![[Análisis] Resident Evil Village (PS4)](https://i2.wp.com/res.cloudinary.com/glide/image/fetch/https%3A%2F%2Fi.imgur.com%2FRm4x2O5.png?w=800&resize=800,0&ssl=1)
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Y… entonces tuvimos Resident Evil VII Biohazard, un ejemplo sublime de cómo desde Capcom consiguieron enganchar a todo el mundo con una estrategia de marketing excelente (a día de hoy todavía recuerdo lo genial que era la primera demo pública y lo que nos hizo teorizar a todos) y con un título que recuperaba los elementos que habían hecho grande a la saga sin dejar a un lado la innovación y el progreso. Capcom había mirado a la nueva generación de títulos de terror, obras como Amnesia y Outlast, y había tomado nota. Con una interesante mezcla de elementos jugables, una clarísima influencia del cine de terror slasher (ciertas escenas y localizaciones están directamente extraídas de La Matanza de Texas, de Tobe Hooper, al igual que en ciertos momentos se homenajeaba de forma directa a franquicias tales como Saw o La Maldición) y una historia enigmática que engancha como pocas, Resident Evil VII supuso un gran éxito tanto a nivel crítico como a nivel comercial. No había duda alguna, Resident Evil había vuelto por todo lo alto y Capcom siguió demostrando su buen hacer con el remake de Resident Evil 2, que pasó no solo a superar al título original sino que se volvió de inmediato uno de los mejores títulos jamás desarrollados por la compañía nipona. También se lanzó un remake de Resident Evil 3 que, bueno, no era tan impresionante, pero aun así seguía alzándose como un juego muy divertido e intenso.
Hemos dejado claro que los remakes son geniales y que estamos deseando saber más acerca de ese ya anunciado remake de Resident Evil 4, pero… ¿qué pasa con la saga principal? Eso debieron pensar en las oficinas de Capcom y por eso tras finalizar el desarrollo de la séptima entrega (y su contenido descargable) se pusieron manos a la obra con su secuela directa, la continuación de la historia del pobre Ethan Winters. Había varios cabos sueltos en la entrega anterior que necesitaban ser contestados, y nuevas mecánicas e ideas de diseño que se podían desarrollar y explotar más, por lo que evidentemente Capcom no iba a dejar de lado (de nuevo) a su gallina de los huevos de oro.
Resident Evil Village, que es como se conoce a la octava entrega canónica de la franquicia, fue presentado de forma oficial el 11 de junio de 2020, y aunque en un principio parecía que sería exclusivo de PS5, finalmente acabó anunciando su llegada a la gran mayoría de consolas de la actual y la pasada generación. Con una interesantísima propuesta que traslada la acción a una remota aldea europea localizada junto a un enorme castillo y que nos introduce monstruos de corte clásico como vampiros, brujas y hombres lobo, el título ha acabado cosechando la atención de internet gracias a esto y a sus pintorescos diseños de personajes. Porque tener como villanos a una vampiresa de tres metros de altura y a un intento de Dante con un martillo gigante siempre, SIEMPRE ayuda. Sea como sea, Resident Evil Village ya está aquí y con su llegada surgen muchas preguntas: ¿Se trata de un buen título a la altura de los precedentes establecidos por la saga? ¿Mejora lo introducido en la entrega anterior? ¿Cómo conecta con las demás entregas de la franquicia? ¿Y qué tal corre en PS4? La respuesta a todas estas preguntas, y a muchísimas más, las encontraréis en el análisis completo, que podéis leer a continuación.
AVISO: Este análisis contendrá spoilers importantes de Resident Evil VII y menores de Resident Evil VIII. Podéis leerlo sin problema sin haber jugado a este título, ya que solo entraré en detalle en aspectos jugables y técnicos (por spoilers menores me refiero, por tanto, a explicar cómo se divide la trama, cuántos lugares visitamos y cómo comienza el título), aunque si no habéis jugado a la entrega anterior y tenéis intención de hacerlo, es conveniente no leer la primera sección del análisis. Dicho esto, ¡espero que os guste!
Érase una vez, en una remota aldea…
Comencemos hablando por la sección narrativa del título, que quizá es lo que más pueda interesar a los fans de la franquicia. Así, la historia se plantea como una secuela directa de Resident Evil VII, situándose tres años después de los acontecimientos de este título. Tras huir de la residencia de los Baker, Ethan y Mia comenzaron una nueva vida y tuvieron una hija, Rose. Aparentemente todo marchaba de forma tranquila hasta que, una noche, un comando liderado por Chris Redfield asalta su casa, eliminando a Mia y secuestrando a Ethan y a Rose. Sin embargo, un accidente durante el transporte de estos dos hace que Ethan consiga escapar y acabe llegando a una tétrica aldea donde unas misteriosas criaturas conocidas como los Lycans lo atacan y acaban con la gran mayoría de la población. Destinado a encontrar a su hija, Ethan explorará todos los rincones de la aldea y las zonas cercanas a la misma, comenzando por el enorme castillo que cubre toda la zona. Conforme avanza su investigación, Ethan conocerá a las figuras detrás de la situación vivida en la aldea, descubrirá el oscuro secreto que se oculta tras esta y desenmascarará el misterio tras las acciones de Chris Redfield.
