
Afincados en Talavera de la Reina, Aeternum Games Studios se fundó en el año 2019 con un objetivo tan simple como noble: crear juegos originales y de calidad, capaces de alcanzar tanto al publico patrio como al internacional. El equipo estaba conformado por veteranos de la industria con más de 10 años de duro trabajo a sus espaldas, y esta experiencia se vio reflejada en el que sería su primer título, Aeterna Noctis. Creo que no es necesario que os lo diga, pero este metroidvania 2D alcanzó un enorme éxito y consiguió establecer una base de fans tan leal como la de otras grandes sagas del género. La serie Aeterna había llegado para quedarse, y pronto se puso el estudio manos a la obra con una nueva entrega de este universo, Summum Aeterna. Sin embargo, el equipo decidió no continuar tal cual lo presentado en el título anterior, tomando la dura decisión de adentrarse en un nuevo subgénero y hacer de esta entrega una precuela. ¿Queréis saber qué tal ha salido el experimento, y si está a la altura del juego original? ¡Pues dentro análisis!
Cayó la noche
En Summum Aeterna los jugadores se ponen en la piel del Rey de la Oscuridad, un poderoso guerrero que ha caído en desgracia por una terrible maldición y que debe recorrer diversas dimensiones con el objetivo de acabar con su mortal enemiga, la Reina de la Luz. A diferencia de otras historias del género, aquí no encontramos honor en las acciones de nuestro protagonista, pues se presenta como un ser despiadado y ruin que se rige bajo el código de «el fin justifica los medios» y que cuenta con un poder absoluto para gobernar con mano de hierro sobre sus sirvientes. Esto hace que el protagonista resulte interesante y llamativo, alejándose de los tropos más conocidos de la industria y de las historias de fantasía… Pero sin ahondar lo más mínimo en su trasfondo o en su desarrollo, más allá de un par de frases puntuales lanzadas al aire por nuestro protagonista. Tristemente, la historia de Summum Aeterna queda reducida a la mínima expresión, sirviendo como un complemento secundario al apartado jugable. La historia solo sirve para ofrecer contexto a las partidas que realizamos y para expandir levemente el universo de la franquicia, y aunque entiendo que por la naturaleza del género al que se adhiere no se le de especial importancia a la trama, no cabe duda alguna de que se podía haber profundizado mucho más en sus personajes, su mundo o sus enemigos.
A pesar de que se desarrolla muy poco la historia del universo en el que transcurre el juego, sí que me ha sorprendido de forma positiva la enorme variedad de escenarios que encontramos, respondiendo cada uno de estos a diversas influencias culturales (hay escenarios inspirados en la Venecia del renacimiento, otros inspirados en la cultura japonesa, en la nórdica…) y haciendo gala de un diseño artístico formidable. Así, a nivel visual Summum Aeterna supone una leve mejora con respecto al primer título, destacando especialmente el tratamiento de las animaciones y de los efectos de cada ataque, siendo estos más vistosos y espectaculares. Cada mundo que visitamos da rienda suelta a una paleta de colores distinta y a un estilo nuevo, siendo tanto la variedad como la calidad uno de los puntos más fuertes del juego. Visualmente funciona, y aunque gráficamente puede sentirse algo flojo en comparación con otros juegos, lo cierto es que se ha realizado un buen trabajo. Mención especial para el apartado técnico, pues en cada partida he podido disfrutar de un rendimiento estable y fluido que me ha permitido acabar con mis enemigos y morir con rapidez. No he encontrado glitches destacables, cosa bastante positiva teniendo en cuenta que nos encontramos ante la versión final de un juego que lleva meses en early access.
Recorriendo universos con tal de acabar con la Reina de la Luz
Antes os decía que se entendía la poca importancia de la historia teniendo en cuenta el género al que se adhiere el juego, pero… ¿A qué género se adhiere exactamente? A diferencia de la primera entrega, que se presentaba como un metroidvania con todas las de la ley, en esta nueva entrega Aeternum Game Studios ha optado por sumergirse de lleno en el subgénero roguelite, lo que significa que no realizaremos una exploración lineal de escenarios diseñados de forma manual si no que nos centraremos en visitar toda clase de escenarios mientras intentamos avanzar un poco más con cada partida. La muerte no es el final, si no que se plantea como un paso más para hacer a nuestro personaje más poderoso al permitirnos utilizar lo que hemos conseguido para aumentar nuestras estadísticas y el poder de nuestras armas. A esto hay que sumarle un excepcional y profundo sistema de semillas de mundos, a través del cual podemos personalizar ciertos elementos de nuestras «runs» para adaptarlas a nuestras necesidades, pudiendo así dar con desafíos más o menos duros. Aunque, bueno… Lo cierto es que, por mucho que modifiquemos, siempre estaremos enfrentándonos ante un gran desafío debido a que la dificultad de Summum Aeterna es, en todo momento, elevada. Los enemigos golpean duro, sus patrones de ataque pueden llegar a confundir y tendremos muy pocas opciones para curarnos. Y ni hablemos de los jefes finales, pues ofrecen combates realmente complejos que nos llevarán, como mínimo, varios intentos.
Sin embargo, por muy difícil que sea lo cierto es que el juego engancha como pocos gracias tanto al sentimiento de que siempre estamos avanzando como a lo cómodo e intuitivo que es su sistema de combate. Tomando prestados muchos aspectos de los metroidvania más destacados del mercado (hay mucho de Symphony of the Night en el movimiento del personaje, por ejemplo), el sistema de combate ofrece un movimiento rápido y preciso junto con unos ataques cómodos a los que se les pilla el tranquillo enseguida. Es muy fácil aprender a jugar con cada una de las armas del título, y sorprende lo mucho que cambia cada partida en base al tipo de arma que hayamos elegido. Así, no es lo mismo lanzarnos a la aventura con una espada que con dos pistolas o con una guadaña, y todo depende del estilo que más le guste a cada jugador. En general, he encontrado un título realmente atractivo y adictivo a nivel jugable, resaltando por encima del resto de roguelite no solo por innovar en su diseño (a fin de cuentas, no todos los días se ve un roguelite metroidvania) si no por añadir una personalización tan grande que quita el aliento. Pocos juegos ofrecen tantas posibilidades como Summum Aeterna, y os aseguro que es candidato a convertirse en uno de los mayores «consumidores de horas» de todo 2023. Sin embargo, y antes de acabar, me gustaría añadir un pero: su música me ha dejado tristemente frío, pues no termina de destacar en ningún momento y se siente más como un acompañamiento de fondo que no aporta nada. No es que presente malas composiciones, pero sí que siento que les falta algo de personalidad.
Conclusión: Un roguelite atípico y adictivo
Summum Aeterna es una muy agradable sorpresa que expande y modifica todo lo que hizo popular al anterior juego del estudio, impulsando una más que bienvenida mezcla de metroidvania y roguelite. A pesar de su dificultad, el título de Aeternum Games Studios destaca por su enorme variedad de contenido y de posibilidades, erigiéndose como un título cuasi-infinito del que no os querréis despegar en ningún momento a pesar de sus evidentes problemas en narrativa y sonido. Si os gustó la primera entrega o si os gustan los roguelite, no dudéis en darle una oportunidad.