Escapando de una pesadilla llena de polillas
El juego nos da la bienvenido con un vídeo que resume los eventos de Remothered: Tormented Fathers, por lo que si no lo habéis jugado, aunque puede que os perdáis algún que otro matiz, contaréis con las bases suficientes para adentraros en esta mezcla de secuela/precuela. Mientras una pantalla nos habla de fármacos milagrosos capaces de hacer olvidar recuerdos dolorosos, tomamos el papel de una muchacha que pasea por la oscuridad de una especie de sótano que hace las veces de laboratorio, para que antes de que seamos capaces de percatarnos de todo lo que nos rodea, correr por nuestra vida para huir de un tipo enorme, siniestro, de facciones pálidas y de gran altura, que ataviado con su capucha negra intentará ensartarnos con una espada que se asimila a una columna vertebral, convirtiéndonos en una brocheta humana. Así, amigos míos, es como Remothered: Broken Porcelain nos da la bienvenida.
Si en Remothered: Tormented Fathers manejábamos a Rosemary Reed, una señora cincuentona que tenía la osadía de allanar una propiedad ajena ataviada con zapatos de tacón y falda larga, en esta ocasión la historia se comparte entre dos protagonistas diferentes que se intercalan, una de ellas es Jennifer (o Celeste Felton) y Roseme… digo, Lindsay, Linn para los amigos. Ambas muchachas viven al amparo del Ashmann Inn, un enorme hotel rural regentado por Stefano Ashmann, que mientras se preparaba para su reapertura dio cobijo a las jóvenes a cambio de trabajo. Por supuesto, la cosa se tuerce y como no podría ser de otra forma, todos acaban intentando matarnos…
La narrativa es inconexa, desordenada y confusa durante toda la partida. No ayuda en este aspecto el ir cambiando de líneas temporales constantemente, intercalando momentos en los que las chicas se conocen por primera vez, con escenas de lo que tomaríamos como “el tiempo presente” (con comillas, puesto que la historia vivida es el relato contado por una anciana, por lo que técnicamente ese sería el presente), con otros saltos de unos 20-30 años en adelante. Por otro lado, se presenta mucha información y de forma excesivamente inesperada, con brusquedad, dejando muchas nebulosas en la mente del jugador que posiblemente tenga algunos problemas para intentar conectar todo lo que sucede en el juego. Por otro lado, pese a que las enfermedades mentales están muy presentes, como el alzhéimer, o también, en relación al uso del fenoxil para olvidar recuerdos traumáticos, Remothered: Broken Porcelain pasa de puntillas sobe todo esto evitando así profundizar un poco más en un plano que podría resultar de gran interés. Quizás lo más interesante que ofrece la obra sea el romance entre las protagonistas, que si bien no se materializa realmente hasta prácticamente el final, se intuye rápidamente en los primeros compases, no obstante, la relación evoluciona de forma extraña y artificial, por lo que ni siquiera esto se siente especialmente interesante más allá de regalarte alguna escena sentimental al final.
A nivel jugable, como ya mencioné en su momento en las primeras impresiones, Remothered: Broken Porcelain es extremadamente conservador con la fórmula heredada de Remothered: Tormented Fathers. Habrá que ir de un sitio a otro del enorme edificio para llevar a cabo diferentes objetivos que ayuden a explicar qué está pasando allí, cómo podemos escapar, y demás tejemanejes. En nuestra incursión por las diferentes habitaciones, habrá que recolectar objetos que nutran nuestro inventario para defendernos de nuestros perseguidores, mientras resolvemos algún rompecabezas muy ocasional y andamos con el mayor de los sigilos para evitar ser vistos, o en caso de que sea tarde, echamos a correr en busca de un buen escondite.
