tal los esfuerzos del jugador no van tanto hacia el perfecto control del coche, o la toma perfecta de las curvas. Nuestro principal objetivo es correr, adelantar rivales y arañar los máximos segundos al crono para llegar a la meta primeros.
Nada de reglajes, ni físicas ultrarealistas, ni demás parafernalia para amantes de la competición (pese a que se puede hacer si somos muy aficionados a los coches). Todo se resume en montarnos en nuestro vehículo y correr.
Existen una buena cantidad de carreras de diversos tipos. Se clasifican en tres grandes eventos: asfalto, tierra y off-road. A esto hay que sumarle varias pruebas a modo de historia que vienen a suplir a las famosas experiencias vitales de pasadas entregas.
Esto no queda aquí, ya que en el videojuego no faltan a la cita las pruebas de derrape, aceleración o las exhibiciones, que nos llevarán a competir contra trenes y aerodeslizadores entre otros vehículos a cada cual más loco.
En cuanto a modos de juego, vuelven a repetir viejos conocidos tanto en el modo para un jugador como multijugador, a estos hay que sumar el Modo Aventura en Equipo, un modo de juego que es una especie de compendio de varias pruebas cuyos premios son muy suculentos. Dichas pruebas pueden ser de diversos tipos en asfalto, tierra o todoterreno. Algunas en las que no es necesario seguir ni el trazado para llegar a la meta. Una completa locura en la que no siempre influye la propia habilidad del piloto sino más bien el coche.
Para los que no quieren romperse la cabeza, vuelven a repetir el modo cooperativo o el modo versus, o el modo rivales que es una suerte de contrarreloj.
No conviene olvidar el modo llamado Forzathon, que son unos eventos temporales en los cuales se consigue una especie de moneda, diferente a la del videojuego normal y que permite desbloquear diversas recompensas que van desde vehículos, hasta claxons o tiradas en cualquiera de los dos tipos de ruleta que existen en el juego.
Las tiradas en la ruleta son muy importantes a la hora de progresar en el videojuego, ya que son un aporte constante de recompensas tanto económicas, como de vehículos o accesorios para el personaje. Los accesorios pueden ser camisetas, pantalones, o diversas animaciones para personalizar a nuestro personaje.
La economía interna del videojuego se ha visto mejorada de forma evidente, es más fácil amasar grandes cantidades de dinero y el progreso es tan constante que en ningún momento te ves estancado.
Las pruebas otorgan una recompensa económica y de reputación, esto último funciona a modo de experiencia de nuestro piloto y con cada nivel se desbloquea una nueva tirada en la ruleta.
Atardecer en Edimburgo
Gráficamente, el videojuego es de lo más top que podemos llevar a ver en esta generación de consolas. Ya en su anterior entrega lucía a un nivel sublime, pero en esta, que es la primera con Xbox One X en mente, ofrece un apartado visual que quita el sentido.
Los diversos tipos de paisajes, ya sean rurales o ciudades como Edimburgo, la única grande que hay en el videojuego, son de una belleza que roza lo orgásmico, y si existía una duda sobra la ubicación escogida, los chicos de Playground Games las disipan de un plumazo.
En cuanto al rendimiento, en Xbox One X existen dos modos de configuración técnica a elección del jugador. Una centrada en gráficos que nos ofrece el videojuego a 4K y 30fps estables, y otro que baja la resolución hasta 1080p pero que aumenta el framerate a 60fps.
Personalmente, y habiendo probado ambos modos, me encuentro en posición de asegurar que el videojuego se aprovecha de verdad en su modo a 4k, ya que la fluidez es suficientemente buena y los gráficos es algo que, si somos poseedores de un televisor apropiado para reproducir ese tipo de contenido a 4K, merece la pena el sacrificio en cuanto rendimiento.
El videojuego en Xbox One S o el modelo antiguo de la misma funciona sin grandes complicaciones. 1080P y 30FPS, lo mismo que en las anteriores entregas, lo que garantiza una experiencia apropiada para disfrutarlo sin demasiado sacrificio.
Conviene no dejar de mencionar que este videojuego funciona con el Play Anywhere, el programa de Xbox que permite disfrutar del videojuego tanto en Xbox One como en PC y jugar de forma cruzada con amigos independientemente de la plataforma en la que lo hagan.
En cuanto al apartado sonoro, comentar que los efectos de sonido tanto de los coches como de las diferentes acciones que tienen lugar en la partida son correctos.
En esta entrega vuelven a hacer acto de presencia las emisoras de radio para acompañar nuestra conducción. Emisoras como Horizon Pulse, Bass Arena, Block Party, XS, Timeless y Hospital no falta a la cita. Entre ellas, canciones de algunos grupos muy conocidos como Foo Fighters, o The Killers. Además de melodías de música clásica para los amantes de ese tipo de música.
En cuanto al doblaje, vuelven a repetir las voces en inglés. Es ya algo habitual el no contar con voces en castellano en los videojuegos exclusivos del ecosistema de Microsoft, pero no por ello deja de ser igual de desagradable y bastante molesto.
El camino a la excelencia
Al hablar de videojuegos excelentes, solemos ver como las desarrolladoras suelen repetir una y otra vez la fórmula que les llevó al éxito. Esto podría ser de esperar de casi cualquier desarrolladora, pero Playground Games, lejos de dormirse, ha dado un giro de tuerca más para que su videojuego siga claramente la estela de los anteriores, pero que a la vez se sienta fresco.
Con una buena variedad de pruebas tanto para un jugador como multijugador, mucha cantidad de contenido, como los radares, zonas de velocidad y otro tipo de desafíos secundarios que son una gran fuente de popularidad, créditos y por qué no decirlo; horas de juego.
Un apartado gráfico que vuelve a ser sobresaliente, con paisajes variados, climatología dinámica, y el añadido de las estaciones. Hacen del título un espectáculo visual que podría y me atrevo a decir que será un referente para otro tipo de videojuegos del género de conducción.
Pocas pegas se le pueden encontrar al videojuego, y más ahora que, con el Xbox Game Pass viento en popa, se puede jugar completamente por una cantidad casi simbólica de 9,99 euros al mes.
Si tenéis una Xbox One o un PC decente que lo mueva con garantías, no dudéis en darle una oportunidad a Forza Horizon 4, que es por méritos propios uno de los mejores videojuegos de conducción arcade de la historia.