Monster Hunter World supone un “monstruoso” paso para la saga de Capcom, cuyas últimas entregas a partir de la salida del primer juego se habían limitado en Occidente al terreno portátil y copiando las mismas fórmulas para sus entregas de Wii y Wii U. Con su salida en las consolas de sobremesa actuales, Monster Hunter World se ha atrevido a adentrarse en territorios desconocidos (hablando en todos los aspectos) conservando el alma de lo que lo hacía algo único.

Comienza la caza

El juego comienza presentándonos las motivaciones de los cazadores, un alentador discurso nos presenta el nuevo mundo y nos anima a su exploración. A continuación, nos encontramos en un barco rumbo a nuestro destino y un camarada nos pregunta nuestro nombre. Esto nos sirve como introducción para la personalización de personajes, una de las grandes novedades en la saga.

Puesto que las opciones de creación de personajes son enormes, podremos crear a nuestro cazador de unas maneras que ya quisieran muchos editores de personajes de juegos de rol, y eso no es todo, puesto que una vez que terminemos con nuestro propio cazador, pasaremos a la creación del que será nuestro compañero en gran parte de las cacerías, nuestro felyne. Las opciones de personalización de nuestro peludo amigo son mucho menores que las de nuestro personaje principal, pero aun así siguen siendo bastante elevadas.

Cuando hayamos terminado de personalizar a nuestros avatares, el barco será atacado y tendremos una parte jugable espectacular mientras escalamos un enorme dragón anciano. No os esperéis que el juego sea así, esta parte es una excepción en el standard jugable del título, pero de esta manera llegaremos al nuevo mundo y nos encontraremos con nuestros primeros monstruos, en una mezcla entre partes jugables y escenas que nos servirán como introducción y tutorial a las bases de la caza, y como presentación de la primera zona y los monstruos que en ella encontraremos.

Tras esto, nos harán una presentación y una visita guiada de la que será nuestra base de operaciones, Astera, en la que encontraremos las tiendas, la forja, la cantina, los tablones de misiones, y más lugares que iremos desbloqueando conforme avancemos en la historia.

En cuanto al argumento es bastante sencillo, tenemos que encontrar al dragón anciano con el que nos topamos justo al iniciar nuestra aventura para desentrañar el secreto del nuevo mundo. Para avanzar en la trama, tendremos que ir cumpliendo una serie de misiones principales llamadas Encargos, que nos llevarán a lo largo y ancho de todo el nuevo mundo con el fin de descubrir los misterios del mismo. En este viaje iremos explorando nuevos mapas (5 en total), nuevos monstruos, nuevas armas y armaduras y nuevas misiones opcionales.

El mundo de Monster Hunter

El sistema de Monster Hunter siempre había sido el mismo: misiones cerradas que se cogían desde el poblado, que tenían un objetivo claro y se desarrollaban en un mapeado extenso formado por diferentes áreas pequeñas interconectadas entre ellas por pantallas de carga.

En Monster Hunter World han querido hacer honor a su nombre. Cada uno de los mapas de cada uno de los ecosistemas es una enorme área sin pantallas de carga. Sigue manteniendo lo que hacían sus predecesores, o sea que, en cada mapa podemos encontrar diferentes áreas con diferentes ecosistemas, todo formando un conjunto cohesivo. Quiero recalcar que en su totalidad cada uno de los mapas tiene una extensión enorme, están distribuidos de una forma tan natural y el comportamiento y hábitat de las diferentes especies de monstruos es tan creíble, que la sensación de estar en un auténtico mundo vivo está fantásticamente lograda.

Cazador y presa

En cuanto a la fauna del juego no solo es extensa, sino que además está programada para comportarse de una manera tan real que podamos sentir que verdaderamente estamos dentro de mundo capaz de respirar por si mismo. Los monstruos pequeños pueden ser pasivos o agresivos; los herbívoros por lo general serán pasivos, pero si amenazamos a sus crías, los machos de la manada nos atacarán para dar tiempo a los demás animales de huir. Los pequeños monstruos carnívoros se abalanzarán sobre nosotros en manada, pero al verse superados huirán a sus nidos o se ocultarán. Cuando en un área en la que pastan los herbívoros entre un depredador, la manada pondrá pies en polvorosa y dejarán el área hacia una zona más segura, mientras que los monstruos más pequeños se subirán a los riscos y a las zonas altas de los árboles para esperar una oportunidad contra el invasor.