Hay un par de añadidos, que sinceramente, tampoco aportan demasiado al conjunto. El primero, es la posibilidad de utilizar un par de objetos para craftear otro mejor, que puede contribuir a aturdir un poco más al enemigo, por ejemplo. Por otro lado, está la habilidad Moth Eye (Ojo de polilla) que permite que tomemos el control de una polilla para incordiar a uno de estos desgraciados o crear algo que ayude a captar su atención para poder despistarlos. Aquí, debo añadir que el control de la polilla era terrible, aunque ahora, pasados unos días del lanzamiento, parece que esto se ha vuelto algo más fluido en comparación con mi primer día de juego en el lanzamiento. Por último, hay una serie de llaves polilla esparcidas por la posada que de buenas a primeras no os serán excesivamente útiles, pero con el tiempo, os permitirán mejorar ligeramente las habilidades de supervivencia de la protagonista; pudiendo así correr más rápido, hacer menos ruido al andar, etc.
Es importante señalar que hay alguna que otra pelea contra jefe, aunque por desgracia, no puedo decir que las hayas disfrutado, puesto que no son especialmente desafiantes, de hecho, gracias a los glitches del juego pueden ser tediosas. Una de ellas, te lleva a “pelear” en un garaje contra Porcelain (el tipo alto de la espada huesuda) con tu pistola de claves, pero para perforar su armadura de polillas es preciso romper los focos de luz que cuelgan del techo. Tras tres intentos haciendo lo que se me señalaba, pude derrotarlo. No quedaba demasiado claro cómo abordar la pelea, puesto que pese a disparar a todos los focos, muchas de las veces que disparaba los claves no era capaz de infligirle daño alguno, mientras que al tercer intento haciendo lo mismo conseguía dañarle. ¿A qué se debe esto? No sabría explicarlo…
La porcelana no es lo único roto
En cuanto a los fallos, hay un repertorio de lo más variopinto en Remothered Broken Porcelain. Desde glitches visuales en los propios scripts que hacen que al saltar sobre una mesa para pasar de un lado a otro, las piernas de la protagonista traspasen la madera; hasta otros donde apuñalas a uno de estos villanos y terminas apuñalando al aire, mientras que este queda fuera de escena o muy alejado. A uno se le queda cara de bobo al ver a Jennifer cabalgando “sobre la espada” de Andrea cuando realmente está sobre el aire dándole los golpes a este. Estos, pese a no dejar una buena sensación, al menos no te imposibilitan avanzar, pero otros, bugs ya de mayor calado, pueden terminar por obligarte a cargar la partida para intentarlo de nuevo, algo que tuve que hacer hasta en tres ocasiones.
A esto, hay que sumarle que la transición entre escenas es demasiado abrupta. Por ejemplo, entrar a una habitación y que de repente aparezca una cinemática en la que el personaje está sentado en la cama, sin esperar siquiera a que el jugador se acerque motu propia hacia allí. Tristemente, este ejemplo se replica con mucha frecuencia en las cinemáticas y deja un resultado muy extraño. Otros descuidos que tengo que señalar, van enfocados a la traducción al español, donde te topas con un botón B vinculado a “ESTRECHA” para cerrar el menú (¿alguien entiende esto?) o “Espectáculo completo” si quieres ver todas las misiones desde el menú. Sorprende además, que en determinados puntos me haya visto en la obligación de subir prácticamente al máximo el brillo para poder ver algo, puesto que dos o tres salas estaban completamente oscuras, desconozco si tiene que ver con que no fuese necesario ir por ahí en ese momento o algo similar.
Conclusión
Pese al buen hacer y el potencial del que hacía gala Remothered: Tormented Fathers, Remothered Broken Porcelain es una experiencia tremendamente decepcionante y plagada de fallos que se antojan complicados de resolver con un par de parches, siendo por tanto imposible recomendarla a nadie, independientemente de que disfrutes del género. Que conste, además, que el análisis se realiza un par de semanas después del lanzamiento, por lo que ya hay algunos parches que no estaban disponibles en su momento, no obstante, ni eso puede salvar a esta obra… Quizás, lo que más rabia y decepción me produce de todo esto, es ver cómo la desarrolladora se ha cargado con esta segunda entrega lo que podría haberse convertido en una magnífica serie.
Kalas
Veterano en esto de escribir sobre videojuegos, pero un día me cansé y decidí fundar mi propia web. No soy amante de las marcas, sino de los buenos juegos, aunque Nintendo ha estado muy presente en mi infancia. Sobrevivo en mi lucha por convertirme en un especialista en Asia Oriental.