[Análisis] River City Girls 2

Jamás pensé que escribiría esto, y menos con 2022 a punto de finalizar, pero parece ser que el género beat ’em up está más vivo que nunca. Y es que lo que hace unas cuantas décadas era conocido como el género “yo contra el barrio” ha vuelto a la vida gracias al lanzamiento de grandes títulos indie… Y no tan indie. A los hechos me remito: el regreso de Scott Pilgrim VS. El Mundo con versiones para las nuevas generaciones de consolas, la llegada del maravilloso Teenage Mutant Ninja Turtles: Shredder’s Revenge para deleite de los fans de las tortugas, el lanzamiento del grandísimo Streets of Rage 4… Pero claro, en todos estos casos hablamos de franquicias resucitadas, que no fueron capaces de hacer frente al paso del tiempo y a los cambios en la industria. Ninguna de estas fue capaz de hacer lo que ha conseguido la franquicia estrella de la ya extinta Technos, Kunio-Kun (ahora en manos de Arc System Works), que no ha parado en ningún momento de lanzar títulos de acción desenfrenada desde su creación en la década de los 80. Conocida en nuestro territorio como River City, esta franquicia ha sido uno de los baluartes del género antes citado pues ha conseguido mantener a flote un estilo de juego y un esquema de diseño de niveles que, en otras circunstancias, podría haberse considerado como obsoleto. Y lo cierto es que, echando un vistazo a los juegos de la franquicia, es sorprendente cómo cada uno de estos plantea conceptos tan distintos e interesantes.

Solo hace falta mirar al reciente River City Saga, que traslada a los principales personajes de la franquicia al pasado histórico de China para inmiscuirlos en los sucesos de la guerra de los Tres Reinos al mismo tiempo que se incorpora un cierto componente RPG y Musou bastante marcado. O si no, solo tenéis que echar un ojo a la sub-saga de la que hoy vengo a hablaros, River City Girls. Poniendo el foco en los personajes femeninos de la franquicia y apostando por un estilo artístico mucho más trabajado y moderno, esta serie consiguió alzarse como la más interesante y única dentro de esta legendaria franquicia. Tanto River City Girls como River City Girls Zero acabaron siendo considerados auténticos bombazos que conquistaron tanto a la crítica como a la prensa, y era cuestión de tiempo que Arc System Works y WayForward volvieran a unir fuerzas para continuar la historia de Misako, Kyoko y compañía. Así, por fin ha llegado al mercado River City Girls 2, una secuela que promete perfeccionar y ampliar todo lo visto en las entregas anteriores sin perder su sentido del humor ni su genial sistema de combate en el proceso. ¿Queréis ver qué tal ha salido el juego, y si mantiene el nivel de la serie? Veamos esto en el análisis completo, que podéis leer a continuación.

 

Una historia de violencia (y estilo)

La historia de River City Girls 2 nos traslada al final de la primera entrega. Tras la derrota de… Bueno, tampoco queremos contaros qué ocurrió al final del juego anterior, pero sí que os diremos que, por ciertos motivos, la yakuza ha vuelto y se ha hecho con el control del instituto. Las fuerzas que operan en las sombras y manejan a la yakuza han despertado, y han puesto en su punto de mira a Misako, Kyoko, Kunio y Riki. Pero estos no estarán solos, puesto que pronto contarán con la inestimable ayuda de Provie (una bailarina de capoeira que ya apareció en River City Ransom Underground) y de Marian (la dama en apuros del Double Dragon original), pudiendo hacer frente a las oleadas de enemigos que intentarán hacernos evitar los callejones de la ciudad. Sin ser una franquicia especialmente cultivada en el ámbito narrativo, lo cierto es que esta entrega me ha sorprendido al plantear una historia desenfadada pero muy efectiva. Esta consigue enganchar no tanto por su estructura (que es arquetípica y responde a una serie de clichés clásicos y vigentes en esta clase de juegos) si no por su elenco de personajes, que es realmente entrañable y carismático. No os penséis que con esto me refiero tan solo a los personajes principales, pues tanto los grandes villanos como otros personajes algo secundarios resultan divertidos y, en cierto sentido, caen realmente bien.

La historia no es especialmente extensa, pero sus más de 5 horas de duración dan lugar a una enorme variedad de momentos únicos que es imposible que no os roben una sonrisa. El planteamiento de la historia a través de viñetas de manga en ciertos puntos me ha resultado creativo y efectivo, dotando al título de una identidad aún más marcada que la de su predecesor. Eso sí, donde el juego no me ha convencido tanto ha sido en sus misiones secundarias, que a nivel argumental me han resultado un tanto flojas. Por otro lado, el juego destaca favorablemente en la presentación de una traducción a nuestro idioma, algo que poco a poco se va haciendo más vigente en esta franquicia. El trabajo de traducción es bastante memorable, planteando una buena localización de ciertas frases hechas y de un lenguaje urbano “muy barriobajero”, lo que es digno de elogio.