La trama parte desde el primer minuto de una forma interesante y frenética, y a lo largo de todo el juego consigue mantener de una forma más que acertada la atención del jugador. El ritmo, en ese sentido, es fascinante, os aseguro que la trama no se acaba volviendo excesivamente larga ni se siente en ningún momento como si fuera demasiado corta. Su estructura, que bebe mucho de lo que ya vimos en Resident Evil VII, me parece más que acertada, pues nos presenta desde un primer momento la ambientación, los personajes y el objetivo del protagonista para, tras esto, plantear diversos “arcos narrativos” en los que se desarrolla en profundidad a cada personaje y antagonista del título. Nos encontramos, pues, ante una historia emocionante que conecta no solo con RE7 sino que también con el resto de la franquicia de una forma mucho más clara que la entrega anterior (aunque tampoco esperéis una gran cantidad de conexiones). Y su conclusión, os lo adelanto desde ya, es totalmente satisfactoria, dando pie a una de las historias más interesantes, enigmáticas y geniales que la saga nos ha ofrecido hasta el momento.
Pero si esta es tan interesante es, en gran parte, a su maravilloso elenco de personajes. Tanto el protagonista, como los secundarios y los villanos son interesantes, y en todo momento nos dejan con ganas de saber más de ellos. Ethan Winters, el plano protagonista de la entrega anterior, consigue aquí tener un grandísimo desarrollo y adquiere una personalidad única y concreta, haciendo que deje de sentirse como una excusa jugable para ser un personaje hecho y derecho. Es interesante ver a Chris, y su rol es excelente, aunque para evitar spoilers no desarrollaré más al respecto. Algunos secundarios, como el Duque (el buhonero de esta entrega, por decirlo de alguna forma), resultan interesantes y encajan a la perfección con la locura del ambiente al que nos enfrentamos.
Y en cuanto a los villanos… Qué gran selección de villanos tenemos en esta ocasión, y qué poco aprovechados están. A ver, no os voy a mentir, me han dejado con ganas de saber mucho más y de verlos más tiempo en pantalla, ya que no es que duren mucho a pesar de que cuenten con sus propios arcos. Encontramos a personajes tales como Lady Dimitrescu y sus hijas, que son un intertexto muy directo y claro de la novela Drácula, de Bram Stoker. Todo, desde la concepción del castillo, hasta el comportamiento de las hijas y la actitud de la vampiresa madre, recuerdan a esta obra. Es interesante y está muy bien llevado, pero de nuevo deja con ganas de mucho más. Heisemberg y Madre Miranda son, a mi parecer, los que más salen ganando en el título, siendo los personajes que más importancia ganan y que, al mismo tiempo, más impactan. La selección de personajes es espectacular y hay una gran galería de villanos, siendo el único problema la ya mencionada falta de tiempo. Por último, antes de pasar a la jugabilidad, cabe destacar la increíble ambientación del título, que es excepcional y está realmente conseguida. A pesar de ocurrir la mayor parte del juego de día, consigue agobiar y asustar tanto como la del título anterior, demostrando además que en esta ocasión contamos con un mejor equilibrio del terror. No hay menos terror, simplemente está mejor organizado.
Siguiendo los pasos de Leon S. Kennedy
Pasando a la sección jugable del título, es muy interesante observar cuáles son las principales influencias de este título, que distan mucho de la entrega anterior. Frente a la clara influencia que había en RE7 de los primeros títulos de la franquicia y de los antes citados juegos de la nueva oleada del terror, en esta ocasión encontramos un título cuya principal y más clara influencia no es otra que Resident Evil 4, algo que se demuestra en todos y cada uno de sus aspectos jugables. Así, aunque los primeros minutos del título puedan dar pie a pensar otra cosa, ya que se centran en presentar la ambientación dejando totalmente indefenso al jugador, lo cierto es que pasaremos una buena parte del título disparando a toda clase de enemigos (me ha sorprendido gratamente la variedad que hay de los mismos), consiguiendo dinero para comprar más munición, armas, y demás objetos, además de encontrando objetos coleccionables para poder venderlos al bueno del Duque. La presencia de Resident Evil 4 está ahí en la inclusión de muchas de las mecánicas que aparecieron por primera vez en este título y que acaban funcionando a las mil maravillas. Hay una enorme cantidad de acción que es más que bienvenida y está realmente bien equilibrada con los momentos de mas tensión y los rompecabezas. Porque no os vayáis a pensar que nos encontramos ante un título en el que solo tendremos que disparar y avanzar en la trama, como por ejemplo ocurría con la quinta o la sexta entrega de la saga, sino que hay un poco de todo, llegando a ser como una especie de mezcla idónea de todo lo que se ha incluido en la franquicia hasta el momento sin caer en muchos de los errores en los que esta ha caído.
