
Creada en la década de 1990 por la difunta Midway, Mortal Kombat nació como una verdadera declaración de intenciones al impulsar una violencia gráfica desmedida y no vista en la industria hasta el momento. El uso de captura de movimientos y de gráficos digitalizados para recrear de forma «realista» el aspecto de los personajes sorprendieron a propios y a extraños, quienes acababan quedando encandilados ante la explosión de sangre desatada con cada golpe y cada fatality. La revolución que generó en el ámbito de las recreativas dio paso a una longeva franquicia que, con sus más y con sus menos, ha conseguido mantenerse fresca impulsando un modelo propio y bastante imitado dentro de la industria, caracterizado principalmente por su impulso de los modos de juego para un solo jugador. Mientras que los juegos de otros estudios se centraban única y exclusivamente en los modos multijugador y en el ámbito de los e-sports, NetherRealm apostaba por presentar con cada entrega un modo historia de influencia cinematográfica en el que se profundizaba en los personajes y el universo de la franquicia, todo ello sin olvidar los míticos modos arcade (representados mediante las icónicas Torres) y ciertos experimentos que funcionaron mejor o peor entre los jugadores. Desde Mortal Kombat 9 la franquicia ha seguido un camino sólido y exitoso, si bien con Mortal Kombat 11 todo se complicó más de lo previsto: presencia de viajes en el tiempo y líneas paralelas, múltiples estilos de lucha para cada personaje, uso de equipo… A pesar de que era un gran juego, todo parecía indicar que seguir por el mismo camino solo podría ser negativo para la serie. Por ese mismo motivo, NetherRealm decidió tomar la opción más sensata: hacer de la nueva entrega de la serie algo nuevo, un inicio fresco que no rompiera con el pasado de la franquicia. Así, Mortal Kombat 1 surge como una especie de secuela-reboot que busca traer de regreso a muchos de los personajes más solicitados por los fans al mismo tiempo que ofrece una nueva versión de esta mítica franquicia. ¿Estará a la altura de las expectativas? ¡Veámoslo en el análisis completo, que podéis leer a continuación!
En el inicio, todo era fuego… Y sangre
La historia de Mortal Kombat 1 nos lleva a una nueva realidad creada por Liu Kang, conocido ahora como el Dios del Fuego tras los acontecimientos presentados en Mortal Kombat 11: Aftermath. Las acciones del antiguo guerrero terrestre han llevado a la creación de una realidad algo más pacífica que la original, en donde el Reino Exterior y la Tierra organizan cada mil años un torneo de lucha que tiene como finalidad acercar sus posturas y generar buenas relaciones. Si bien siguen existiendo las guerras y las enfermedades, la mano de Liu Kang ha cambiado elementos clave de la historia de la serie: Shao Khan no es más que un general del ejército de la reina Sindel, mientras que Scorpion y Sub Zero trabajan juntos como hermanos dentro del legendario Lin Kuei. Sin embargo, el cambio más significativo lo encontramos en el joven Raiden, quien ahora no es más que un monje guerrero incapaz de utilizar su emblemáticas habilidades eléctricas. Tras años y años de espera, ha llegado la hora de organizar una vez más el clásico Mortal Kombat, por lo que Liu Kang tendrá que reunir a un nuevo grupo de guerreros para encontrar al elegido. Con una marcada división en capítulos (cada uno de estos protagonizado por un personaje distinto), la historia del título destaca especialmente por su ritmo y por su creatividad, siendo un deleite como fan observar los miles de guiños y referencias presentes en cada plano. Sin embargo, que esto no os lleve a pensar que es un juego hecho solo para los fans, puesto que la gracia de que sea el inicio de un nuevo universo está en que cualquiera puede disfrutar de los personajes de la franquicia como si se tratara de su primera aparición.