Los comportamientos de la microfauna también son dignos de mención. Si dejamos en el suelo cadáveres, acudirán carroñeros como buitres o insectos a rapiñar los restos, o las bandadas de pájaros huirán ante la presencia de un monstruo grande. Hay insectos luminosos que cambian su color si se sienten amenazados, y distintos tipos de sapos emitirán peligrosos fluidos que podrán paralizar, dormir o dañar a los monstruos o a los incautos cazadores.

Además, en cada mapa no solo existirá un tipo de monstruo grande, sino que, como si de un hábitat real se tratara, podrán coexistir uno, dos o más monstruos grandes. Estos colosos no solo reaccionarán ante los jugadores o la fauna local sino que se atacarán entre sí y realizarán luchas territoriales si uno de los otros monstruos grandes se cuela en su territorio. Este factor podemos usarlo a nuestro favor. Si somos hábiles podremos juntar a un par de estos gigantes y observar cómo se pelean entre sí hasta que uno da su brazo a torcer y huye o hasta que uno acaba con el otro. Pero cuidado, habrá monstruos que se unirán entre ellos, como los machos y hembras de la misma especie. Y juntar a dos de estos animales es sinónimo de grandes problemas para los cazadores.

Yo he venido a cazar cosas

En cuanto a los tipos de misiones que podremos encontrar, hay una gran variedad. Podemos resumir los tipos de misiones en 8: misiones de caza o captura, recolección de recursos o batallas en la arena. A su vez, en la parte alta de Astera podemos encontrar un mostrador, en el mismo nos retan a derrotar a monstruos concretos con un equipamiento predefinido en un coliseo cerrado. Estas misiones cronometran a los jugadores y permiten comparar los tiempos vía online con el resto de cazadores del mundo, además estas misiones nos dan objetos especiales para crear equipamientos específicos.

Esta entrega introduce además misiones secundarias que pueden ser cumplidas a la vez que realizamos nuestras propias misiones, son fáciles de cumplir y las haremos casi sin darnos cuenta. Estas misiones son llamadas submisiones y se van reponiendo de forma que nunca nos quedemos sin ellas. Las submisiones son la forma principal de acumular materiales con los que mejorar nuestras armaduras o conseguir nuevos campamentos para los mapas, que nos faciliten la movilidad y la estrategia dentro de las misiones, así como nuevos ingredientes para la cantina.

Y hablando de la cantina, sobrevivir en este nuevo mundo no es tarea fácil, así que tendremos que usar todos los recursos que vayamos acumulando haciendo misiones y mejorando nuestra base. La cantina es esencial para esto, antes de cada misión podremos comer en ella (o en el campamento dentro del propio mapa de la misión). Comer nos dará bonificaciones al ataque y a la defensa, mayor vida o mejor resistencia, todo depende de los platos que comamos. Para mejorar la cantina es esencial que recojamos ingredientes y hagamos expediciones en busca de nuevas materias primas para los platos.

Además los campamentos que utilizamos en los mapas han cambiado con respecto a anteriores entregas. En ellos tendremos unas mesas en las que podremos comer (justo como en la cantina) y una tienda de campaña. En la tienda podemos cambiar nuestro equipo y gestionar nuestro inventario, lo cual es una novedad en la saga, pues en entregas anteriores tenías que realizar esta planificación con antelación, y si elegías mal arrastrabas ese handicap toda la misión. Ha habido quejas con respecto a esta nueva facilidad, pensando que está hecha para casualizar la saga y llegar a un público menos “hardcore”, aunque, si lo pensamos, esta novedad tiene una lógica apabullante con el nuevo planteamiento del juego.

Debido a la naturaleza cambiante de los ambientes, la misión en la que una vez solo encuentras a un monstruo grande, puede convertirse la siguiente vez que la repitas en una batalla campal con varios de estas bestias de por medio, cada una con sus debilidades y fortalezas. Para hacer frente a estas variables, veo muy acertada la posibilidad de gestionar tu equipo.

Otra nueva inclusión que ha levantado cierta polémica, es el tema de los lafarillos. Los lafarillos son unos insectos que nos acompañan y que sirven para resaltar en el terreno los objetos con los que podemos interactuar y, más importante todavía, sirven como herramienta para el seguimiento y rastreo de los monstruos.

