![[Análisis] Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles [Análisis] Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles](https://gaminguardian.com/wp-content/uploads/2023/07/Rhapsody-Marl-Kingdom-Chronicles.jpg)

El resultado fue un juego divertido y original, que no ofrecía una dificultad elevada y que anteponía la simpatía y el humor frente a la seriedad de otros juegos. Rhapsody fue bien recibido por la crítica en su momento, pero no así por el público: el juego fue un auténtico fracaso en ventas, lo que condenó a que la saga no volviera a pisar occidente en mucho tiempo. Y sí, hablamos de saga porque Nippon Ichi vio que había futuro para el universo de Rhapsody en Japón, por lo que dieron luz verde a tres nuevas entregas. Estas son La Pucelle: Tactics, que profundizaba en el subgénero del JRPG de estrategia por turnos; Little Princess: Puppet Princess of the Marl Kingdom 2, que continuaba la historia narrada en la primera entrega y presentaba un nuevo sistema de combate; y Angel’s Present: A Marl Kingdom Story, la tercera entrega canónica que ofrecía una visión más general del reino de Marl. Si bien La Pucelle acabó aterrizando en nuestro territorio gracias a un reciente recopilatorio de NIS, las otras dos entregas de la franquicia jamás vieron la luz en occidente. Sin embargo, esta situación está a punto de cambiar con el lanzamiento de Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles, una recopilación de estos dos juegos que busca dar a conocer a toda una nueva generación de jugadores dos de los juegos más originales de todo el catálogo de NIS. ¿Queréis conocer si ambos están a la altura de las expectativas, y si merece o no la pena darle una oportunidad a esta remasterización? ¡Pues dentro análisis!
Princesa por sorpresa
Empecemos por el principio: ¿Qué es el reino de Marl? Este se trata de un respetado territorio comandado, como os podréis imaginar, por una familia real. Durante la primera entrega de la serie la joven Cornet acabó encandilando al príncipe del reino de Marl, dando así fin a una mágica aventura en la que la chica dominó la habilidad de contactar con los muñecos a su alrededor, quienes le ayudaron a combatir a sus enemigos. Varios años después comienzan los acontecimientos narrados en Rhapsody 2, en donde la princesa Kururu, hija de Cornet, decide huir del palacio para encontrar a su príncipe de ensueño. Por supuesto, su búsqueda del amor se verá rápidamente truncada por los guardias de palacio y por los hechizos de una terrible bruja, Akurjo, quien busca hacerse con la Shadow of Beauty. La historia de Kururu continúa brevemente en uno de los capítulos de Rhapsody 3, juego que narra diversas historias localizadas antes, durante y después de los acontecimientos de la primera entrega, todo ello respetando el espíritu y el humor de la franquicia. Si bien este es el que más rompe la narrativa lineal que tan común es dentro del género, lo cierto es que es, posiblemente, la entrega más divertida y creativa de toda la serie, puesto que se da el lujo de presentar personajes mucho más atípicos que de costumbre (algo en lo que suele triunfar NIS).
Por lo general, la historia de ambos títulos resulta tan divertida como adorable, girando en torno a personajes simpáticos y objetivos sencillos pero repletos de carisma. Kururu es un ser de luz al que querremos proteger desde el primer minuto de juego, y los diversos personajes que encontramos en Rhapsody 3 consiguen ganarse un hueco en nuestros corazones desde el primer minuto en el que aparecen. Las villanas también resultan sorprendentemente divertidas, presentándose como una especie de parodia del clásico arquetipo de la bruja malvada tan recurrente en las películas de Disney. Por lo general, es un acercamiento más soft y juvenil al concepto del RPG clásico, por lo que es una puerta de entrada ideal para los más novatos… A pesar de que su falta de traducción hace que haya una cierta barrera para todos aquellos jugadores que no son especialmente versados en el inglés. No es un juego especialmente denso en la narrativa, pero sí que es cierto que se echa en falta un trabajo de traducción al español, algo en lo que siempre falla NIS.
