Unos inicios complicados
Nos ponemos en la piel de un joven Oshtor, que vive en su ciudad natal, Ennakamuy, con su madre y su hermana. Un día, después de que se lo encargase el jefe de su aldea, va a investigar una serie de sucesos que está haciendo que los cultivos se estropeen, pensándose que sería un animal salvaje el que destroza los huertos. Para su sorpresa, lo que Oshtor encuentra es una chica llamada Shunya, que dice conocer a su padre, y no solo eso, sino que le asegura que sigue vivo, a pesar de que, para él, su padre está muerto desde hace muchos años porque eso le dijeron los emisarios del Mikado.
Viendo mucho de su padre en Shunya, Oshtor decide creerle y salir junto a ella de viaje para volver a su ciudad natal, Arva Shulan, una tierra totalmente desconocida para Oshtor y los que le rodean, por lo que deciden pedir ayuda al jefe de la aldea que los pone en la pista de una mujer que conoce historias antiguas y las canta. Esta mujer decide cantarles una de estas historias, a pesar de que tiene prohibido hacerlo, y eso les pone en la pista de donde ir.
En su camino, conocerán a personas importantes para ellos, personajes bastante conocidos en la saga como Munechika o Mizakuchi, por lo que descubriremos como se conocieron y que aventuras vivieron juntos antes de los eventos de Utawarerumono: Mask of Deception. En mi caso, yo no he jugado a ninguno de los títulos de la saga y, aún así, he disfrutado bastante de la historia y del juego en general, aunque, después de investigar a todos los personajes y la trama de los otros juegos, me hubiese gustado habérmelos pasado antes de ponerme con este, ya que hace que te encajen muchas cosas.
Más RPG y menos Visual Novel
Los tres juegos de la franquicia Utawarerumono son una mezcla de Visual Novel con un RPG táctico que aparece de vez en cuando en el juego, es decir, es más Visual Novel que otra cosa. Pensaba que Monochrome Mobius iba a ser así también, pero me sorprendió ver que en este caso contamos con un RPG por turnos que tiene su parte de Visual Novel pero es mucho menos cuantiosa que en los otros juegos de la franquicia.
Quitando la parte Visual del juego, donde simplemente nos irán contando la historia. La parte RPG está muy conseguida y es muy entretenida. Lo primero es que, casi desde el principio, podemos ir donde queramos, eso si, andando, porque el viaje rápido y la montura no se desbloquea hasta bastante tarde en el juego, por lo que hay que tenerlo en cuenta antes de querer desviarse por caminos que no tocan, porque ya os digo que es un buen paseo entre ciudades. Una vez desbloqueado el viaje rápido, el mundo es una maravilla y el juego cambia por completo, así que recomiendo paciencia hasta que nos lo den.
En el mapa vemos perfectamente a los enemigos, no son encuentros aleatorios, por lo que podremos esquivarlos si así lo queremos, aunque recomiendo llevar un ritmo más o menos constante de niveles si no queréis pasarlo mal con algunos jefes, aunque ya os adelanto que la dificultad de los combates en este juego es prácticamente inexistente. Al ver a los enemigos en el mapa, podremos empezar las batallas con ventaja si les atacamos con nuestro arma. Podemos andar con el mapa con el personaje de nuestro equipo que queramos, personajes que se irán añadiendo poco a poco y todos estarán disponibles en la batalla. Es decir, cuando consigamos el equipo completo de 4 + 1, siempre pelearán todos en cada batalla, no tendremos que elegir equipo como en otros RPG.
Las batallas se basan en unos anillos de acción, existen tres niveles y los anillos son cada vez más pequeños, teniendo el turno antes cuanto más subas en los anillos. Para subir en los anillos tienes que, o bien activar el Zeal de lo personajes, que es algo así como una energía última que se va acumulando; o bien atacar a enemigos de los que hayamos roto las defensas. Además, en los anillos aparecerán gemas cuando un efecto de una habilidad lo requiera o cuando matemos a un enemigo, si estas gemas se encuentran con los avatares de nuestros personajes, nos darán un bonus, si por el contrario se encuentran con el avatar de un enemigo, desaparecerán.
Cada uno de los cuatro miembros de nuestro equipo, cuando los tengamos a todos, tiene una estrategia a seguir y se especializa en un tipo de ataques. Por ejemplo, Oshtor se basa sobre todo en ataques físicos con su catana, mientras que Shunya está más enfocada en ataques mágicos. Cada vez que un personaje suba de nivel, nos darán unos puntos bonus que podremos usar para subir las diferentes estadísticas de cada personaje, lo que haya que cada equipo de cada jugador pueda ser diferente a su manera. Por supuesto, los personajes irán aprendiendo habilidades al subir de nivel, pero nosotros no tenemos ni voz ni voto en ello, simplemente las irán aprendiendo.
Lo que si podremos configurar es el equipo que lleva cada personaje. Hay tipos de armas y armaduras que solo servirán para personajes en concreto, y accesorios como los amuletos que podrán usarse en cualquier personaje. Al principio estaremos un poco limitados en cuanto al equipamiento, pero llegado un punto podremos “vender” materiales a un herrero para ir desbloqueando mejores equipamientos y mejoras para los mismos, cosa importante si queremos llevar unas estadísticas decentes.