 

Abriéndonos paso “a ostia limpia”

Si por algo me ha sorprendido el título es, sin duda, por su planteamiento jugable y su diseño de niveles. Y es que el juego, desde un primer momento, se presenta como un beat ’em up mucho más libre que el resto de juegos: la ciudad está compuesta por zonas que podremos visitar (dentro de un límite) de forma libre, lo que nos abre las puertas a descubrir ciertos secretos, superar misiones secretas y enfrentarnos a nuevos enemigos para así poder subir de nivel. Y aunque sobre el papel esta idea pueda resultar algo extraña, lo cierto es que funciona como la seda, pues el componente de libertad que otorga al título hace que este sobresalga frente a otras propuestas del género lanzadas recientemente. No es un sandbox, por supuesto, pero ese acercamiento que plantea hace que el juego se vuelva mucho más irresistible. A esto hay que añadir un sistema de niveles y de habilidades que, al más puro estilo RPG, nos hace sentir que nuestro personaje avanza y progresa con cada combate y cada golpe. Por supuesto, muchas de estas cosas ya se habían visto en la entrega original, pero lo que funciona aquí es que no solo mantienen el nivel, si no que van más allá: hay más habilidades, más zonas para explorar, más misiones secundarias para completar, más personajes controlables… Al final, y como os decía antes, todo se basa en ser más y mejor.

Pero, por supuesto, no todo viene de la entrega original. Encontramos aquí un nuevo sistema de asistencias que nos permite contar con la inestimable ayuda de un compañero y que nos servirá para los combates más peliagudos. Aunque pueda resultar algo confuso en un inicio, este sistema se acabará volviendo uno de nuestros mejores amigos a la hora de enfrentarnos a ciertos personajes. También se ha profundizado aún más en el sistema de combate, uno que, si bien a mi gusto sigue siendo excesivamente sencillo de manejar, consigue implementar novedades sorprendentes como un sistema de combos aéreos que le sientan como un anillo al dedo. No es el mejor sistema del género, y a mi parecer aún le falta una mayor profundidad, pero al César lo que es del César: este funciona como un guante, y es fiel a las bases de la franquicia.

 

Pixel-art pulido a base de golpes

A nivel gráfico nos encontramos con un título fresco y llamativo, que presenta un pixel-art espectacular que se aleja de cualquier canon para ofrecer movimientos espectaculares y animaciones impecables. Así, a nivel gráfico se alza como un experimento rompedor que, aunque no suponga un antes y un después en el desarrollo gráfico de la industria, sí que consigue plantear un uso del pixel-art realmente cuidado. Eso sí, creo que el verdadero ganador del título es su diseño artístico, que presenta tanto diseños de personajes como de niveles realmente fascinantes y que gozan de una estética absolutamente atractiva. De hecho, es tan bueno el trabajo que supera con creces al de las entregas principales de la franquicia, que en comparación resultan mucho más sosas. Si tengo que poner algún pero es, quizá, en lo técnico, ya que el juego presenta unos tiempos de carga excesivamente largos que no se terminan de entender. Además, he encontrado más de un bug que parecen indicar que la versión de Switch requiere un pequeño parche.

Por último, a nivel sonoro el juego cumple sin sorprender tanto como en el resto de apartados. La banda sonora casa muy bien con la estética del título y plantea temas decentes, pero no son para nada temas tan memorables como los de otros juegos de la franquicia. Los efectos de sonido, por su parte, están bien seleccionados y no desentonan.

 

Conclusión: Una entrega maravillosa y rompedora

River City Girls 2 es todo lo que se le puede pedir a una secuela: expande todo lo presentado en la entrega anterior y lo mejora, sintiéndose como una evolución natural de todo lo que funcionaba previamente. Los nuevos sistemas que presenta el título no hacen sino mejorar algo que ya de por sí era más que notable, y lo convierten en uno de los mejores beat ’em up de los últimos años. Eso sí, esto no hace que el juego no esté libre de problemas, y sí que es cierto que a nivel técnico el juego requiere de un cierto repaso. Tampoco vendría mal, de cara a futuras entregas, profundizar más aún en el sistema de combate, que se queda atrás con respecto al de otros títulos del género. Sea como sea, un juego absolutamente recomendable para cualquier amante de la acción, con un humor tan fresco como efectivo.