En esta entrega de Monster Hunter decimos adiós al, en mi opinión, anticuado sistema de bolas de pintura. Con los lafarillos debemos ir buscando rastros dejados por nuestra presa, y una vez que tengamos suficientes rastros el monstruo se nos marcará automáticamente en nuestro mapa. Esto, lo admito, suena a que nos lo están poniendo demasiado fácil. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Se siente realmente natural el buscar y encontrar pisadas, arañazos, escamas, fluidos, y pistas del monstruo que estamos cazando, y solo una vez que hemos encontrado las suficientes los lafarillos nos guiarán directamente hasta el monstruo.

Algo que podemos notar mientras seguimos el rastro de nuestras presas, o simplemente mientras nos movemos por el mapeado, es que el juego es tremendamente fluido. Desde el control del cazador, al control de las armas o acciones como trepar, deslizarse por una ladera o balancearse entre lianas se hace de una manera completamente intuitiva y eficaz. Esto es debido a que desde Capcom hicieron especial hincapié en la conexión y la relación del mundo con el cazador y con las bestias, teniendo la fluidez de juego como una máxima a la hora del desarrollo, y se nota.

Juntos es mejor

Un pilar básico de los juegos de esta franquicia que se ha convertido en un punto muy a favor de Monster Hunter World es el componente online. Puedo decir sin temor a equivocarme que Monster Hunter World tiene uno de los mejores, si no el mejor, multijugador en línea cooperativo que he visto nunca. No solo es que sea muy satisfactorio pelear contra monstruos gigantes junto a otros jugadores, cada uno con sus armas y forma de jugar, sino que además la rapidez a la hora de crear o unirte a misiones es pasmosa. Hay varias formas de entrar a una partida de este tipo.

Puedes crear una desde el principio y esperar a que jugadores se te unan para comenzar la misión, esto suele ser asombrosamente rápido, lo que mejora la fluidez del juego y nos ahorra esperas interminables. Para esto, podemos configurar un rápido e intuitivo menú para seleccionar al tipo de jugadores que se nos pueden unir, según su experiencia en la saga, según su nivel actual en el juego, o abierto para que cualquiera pueda unirse. Al buscar tú una misión puedes acceder a un sencillo menú en el que puedes buscar el nivel de misión que te interesa o el tipo de monstruo a cazar, y entrar a una de las misiones que haya colgado un jugador.

Además, en cualquier momento de una misión que hayas decidido emprender en solitario, puedes lanzar una bengala de auxilio, lo cual pondrá automáticamente una misión en los tablones de los demás jugadores online, para que puedan unirse a tu caza ya comenzada y echarte una mano.

Si lo que nos interesa es jugar solamente con gente conocida, desde el menú podemos invitar directamente a nuestros amigos o pasar la clave online de la sesión de juego a quien nos interese para que se una a nuestra sesión cerrada.

Sin embargo podría parecer que cazar acompañado puede suponer una ventaja terrible para los jugadores, pero esto no es así del todo. El poder y el aguante de los monstruos aumenta cuantos más cazadores hay en la misión (existe un máximo de jugadores por partida) por lo que las misiones seguirán representando un reto.

La vida, se abre camino

Como dijo Ian Malcom en Jurassic Park. Una importantísima parte de este título reside en los protagonistas reales del mismo, y desde luego, no somos nosotros. Los diferentes tipos de monstruos son un auténtico espectáculo, tanto visual y creativo como de comportamiento. Cada criatura del juego tiene una pauta de comportamiento propia y distinguida de la de los demás monstruos. Su inteligencia artificial es muy elevada y responden ante amenazas o provocaciones de una manera muy natural.

La saga Monster Hunter ya nos tiene acostumbrados a la increíble calidad artística de sus monstruos pero, con la potencia de la generación actual ver a estas criaturas es una auténtica delicia, las pieles, las escamas, los pelos y los colmillos están hechos con un mimo que nos hace creer que estamos ante bestias reales, a ello ayuda además el comportamiento y movimiento de estos seres que resulta en todo momento fluido y creíble.

Estamos ante una auténtica galería de monstruos, y es que el juego cuenta, de momento, con 30 monstruos grandes y 16 especies de monstruos más pequeños, además de un sinfín de diminutos animales e insectos que pueblan los mapas.

Para hacer nuestra experiencia aún mas inmersiva, el juego tiene un ciclo día y noche muy creíble y bien administrado, uno de los mejores que he visto. Además se dan unas condiciones climáticas cambiantes. Esto es muy importante, pues no encontraremos los mismos monstruos de día que de noche, y los que tengan su hábitat en un mapa en concreto cambiarán su comportamiento según el momento del día en el que nos encontremos o las condiciones meteorológicas que existan.