En un punto de la historia, sin hacer mucho spoiler, se nos unirá al equipo nuestro “+1”, Haru, un peluche robótico que nos servirá como apoyo en la batalla. Podremos cambiar del equipo de cuatro a Haru cuando la barra medidor del peluche esté llena, y eso nos permitirá hacer ataques bastante apoteósicos, por lo que recomiendo guardarlo para batallas importantes. Las estadísticas y habilidades de Haru también se podrán ir mejorando llegado el momento, y funcionará de una forma parecida que las mejoras de armas, tendremos que tener un buen número de materiales, por lo que aconsejo coger todo lo que encontréis en el camino. A todo esto, hay una habilidad de Haru muy útil y que deberíais priorizar cuanto antes que hace que en el mapa se vea la localización de cofres y puntos de recogida.
Un punto importante del juego, sobre todo llegado un punto de la historia, son las misiones secundarias. Al principio, cuando no tenemos el viaje rápido, son complicadas de cumplir, pero una vez lo tengamos deberíamos intentar hacer cuantas más mejor, ya que recibiremos, no solo las recompensas de las misiones, que a veces son hasta armas exclusivas, sino también irá aumentando nuestro rango en la capital y recibiremos otros regalos por ello.
Una cosa llamativa, diría que más para mal que para bien es que hay una cantidad de objetos consumibles exagerada, tanto que llega un momento en que tardas mil años en decidir que objeto usar porque muchos se parecen entre si con pequeñas peculiaridades, y acaba haciendo que no tengas ni ganas de usar objetos en combate.
En general, un RPG muy clásico, que no se sale nada de lo que es un juego de rol por turnos a los que estamos acostumbrados, más allá de las novedades de los anillos y las gemas, que, aunque son un añadido interesante, al final tampoco es decisivo en la jugabilidad.
Un si pero no
Monochrome Mobius es excelente si hablamos del diseño de sus personajes, tanto visual como personalmente. Siempre y cuando, claro está, hablemos de los personajes con alguna importancia en la historia, porque el resto de habitantes de las ciudades son planos no, lo siguiente, le pasa como al típico anime donde de un vistazo sabes que personajes interesan y cuales no, y la verdad que esto no solo se aplica a las personas, parece que todo el escenario, texturas y demás no importasen y hubiese dedicado todos los recursos a que los personajes importantes se vean bien. No es que esto lo haga injugable, ni mucho menos, los gráficos no siempre son lo más importante, pero la verdad es que llama mucho la atención.
Por el diseño de los personajes tienen el crédito Amazuyu Tatsuki y Mitsumi Misato, que ya han trabajado en el resto de entregas de la saga Utawarerumono, por lo que este diseño tiene consistencia con el de los otros juegos, cosa que se agradece teniendo en cuenta que en este juego vemos una versión más joven de otros personajes de la saga.
En cuanto a su banda sonora, teniendo detrás a un equipo impresionante de compositores que ya han trabajado antes en la saga, no tiene ningún desperdicio. Es una de las cosas más llamativas del juego y merece mucho la pena dedicar un tiempo a escuchar sus temas, que son unos 30. Os dejo la lista completa en YouTube:
Hablemos de las voces, que ya sabéis que es un tema que me gusta tocar siempre que el juego cuenta con doblaje. Por suerte, y como decisión lógica, los personajes que ya han aparecido en otros juegos, como Oshtor o Munechika, conservan a los mismos actores de voz, lo que vuelve a dar consistencia a la saga. Kentaro Tone es la voz de Oshtor y de Haru, también lo ha sido del Capital de las Escrituras Negras en Overlord o de Yatabe en Akiba’s Trip; Shunya tiene la voz de Yuko Minaguchi, igual que Videl en Dragon Ball o Monami Haishima en Root Film; Saori Hayami le presta su voz a Munechika, como a Yor Forger en SPY×FAMILY o a Shinobu Kocho en Kimetsu no Yaiba; Yuya Uchida es la voz de Mizakuchi, también lo es de Clive Rosfield en Final Fantasy XVI o de Hendrickson en Nanatsu no Taizai.
Conclusión
Monochrome Mobius: Rights and Wrongs Forgotten es un juego precuela de la trilogía Utawarerumono que nos lleva a una jugabilidad más RPG y menos Visual Novel, al contrario que sus predecesores. Aunque es verdad que no tiene mecánicas originales, ya que todas prácticamente se han visto en otros juegos e incluso mejor implementadas, es un título muy disfrutable con un ritmo tranquilo, demasiado tranquilo a veces, que es accesible a todo tipo de jugadores por su casi nula dificultad.
El título ganaría un poco más si los gráficos, sobre todo las texturas, tuviesen un poco más de mimo y si se quitase un poco de relleno que te encuentras en la mitad de la historia. Hay que tener en cuenta que el juego llega completamente en inglés.
Yukop_
He visto más animes de los que puedo recordar. Con un mando entre las manos desde que tengo uso de consciencia. Maestra y futura especialista en Asia Oriental. Tengo demasiados hobbies para el poco tiempo que tengo.