Los juegos relacionados con la tinta han conseguido dejar huella en los fans de cualquier tipo de videojuego, véase por ejemplo De Blob o la más que conocida franquicia de Splatoon, que consigue tener a miles de usuarios jugando. Teniendo en cuenta este gran boom que han tenido, Petite Games junto a Ratalaika Games S.L. ha creado InkSplosion, una propuesta que trata de ser similar, pero no llega a serlo.
Un shooter sin gracia
InkSplosion se nos presenta como un twin-stick shooter, que muy lejos queda de ser ni siquiera parecido a Splatoon, de hecho, se me asemeja mucho más al juego de los marcianitos que todos hemos jugado de pequeños, diferenciándose solo en que este te permite moverte libremente alrededor de la pantalla y que aquí se meten disparos de tinta que, realmente, no influyen en el juego, solo es para que puedan describirlo como “un shooter de tinta” o “el Splatoon del 2D”, pero ni por asomo hace justicia a esos nombres.
Volviendo a lo que decía, este juego no pasa de ser un shooter sin gracia, que no tiene nada que pueda hacer que se considere un juego atractivo. Si bien es cierto que tiene niveles infinitos, por lo que a priori las partidas deberían ser dinámicas y diferentes, se hace muy pesado y repetitivo, quizás demasiado, ya que la dinámica no varía ni un poco, sirve con repetir una y otra vez el mismo patrón de ataque, cambiando únicamente tus movimientos.
Además, para mi gusto, los shooters deben tener algún objetivo, ya sea poder ir avanzando a través de niveles siguiendo una historia o enfrentarte a otro equipo o jugador, pero este no es el caso. En InkSplosion, la “gracia” es superarte a ti mismo en cada partida que hagas, tratando de llegar más y más lejos y conseguir mayores puntuaciones, y si ya de por sí me gusta poco este estilo de juego, su planteamiento no ayuda a que me interese más.
Avances pesados
Los “avances” del juego se basan en tres modos de juego o niveles de dificultad: Normal, Difícil y Arcade. Estos, únicamente se diferencian en que el difícil es igual que el normal pero con recibir dos disparos ya has muerto, y el arcade es simplemente que desaparecen los obstáculos y que no se resetea la pantalla tras superar cada nivel. Para poder ir desbloqueándolos, debemos haber conseguido un mínimo de diez mil puntos en el modo anterior, cosa que una vez te acostumbras es de lo más sencillo, pero que al principio cuesta muchísimo ya que es difícil coger el truco de los controles y de cómo ganar partidas.
Probablemente, el factor más importante sea el saber jugar con las cinco posibles armas que podemos usar, pero las cinco se parecen bastante unas con otras, por lo que con saber utilizar bien dos de ellas ya vas más que sobrado para avanzar plácidamente en tu partida. Algo positivo es que cada vez que cambiemos el arma se nombrará cuál estamos a punto de usar, para evitar así llevarnos sorpresas y errar pensando que íbamos a usar un arma y luego encontrarnos con otra.
El diseño y la banda sonora
Comenzando por la pantalla de juego, es muy simplona, pero es que una vez se comienza a llenar de tinta por todas partes es incluso peor, ya que es muy sencillo perder de vista a tu personaje y al resto de enemigos. Además, hablando de esto, debo decir que los bichos enemigos tratan de mostrar un diseño agradable y tierno al contrario que nosotros (que somos una calavera) pero que no convence para nada, ya que la gran mayoría de ellos son demasiado parecidos, y eso hace que se entorpezca tu juego al no poder distinguir a veces, de nuevo por culpa de tener toda la pantalla entintada, cuál será su patrón de ataque.
Respecto a la banda sonora, está compuesta por cinco simples canciones que bueno, es música techno y no está mal, pero tampoco te pierdes nada por no escucharla. Sí es cierto que acompañan bien la partida pero no te incitan a jugar más, ni hacen que te vengas arriba en según qué momento ni nada por el estilo.
Conclusión
InkSplosion no es un juego que recomiende a alguien, sinceramente. No dudo que haya alguien a quien le pueda gustar y entretener, pero tampoco dudo que la mayoría de la gente evitaría jugarlo. Se le puede dar una oportunidad por cinco euros, que bueno, quizá no te arrepientas si se la das, pero no creo que puedas llegar a considerarlo una buena inversión ya que, al menos a mí, se me ha hecho muy pesado e insufrible. Pero bueno, para gustos colores, nunca mejor dicho.