Como podéis observar, no escondo que soy un fan acérrimo de la compañía, y estoy encantado de analizar cualquier juego que lance, más aún si está desarrollado por un estudio que ha demostrado en el pasado su calidad. Curiosamente, este es el caso del título del que hoy vengo a hablaros, Gunbrella, que ha sido desarrollado por el estudio estadounidense doinksoft, a quienes muchos conoceréis por el excepcional Gato Roboto. Este simpático metroidvania protagonizado por un gato que pilota un mecha no solo cuenta con una de las ideas más locas y geniales que se han visto en mucho tiempo, si no que también se trata de una enorme y muy bien realizada carta de amor por todo un género. Corto y muy bien diseñado, Gato Roboto es una de las mejores experiencias que Devolver ha lanzado al mercado, y con ese historial es imposible no esperar con ansia Gunbrella. A fin de cuentas… ¿En cuantos juegos podéis atacar con un paraguas-pistola? Vamos, ¡Es una idea mucho mejor que la del sable-pistola de Squall! Tras haber podido disfrutar del título durante varios días, por fin puedo comentaros qué tal está Gunbrella y si mantiene el nivel que el estudio ha presentado hasta el momento. Por tanto, sin más dilación… ¡Dentro análisis!
Un paraguas rompe el silencio en una noche lluviosa
A pesar de lo alocada que es la idea de controlar un paraguas-pistola, lo cierto es que Gunbrella parte de una premisa sorprendentemente oscura. Una lluviosa noche cualquiera, nuestro silente protagonista llega a su casa para descubrir que su esposa ha sido asesinada. Confuso y deprimido, solo consigue dar con una misteriosa pista del posible asesino: un arma con forma de paraguas. El apenado viudo no se lo piensa dos veces, y tras agarrar el misterioso paraguas-pistola decide embarcarse en un viaje a través del país con un objetivo tan sencillo como noble: tomar venganza de aquellos que acabaron con su familia. Si bien es cierto que esta premisa se ha visto en infinidad de obras (desde películas hasta videojuegos, pasando por cómics y novelas), Gunbrella destaca desde primera hora por su enigmático mundo. El lugar en el que se desarrollan los acontecimientos del juego se presenta como una especie de extraña mezcla entre la estética steampunk y la western, y no dejaremos de encontrarnos con toda clase de personajes estrafalarios que se ganarán un hueco en nuestros recuerdos. Se podría decir que aquí encontramos el «toque Devolver»: una historia oscura, dotada de una marcada influencia cinematográfica, pero que busca entretener a través de un notable humor absurdo y una galería de personajes dispares. Personalmente, este toque me ha funcionado a medias: mientras que los habitantes que vamos encontrando me han parecido, en líneas generales, interesantes y memorables, los grandes villanos del juego me han resultado muy cliché y predecibles, así como algo fuera de lugar teniendo en cuenta el tono inicial del título.
Dicho lo cual, creo que la narrativa del juego cumple con su objetivo, que es entretener y hacer que los jugadores pasen un buen rato. No os volará la cabeza ni romperá vuestras expectativas, pero sí que os hará reír con algunos de sus diálogos y os sorprenderá en momentos concretos que, evidentemente, no pienso desvelar. La barrera del idioma no debe resultar un problema para ningún jugador, ya que el título llega a nuestro territorio traducido al español. Devolver nunca decepciona en este apartado, y el trabajo de localización de Gunbrella es realmente bueno, destacando especialmente la traslación de ciertos juegos de palabras. ¿Y qué hay de la banda sonora del título? Pues lo cierto es que se trata de un buen complemento a las diversas zonas a través de las que nos movemos y a las secuencias que observamos, si bien en ningún momento sobresale como sí que ocurría en Gato Roboto. La BSO de este título es mucho más calmada y serena, salvo en excepciones concretas como son los temas de los combates contra los jefes. En general está muy bien realizada y cuadra a la perfección con el tono del juego, pero no esperéis temas que se os queden pegados en la cabeza durante días.
