Precisamente creo que esta es la forma en la que debe disfrutarse Selfloss, pues el juego parte de un extraño viaje a través de unas tierras baldías marcadas por lo mágico y lo místico en las que tanto el personaje como el jugador se deben sentir como auténticos extraterrestres. ¿Y qué mejor forma de realizar un viaje si no es evitando conocer nada de lo que se ve en este antes de empezarlo?
Quizá por esto me ha atrapado tanto desde un primer momento el nuevo juego de Goodwin Games, porque plantea un hermoso viaje hacia lo desconocido bajo el dogma que autores como Brandon Sanderson repiten constantemente: «viaje antes que destino». El estudio asentado en Kazajistán ha concebido con Selfloss un interesante juego de corte íntimo que explora temas como la pérdida al mismo tiempo que ahonda en una versión algo modificada de la mitología eslava. Ahí es nada.
Lanzado el pasado 5 de septiembre en PC, y el 12 del mismo mes en Switch, PS5 y Xbox Series X/S (con una versión en físico en las consolas de Nintendo y Sony publicada por Tesura Games), hoy vengo a hablaros acerca del juego y de si merece o no la pena darle una oportunidad. ¿Queréis saber si se trata de un viaje memorable? ¡Pues dentro análisis!
Perdidos en un río de almas
La historia de Selfloss nos transporta a un lugar desconocido que oscila entre el territorio eslavo e islandés. Nuestro protagonista, un silencioso anciano armado únicamente con un báculo capaz de emitir luz, debe recorrer un misterioso camino mientras realiza el Selfloss, un ritual ancestral que sirve para sanar el alma de un ser tras la perdida de alguien querido. Este ritual no solo se aplica al protagonista, si no también a varios de los seres que irá encontrando durante su travesía, quienes a cambio de esto le ayudarán a avanzar.
Como podréis imaginar, a lo largo de la travesía se irán entremezclando las hazañas que realiza el silencioso protagonista con los sucesos ocurridos en su pasado, realizando un hermoso paralelismo que aborda temas tales como la redención, el perdón o el hacer lo correcto en los momentos más complicados. A pesar de esto, no se puede negar que lo que se presenta es una trama muy sencilla en la que los hechos del pasado resultan enormemente predecibles, intentando alcanzar la lágrima fácil de formas poco eficaces.
Quizá su historia principal y su manejo del protagonista podrían haber sido algo más originales e interesantes, pero eso no quita que su ambientación no sea absolutamente fascinante. Su mezcla de culturas, su exploración de la mitología y su uso de los espíritus y la naturaleza resultan enigmáticos y atrapantes. Selfloss engancha, entre otras cosas, por generar en el jugador una enorme necesidad para conocer más acerca de sus rituales, sus seres y su mitología.
A pesar de contar con muy pocos diálogos y con una cantidad algo limitada de descripciones, hay que agradecer que el juego llegue a nuestro territorio haciendo gala de una genial traducción al español en la que no he encontrado ningún error notable. Por tanto, la barrera del idioma no debe suponer problema alguno a ningún jugador en Selfloss.
Usando la luz para construir un camino al más allá y hacia nuestro destino
Siguiendo con el tratamiento jugable de Selfloss, nos encontramos ante una aventura presentada (generalmente) en perspectiva cenital y que presenta una curiosa mezcla de exploración, puzles y combate. A lo largo de la historia principal del juego tendremos que recorrer un misterioso sendero que nos llevará a escalar pequeñas laderas y montañas, recorrer ríos y lagos montados en canoas y atravesar misteriosos bosques teniendo a nuestro báculo luminoso como único compañero.
Precisamente este será la clave para poder realizar la travesía sin mayores complicaciones, pues gracias a sus habilidades mágicas podremos, entre otras cosas, iluminar los caminos oscuros, curar la contaminación que pueda adentrarse en nuestro protagonista y derrotar a los misteriosos y violentos seres que amenacen con atacarnos. También nos servirá su luz para activar ciertos mecanismos y descubrir secretos que, de primeras, nos habría sido imposible encontrar.
A pesar de contar con una movilidad un tanto tosca y un sistema de combate excesivamente lento y poco intuitivo, la clave de Selfloss se encuentra en su maravilloso diseño de niveles y en su excelente variedad de puzles y de situaciones, presentando secuencias muy entretenidas y originales que nos harán pensar para hallar la solución más adecuada.
El tratamiento artístico del juego goza de un nivel de calidad enorme, presentando un conjunto de diseños (tanto de seres mágicos como de escenarios) absolutamente cautivadores y creativos. Nunca sentiremos que estamos recorriendo dos lugares parecidos, ni en ningún momento tendremos la sensación de que su estilo artístico se hace bola. Selfloss es un juego hermoso y detallado, que hace gala de una maravillosa dirección artística reflejada a través de un buen trabajo gráfico.
En el apartado técnico tampoco hay queja alguna, pues el juego presenta una fluidez notable en su versión de PC. Por último, pero no por ello menos importante, Selfloss destaca por contar con una dirección musical atípica, dando especial importancia a los silencios y a los sonidos ambientales. Quizá sus composiciones no sean las mejores del mercado, pero cuando estas aparecen en el juego hacen de cada escena una situación única.
Conclusión: Afrontando la pérdida de la mejor manera posible
Selfloss se trata de una muy inmersiva experiencia que plantea temas tan personales como la perdida o la soledad, todo ello salpicado por un maravilloso uso de la mitología y el folclore eslavo. Quizá el juego podría haber presentado una mejor historia, un control algo más cómodo o un sistema de combate algo más dinámico, pero lo cierto es que el juego como conjunto funciona bien a pesar de sus errores. Destacan especialmente sus geniales puzles, su diseño artístico y su diseño de niveles. Recomendado, especialmente si pasáis por una mala racha.
Antonio Gallardo
Normalmente escribiría algo profundo que contara más sobre mi... ¿Pero de verdad alguien lee esto? Bueno, en ese caso... Me gustan los videojuegos y el cine. A veces unos más que otros, ya sabéis como funciona. Si queréis saber más, solo tenéis que leer lo que escribo.