Este fue el caso de Hollow Knight o de Ori and the Blind Forest, dos títulos pequeños pero con una calidad sorprendente que volvieron a poner de moda el interés por los juegos de acción y plataformas en 2D con diseños laberínticos y en los que importa el “backtracking”. Vaya, que fueron la clave para volver a poner de moda a los metroidvania, e incluso sirvieron como influencia para que Nintendo le diera una nueva oportunidad a Metroid. Como es lógico, muchos estudios independientes se pusieron manos a la obra para crear sus propios juegos dentro del género, pero había un problema: la mayoría pecaban de no ser originales. A día de hoy es algo complejo encontrar metroidvania indies que no copien ideas de los juegos antes citados, y es por ese motivo que el juego del que hoy vengo a hablaros captó mi atención, pues apuesta por un sistema de movilidad y combate completamente distinto a lo que se ha visto por el momento. Os hablo, por supuesto, de Pronty, un pequeño título creado por el estudio taiwanés 18 Light Games que busca presentar el primer metroidvania submarino. Su paso por PC trajo consigo un gran éxito de crítica, y ahora que llega a Switch, es el momento de ver qué tal está, y si mantiene el nivel de los grandes exponentes del subgénero. Dicho lo cual, pasemos al análisis completo.
Una historia sumergida
Pronty nos traslada al decadente mundo de Royla, una enorme urbe sumergida bajo el mar que, como si se tratara de la Rapture de Bioshock, originalmente se creó como una especie de utopía donde el ser humano podría prosperar. La tecnología permitió que esta ciudad se creara, al igual que permitió que se le diera vida a una serie de defensores acuáticos al servicio del humano. Sin embargo, por muchos avances que haya el ser humano siempre tendrá ciertos defectos, y la enorme cantidad de desechos esparcidos por el mar despertó a una serie de criaturas mutantes submarinas que amenazan por poner fin a lo que queda de Royla. Así, el pequeño Pronty y su fiel amigo pez espada Bront serán la última línea de defensa de la ciudad, encargados de derrotar a tan terribles criaturas al mismo tiempo que descubren la verdad detrás de la situación vivida por los humanos. Como podéis observar, la premisa del título es realmente potente, y nos ofrece una situación original en la que se puede discernir un mensaje ecologista muy marcado. A pesar de que la historia peca de ser algo simplona durante la mayor parte de su desarrollo, en los últimos compases esta consigue sorprender y enganchar.
En el título, podremos modificar el aspecto de nuestro protagonista en base a una serie de trajes, muchos de los cuales se desbloquean durante el transcurso de la historia. Los protagonistas presentan ideas y conceptos interesantes, si bien pecan de no ser especialmente carismáticos. Por suerte, el título presenta un catálogo de secundarios bien trabajado y mucho más profundo, incidiendo más en la capa de profundidad que permanece oculta hasta los últimos compases del juego. La ambientación es uno de los puntos fuertes del juego, pues pocas veces se ha presentado en la industria un lugar similar, aunque siento que hay ideas que se podrían haber pulido más, especialmente en lo referente a los enemigos. Por último, destacar que el juego no nos ha llegado traducido al español, lo que es una auténtica pena.
A espadazos, pero siempre desde la distancia
Como os comentaba en la introducción, Pronty se podría catalogar como un metroidvania submarino, lo que hace que, sobre el papel, sea uno de los juegos más originales del género. ¿A qué se debe esto? Precisamente a su forma de plantear la movilidad del personaje. En la mayoría de juegos de este estilo, el personaje parte con una movilidad reducida para que no pueda alcanzar ciertas zonas. Sin embargo, aquí el personaje puede alcanzar cualquier lugar debido a que se mueve nadando, y lo único que puede frenarle son muros que se destruyen con ciertos objetos u ataques. La libertad de movimiento es absoluta, pero peca de ser algo lenta incluso con la adición (a posteriori) del esquive, lo que hace que el juego se vuelva especialmente difícil en ciertos fragmentos del juego. Hablando de la dificultad del juego, nos encontramos ante una curva de dificultad algo extraña, que presenta picos excesivamente altos en forma de jefes finales. Estos nos harán sudar la gota gorda, presentando un desafío superior al de cualquier zona o estancia.
En cuanto al sistema de combate, nos encontramos algo muy distinto a lo visto en el subgénero. Esto se debe a que, como nuestro protagonista no cuenta con capacidad ofensiva, su protección depende del simpático Bront. Este actuará en base a los designios de Pronty, atacando desde la distancia a toda criatura que amenace su seguridad. El combate es excesivamente sencillo, no tanto por la falta de mejoras tanto temporales (que hay unas cuantas, permitiéndonos mejorar elementos tales como el daño o conseguir bonificaciones tales como vida al derrotar enemigos) como permanentes (mucho más limitadas, destacando el poder esquivar o el teletransportar de regreso a Bront), si no porque no hay mucha estrategia: todo consiste en machacar botones, y no ponernos en la línea de ataque del enemigo. Se echa en falta un sistema de combate algo más profundo, pues si bien este es funcional, no termina de enganchar. Por otro lado, el diseño de niveles del juego funciona la mar de bien, presentando una serie de puzles variados y ofreciendo una sensación de progresión y exploración marcada.
Art Decó y el océano, la pareja perfecta
Al inicio de este análisis nombraba a Bioshock debido a la similitud de la ciudad del juego con Rapture, y no es para menos: ambos juegos toman una fuerte influencia del art decó para configurar su estilo artístico. Pronty presenta una vertiente algo más caricaturesca de este estilo, brillando especialmente el tratamiento de los fondos y de la arquitectura. Esto, unido a su grotesco y pulido diseño de monstruos, da como resultado un juego visualmente hermoso, que brilla a la hora de presentar ciertos efectos de iluminación y en donde destaca la variedad de enemigos. Eso sí, hay un margen de mejora en lo referente a las animaciones de los personajes principales y de los enemigos. A nivel técnico el juego presenta un buen trabajo, y no ofrece problema alguno en Nintendo Switch.
Por último, el juego no termina de presentar una banda sonora a la altura. El tratamiento musical del juego es algo predecible y olvidable, quedando la música relegada a un segundo plano durante la mayor parte del tiempo. Los efectos de sonido no están mal presentados, pero no terminan de elevar el nivel de un apartado que podría estar mucho mejor.
Conclusión: Un metroidvania submarino divertido y algo mejorable
Pronty es un título realmente interesante, que consigue innovar en un género cada vez más trillado. Su historia parte de una premisa interesante y va de menos a más, ofreciendo una ambientación absolutamente cautivadora que, además, goza de una presentación visual formidable. Sin embargo, el título presenta ciertas ideas que no terminan de estar bien plasmadas, como es el caso del sistema de combate. Un título precioso que funciona bien en Switch y que permite disfrutar de un metroidvania algo distinto.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.