[Análisis] Goodbye Volcano High

El instituto es el lugar en el que se dan algunos de los momentos más importantes en la vida de cualquier adolescente. En esos centros comenzamos a hacer amigos duraderos, comprendemos a qué nos gustaría dedicarnos en el futuro e incluso conocemos de primera mano lo que es el amor (o lo que creemos que es). En este sentido, el instituto es un lugar de formación tanto académica como espiritual, un centro en el que se materializa el paso de la infancia a la adultez a pesar de que no todos tienen una buena experiencia de este lugar. A fin de cuentas, es aquí donde más se dan los problemas de acoso y bullying, haciendo que muchos sufran un martirio día a día que ni han buscado ni al que pueden poner fin. Todo esto hace que el instituto sea un lugar especial, un sitio único que ha inspirado cientos y cientos de obras en las que, como espectadores, es muy fácil sentirnos identificados con los personajes principales. A fin de cuentas, nosotros ya hemos pasado por ahí y sabemos lo que se siente al, por ejemplo, suspender un examen, ser rechazados por la chica que nos gusta o tener que hacer un trabajo por nuestra cuenta porque el resto de alumnos del grupo pasan olímpicamente de dar un palo al agua.

El juego del que hoy vengo a hablaros gira precisamente en torno a un grupo de jóvenes alumnos que van a abrirse al mundo, recorriendo su último año de instituto con incertidumbre ante lo que les deparará. Son personas (o, bueno, dinosaurios) perdidos, que se han visto alterados tras su paso por el centro educativo pero que aún no han terminado de conocerse a sí mismos. Desarrollado por KO-OP (conocidos por el simpático y breve Deppaneur Nocturne, así como por el genial GNOG), Goodbye Volcano High se presenta como una visual novel introspectiva e intimista que busca hacer reflexionar al espectador sobre temas tan abstractos como la aceptación, la amistad o el crecimiento personal. Todo ello, mientras se espera el fin de una era y el fin… ¿Del mundo? Nada es lo que parece en Goodbye Volcano High, y si queréis conocer más sobre el título o saber si merece o no la pena solo tenéis que hacer una cosa: leer el análisis completo, que como viene siendo habitual podéis leer a continuación.

 

Tócala otra vez, Fang

Fang está a punto de terminar su último año en el instituto, y como cualquiera en su misma situación, siente un enorme vacío existencial que se refleja en todos los aspectos de su vida: no termina de encontrar su lugar en la sociedad, no consigue dar con el tema perfecto para su banda, no ha encontrado aún el amor… Y lo que es peor, todo ello viene acompañado de una creciente y constante tensión que la atormenta cada día más y más. ¿Qué puede hacer para poner fin a tantos problemas? ¿Y por qué siente que no solo se va a acabar el curso, si no también el mundo? En Goodbye Volcano High, cada decisión cuenta para poder guiar a Fang hacia distintos caminos. Con una personalidad completamente moldeable aunque siempre cerrada, Fang no termina de despegar como protagonista debido a su falta de carisma y su nulo interés por los acontecimientos que suceden en la historia. Quiero decir, he podido empatizar con algunos de los problemas que sufre porque, bueno, son problemas comunes a todos los adolescentes, pero quizá me habría gustado conocer a un protagonista menos apagado y algo más dinámico. Fang no da mucho juego, y queda solapada constantemente por un catálogo de personajes secundarios que, la verdad, consiguen atrapar más y resultan mucho más interesantes.

En cuanto a la historia en sí, aquí encontramos un problema similar al que surge con la figura protagonista: se pueden entender muchas de las tramas que se plantean, y es fácil empatizar con los personajes, pero siento que la ejecución no es la más adecuada. Nos encontramos ante una historia “coming of age” en la que parece interesar más construir una estética moderna y vinculada a la “gen z” que en establecer diálogos certeros e interesantes. Creo que el título tiene lo que en cine llamamos el síndrome del guionista independiente: en vez de mostrar y narrar con acciones e imágenes, todo gira en torno a diálogos aburridos e interminables que aportan poco y enlentecen el ritmo de forma evidente. Creedme que esto es una verdadera pena: la intención de la historia es buena, y cuenta con varios momentos que son realmente brillantes, pero el conjunto general es algo lento y aburrido, una experiencia que hemos visto una infinidad de veces y que no termina de cuajar. En una nota algo más positiva, hay que destacar que el juego llega a nuestro territorio con una traducción al español realmente decente, en donde se utiliza de forma adecuada el habla adolescente a través de ciertos términos y frases hechas.

 

La revolución estudiantil

En cuanto al tratamiento jugable del título, ya os comentaba en la introducción que se trata de una visual novel algo convencional, ya que tendremos que estar enfrentándonos constantemente a interminables líneas de diálogo y a ciertas decisiones que afectarán por completo el devenir del título. Lo cierto es que estas decisiones, aunque algo repetitivas, acaban teniendo un buen impacto sobre el desarrollo de la historia, ramificando especialmente la relación con el resto de personajes. Vale, el final es el mismo siempre, pero es interesante la forma en la que nos vamos relacionando con el resto del grupo, y realmente afecta a la forma en la que entendemos el conflicto y el desarrollo de nuestra protagonista. También hay que destacar que, en ciertos momentos, tendremos que participar en partidas de Dungeons & Dragons que sí que impulsan más las ramificaciones en relación a las elecciones que tomamos… Y que son, sin duda, los momentos más divertidos del juego. No todo es tomar elecciones, por supuesto, pues como buen guitarrista Fang tendrá que interpretar constantemente canciones. Esto se refleja en un curioso minijuego de ritmo que, aunque no tiene la mejor detección del mundo, lo cierto es que funciona bien y aporta algo de (necesaria) variedad jugable al título.

Por otro lado, el título llama especialmente la atención por su tratamiento artístico, en donde se plantea un universo colorido y llamativo habitado por dinosaurios humanoides. La mayoría de diseños funcionan realmente bien y presentan un nivel de creatividad admirable, recreando de forma divertida ciertos arquetipos de personajes sin dejar de lado dotarles de personalidad. En general, considero que el tratamiento visual del título es potente, algo que se refleja en sus cuidadas secuencias cinemáticas y en su creativo diseño de escenarios. En lo técnico también se ha realizado un trabajo correcto, puesto que no encontramos bugs y el rendimiento es sólido. ¿Y qué ocurre con la música? Pues que es, quizá, el punto que más me ha decepcionado. Ojo, no es para nada mala, pero esperaba algo más, algo… Distinto. Es lo que uno podría imaginar de una historia coming of age, y todos los temas se sienten similares entre sí.

 

Conclusión: Que llegue ya el baile de graduación

Goodbye Volcano High parte de una premisa interesante y se presenta como una obra inclusiva y con la que es fácil empatizar, pero no termina de destacar en casi ninguno de sus aspectos. Vale, sí, su apartado visual es sólido y su tratamiento de los personajes secundarios es realmente bueno, pero creo que hay propuestas que abordan mejor el coming of age y que consiguen aportar una mayor variedad de mecánicas de juego. Si os gustan las visual novel os insto a darle una oportunidad, pero a sabiendas de que no es la mejor exponente del género.