Las mecánicas de acción son bastante decentes, permitiendo un buen manejo de las armas y una aceptable variedad de las mismas, algo similares a las de RE7, en este sentido no ha habido muchos cambios. Considero un acierto tanto el regreso del sistema de menús de RE4 (ese maletín en el que guardar las cosas siguiendo un orden concreto es de lo mejor que le ha pasado a la franquicia) como la compra de objetos a través de una economía que, bueno, es algo fácil de romper si estamos atentos y conseguimos buenos objetos. El regreso de estas y otras tantas mecánicas hace que esta sea una entrega excepcional para los fans de la franquicia, aunque por supuesto no todo es perfecto.
Por otro lado, el ritmo del título es frenético y excepcional, lo que unido a la excelente trama que nos cuenta hace que el jugador quede completamente enganchado, aunque eso sí, hay que tener en cuenta que seguimos estando ante un Resident Evil, lo que se muestra en su clarísima linealidad y su rotunda falta de exploración. Es mucho más evidente en este título que en otros de la franquicia que debemos seguir un camino preestablecido y definido, no dejándonos salir de este en casi ningún momento. Y digo casi porque cuando volvemos a la aldea (que actúa como una especie de hub para acceder a las 4 zonas principales) podemos descubrir ciertos secretos y zonas ocultas, aunque la presencia de estas es bastante limitada.
A pesar de que los remakes habían contado con una excepcional visión en tercera persona, en este título optan por volver a la interesante visión en primera persona que introdujo la séptima entrega de la franquicia, lo que apoya muchísimo la inmersión del título y hace que nos sintamos mucho más como el propio Ethan Winters. ¿Funciona en este título la visión en primera persona o quizá deberían haber mantenido la perspectiva de los remakes? La verdad es que funciona excepcionalmente bien y se sabe aprovechar de una forma mucho más interesante y detallada que en la entrega anterior, por lo menos en algunos aspectos. Así, encontramos más puzles que hacen uso de este punto de vista (hay uno, en la aldea, que me pareció excepcional al hacer uso de la perspectiva) y el apuntado se ve algo mejorado (aunque aún hay margen de mejora, teniendo en cuenta que con mando sigue siendo bastante complicado apuntar), pero sí que es verdad que los sustos no tienen tanto impacto como en la entrega anterior. Sigue habiendo bastantes “screamers”, sí, y también hay un tipo de terror más ambiental que le sienta de muerte (nunca mejor dicho), pero es verdad que conforme vamos jugando hay una sensación constante de haber vivido ya ciertos momentos de terror y tensión. Quizá se podría haber innovado más en este sentido, pero lo importante es que mantiene el nivel… Y el nivel ya de base era muy, muy alto.
Si antes mencionaba los puzles y cómo estos aprovechan mejor la perspectiva en primera persona, también hay que mencionar que estos son, posiblemente, los más sencillos que he encontrado en la saga. Acostumbrado a quedar atascado en más de un puzle de los juegos anteriores, en esta ocasión ninguno me ha supuesto problema alguno pudiendo completarlos casi sin pensar. Hay algunos muy interesantes, que son los que se basan en la perspectiva y los que permiten desbloquear elementos más secundarios, pero dejando esos a un lado los puzles principales y obligatorios son algo decepcionantes. Habría estado genial un mayor nivel de dificultad con estos y quizá una menor dependencia en el sistema de llaves, pues aunque esto es algo que lleva acarreando la saga casi desde la primera entrega, aquí se siente mucho más repetitivo que en el resto.
Resumiendo, encontramos un título con un genial diseño de niveles que apuesta por una más que excelente mezcla entre el terror de las primeras entregas y la acción de la segunda trilogía y que mantiene todo lo que, en términos de jugabilidad, hizo grande a RE7, pero que palidece en la facilidad de sus puzles y su linealidad. Supone un paso adelante con respecto a su antecesor, pero que sigue teniendo un margen de mejora. Quizá, de cara al apuntado, jugar con mando no es la mejor opción, pero más allá de eso el control del personaje es excelente.
