[Análisis] Railway Empire Complete Collection

[Análisis] Railway Empire Complete Collection

Fecha de Lanzamiento
7/08/2020
Distribuidora
Kalypso Media
Plataformas
PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch y PC
Versión analizada
Steam
En la actualidad tenemos transportes de todo tipo para viajar alrededor del mundo. Pero toda esta evolución no se llevó a cabo de un día para otro, y por supuesto, no fue nada fácil. Railway Empire es la viva imagen del crecimiento de las líneas ferroviarias a través de los años y el cambio desde la primera máquina de vapor, todo ello con un toque de gestión de suministros, que nos obligará a estar atentos en todo momento a todos los aspectos a nuestro alrededor.

 

Todo esto eran campos de cultivo

En 1830 los prósperos medios industriales estaban muy mal conectados. Comenzamos en América del Norte en una época en la que el ferrocarril empezaba a unir ciudades de costa a costa, justo a tiempo para la expansión de una nación emergente y con hambre de crecimiento, a la vez que se domaba el salvaje oeste. Nuestro principal objetivo será pasar el tiempo con nuestros trenes, a la vez que hay cambios temporales y mejoras para que todo vaya sobre raíles.

 

Pasajeros al tren

La mecánica es la de un juego de estrategia y de gestión, siendo nuestro cometido el ir construyendo estaciones de tren entre las distintas ciudades y pueblos, además de las diversas industrias rurales. De ese modo nos encargaremos del transporte de pasajeros y mercancía, pero para ello deberemos construir los raíles de circulación de los trenes decidiendo la ruta más rápida y que requiera menos recursos. Pero no basta con que hagas las vías y pongas el tren, hay que gestionar todos los aspectos, como el tener que poner una desviación para que no haya choques, señales de prohibido en una dirección o hacer puestos de provisiones y almacenes durante el recorrido para que no se estropee el vagón.

Además, deberemos preocuparnos de que las rutas sean rentables económicamente, y para ello habrá que prestar atención a los recursos que necesita cada ciudad, ya que solo aceptarán las mercancías que demanden, las cuales harán que estas vayan creciendo y prosperando. De esta forma, también tendremos una amplia variedad de bienes como cereales, ganado, maíz, madera, cerveza o ropa entre otros.

También dispondremos de un árbol de tecnología en el que podremos desbloquear muchas locomotoras y vagones, además de más utensilios y máquinas para mejorar la efectividad de todos los transportes, que comprenderán desde el año 1830 hasta las locomotoras del siglo XX, en el que la máquina de vapor dejó paso al diésel con motores eléctricos. Pero no todo será tan sencillo, ya que tendremos misiones por cumplir antes de un plazo de tiempo mientras que nos enfrentamos a otros capitalistas que intentan crear su propia red de ferrocarriles con el mismo objetivo que nosotros, aunque a la larga podremos desbancarlos y hacernos con el control total de su empresa y todo lo que tenían creado.

 

Maneras distintas de ir sobre raíles

Railway Empire nos ofrecerá diversas modalidades de jugarlo. La primera y más recomendable para empezar es el modo campaña, el cual se divide en 5 capítulos que nos narrará la historia del ferrocarril en los Estados Unidos desde sus inicios, mientras completamos los objetivos que nos indican, aportando a este modo un toque educativo.

Seguidamente está el modo escenarios, que tiene un planteamiento parecido a la campaña pero dejándose a un lado la narrativa. Nos ofrece un reto en diferentes escenarios en los que tendremos que cumplir diversas misiones.

Tras él, tenemos el modo libre, siendo este el sistema más rejugable, puesto que no habrá misiones preestablecidas y además podremos configurar los parámetros de la partida, pudiendo expandir nuestro imperio como deseemos.

Por último, también disponemos del modo experimental que nos permite probarlo todo sin limitaciones, ya que el árbol de investigación estará totalmente desbloqueado teniendo dinero infinito para construir cuanto queramos, dejando volar nuestra imaginación a la hora de crear.

 

Dar brillo a los vagones

Railway Empire no hace gala de grandes alardes visuales, pero sí presenta un buen entorno de nivel, mostrándose en todo momento en vista aérea, permitiendo girar o hacer zoom para ver con más detalle todo. La mejor parte se la llevan los modelados de las locomotoras, destacando también la fluidez del juego, estando su motor gráfico muy bien optimizado. Además, como una curiosidad, se puede ver el trayecto del tren con una vista cinemática escogiendo entre diferentes ángulos de cámara, algo que si bien no aporta nada a la jugabilidad, hace que sea más realista y vistoso a la hora de montar en nuestro tren.

En cuanto al apartado sonoro, siempre escucharemos en todo momento el sonido de nuestro vagón y poco más de fondo, como si en el mismísimo lejano oeste estuviéramos. Pero aunque no destaque por aquí, el doblaje en castellano es bastante bueno. Cuando hablan los personajes, nos meten en el entorno como si de unos yankees se tratasen.

Próxima parada: el final

Railway Empire es un título que hará las delicias a los aficionados a los juegos de gestión, y muy especialmente a los amantes del mundo del ferrocarril. Nos adentraremos en una gestión realista desde la primera vía que pongamos hasta que consigamos llegar al final de todo con nuestras locomotoras última versión, que ganarán al mismísimo AVE.

Sinopsis
En Railway Empire crearás una compleja y extensa red de ferrocarril, comprarás más de 40 trenes diferentes, modelados con extraordinario detalle, y adquirirás o construirás estaciones de ferrocarril, edificios de mantenimiento, fábricas y atracciones turísticas para mantener tu red de transporte
Pros
Muchos modos de juego
Gran variedad de trenes
Horas de gestión
Contras
Los terrenos de los mapas suelen ser todos iguales
El sonido de locomotora, al cabo de horas, puede abrumar
7.4
Recomendado
Jorcelo

Jugador que ha atravesado Green Hill, el árbol Deku, las ruinas de Zanarkand, Anor Londo y lo que queda. Todo a bordo de una nave poligonal, con un perro que habla y un pato que no cura. Cojo una patata y me la como