Así, figuras tan icónicas como Johnny Cage, Sub Zero o Kitana parten de cero, ofreciendo un nuevo vistazo a historias que, por otro lado, ya han sido desarrolladas de forma similar en ocasiones anteriores. Los personajes principales de la franquicia son los que salen peor parados porque la innovación es nula (hay excepciones, por supuesto, como es el caso de Liu Kang o Raiden), mientras que aquellos más secundarios (véase Mileena o Kenshi) son los que más ganan al hacer gala de un desarrollo y un protagonismo que jamás habían tenido en toda la serie. En líneas generales, la historia es muy disfrutable y gamberra, al más puro estilo de las grandes superproducciones del cine de acción, en la que brilla con especial fuerza su coreografía de peleas y su dirección de secuencias. No esperéis grandes cargas dramáticas o potentes reflexiones filosóficas, si no más bien un adictivo espectáculo de golpes recargado con personajes venidos de todos los rincones de la franquicia. Eso sí, el final puede llegar a sentirse algo abrumador y confuso por motivos que, evidentemente, no desvelaré, y parece bastante claro que el siguiente paso del estudio será realizar una expansión a modo de continuación de la trama. Por otro lado, el juego llega a nuestro territorio traducido al español y con un trabajo tan bueno como de costumbre, manteniendo una marca de la casa tan icónica como es el utilizar la letra k en cualquier palabra que empiece por c.
A través del multiverso, fatality mediante
Sigamos con la jugabilidad del título, pues en este campo hay mucha tela que cortar. A lo largo de la pasada década, NetherRealm ha experimentado bastante con las mecánicas de los juegos de lucha 1vs1 en 2D tradicionales, impulsando así ideas tan interesantes como la interacción con el escenario, la ruptura de los límites para acceder a nuevas zonas o la implementación de un (confuso) sistema de equipamiento. Con Mortal Kombat 1 el objetivo parecía ser simplificarlo todo y perfeccionar las ideas más convencionales del género, y lo cierto es que el estudio americano ha conseguido dar con la tecla: evitando algunas de las mecánicas más criticadas de los títulos anteriores, nos encontramos ante un sistema de combate fácil de aprender y frenético como ningún otro, destacando la enorme variedad de ataques especiales y combos que presentan sus personajes así como su excepcional sistema de «parry», algo que no es tan común dentro de la serie. Así, al utilizar en el momento adecuado el botón de defensa podremos activar una ayuda que romperá el combo del rival, algo que permite finalizar de forma inmediata la ofensiva del enemigo alterando por completo las tornas del combate. ¿Y en qué consiste esa ayuda? Pues en la asistencia de nuestro personaje kameo, otra de las novedades más comentadas e interesantes de esta nueva entrega. Consistente en un elenco de personajes originarios de distintas entregas, los luchadores kameo son asistentes que ayudarán al jugador de diversas maneras: no solo ayudarán con los ya mencionados parrys, si no que también podremos «invocarlos» con pulsar un solo botón para que realicen varios ataques, ayudando a crear una mayor variedad de combos.