¡Soy Mary Poppins!
En cuanto al apartado jugable, nos encontramos ante un juego de acción y plataformas en 2D con leves (minúsculos, realmente) toques de metroidvania, pues tendremos en alguna que otra ocasión que regresar sobre nuestros pasos para desbloquear nuevas zonas… Aunque el foco está en su marcada linealidad. Nuestro personaje se mueve con agilidad a través de unos niveles enormemente creativos y variados, en donde se plantean toda clase de desafíos que nos harán probar toda clase de trucos con nuestro paraguas-pistola. Como os podréis imaginar, este es el gran reclamo del juego, permitiéndonos utilizar en todo momento su modo paraguas para múltiples tareas: esquivar ataques, reflejar disparos, flotar en el aire, impulsarnos para alcanzar nuevas zonas… Y todo ello sin ningún tipo de complicación, haciendo que sea increíblemente divertido explorar sus escenarios y luchar contra los enemigos. Bueno, quizá esto último no sea del todo así, pues durante la mayor parte del título el paraguas-pistola se siente increíblemente limitado, teniendo un alcance minúsculo que impide alcanzar a ciertos enemigos y dificulta el combate contra ciertos jefes. Hablando de esto, ¿se trata de un juego difícil? Pues lo cierto es que no, para nada. La mayoría de desafíos son muy fáciles de resolver, y el único problema al que me he enfrentado ha sido el perderme debido a la falta de un mapa o de indicaciones. Algunas secciones pueden resultar algo laberínticas, y hallar nuestros objetivos puede resultar incluso más complejo que derrotar a ciertos jefes. Sin embargo, que esto no os haga pensar que nos encontramos ante un mal diseño de niveles: como os comentaba al inicio, cada zona nos invita a utilizar el arma de formas originales y creativas, demostrando que hay una buena variedad de formas de enfrentarnos a cada desafío. ¿Se podrían haber incluido más movimiento o ataques? Sí, pues al final del día solo contamos con la limitada variedad de usos de nuestro paraguas-pistola, pero es innegable que utilizarlo es muy divertido llevemos las horas que llevemos de juego.
Pasando a hablar del apartado visual, Gunbrella destaca por su excepcional uso del pixel art para recrear su antes citada estética «western-steampunk». Aunque los modelos de personajes no cuentan con mucho detalle, sus retratos sí que rezuman personalidad y mimo, al igual que ocurre con sus escenarios y su diseño de interiores. Su uso del color, en donde resaltan los tonos de gris, rojo y marrón, es llamativo y dota al juego de una enorme personalidad, al igual que ocurre con su excéntrico y acertado diseño de personajes. Sin embargo, su paleta de color juega una mala pasada al título: en ciertos escenarios es difícil discernir a los enemigos o a determinados objetos, dificultando el avanzar. Se echa en falta una mayor claridad visual, algo que permita visualizar mejor lo que se encuentra en cada escenario. ¿Y qué hay del apartado técnico? Bueno, aquí lo cierto es que no tengo problema alguno: el juego está pulido y su rendimiento en PC es formidable, pues no me ha dado ningún problema de caídas o cierres involuntarios.
Conclusión: Un divertidísimo y alocado juego en donde la venganza se sirve a resguardo de la lluvia
Gunbrella es un juego atípico que cuenta con todo lo que representa a Devolver: una jugabilidad adictiva, un universo alocado, un enorme protagonismo de la violencia… Y, aunque no está en el podio de los mejores juegos distribuidos por la compañía, sí que se presenta como una obra más que recomendable. Su uso del paraguas es excepcional y da muchísimo juego, haciendo que nos enganchemos a explorar sus decadentes escenarios en busca de una muy ansiada venganza. Si os gustó Gato Roboto y si os atraen los juegos de plataformas y acción, no os lo penséis dos veces.