Gracias por el hechizo, muñeca
En cuanto a la jugabilidad de ambos títulos, nos encontramos ante juegos de rol por turnos bastante convencionales, herederos directos de los grandes exponentes del género durante la segunda mitad de los 90s. Uno de los aspectos en los que más destacan ambos es en su cámara, puesto que la perspectiva va variando constantemente en base al lugar en el que nos encontremos. Eso sí, tampoco es que viajemos mucho: ambos juegos ofrecen aventuras algo más intimistas y cerradas que de costumbre, lo que significa que estaremos visitando constantemente los mismos lugares. El ritmo del segundo título es algo problemático, ya que no termina de arrancar hasta la segunda mitad y, para entonces, ya estaremos bastante cansados de realizar tareas que en cualquier otro juego serían consideradas como secundarias. Esto no ocurre en el tercer juego, en el que considero que se da un ritmo más sólido y que, en momentos determinados, remite a obras del nivel de LIVEALIVE. Además, al tratarse de la conclusión de la serie todo goza de una mayor escala de intensidad y épica, lo que se refleja en su mejor diseño de niveles y en su mayor cantidad de combates.
En ambos casos encontramos sistemas de combate sorprendentemente sencillos y diseños de niveles nada complejos, pues aunque los dos juegos ofrecen desafíos algo más duros que la primera entrega la dificultad general es bastante baja. No tendremos que perder el tiempo subiendo de nivel ni tendremos que comernos la cabeza planeando estrategias para derrotar a nuestros enemigos, lo que hace que ambos títulos sean ideales para los jugadores más novatos. Los experimentados en el género quizá queden algo más insatisfechos, pues el desafío es inexistente y las novedades de ambos juegos son escasas: más allá de un curioso sistema de muñecas acompañantes (que al más puro estilo de los esper de Final Fantasy VI nos permite equipar aliados para mejorar nuestras estadísticas y ganar ataques), el resto de elementos son comunes en cualquier juego del género.
El tratamiento gráfico de ambos juegos es algo pobre, pues más allá de añadir un par de filtros (uno centrado en imitar los televisores de la época, y otro centrado en pulir el aspecto de los pixeles) no se ha innovado en nada. Entiendo que el objetivo de NIS es traer de regreso dos juegos de nicho tal y como se veían en su momento, pero he echado en falta un mejor tratamiento en la resolución y en los tiempos de carga, que sorprenden al ser algo largos. Tampoco se puede obviar el hecho de que ambos juegos contienen algún que otro bug y problemas de visualización, con imágenes que se cortan en momentos determinados. En este sentido, considero que se podría haber trabajado mucho más en dar una mejor remasterización, ya que el trabajo base es realmente preciosista y merece la pena ser disfrutado en alta calidad. Por último, el apartado sonoro de ambos juegos es fenomenal, ya que tanto los temas de batalla como los generales funcionan a la perfección, destacando además las canciones que suenan al más puro estilo musical para narrar la historia.
Conclusión: Dos juegos que llegan a Occidente con problemas
Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles es una remasterización algo pobre de dos juegos más que decentes, funcionando más como puertas de entrada al género y obras de desconexión que como desafíos para los más versados en el ámbito del JRPG. Su narrativa es puro NIS, apostando por un carácter desenfadado e íntimo que funciona sorprendentemente bien, a pesar de que el ritmo de la segunda entrega se resiente rápidamente. El mayor problema está en el tratamiento gráfico y técnico, ya que no se ha trabajado nada la remasterización al limitarse a dos filtros sin más. Se agradece mucho la llegada de ambos juegos, pues son más que recomendables y se mantienen como una muestra de la calidad de la compañía, pero no hay duda de que se podría haber impulsado una mayor mejora técnica y gráfica.

Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.
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