Quizá puede parecer una inclusión algo extraña, pero lo cierto es que es imposible no acostumbrarse a la ayuda de algunos de los personajes más icónicos y reconocibles de la franquicia. Además, esto permite no echar tanto de menos a ciertos luchadores, pues entre las filas de los personajes kameo encontramos figuras de la talla de Jax o Cyrax. Vale, no es lo mismo invocarlos momentáneamente que poder utilizarlos a nuestro gusto, y lo cierto es que uno de los mayores problemas de Mortal Kombat 1 está en su falta de personajes controlables (ya que solo podremos utilizar a 22 personajes), pero se agradece el esfuerzo por incorporar de forma tan detallada y fiel a todos estos personajes. Dicho esto, que no haya tantos personajes como en otros títulos no significa que no haya mucho contenido, pues el nuevo juego de NetherRealm llega cargado de modos tanto para un jugador como para dos jugadores. Así, junto al citado modo Historia encontramos el emblemático modo Torres, que al más puro estilo de los clásicos modos arcade nos llevará a enfrentarnos a varios personajes para poder ver una secuencia al final, y el clásico como versus, que como os podréis imaginar nos llevará a luchar contra otros jugadores o contra la CPU. Encontramos también un excelente modo online que no ofrece grandes problemas de conexión o rendimiento gracias a la inclusión de rollback netcode, siendo uno de los grandes aciertos del estudio estadounidense. Sin embargo, considero que la incorporación más interesante y original del título es el modo Invasiones, pues plantea una especie de juego de mesa en el que podremos conseguir toda clase de recompensas. A lo largo de este modo tendremos que explorar diversos tableros que representan los principales escenarios del modo historia enfrentándonos a enemigos, superando minijuegos y consiguiendo determinados objetos. Aunque le falta algo de variedad, se siente en todo momento como un divertidísimo soplo de aire fresco que funciona mucho mejor que los experimentos realizados por el estudio en sus juegos anteriores (véase, por ejemplo, el flojo modo Multiverso de Injustice 2). Eso sí, aunque desbloquearemos muchos elementos extra jugando a este modo, para conseguir otros tendremos que pasar por un insoportable grindeo en el que se limitan, incluso, ciertos movimientos y fatalitys, algo que me resulta incomprensible e ilógico. ¿Por qué no ofrecer todos los fatalitys desde primera hora?
Un torneo marcado por la desgracia
Es indudable que Mortal Kombat 1 entra por los ojos, pues se trata de uno de los títulos del género de lucha más vistosos y espectaculares. Solo hace falta ver el enorme nivel de detalle de sus escenarios, en donde hasta el más minúsculo objeto reacciona a lo que ocurre en la batalla, o la calidad de las animaciones de nuestros personajes. El diseño de los personajes es de lo mejor que se ha visto en la franquicia, actualizando diseños icónicos para dotarlos de un mayor frescor sin perder su identidad en el camino. Destaca así el trabajo realizado con Sindel, Tanya o Reptile, quienes parecen nuevos personajes sin perder los elementos que los hacen reconocibles. Lo único malo son las expresiones faciales, algo en lo que el estudio lleva teniendo problemas desde Mortal Kombat 10, y nos deja con escenas algo raras durante el modo historia. Por lo demás he quedado realmente satisfecho con el trabajo visual de esta nueva entrega, una en la que los colores destacan más que nunca en la que es la dirección artística más memorable de la franquicia.
Mortal Kombat 1 se mueve como la seda (al menos en PS5, que es donde he jugado), ofreciendo un rendimiento estable y sólido que permite disfrutar de combates ágiles y frenéticos. Eso sí, no se trata de un juego libre de bugs y errores: en más de una ocasión se ha ido por completo el sonido de los golpes durante los combates, dejando solo la música de fondo. El juego necesita de algún que otro parche, pero no hay nada que impida jugar ni se trata de un desastre técnico. Por último, cabe destacar que el tratamiento sonoro del título es el que uno cabría esperar de una superproducción como esta: su banda sonora musical es realmente potente y encaja a la perfección con el tono de cada escenario y de los combates, presentando un popurrí de temas muy memorables y adictivos, mientras que el doblaje al castellano es de un muy alto nivel. Las voces encajan a la perfección con los personajes, y destaca especialmente la de Liu Kang.
Conclusión: TEST YOUR MIGHT
Mortal Kombat 1 es una auténtica joya, un título de lucha completo y variado que triunfa por sus novedades y atrapa a propios y extraños por su perfeccionamiento del sistema de combate clásico de la franquicia. Nunca ha habido un mejor momento tanto para ser fan de la serie como para probarla por primera vez, todo ello gracias a su adictivo modo historia y a su enorme variedad de modos de juego. Si bien se podría haber ampliado el roster de personajes jugables y se podría haber eliminado su sistema de desbloqueo de movimientos, no cabe duda de que nos encontramos ante uno de los mejores juegos del año. Quién iba a decir que Street Fighter 6 tendría un rival tan duro…