La aldea de las sombras
Pasando a hablar acerca del apartado técnico del título, este quizá sea uno de los puntos más controversiales de esta versión. Y es que aunque la versión de PS4 es perfectamente jugable y no cuenta con ningún error importante, sí que es cierto que tiene algunas carencias que es conveniente reseñar. Nos encontramos un título que presenta algunos de los modelos y escenarios más impresionantes que hayamos visto en la consola de Sony, haciendo gala de las impresionantes capacidades de adaptación del RE Engine. Desde el primer momento el título demuestra esa potencia gráfica en los modelos de los personajes: Rose, la hija de Ethan, es posiblemente el bebé mejor modelado y representado en un videojuego que se haya visto hasta el momento y el resto de los modelos son espectaculares. Ciertos elementos decorativos, como los cuadros, plantas, o la nieve tienen unos niveles de detalle impresionantes (solo hay que ver los enormes cuadros que podemos encontrar una vez llegamos al castillo de Dimitrescu, que son casi fotorrealistas), y la iluminación… ¡Dios mío la iluminación! Se trata del punto fuerte del apartado gráfico del título, algo que te demuestran desde los primeros compases (la sección en la que, linterna en mano, avanzamos por la nieve es increíble y lo mismo ocurre con la tenue luz que emiten las fogatas en la oscuridad en ciertas zonas).
Sin embargo, a pesar de que todo esto demuestra el alto nivel gráfico del título, quizá PS4 no sea la mejor edición para disfrutar del juego. Y es que, si bien es perfectamente jugable como antes os comentaba, hay ciertos problemas que se evitan en el resto de versiones. Los frames, que en PS4 rondan los 45 fps y en PS4 Pro los 60, no son nada estables, y hay ocasiones (especialmente al mirar tras ventanas) que caen de forma considerable. Por suerte esto no sucede en los momentos más importantes del juego, pero aun así sigue siendo algo negativo. También hay ciertas texturas que tardan en cargar, algo comprensible pero igualmente destacable. Y quizá lo más grave que he encontrado son momentos puntuales en los que, en mitad de la acción, el juego se congela para cargar. Y lo entiendo, es un juego grande con un alto nivel de detalle, es normal que PS4 no pueda cargar tanto de golpe, pero considero que es algo que puede arruinar la experiencia de más de un jugador (a mí me ha ocurrido en un par de ocasiones, no es algo muy habitual). En cuanto a los diseños del juego, encontramos personajes espectaculares que reimaginan algunos de los monstruos más clásicos de la cultura popular de una forma interesante y atractiva (y no lo digo por Lady Dimitrescu, que os conozco), y un diseño de escenarios que recuerda mucho, de nuevo, a RE4, manteniendo al mismo tiempo una frescura digna de aplauso. En este sentido, muy bien todo.
Por último, pasemos a hablar brevemente del apartado sonoro. Como buen título de terror, el sonido juega un papel fundamental al potenciar la inmersión y permitir que los sustos supongan algo más que simples sobresaltos. Una de las bases del terror de los primeros títulos era el sonido contextual y ambiental, y esa idea se recupera en este título de una forma sublime. La unión de este con el silencio generan una tensión excelente y está muy bien llevada la dirección de sonido. Encontramos un doblaje castellano excepcional, que aunque cambia algunas voces con respecto al resto de la saga sigue manteniendo un muy alto nivel. Mención especial a Javier Lorca, que vuelve a hacer un trabajo sublime. Sobre la banda sonora, quizá es algo más floja que en otras entregas, pero tampoco termina de estar mal. Simplemente no destaca tanto.
Conclusiones: Una entrega algo continuista, pero mucho más sólida
Resident Evil Village supone la unión de la gran mayoría de elementos que han hecho a la franquicia el titán de los videojuegos que es a día de hoy. Superando los problemas en los que cayeron en el pasado, la buena gente de Capcom nos plantea una entrega que no presenta ningún error importante y que se alza como una de las entregas más solidas de la franquicia, que incluso hace que no echemos de menos a los zombies o a Racoon City gracias a su genial plantel de enemigos y personajes. No os dejéis engañar por la primera persona o por el mayor protagonismo de la acción, ya que nos encontramos ante una entrega que es puro Resident Evil, y que encantará a todos los fans de la franquicia. A pesar de sus conexiones con el título anterior, creo que es una muy buena entrega para entrar a la saga gracias a su excelente jugabilidad y a la facilidad de sus puzles, que lo hacen más accesible que el resto de entregas. Dicho esto, solo me queda decir que espero con ansias ver qué hacen en Capcom con el futuro de la franquicia, que viendo los remakes y esta genial entrega, pinta mejor que nunca.
![[Análisis] Resident Evil Village (PS4)](https://i2.wp.com/res.cloudinary.com/glide/image/fetch/https%3A%2F%2Fi.imgur.com%2FRm4x2O5.png?w=1280&resize=1280,720&ssl=1)
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.