Con garras y dientes

Ya hemos hablado de los monstruos pero, ¿cómo se enfrenta un cazador a estas letales fuerzas de la naturaleza?, para ello dispondremos de 14 tipos de armas diferentes tales como: katanas largas, espadas gigantes, espadas duales, lanzas, espada y escudo… y dentro de cada uno de esos tipos de arma existen dos ramas o árboles de desarrollo con modificaciones del arma según los materiales que utilicemos para mejorarla. Algo que realmente me ha chocado es que, aun habiendo armas alucinantes, el diseño de la gran mayoría de ellas se nota pobre y menos inspirado que en otras entregas. Y aquí, en el número de armas y armaduras entra un factor decisivo si estás pensando en si comprar el juego o no; el farmeo.

Para conseguir algunas armas y armaduras tendremos que farmear a un monstruo varias veces, pudiendo alargarse el proceso debido a la aleatoriedad de los objetos que podemos conseguir. Tenemos el bestiario para ayudarnos en esta tarea, y dicho sea de paso, la obtención de estos materiales está mejor llevada y es más ligera que en otros títulos de la franquicia, pero a algunos jugadores novatos podría no gustarles el hecho de tener que repetir una misión varias veces para poder conseguir o mejorar el arma que quiere.

Monster Hunter World puede jugarse de mil formas, y puedes adaptar la caza a la manera en la que tú te sientas más cómodo, y eso supone rejugabilidad infinita y una experiencia diferente para cada jugador, lo que es un plus de mucha valía.

Nuevo mundo, nueva generación

Pero algo esencial es la pregunta de ¿cómo le habrá sentado técnicamente a la saga la adaptación a la nueva generación?, pues ya os lo digo yo, como un guante, al menos en PS4 el juego mantiene unos fps estables en todo momento, solucionando así algunos de los tirones que pudimos ver en la beta. Además, el juego es gráficamente precioso, una maravilla.

El mundo está muy bien conseguido y representado y, aunque notamos los problemas de popping con algunos elementos de pantalla, y podemos comprobar como los monstruos que se ven a la lejanía pierden calidad y limitan sus fps, cabe destacar la fluidez a la que se mueve el título en unos escenarios tan amplios. Esto, por otra parte, es algo necesario, dado que los combates son rápidos y feroces y caídas de fps arruinarían completamente algunos momentos en los que los jugadores deben reaccionar de maneras felinas ante ataques rapidísimos.

Algo que nos ha quitado el hipo ha sido la calidad de las partículas. Podemos observar en los lafarillos, en las explosiones de algunas partes, al tomarnos pociones o al observar las llamaradas que lanzan algunos monstruos una amplia gama de colores, brillos y partículas, que hacen de esos momentos algo realmente alucinante y cuya carga gráfica, una vez más, no entorpece en ningún momento el juego.

Al apartado artístico del juego hay que sumarle también el apartado sonoro, algo que realmente es necesario para una gran ambientación, una ambientación sonora a la altura puede elevar la inmersión en un juego hasta nuevas cotas, y esto Monster Hunter World lo borda. Los gritos y chillidos de las bestias en la lejanía, los pasos de animales que pasan cerca de ti. El juego nos sorprende con este apartado que, sumado a su bello componente artístico y gráfico, hace que realmente nos adentremos en territorios inexplorados.

Los temas de su banda sonora son, por otro lado correctos. Acompañan bien al jugador según las situaciones que se presentan, dejándose en un segundo plano como acompañamiento en los momentos relajados y de exploración, y creando una tensión aceptable en los momentos difíciles de una lucha. No obstante, se echa de menos una mayor presencia de temas como el principal de la saga, que nos hagan recordar algún momento especialmente épico. El tema del jefe final por otro lado es apoteósico y genera un ambiente genial para una batalla espectacular.

Conclusión

Monster Hunter World es un monstruo que ha conseguido establecer un territorio en las consolas de nueva generación de una manera contundente, y que ha sabido expandirse a un público que hasta ahora lo miraba con recelo y duda. Destaca especialmente en su apartado jugable y realmente es una delicia en muchos aspectos, pero su componente de repetición y farmeo y su curva de dificultad pueden echar para atrás a algunos jugadores. Te encantará su apartado artístico, y su componente multijugador es algo realmente adictivo y genial. Es un grandísimo juego, pero no es para todos los públicos. El paso adelante de Monster Hunter World es lo que ha sido siempre la saga, algo adictivo y tenso que busca darnos horas de exploración y luchas con los nervios a flor de piel.